Otro día muy largo e interesante. He atravesado una cadena
montañosa sin mucha dificultad y he llegado a mi destino, Monreal, una hora y
media antes que ayer. Se ha notado que el calor no era tanto y que al andar por
alto hay más sombras, con lo que he llegado al final más fresco y he soportado
mejor la calorina que ha caído a partir de las dos.
Lo que ha cambiado el paisaje desde que salí de Urdos. He
tenido toda clase de panoramas; desde cerradas y escarpadas montañas pirenaicas
hasta paisajes semidesérticos. Hoy ha tocado un paisaje muy agradable, de
suaves montes y campos cultivados. Es ya un paisaje conocido y que me resulta
muy familiar. La zona en la que estoy es cómoda para andar y tan solo algunas
partes de los senderos están poco cuidados. A cambio, en este camino Aragones
apenas se pisa la carretera. Ha habido muy pocos tramos en los que haya habido
que seguir una carretera incómoda o con tráfico: el principio en Francia y ayer
la carretera de los camiones de obra son los únicos que recuerdo.
Hoy he salido del hostal a ls siete y media. He dormido muy
bien, fresquito con la ventana abierta, ya que esta tenía un mosquitero que
impide que se cuelen los insectos.
Salida del Hostal |
La salida de Sangüesa está justo delante del Hostal. No hay
ni que cruzar el bonito puente que tengo enfrente, sino torcer a la izquierda
desde el Hostal, y ya estoy en el Camino.
Empezando el día |
Se hacen primero unos cien metros por carretera antes de
tomar una desviación a la izquierda que nos lleva hacia un pueblo elevado que
se ve muy cerca y que se llama Rocaforte
Desvio a Rocaforte |
Aquí se puede tomar una opción ya que la jornada de hoy
presenta la alternativa de ir por la Foz de Lumbier. Es ligeramente más larga,
unos tres kilómetros, aunque algo más suave y permite contemplar el entorno
natural de la Foz, que debe ser una maravilla. En lugar de coger el desvío a
Rocaforte, se continúa recto por la carretera en dirección a Liédena, se visita
la Foz y después se reúne con el Camino de nuevo en Izco, dentro de 18
kilómetros. Lo malo es que esa alternativa es, además de más larga, casi toda
ella por carretera, excepto el kilómetro y medio que tiene la Foz. Y no me
apetece ni hacer más kilómetros ni andar más de lo necesario por carretera, así
que tomo el desvio hacia Rocaforte y paso por delante de una pequeña fábrica de
reciclaje de papel que huele a demonios. Es un olor insoportable que no se como
pueden tener tan cerca del pueblo. Cuando
el viento sople hacia Sangüesa, supongo que deben evacuar la ciudad.
Rocaforte |
Paso lo más rápido que puedo y comienzo la subida hacia
Rocaforte, que es dura pero corta. Desde arriba se tiene una bonita vista de
Sangüesa, que ya queda como a dos kilómetros.
Sangüesa vista desde Rocaforte |
Llegando al pueblo se tuerce de
inmediato a la derecha y sigo por un sendero muy agradable que va bordeando la
cima del monte hasta a una fuente-merendero muy bien puesta y en la que hay un
peregrino que ha estado durmiendo allí y que se está preparando para salir
ahora.
Fuente a la salida de Rocaforte |
La pista sigue picando ligeramente hacia arriba y sale de la
zona de montes bajos para dar paso a un terreno abierto, sembrado de campos de
cereal, vides y olivos dispersos y bajo la mirada vigilante de los molinos del
parque eólico de la sierra de Salajones, que tenemos a la derecha.
Camino al alto |
Es una zona muy agradable de caminar. Paso delante de un
rebaño de ovejas y cabras bastante
grande que están allí tranquilamente pastando y sigo a buen paso, pues la pista
aquí es buena en general y el tiempo a estas horas es fresquito y agradable.
Camino al Alto |
Quiero avanzar lo más posible antes de que empiece a pegar en serio el calor
del día y según la guía hay dos altos por delante, aunque ninguno de los dos
parece muy difícil.
Camino al Alto |
De hecho el primero lo estoy subiendo ya. El terreno pica
continuamente hacia arriba con una pendiente muy suave que se hace muy
llevadera pero que nos hace ir ganando altura sin pausa. La senda es variada,
buena en general pero con tramos algo más complicados donde las lluvias han
desgastado el terreno.
Camino al Alto |
Así subioendo poco a poco dejo atrás una fuente bien
acondicionada con mesas de piedra para descansar. No se si vendrá alguien
alguna vez, ya que no hay carretera que llegue a ella, ni más camino que el que
traigo; por lo que deben haberla puesto para descanso de peregrinos. Pues se
agradece, aunque no voy a disfrutar de ella.
Fuente Camino al alto de Aibar |
Sigo subiendo y al final el alto
comienza a tener pendientes algo mas fuertes, aunque no muy molestas.
Canino al alto |
La peor
está justo al final, como suele ser costumbre y se ataca tras pasar la
carretera por debajo de un túnel.
Tunel al final de la subida |
Es una
cuesta muy dura pero corta que me deja resoplando en la cima del Monte Aibar.
Subida final al alto |
Desde aquí hay una magnífica vista de la vertiente de Sangüesa, que es por la
que he venido y de la de Lumbier, que se ve al fondo del valle por el otro lado
del monte. Un sitio precioso, si señor.
Desde el alto sale una senda que comienza a bajar suavemente
por la ladera de la montaña, con magníficas vistas del valle de Lumbier.
Vista desde el Alto de Aibar |
Al poco se entra en una zona de pinar que además de que
permite seguir viendo las magníficas vistas, da una agradable sombra que
comienza a agradecerse. Tras un rato por el pinar, la senda comienza a bajar
más bruscamente. Atravieso dos portillos de ganado y llego a una parte más
baja, aunque aún a media ladera donde se cambia de vertiente y se comienza a
subir de nuevo suavemente por otro monte, siempre acompañado de los pinos y su
sombra.
Camino al alto de Izco |
La pista por la que se asciende se abandona en un momento
dado por un portillo de ganado a la
izquierda, y se empieza a subir de manera más firme y continuada. Estamos ya a
tres kilómetros de la segunda cima de la jornada y la ascensión se endurece un
poco, aunque se sigue caminando cómodo. A la izquierda hay un monte en cuya
cima hay un parque eólico. Toda esta zona está llena de parques eólicos. Cada
monte tiene el suyo y supongo que es porque la zona es de muchos vientos.
Subida al alto de Izco |
No es el caso ahora, y se agradecería un buen vendaval,
porque el calor empieza a ser muy fuerte y a medida que se sube hay menos vegetación
que proteja. La sensación empieza a ser la de ayer. Un calor aplastante que
dificulta mucho la marcha.
Adelanto en este tramo a una chica que va bastante despacio
y que me pregunta cuanto queda (como si fuese un niño en el coche) y a un grupo
de tres personas mayores (más que yo, quiero decir) que van también subiendo
muy lentamente. Antes de adelantarles he visto como se han parado porque una de las numerosas vacas que por aquí abundan y que pasean a sus anchas por el camino se les ha plantado delante y no les dejaba pasar. Al final la han asustado moviendo los bastones y la vaca ha salido despavorida cuesta arriba, dejando el paso libre.
La vaca rebeldde |
Al cabo de un rato de subida me paro a la sombra de un árbol
a descansar un poco y refrescarme. Me bebo botella y media de agua caldosa y
estoy unos diez minutos sentado a la sombra hasta que finalmente me levanto y
ataco los dos últimos kilómetros de la subida. Son bastante duritos pero se
llevan bién. Finalmente el sendero desemboca en una carretera que está justo en
la cima del Alto de la Sierra de Izco, que a setecientos setenta metros, es la
mayor altura de la jornada.
Llegada al alto |
El alto divide, al igual que el anterior, dos valles. Entro
ahora en el valle de Ibargoiti por el que, a los pies del monte que empiezo a
descender, se ve una autopista que me imagino que es la que va a Pamplona.
Comienzo de la bajada del Alto |
La bajada
es fuerte y rápidamente el Camino se coloca a la altura de la autopista, cuya
dirección seguimos de lejos hasta llegar al primer pueblo del valle de
Ibargoiti, que se llama Izco.
Izco |
Es un pueblo pequeño pero cuidado, que tiene un
enorme frontón, al lado del cual está el edificio que hace a la vez de Albergue
de Peregrinos y bar; todo en uno. A la entrada del pueblo hay un crucero grande
y moderno y un cartel que cuenta las excelencias del valle de Ibargoiti.
Llegada a IZco |
Subo hasta la parte central y, siguiendo las señáles de “Bar”
pintadas en las paredes y una estridente música infantil que resuena como si hubiese
un concierto, llego hasta el frontón, donde hay un grupo de niños con unos monitores que están bailando como locos con la
música que sale del aparato que atrona todo el pueblo. Es divertido verlos. Se
lo pasan de miedo pegando saltos e intentando seguir el ritmo y los pasos que
marcan las monitopras, que son también chicas adolescentes . Debe ser un campamento
de verano como aquel de Valentuñana al que iba Paloma hija por esta zona.
Fronton-Bar-Albergue-Campamento de Izco |
Yo entro en el bar y me pido un aquarius y una botella de
litro y medio de agua que me tomo en el interior del bar, porque afuera hace
demasiado calor. Aprovecho y relleno las dos botellas pequeñas de la mochila,
que ya tengo vacías.
Llegan algunos peregrinos mientras estoy descansando. El
grupo de tres mayores pide plaza en el albergue y se quedan allí. Llega también
un grupo de cuatro chicas entre las que va la que adelanté en la subida. Estas
se sientan a descansar, con la intención de continuar luego.
Comentan con un hospitalero el terrible olor de la fábrica
de papel reciclado de Sangüesa y el hospitalero les dice que en maalos días el
olor llega hasta aquí. Francamente, lo dudo mucho. Huele mal, sí, MUY mal, pero
estamos a dieciocho kilómetros y con dos cadenas de montañas por en medio…
Termino y me pongo en marcha de nuevo. Al salir a la calle
la bofetada de calor es importante. Los niños han terminado de bailar y ahora
están coloreando cuadernos. Salgo del pueblo por una senda de cemento que se
aleja recta como una vela y paralela a la autopista, que se ve a unos cientos
de metros a la derecha. A la izquierda hay un
monte enorme y muy puntiagudo, coronado por una antena.
Camino a Abinzano |
La pista es ondulada y tiene un par de subidas bastante
fuertes antes de llegar en dos kilómetros al siguiente pueblo, que se llama
Abinzano y que es aún más pequeño que Izco, aunque tiene una preciosa iglesia que se va viendo según
te acercas.
Iglesia dde Abinzano |
Ya llevo veintidós kilómetros y ahora, a la una pasada y en la
parte baja del valle, el calor ya es como el de ayer. Pero solo faltan seis
kilómetros y sigo, saliendo de Abinzano por otra pista similar a la anterior que se
hace pesadísima por lo monótona. El paisaje ya se hace repetitivo y lo que
tengo es ganass de llegar de una vez y alejarme del calor.
Hay cuatro kilómetros y medio hasta el siguiente pueblo, que
se llama Salinas de Ibargoiti. Solo en el último kilómetro la carreterra se
hace algo más divertida, con alguna curva y bajando hacia un río, pero sin
vegetación que proporcione sombra ninguna.
Camino a Salinas de Ibargoiti |
En un momento dado veo unas casas que creo que son Salinas.
Se rodean bajando a un río antes de subir una fuerte cuesta. Estoy contento
porque después de Salinas solo quedan dos kilómetros y medio hasta Monreal, el
destino de hoy.
Camino a Salinas |
Pero al dar una curva veo abajo, a unos mil metros, un
pueblo enorme. Ese SI es Salinas de Ibargoiti. Lo anterior debían ser unas
granjas que me han liado. O sea, que aún estoy a unos tres kilómetros y medio
del destino. A aguantarse y seguir.
Camino a Salinas |
A Salinas no se llega a entrar. Justa antes del pueblo se
cruza un puente muy bonito sobre un pequeño rio y se baja hasta la orilla del
mismo. Allí hay una fuente a la sombra donde me siento a descansar un poco
antes de hacer los últimos kilómetros.
Entrada a Salinas
|
Se sigue por una senda en muy mal estado por la ribera del
río. La verdad es que es un desastre. Está completamente abandonada y la
vegetación la ha ocupado, de manera que continuamente la mochila se va
enganchando en ramas, lianas, matorrales o cualquier cosa. Habría que ir con
machete. En un momento dadop hay un lugar donde hay que tirarse prácticamente
al suelo para pasar por un portillo sobre el que han caído ramas, árboles y de
todo. En estas condiciones avanzo muy despacio y con muchos problemas.
El sendero imposible |
Saliinas desde la senda imposible |
Así que,
en un momento en que veo que hay un sendero despejado un poco más abajo, me
dirijo a él. En ese momento pasa un ciclista y me confirma que el sendero va
hacia Monreal y que es la vía recomendada para los ciclistas. Así que lo sigo
sin dudarlo y el recorrido se convierte ahora en una delicia. Este sendero si
está cuidado y avanza por en medio de un bosque muy agradable.
Camino a Monreal |
Al poco , comienzan a verse por los claros del bosque las
casas de Monreal, que se va acercando.
Pero el pueblo entero no se ve hasta que estás prácticamente
encima. Es un pueblo grandecito para lo que se lleva por aquí al que se entra
por un puente.
Puente dde entrada a Monreal |
El Camino avanza hacia una preciosa iglesia que se ve en lo
alto, ya que el pueblo ocupa una pequeña loma.
Iglesia de Monreal |
Encuentro sin problemas la Casa
Rural Etxartenea, que es mi destino de hoy, y a las dos y veinte ya estoy
instalado en una bonita y amplia habitación de dos camas, suelo de madera y
techo con vigas también de madera. Lo único más moderno es la gran tele de
plasma y el cuarto de baño, con una ducha de hidromasaje y algo que no había
visto nunca en un cuarto de baño: un urinario como los de los servicios
públicos. Me parece una idea útil y curiosa.
Descanso un buen rato, tras bajar a un bar cercano a comprar
bebidas, me aseo y lavo la ropa, que pongo a secar en un calientatoallas que
hay en la habitación y que, al contrario de los que suele suceder, funciona.
Casa Ruiral Etxartenea |
A las seis salgo a dar una vuelta por este pequeño pueblo en
el que lo único que hay son bonitas casas de piedra bien conservadas y la
iglesia, que por fuera es bonita y por dentro no tanto. Lo que más destaca es
una preciosa y rustica imagen de Santiago Peregrino que me parece preciosa.
Pregunto por donde cenar y la única opción es el salón
parroquial, donde preparan menú para peregrinos. Paso. Prefiero otra opción,
así que voy al bar donde compré el agua al llegar. Entonces vi que vendían pan,
fiambres y otras cosas; así que compro Mortadela, jamón, chorizo , una barra de
pán y un trozo de sandía y me lo traigo a la habitación para cenar aquí.
Me paso el resto de la tarde viendo la tele y escribiendo.
Luego ceno mi piscolabis improvisado y veo otra vez la tele un rato antes de
dormirme.
Mañana termino este tramos de peregrinación. Llegaré hasta
Óbanos, donde el Vamino Aragones se une al Francés y desde allí, como dice el
Codex “un solo Camino conduce a Santiago”.
Cuando llegue a Óbanos tengo que encontrar un medio de
llegar a Pamplona y desde allí tomar un autobús hasta San Sebastián, para
llegar a Oyarzun por la tarde. Allí me reuniré con toda la familia parea
asistir el sábado a la boda de mi hermano Juan en Fuenterrabía, y volver al
Camino el Domingo en Saint Jean Pied de Port.
Ciertamente, van a ser unos días moviditos…
Por cierto, mañana no se si me dará tiempo a publicar la
crónica con tanto ajetreo y reencuentro familiar. Si es así, perdonadme y
contad con que la publicaré más adelante.
Trivial del Camino.
Hoy gana Luis por goleada. Su descripción del viernes negro
de 1.307, cuando los Templarios fueron masacrados en una sola noche, es impecable.
En cuanto a mi querida niña que reniega de mi nefasto olor
corporal, le diré que no he traído piedra azul porque como todo el mundo sabe
soy antiecologista y a mi me parece bien que dupliquen o tripliquen el tamaño
del pantano., En realidad lo que deberían hacer es asfaltar todo el mundo salvo
una franja de un kilómetro de ancho alrededor del Camino.
Por cierto, Juan tiene un maxipunto por recordar las cinco
villas y que Paloma estuvo en Valentuñana, al lado de Sos, en un campamento.
Y para hoy dos acertijos Camineros, fáciles, eso si:
-
¿Qué pueblo del Camino tiene tres castillos y no
tiene ninguno?
-
¿Qué importante templo del Camino, relacionado
con la pregunta de ayer, puede verse sin desviarte significativamente del Camino
tanto si vienes por el Camino Francés como si vienes por el Aragonés?
Buenas noches y Buen Camino.
Triacastela y Monasterio de Leyre.
ResponderEliminarQue disfrutes de un buen fin de semana y esperamos tu vuelta
Buen Camino
Me alegro de tu etapa menos calurosa, Antonio. Te echamos de menos en la cena, sobre todo cuando al comunicar contigo nos dice Paloma que le dabas al fiambre en la habitación mientras nosotros comíamos y gritábamos como es costumbre.
ResponderEliminarEl templo de los dos caminos es Santa María de Eunate, en Óbanos, donde terminas hoy. En cualquier momento resulta una joya por la sencillez del lugar y la maravilla compleja de su planta octogonal. Siempre decimos Churri y yo que nos casaremos allí.
La famosa papelera de Sangüesa ya existía cuando estuve veraneando con mis padres hace 37 años en Javier. O todo el pueblo trabaja y/o vive de ella o no se entiende el masoquismo.
Mari Cruz, que te lee fiel, pero que no escribe, se llama Baraibar de apellido, con lo que el topónimo Aibar que mencionas tiene que ver algo con ella. Ya se sabe su carácter navarro por el cual temblamos.
Disfrutad de la boda y me temo que la próxima semana no podré seguirte al irnos a Alemania el lunes. Pero volveré para el Camino Inglés. Un abrazo.
Hola Antonio! Acabo de ponerme al día con todas las crónicas atrasadas. Me ha gustado mucho esta nueva forma de contarnos el camino, intercalando las fotos que son testimonio de lo que nos cuentas. A partir de ahora ya cuentas con una seguidora más. Y veo que esta muy reñido el trivial. Paloma esposa y Palomita hija están siendo unas duras rivales y este año el listón está muy alto!!! Espero que pasen un muy buen fin de semana familiar, boda incluida. Y que vivan los novios!! Besos
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