domingo, 27 de marzo de 2016

Dia 9 – Padrón – Santiago de Compostela. 27 kilómetros con un final más bien mojado.

¡Vaya día para terminar el camino! . Solo me ha llovido la mitad de la etapa, pero esa mitad ha sido el diluvio universal. Es el día más lluvioso que yo he conocido en el Camino. Y es que hasta ahora siempre había tenido mucha suerte con el tiempo. Pero hoy se ha desquitado. Y gracias ha Dios solo han sido unos quince kilómetros bajos la lluvia; pero vaya lluvia. Des esa de ducha de hidromasaje, que salen chorros por todos lados.  Y además con mucho viento. En fin una gozada de las que hacen afición.
Pero ya está. Esta peregrinación tan bonita ha acabado con bien y donde debe; en la Plaza del Obradoiro, hoy casi vacía pues no habñia quien se atreviese a salir. Y eso que cuando he llegado justo había dejado de llover un ratillo. Pero es el día que más vacio he visto Santiago. Con decir que no había casi cola en la Oficina del Peregrino y que se podía entrar por la Puerta Santa (abierta este año al ser año Santo) a pie llano, sin esperar las habitualmente interminables colas…
Y la verdad, tengo que decir que estoy contento de haber tenido un día así. No conocía yo esta faceta tan dura del Camino y mejor que haya sido hoy. Tengo toda la roa , incluidas las botas, completamente calada. Si mañana tuviese que seguir tendría que hacerlo con botas mojadas, lo que es un suplicio.
La tarde ha sido mucho mejor,no ha llovido,  con lo que he podido pasear tranquilamente por Santiago. Y eso si que ha sido una delicia. Poca gente y Santiago mojado es algo que merece la pena. La piedra húmeda coge una tonalidad especial y la ciudad parece en su salsa.
Pero bueno, vamos a lo nuestro. Tras las previsiones del tiempo de ayer, y lo que llovía por la noche en Padrón, me he levantadoi a las seis y media, encantado de ver que el cielo estaba completamente cubierto, pero no llovía ni tenía pinta de ir a llover de inmediato.
Así que me he arreglado rápido y a las siete y media estaba ya saliendo del hotel. No hace mucho frío y con este día cubierto se anda a gusto mientras empiezo a callejear cruzando Padrón.
Hotel Chef Rivera. Padron
Padrón
Hay que cruzar toda la ciudad por su parte vieja, vacia ahora salvo por algunos peregrinos que se van uniendo al Camino de las flechas amarillas desde los distintos albergues, pensiones y hoteles.
Padron
Salida de Padrón
Ya a la salida de Padrón cruzamos un canal que conecta los ríos Sar y Ulla y tras cruzar una nacional, llegamos en menos de un kilómetro a Iria Flavia,  pueblo antiguamente muy importante, pues era la sede episcopal antes de que Santiago de Compostela tomase su lugar. De aquí salió el Obispo Teodomiro para confirmar el descubrimiento hecho por Pelayo de la tumba del apóstol.
La iglesia episcopal original fue destruida en un razzia de Almanzor en el siglo X, pero fue sustituida por una gran basílica que es la que ahora podemos ver. Está cerrada a estas horas, por lo que solo se puede ver por fuera. Impresiona el enorme cementerio que rodea la iglesia que ocupa un terreno muy amplio y está repleto de tumbas de todas las épocas. En uno de los laterales de la iglesia hay una colección de sarcofagos del siglo VI muy curiosa.
Iglesia de Iria Flavia
Iglesia de Iria Flavia
Delante de la Iglesia hay una enorme estatua que representa la inconfundible cabeza de Camilo Jose Cela, enterrado aquí, al igual que lo estuvo un tiempo Rosalía de Castro, antes de ser trasladada al panteón de Santo Domingo de Bonaval en Santiago.
Estatua de Cela
Tras ver la iglesia continúo por una carretera en lka que hay un letrero que dice que se trata de un desvío provisional. Pero la antigüedad del cartel da idea de que es uno de esos desvíos provisionales que se convierten en definitivos con el tiempo.
Salida de Iria Flavia
Salida de Iria Flavia
El sendero comienza a subir hasta alcanzar la nacional, por la que transitamos un ratillo hasta llegar a un alto donde hay un enorme hotel, llamado Scala que ocupa una amplia explanada en un lateral de la carretera. Cruzamos el hotel y seguimos subiendo por la carretera aproximadamente un kilómetro hasta desviarnos por un sendero que se aleja por fin de la nacional.
Hotel Scala
Empieza ahora un tramo muy agradable en el que vamos cruzando por pequeños poblados de callejuelas estrechas en las que vamos girando continuamente  y pasando por zonas de viñedos y cruzando pequeños arroyos. 
Camino a A Escravitude
Es una zona muy agradable y variada que se camina a gusto. No llueve, pero en ocasiones vienen rachas de viento que al pegar en la mochila te mueve de lado a lado de la carretera como si fueses una pluma. 
Camino a A Escravitude
Pasamos así en poco menos de tres kilómetros por los poblados de Quyintans, Rueiro, Cambela y Vilar antes de llegar a las vías del tren, que seguimos un poco por una senda de tierra.
Camino a A Escravitude
Llegando a las vias del tren
Hay bastante gente en el camino; no tanta como ayer y anteayer, pero se ven muchos grupos que avanzan hacia Compostela.
Camino a A Escravitude

Camino a A Escravitude
La senda termina otra vez en la carretera nacional, que seguimos en dirección al pueblo que lleva el curioso nombre de A Escravitude, donde hay una enorme y masiva iglesia que empequeñece el pueblo, Es del siglo XVIII y se construyó sobre una fuente en la que en 1732 ocurrió un milagor de la Virgen. 
Iglesia de A Escravitude
Iglesia de A Escravitude
Cuando llego está empezando a llover, y como ya llevo 6 kilómetrso de etapa, me meto en un bar que está al lado de la iglesia, a ver si escampa y de paso a comerme un bocadillo de media barra de tortilla francesa que da fuerzas y sabe a gloria bendita. Hay tan solo un par de peregrinos más en el bar, qie me preguntan si está lloviendo y se embuten en todas sus ropas de lluvia antes de salir.
Yo termino mi bocata y salgo. Ya no llueve y el camino sigue rodeando la iglesia y comenzando a subir por una zona de pequeñas carreteritas rurales que van bordeando campos de cultivo mientras ascienden continuamente de manera suave.
Camino a Picaraña
Casi de inmediato se pasa por la pequeña iglesia de Santa María de Cruces y se entra en una zona mas boscosa para continuar alternando zonas de casas que se atraviesan por callejuelas estrechas con zonas de bosque preciosas y zonas de cultivo.
Camino a Picaraña
Camino a Picaraña
 Es un tramo muy variado y bonito. En uno de los caseríos hay un lavadero curioso, Tiene unas piedras que no suelen tener los muchos que por aquí hay y que son piedras para restregar la ropa cuando se lava. Es bonito y curioso.
Lavadero camino a Picaraña
Con esto llegamos al pueblo de Picaraña de Abajo, donde atravesamos una zona industrial con comercios y bares antes de empezar a subir un largo tramo recto de más de un kilómetro por el arcén de una concurrida carretera nacional muy concurrida que se hace muy pesado.
E·l tiempo aguanta y no llueve, con lo que la única dificultad es la pendiente de la carretera y lo tedioso de un largo tramo recto.
Camino a Faramelle
Camino a Faramelle
Este se abandona por fin al llegar a una cerrada curva, que nosotros no tomamos, pues entramos en una carreterilla local muy agradable que, tras pasar el caserio de Faramello, baja hasta un riachuelo para luego subir con fuerza hasta una preciosa ermita, la de San Martiño, que tiene delante un crucero moderno, y detrás uno de los cruceros más antiguos de Galicia, el crucero de Francos. Es muy distinto de todos los demás; bajo y macizo, con una escultura tosca y primitiva, pero precioso de ver. 
Crucero de Francos
Me quedo un poco viendo la ermita y el crucero antes de seguir ahora por unas preciosas carreteras que recorren abiertos espacios verdes por senderos muy cómodos de caminar y bonitos de ver. El paisaje hoy es más despejado que otros días. No hay tantos bosques, pero todo está verde y húmedo, y ocasionalmente cruza pequeños arroyos.
Camino a Parada de Francos
Así llego a Parada de Francos, ya a once kilómetros de la salida. Allí hay un bar donde hay algunos peregrinos descansando. Ya hace rato que veo poca gente. Prácticamente desde que salí de A Escravitude he ido encontrando cada vez menos gente. Yo no tengo ganas de parar, así que sigo andando por un parque despejado y muy agradable. Allí me llama To, que se vuelve hoy a Holanda, para despedirse. Me encanta hablar con él. Poco después paso el poblado de Osebe y luego Casalonga hasta cruzar un puente sobre el Rio Tinto.
Comienza a llover
Y más o menos allí se desencadena el infierno. Estopy como a quince kilómetros de Santiago y empieza a llover fuerte por primera vez en el día. Me pongo el poncho, esperando que escampe pronto como otras veces; pero esta vez va en serio.
Camino aMilladoiro
Empieza a llover fuerte y racheado. Además hay fuertes ráfagas de viento que llevan el agua a todas partes y hacen difícil caminar. Atravieso así unas preciosas zonas de bosque, que no puedo disfrutar plenamente porque la lluvia lo impide y además cada vez el camino de tierra está más embarrado y difícil de caminar.
Camino a Milladoiro
Llevo delante a dos tíos que me van marcando el paso, así que no me tengo que fijar mucho en el camino. No obstante, no puedo dejar de observar algunas zonas particularmente bonitas de bosque por las que pasamos lo más deprisa posible.
Camino a Milladoiro
La lluvia es constante y no cede.  Es densa y fría y cala hasta los huesos. Al cabo de dos kilómetros ya toda la carretera es un puro charco, En las subidas el agua baja formando arroyos por la carretera y ya da igual donde pisas, porque todo está igual de embarrado.
Camino a Milladoiro
v
En poco tiempo, y a pesar del poncho, estoy completamente calado. EL pantalón, que no está completamente protegido absorbe el agua y termino calado hasta los huesos. Además los calcetines también absorben el agua y me calan completamente las botas. Ahora cada paso es como andar chapoteando en un charco. Cada vez que piso salen burbujitas de las botas, que están completamente caladas y el pie me resbala dentro de ellas. Es una tortura.
Camino a Milladoiro
Tras el bosque se llega a una rotonda en la que han colocado una pequeña caravana que hace las veces de bar. En condiciones normales no pararía nunca, pero tiene una visera en la que te puedes refugiar de la lluvia, así que me detengo, al igual que los que llevo delante.
Camino a milladoiro
Hablo con ellos mientras tomamos algo y me dicen que son alemanes y que para ellos esteo es un tiempo normal, por lo que no les preocupa lo más mínimo. Pues a mi me está jorobando y bien.
Los alemanes se marchan antes que yo, que sello la credencial y me arrojo de nuevo a la piscina. O sea , que sigo Camino.
Camino a Milladoiro
Se pasa ahora una rotonda y se transita un pequeño trozo de monte antes de iniciar una subida por una zona urbana llamada Milladoiro. Es una urbanización de categoría a las afueras de Santiago que vamos callejeando, siempre en subida y siempre bajo la lluvia. Tiene primero una zona de chalets de lujo antes de llegar a una part3e más alta de edificaciones muy modernas de varios pisos.
Camino a Santiago
La carretera va siempre subiendo y subiendo por calles asfaltadas y con buenas aceras por las que se andaría cómodo si no estuviésemos en medio del diluvio.
Finalmente  cruzo toda la urbanización y llego casi a la cima del monte que vamos subiendo. Recuerdo de la anterior vez que había que continuar recto para llegar al Agro de los Monteiros, el punto desde donde se ve Santiago por primera vez en el camino Portugués. Pero ahora han cambiado el camino. En vez de seguir subiendo se gira a la derecha y se comienza a bajar  por una zona urbana cómoda y que desciende suavemente hacia Santiago, que ya solo está a unos siete kilómetros.
Santiago
La ventaja de este nuevo camino es que al estar asfaltado no está hoy tan embarrado como los caminos de tierra.
Camino a Santiago
Este último tramo se me hace eterno. Vamos todo el rato bajando entre casas aisladas.
En un momento dado se tiene una buena vista de Santiago, que aún aparece lejano. No es tan buena como la que se te3nía desde el Agro dos Monteiros, pero aún así hoy vale. No son las vistas lo principal, sino llegar de una vez.
Camino a Santiago
Tras un rato de bajada llegamos a un cruce sobre las vías de ferrocarril donde se junta este nuevo camino con el antiguo que bajaba desde el Agro dos Monteiros. Es casi la entrada de Santiago. Ahora llueve más fuerte y tengo que cruzar un parque por unos senderos completamente embarrados y en cuesta que son una tortura. Es una pena, porque la zpona es preciosa, pero solo me paro una vez, debajo de un puente de carreteras y es para estar algo seco durante un momento.
Camino a Santiago
Este tramo termina en un lugar donde pasa algo raro. Hay dos mojones oficiales del Camino juntos, pero cada uno de ellos señala a una dirección distinta. ¿Y ahora qué?. La solución está en los mismos mojones. Cuando me acerco veo que en uno de ellos pone “Corto” y en el otro “Largo”.  Así que o es una clase de Barrio Sesamo, o hay dos modos de llegar al centro de Santiago. El día de hoy no está para discusiones. Elijo el Corto sin dudarlo y continúo entrando en una zona de casa modernas que se va acercando poco a poco al centro de la ciudad.
Entrada a Santiago
Poco a poco y lo que a mi me parece muy despacio vamos acercándonos al centro de la ciudad. Ya estamos claramente en zona urbana y las calles son cada vez más densas y llenas de gente.
Entrada a Santiago
Entrada a Santiago
En un momento dado miro a un lateral y veo que estoy pasando por delante del Kids and Us de Santiago. Como soy muy corporativo le hago una foto y se la mando a Paloma.
Kids and Us Santiago
A todas estas, a la altura de la entrada a Santiago ha dejado de llover de repente. No es que haya empezado a llover mas flojo; es que ha parado de repente.  Así que la entrada a Santiago es mas agradable que el resto del final de la etapa.
Unos metros más y llego ya a zona conocida. El Camino Portugues entra en la zona vieja bordeando el parque de la Alameda y recorriendo toda la Rua de Francos hasta la catedral.  Se entra a la plaza del Obradoiro justo por el lado contrario  de donde entra el camino Francés.
Bordeando la Alameda
La rua de Francos está con bastante menos gente de lo que es normal. Es la calle más turística de Santiago y normalmente está abarrotada, pero hoy se anda sin problemas.
Entrada a la Rua de Francos
Rua de Francos
Llego a la Plaza del Obradoiro completamente empapado a las dos y media. La plaza también está medio vacia, así que se puede andar sin problemas. Me acerco hasta el kilómetro cero, en el centro de la plaza, donde doy oficialmente terminada la peregrinación.
Entrada a la Plaza del Obradoiro

Plaza del Obradoiro
Pero antes de ir al hotel me acerco al nuevo centro de acogida al peregrino, situado en la calle Carretas, cerca del Parador y a unos trescientos metros de donde estaba el anterior. Es un edificio grande y bien acondicionado, con la ventaja de que la cola para recoger la Compostela se hace en un edificio interior, y no a la intemperie.
Centro de Acogida al Peregrino
Centro de Acogida al peregrino
Con el día que hace no hay mucha cola, así que espero solo unos veinte minutos antes de recoger mi Compostela y dirigirme por fin al Hotel Rua Vilar, situado al lado de la entrada a la Catedral por la Plaza de Platerías.
Cementerio de paraguas en Platerias
En la Plaza de Platerias
Subo rápidamente a la habitación y me quieto cuanto antes toda la ropa empapada. Me doy una larga ducha caliente y descanso un rato tumbado en la cama de este día tan duro.
Despues salgo a pasear por Santiago. Ahora no llueve y se está a gusto, ya que no hay demasiada gente por las calles. Entro en la catedral por la Puerta Santa y cumplo con mis obligaciones peregrinas: el abrazo al Santo, la visita a la cripta y la visita a la capilla de la Corticela, mi preferida.
Procesion
Luego me voy a la habitación a escribir un rato antes de salir a las ocho y media a ver una preciosa procesión que sale de al lado de la catedral y baja por la Rua Vilar, justo enfrente de la puerta del hotel. Es una procesión preciosa, con tres imágenes más una cruz portada por 26 niños, que es una maravilla. Hay una representación del ejército, y verlo pasar todo por la Rua Vilar con la catedral de fondo es una maravilla.
Procesion
Procesión
Después voy a cenar al restaurante Carretas, donde tomo zamburiñas y lenguado y me recojo en el hotel, cansado pero contento del día y del conjunto de la peregrinación.
Ha sido un Camino precioso, de lo mas variado y con condiciones meteorológicas muy cambiantes, que lo han hecho más interesante.
No es un camino difícil físicamente, salvo por la longitud de algunas etapas, pero es muy intenso en cuanto a paisajes y zonas que se atraviesan.
Y mañana ya a Madrid. Me apetece llegar y ver a mi gente, que ya les hecho de menos.
Catedral de Santiago
TRIVIAL DEL CAMINO
Hoy era el último día, así que ya no hay pregunta. Luis ha acertdo la de ayer, pues Iria Flavia fue la antigua sede episcopal antes que Santiago.
Muchas gracias a todos los que habéis participado y me habéis ayudado a amenizar el Camino.