sábado, 30 de marzo de 2013

Día 8 Belorado - San Juan de Ortega

Cronicas de un peregrino.
Dia 8 30 de Marzo.
Belorado - San Juán de Ortega 24 kms

Último día de Camino. Esta tarde volvemos a Madrid en autobús desde Burgos. Pero todavía nos queda una etapa mediana desde Belorado a San Juan de Ortega. Son veinticuatro kilómetros y para mi gusto es una de las etapas mas bonitas del Camino. Se suben los montes de Oca y se transita por un bosque de pinos muy agradable durante ocho kilómetros antes del final.
Nos levantamos a las siete, descansados y con la uña de Paloma y mi pierna relativamente controlados. Yo me tomo un Dolovolarén y me unto toda la pierna de crema Voltarén, a ver si así me aguanta bien toda la etapa. Paloma se ha puesto un esparadrapo en la uña para que la proteja del roce de la bota. Y todo controlado.
Desayunamos en el bar del hotel y a las ocho y diez nos arrojamos a la carretera.
El día es de momento perfecto. Hace sol y no se ven nubes amenazantes en las cercanías. A estas horas hace algo de fresco, pero eso es bueno para andar ligerito.
Lo único malo es que hace un fuerte y molestísimo viento de cara que dificulta caminar.
Salimos de Belorado por el arcén de la carretera hasta llegar a un puente de madera que han puesto para el paso de peatones al lado del puente de piedra medieval por el que discurre la carretera nacional. Se ve ya bastante gente por el Camino. Hoy vamos a ver mucha mas gente que otros días, especialmente en las paradas de los pueblos. Se nota que es fin de semana.
En cuanto salimos de Belorado y enfilamos una recta en campo abierto el viento empieza a ser un auténtico fastidio. Da de cara y a mi me molesta muchísimo en las lentillas, que se me secan y veo fatal.
Así vamos pasando los cinco kilómetros que nos separan del primer pueblo de la ruta, Tosantos. El Camino es hoy continuamente de subida. Partimos de los setecientos sesenta y cinco metros de Belorado y tenemos que llegar a los mil ciento cincuenta de los Montes de Oca, antes de comenzar a bajar hacia San Juán. La pendiente de ahora es ligera y se lleva bien, así que en una horita estamos en Tosantos. De este pueblo solo destaca una ermita que hay excavada en la pared deun monte cercano y que solo se ve de lejos. Desde Tosantos ya se ve un poco mas alto el siguiente pueblo de la ruta, Villambistia, que solo está a dos kilómetros.
Es otro pueblo pequeñito y lo único reseñable que tiene es una fuente de cuatro caños, en la uqe dicen que, si remojas la cabezaen ella, recuperasla fuerza y la vitalidad. Como nosotros de eso tenemos suficiente, pasamos de congelarnos la cabeza en la fuente y seguimos otros dos kilómetros hasta el siguiente pueblo, que también se veun poco mas alto que este en el que estamos.
Se trata de Espinosa del Camino, otro pueblecito sin mucho que contar. Ahora que lo pienso, los pueblos son pequeños y poco reseñables, pero los tres tienen una iglesia románica que, la verdad, ya casi ni nos llaman la atención tras todas las que hemos visto.
Y es que la concentración de arte en el Camino es tan grande que es facil quedar saturado y dejar de apreciar bonitos monumentos como estas tres iglesias.
Hablando de monmentos, Espinosa tiene un bar donde ya va parando mucha gente. Nosotros, sin embargo, preferimos seguir hasta Villafranca Montes de Oca, el pueblo mas importante de la jornada, situado justo a mitad de la etapa y que marca el inicio de la parte mas dura de la ascensión a los Montes de Oca.
Son otros cuatro kilómetros largos que comienzan con unas rampas durillas a la salida de Espinosa. El Camino luego se suaviza y va bordeando un monte hasta comenzara bajar un poco hacia Villafranca. A mitad de Camino pasamos junto a los restos del Monasterio Mozárabe de San Felix, del que apenas quedan dos paredes y finalmente llegamos a la carretera nacional por cuyo arcén tenemos que transitar unos ochocientos metros hasta llegar a Villafranca.
Justo a la entrada hay una explanada con varios bares donde se ve una gran cantidad de peregrinos. Es un punto ideal para parar y todos nos vamos concentrando aquí.
Hay un grupo como deunos veinte chavales de unos dieciocho años, que deben ser de un colegio y a los que hemos ido viendo avanzar todos juntos durante el último tramo.
Nosotros paramos en uno de los bares que tiene una terrazita y nos quedamos allí fuera a descansar un rato mientras tomamos una coca y las palmeras de chocolate que sobraron de ayer. En el bar está la pareja inglesa a la que vemos todos los días. Están un poco asustados por la subida que viene ahora y les comento que lo único verdaderamente duro es el primer kilómetro y que luego la cosa mejora. No parecen nada convencidos.
Terminado el descanso continuamos. Nada mas entrar en Villafranca el terreno se endurece mucho. Una primera y dura cuesta sobre asfalto que cruza el pueblo se convierte en un camino de cabras lleno de piedras que asciende el monte. Son unos trescientos metros muy duros. A partir de allíel sendero mejora pero sigue siendo muy empinado. A Paloma la pierdo de vista como de costumbre y yo sigo a mi ritmo, cansino en este terreno. La parte mas dura termina un kilómetro mas allá, al llegara a una fuente llamada de Mojapán, desde la que hay una excelente vista de Villafranca al pie de los montes y de todoel valle por el que hemos venido.
El paisaje es ahora completamente distinto del que hemos tenido todos estos días. Desde que salimos de Villafranca vamos por terreno montañoso lleno de árboles que pronto se convierten en un tupido bosque de robles. Además de que es muy bonito, esto tiene de bueno que ha cortado completamente el viento, lo que se agradece.
Dejamos la fuente, donde hay un tio durmiendo en un saco, y seguimos subiendo. La ascensión es ahora continua pero mas suave que al inicio. Finalmente salimos del bosque en el punto mas alto de la sierra, donde hay un monumento a los fusilados en este lugar por las tropas de Franco durante la guerra. Es un monolito bonito y tiene una placa que cuenta lo sucedido.
Seguimos ahora por una fuerte cuesta abajo que es una putada, ya que simplemente baja un ratillo para dar paso a un puentecillo que cruza un río tras el que viene la ascensión mas fuerte que yo conozco. Son solo unos doscientos metros, pero son brutales. Los hacemos despacio (yo mas despacio que Paloma) y, tras rebasarla. el terreno que sigue siendo de ascensión, nos parece una delicia. ¡Vaya cuestarrón!.
Un poco mas de ascensión y llegamos a otro denso bosque, este de pinos, que nos va a acompañar los ocho kilómetros que nos quedan hasta San Juan de Ortega.
El pinar es ya terreno llano que se recorre con facilidad por una anchísima pista forestal como de unos cincuenta metros de ancho, que mas parece un cortafuegos que otra cosa.
Está bastante embarrada, pero se recorre facilmente. La zona es bonita, pero estos últimos kilómetros se convierten en intermiables. Ya vamos cansados y a mi la pierna me está empezando a molestar mas de la cuenta. El puto pinar es todo igual, fila tras fila de árboles idénticos y ya estamos hartos de pinos. Queremos llegar.
Poco a poco el sendero se va estrechando hasta convertirse en una senda forestal normal y el Camino empieza a descender. Esto es algo mas agradable.
De repente vemos una manada de cinco jabalies que cruzan el Camino delante nuestro y se pierden rápidamente en el bosque. Esto es algo mas divertido.
Finalmente, y cuando estamos ya mas que hartos, nos cruzamos con un grupo de unos treinta excursinistas que vienen subiendo. ¡Excelente!, eso es señal inequívoca de que ya estamos llegando.
Un poco mas allá, tras una curva, el bosque llega a su fin y vemos por fin el Monasterio de San Juan de Ortega a apenas un kilómetro.
Lo cubrimos facilmente y a la una y media estamos ya entrando en el monasterio a ver la tumba del Santo.
Hemos hecho muy buena media y hemos llegado bien, pero decidimos no pasar de aquí. Estamos cansados y mi pierna molesta mas de lo debido y está hinchada. Además, como si fuese cosa de meigas, ha sido llegar a San Juan y ponerse a llover, así que ante esta señal del cielo damos por terminada la etapa y esta parte de Camino.
Nos metemos en el bar que hay al lado del Albergue y nos sentamos a comer. Ya que hemos terminado, hoy vamos a comer sentados en una mesa, como Dios manda.
La especialidad del sitio, muy conocido en el Camino, son las tortillas, que hacen de tres huevos. Paloma toma una de queso y yo una de jamón, ambas con ensalada, y nos pedimos también una ración de morcilla. Todo muy bueno y barato.
Cuando terminamos el camarero nos da el teléfono de los taxis de Burgos. Llamamos y en veinte minutos un taxi nos viene a recoger y nos lleva hasta la estación de autobuses de Burgos. Durante el trayecto llueve mucho, pero ahora ya vamos en taxi y nos da igual.
Son las tres pasadas y nuestro autobus sale a las seis. Dejamos las mochilas en la consigna de la estación y cruzamos hasta la Catedral, que está al lado. Entramos a verla aprovechando el descuento de peregrino. Con la entrada nos dan una audioguia, con lo que la visita dura mas de una hora, con explicaciones detalladísimas que llegan a saturarnos.
Al salir volvemos ya a la estación de autobuses tras parar en un bar a tomar algo. Esperamos un poco y a las seis y cinco tomamos el autobús que viene de Santander con destino Madrid.
Es un autobus estupendo, con butacas con reposapies, mas ancho del normal y mas separación en las filas. Tiene hasta una azafata que nos da una merienda, caramelos, bombones...
Y tiene cine.
Tras la experiencia del Gato con Botas a la ida espero una película de acción en vez de dibujos animados para pasar el rato hasta Madrid. Y de acción es : Kung-fu Panda. Jodete.
Así que paso de la tele y me pongo a escribir mientras Paloma lee.
El viaje es rápido y cómodo hasta estar cerca de Madrid, donde el tráfico empieza a ser mas denso a pa altura de El Molar. Paciencia. Nos hemos metido de lleno en el atasco de entrada. Al final no es para tanto y llegamos tan solo veinte minutos tarde, a las nueve y cinco.
Cogemos el metro hasta Pio XII y allí nos recoge Paloma hija con el coche, que ya está bien de andar y mi pierna parece una bola.
Y aquí se termina este Camino. Ha sido un Camino estupendo: excelente compañia, siempre bien avenidos (lo que tras veintiseis años de matrimonio y ocho días juntos veinticuatro horas es todo un triunfo), un tiempo muchísimo mejor del esperado y , lo mejor,que durante la comida de hoy hemos empezado ya a preparar el Camino del año que viene. Y ha sido a sugerencia de Paloma, y no mia. Empezaremos aquí mismo, en San Juan de Ortega y en estas mismas fechas de Semana Santa, que el año que viene cae a mediados de Abril. Llegaremos hasta...
Ya veremos hasta donde llegamos.
¿Alguien se apunta?


viernes, 29 de marzo de 2013

Dia 7 Santo Domingo de la Calzada-Belorado

Cronicas de un peregrino.
Dia 7 29 de Marzo.
Santo Domingo de la Calzada - Belorado 23 kms

Hoy hemos llegado completamente calados. Nos ha llovido todo lo que ha querido en la última hora, con lo que ahora se agradece mucho mas estar tumbado tranquilamente en el hotel, recien duchados y calentitos, sin nada que hacer en toda la tarde.
El día ha sido bueno aunque con cielo muy cubierto, mucho viento que molesta al caminar y algo de frio hasta los cinco últimos kilómetros, ya cerca de destino, que es cuando se ha puesto a llover con ganas.
El parte médico es que Paloma tiene una uña del pie que parece infectada y yo tengo la pierna izquierda completamente hinchada y con un bulto sospechoso. Ninguna de las dos cosas nos ha impedido andar, así que no hay problema.
La etapa ha sido muy amena, porque pasa por cinco pueblos, así que cada pocos kilómetros tienes una meta parcial, y eso hace mas corto el tiempo. Además en casi todos ellos había algo que ver. Es la etapa de las pilas bautismales. En cuatro de los pueblos hay pilas medievales que son una maravilla. Así que hemos disfrutado bastante.
Nos hemos levantado a las siete y a las ocho y cuarto estabamos.ya en ruta. Hemos salido de Santo Domingo bordeando la muralla, que la verdad está en bastante mal estado y no es muy atractiva. Enseguida hemos enfilado el puente que sustituye al que construyó Santo Domingo y hemos cogido dirección a Grañon por el arcén de la carretera. El Camino sigue por un desvio por la derecha por el que vemos grupos de peregrinos, pero tras un rodeo vuelve para cruzar la carretera, así que nosotros acortamos y seguimos todo el rato por la cerretera hasta llegar al lugar del cruce.
Desde allí un largo sendero de tierra que va ascendiendo continuamente pegado a la carretera conduce a Grañon. No hemos encontrado ni un solo bar abierto en la salida de Santo Domingo, así que vamos sin desayunar. La senda es bonita, todo el campo está verde y si te vuelves, vas viendo Santo Domingo, que se aleja poco a poco.
Desde que pase yo por aquí han acortado un poco el Camino, que antes daba un enorme rodeo ante de llagar a Grañón. Ahora va bastante mas recto y en algo mas de hora y media recorremos los siete kilómetros hasta allí. Con ganas ya de desayunar entramos en un bar que está muy bien. Tienen una bollería excelente y unos bocadillitos que tienen muy buena pinta. Paloma toma un bollo y yo un bocadillo de jamón. Muy rico todo.
En el bar hay un cartel curioso que contiene los diez mandamientos del peregrino, que son los siguientes:

"1-Seguirás las flechas sobre todas las cosas.
2-No recorrerás kilómetros en vano.
3-No descansarás las fiestas.
4-Llamarás a tu padre y a ru madre.
5-No pararás.
6-No llevarás calcetines impuros.
7-No te quejarás.
8-No dirás falsas distancias al hablar.
9-No tendrás pensamientos ni deseos de irte.
10- No codiciarás las ampollas ajenas.
Estos diez mandamientos se encierran en dos:
Andarás sobre todas las cosas y cuidarás la mochila del prójimo como la tuya misma. "

Gracioso. Al salir del bar vamos a la iglesia del pueblo, que tiene una de las pilas bautismales de las que he hablado antes. La.iglesia en su conjunto es muy bonita, sobre todo una escalera de piedra que sube hasta el coro y que es una preciosidad.
Antes de salir del pueblo paramos en una panadería de esas que solo el olor que sale de ellas te invita a entrar.
Dentro hay no solo pan, sino toda clase de bollos buenísimos. Ahora entiendo el secreto de la bollería tan buena que tenían en el bar. La compran aquí seguro.
Aprovisionados con pan y media docena de pequeñas palmeras de chocolate hacemos los cuatro cómodos kilómetros hasta el siguiente pueblo, Redecilla del Camino. A mitad de la ruta entre los dos pueblos se encuentra la frontera entre La Rioja y Burgos, que está marcada con un enorme panel donde aparece todo el tramo del Camino en tierras castellanas. Allí me espera Paloma, que se había adelantado y juntos bajamos hasta Redecilla, primer pueblo castellano del Camino.
Es, como casi todos los pueblos del Camino una larga calle que bordea la ruta. En su iglesia tiene una preciosa pila bautismal, que se considera una de las joyas del Camino. Representa una ciudad amurallada, la Jerusalén Celestial del Apocalipsis. Pero para nuestra desgracia la iglesia está cerrada y no podemos verla. La verdad es que estamos teniendo suerte y estamos encontrando casi todas las iglesias abiertas,lo que no es muy normal. Esta es la excepción.
Nos di en que no la abren hasta las doce, así que decidimos seguir. El siguiente pueblo, Castildelgado, está a solo dos kilómetros, así que llegamos en un abrir y cerrar de ojos.
Es un pueblo similar al anterior, algo mas pequeño y en su iglesia tiene otra pila bautismal medieval bonita. Esta tiene motivos florales y cabezas esculpidas. La iglesia, como todas las de la zona tiene un retablo de altar muy trabajado y completamente dorado. Estos retablos tan historiados destacan mucho en estas iglesias pequeñas de los pueblos por los que vamos pasando.
Otros dos kilómetros nos separan del siguiente pueblo, Viloria de Rioja. Lo del nombre no se entiende, porque está en Burgos y no en la Rioja. Supongo que son ganas de tocar los huevos de los del pueblo.
Este es un pueblo muy pequeño pero muy importante, ya que aquí nació Santo Domingo de la Calzada y, como no su pila bautismal, mucho mas sencilla que las anteriores que hemos visto, se guarda en su iglesia, qe visitamos.
Despues paramos un rato a tomar un poco de agua y descansar en un parquecillo que hay pegado a la iglesia y nos hacemos una foto que Paloma lleva intentando hacerse desde el principio y que es digna de una tienda de fotos gallega : los dos de espaldas de manera que se nos vean las mochilas, sentados en un banco y girando la cabeza para mirarnos amorosamente. Para potar, vamos. Hemos intentado hacerla en la iglesia, pero he colocado la cámara en un banco de tan mala manera que se ha caido antes de hacer la foto.
Seguimos despues cuatro kilómetros más hasta Villamayor del Rio, el último pueblo antes de nuestro destino. El cielo está cada vez mas cubierto de negras nubes cargadas de agua que, de momento no descargan. El Camino es sencillo y recto va pegado a una carretera y sigue sus suaves subidas y bajadas.
A la entrada de Villamayor nos desviamos a un bar-restaurante en el que compramos dos refrescos y nos sentamos fuera a comer las provisiones que nos quedan de otros días: chorizo de pamplona, queso y mortadela, todo ello con el riquísimo pan de Grañón. De postre palmeritas de chocolate.
Retomamos el Camino para hacer los últimos seis kilómetros hasta Belorado y casi inmediatamente se pone a llover. Y esta vez es lluvia de verdad, además acompañada de un fuerte viento que la hace mas desagradable. Cubremochilas, chubasqueros, capas... todos los que vamos por el Camino nos cubrimos como podemos. Incluso una saca un paraguas, que se le da la vuelta casi de inmediato por el viento. No queda mas que apretar los dientes y seguir para adelante. En breves minutos estoy completamente calado. Solo me he puesto el chubasquero y los pantalones acaban completamente mojados. Paloma es mas previsora y se pone la capa, con lo que apenas se moja. Yo es que le tengo manía a la capa. Me cuesta mucho ponermela y además es como una sauna portatil. Pero si había un dia para capa, ese era hoy.
Los kilómetros bajo la lluvia se hacen molestísimos, pero mal que bien los hacemos y llegamos a la entrada de Belorado, donde tenemos que cruzar la nacional en una peligrosa curva. Un kilómetro mas por las calles del puebloy llegamos a nuestro hotel, el hotel Jacobeo. Justo cuando llegamos está dejando de llover, peroya nos da igual.
Nos metemos en nuestra habitación y ponemos la ropa a secar antes de ducharnos y tumbarnos a descansar, como todos los días.
Estamos em la habitación hasta las cinco, hora a la que salimos con la intención de ver un poco el pueblo. Pero está lloviendo con ganas otra vez, así que nos quedamos en el bar del hotel a tomar algo.
Grave error. Un tipo llamado Carlos se nos acerca y comienza una conversación sobre el Camino, que al principio parece inofensiva. Yo le sigo al principio la corriente, pero la cosa deriva hacia un monólogo sobre la existencia de Dios, del universo y de cualquier cosa. No se como callarle y Paloma se parte de risa, al igual que todos los demas que están en el bar. Finalmente expone toda su teoría sobre la creación que es algo así como que el hombre se creo a si mismo (y por tanto es Dios). Esto pasó en otro planeta, pero luego vinieron aquí en naves espaciales. Yo ya ni le contesto, a ver si se da por vencido, y al final se da cuenta y nos deja en paz. ¡Menudo chalado me ha tocado! .
Con todo esto ya es casi hora de ir a los Oficios, que empiezan a las seis. Sigue lloviendo, pero vamos de todos modos y Paloma entra, pero yo prefiero quedarme en un bar escribiendo. En el bar hay un campeonato de mus, y es muy divertido oir las discusiones entre todos los parroquianos.
Los Oficios duran una hora larga. Espero a Paloma a la salida y vamos a un bareto a hacer tiempo hasta que empiece la procesión a las ocho. Queremos verla salir y luego ir a cenar. Ahora no llueve, pero hace frio y viento y no se está a gusto en la calle.
Nos acercamos hasta la iglesia desde donde sale la procesión y se nos acerca uno que nos dice que están buscando voluntarios para empujar los pasos. No nos decidimos a ello y luego me arrepiento. A Paloma no le apetecía, pero yo, en cuanto lo he pensado en frío me he dado cuenta de que me hubiese hecho ilusión participar. Pero mi primer impulso ha sido decir no, y ya no hay vuelta atras, porque ya han encontrado los voluntarios que necesitaban.
Así que vemos los pasos en la iglesia mientras se están preparando para salir y nos vamos a cenar a un restaurante en la Plaza Mayor. Tiene un menu bastante vulgar y sencillito. Paloma toma ensalada y huevos fritos y yo huevo a la cubana y filetes de lomo. En el restaurante están también los ingleses que vimos en el restaurante de Nájera. El sigue teniendo la cara igual de roja que entonces, a pesar de que no hemos visto el sol desde entonces.
Cuando salimos la procesión está pasando lo mas deprisa posible por la Plaza Mayor, porque vuelve a llover con fuerza y se les van a mojar las imágenes. Podían hacer como en un sitio que he visto hoy por la tele, que como llovia le han puesto al Cristo un chubasquero y han seguido con la procesión.
Nosotros cruzamos deprisa la procesión y nos vamos al hotel a recogernos.
Mañana toca la última etapa de esta peregrinación en pareja. Paloma sigue con su uña dolorida y yo tengo el tobillo y la pierna derecha completamente hinchados. Puede ser un derrame o una rotura de fibras. La verdad no me duele demasiado, pero veremos mañana.
La etapa es de recorrido variable, ya que en principio queremos llegar a San Juan de Ortega, a veinticuatro kilómetros, pero si nos apetece podemos seguir cuatro kilómetros mas hasta Ages o seis hasta Atapuerca antes de coger un taxi que nos lleve a Burgos, ya que en ninguno de los tres pueblos hay autobus.
El autobus para Madrid sale de Burgos a las seis, así que tiempo tenemos de sobra.
Ya veremos lo que hacemos, ya que la etapa incluye pasar los Montes de Oca, que son durillos, y no se como responderá mi pierna.

jueves, 28 de marzo de 2013

Dia 6 Nájera - Samto Domingo de la Calzada

Cronicas de un peregrino.
Dia 6 28 de Marzo.
Nájera - Santo Domingo de la Calzada 22 kms

Toda la etapa buscando al maldito Coreano, y hoy no ha aparecido. Estoy seguro de que se ha dado cuenta de que habíamos descubierto su condición de espia con medios de locomoción secretos y a regresado a sus cuarteles generales, donde será duramente castigado por su descuido.
Ha sido una etapa corta y cómoda, de tan solo veintidos kilómetros y no ha llovido nada, aunque el cielo ha estado cubierto y ha hecho fresco y sobre todo un fuerte viento bastante molesto.
Nos hemos levantado a las siete, tras haber dormido bien a pesar de que en la calle donde está el hotel estuvieron las juventudes najerinas haciendo botellón hasta las doce. Pero el aislamiento del hotel es bueno y apenas se oía nada.
A las ocho estamos ya en marcha tras desayunar en un bar al lado del hotel.
Nos hacemos alguna foto frente a Santa María la Real y afrontamos la salida de Najera, que se hace bordeando el monasterio para subir por un fuerte repecho a la colina en la que se asienta el templo. No hay como una buena cuesta para comenzar el día con ánimo, y esta es durilla. Cuando llegamos arriba el camino sigue bordeando campos de uva. Está bastante embarrado, y hoy el barro va a ser uno de los problemas de la jornada.
El horizonte del Camino ahora es amplio y vemos que tenemos un largo sendero que cruza una enorme meseta que está enmarcada por cadenas montañosas de cumbres nevadas. Las vistas son una maravilla.
Hay mas gente en el Camino que otros días, aunque nunca demasiada. Nada que ver con las aglomeraciones de los meses de verano o las de las etapas gallegas. Durante todo el Camino la mayoria de los que hemos encontrado eran guiris, pero ahora vemos mas españoles. Para los guiris este tiempo es magnífico para andar. Ayer, cuando cenábamos, Paloma estuvo hablando con una paraja irlandesa que viven en Londres. Incomprensiblemente él está rojo como un tomate, a pesar de que no hemos tenido sol.
En seis cómodos kilómetros por el campo nos plantamos en el primero de los dos pueblos por los que vamos a pasar hoy, Azofra.
Es un pueblo muy pequeño en el que se concentran en los bares para desayunar los peregrinos que van llegando. Nosotros simplemente compramos pan y naranjas en una tiendecita y seguimos Camino.
A un kilómetro de Azofra nos encontramos con un Rollo Jurisdiccional medieval. Es una columja alta situada en un cruce de caminos en medio del campo, donde ataban a los sentenciados para que todo el que pasase los viese. El porqué lo ponían en medio del campo lo ignoro.
El Camino sigue bastante llano y con un paisaje similar hasta que se acerca al borde de una autopista.
Vamos ahora por un sendero paralelo a esta y que cada vez está mas embarrado. La tierra del Camino aquí es tierra roja de sembrado y con las lluvias se ha formado un barro horroroso, denso y pegajoso que hace muy dificil la marcha. Ya me pasó lo mismo la otra vez que pasé por aquí.
Las pasamos canutas para hacer un kilómetro de terreno embarrado y.al final tenemos que dejar el sendero y caminar por en medio de un cultivo de cereales en el que el terreno es algo más duro y se camina mejor.
Pasado por fin este horrible tramo todos paramos a quitarnos el barro de las botas, que forma pegotes que no hay quien se quite.
Pasado el barro viene el siguiente obstáculo. A cosa de un kilómetro se ve una cuesta larga y empinada en la que pueden verse los esfuerzos de los que nos preceden. Esto de ver una cuesta desde mucho antes de llegar desmoraliza mucho. Siempre te imaginas que va a ser peor de lo que luego realmente es y sufres por anticipado. Paloma ha decidido que soy un ave de mal aguero porque le voy anunciando por anticipado lo que nos espera, así que ya no le digo nada. Mejor la sorpresa.
Al poco tiempo llegamos al pie de la cuesta, quesube hasta una alta plataforma del terreno dejando el valle por el que hemos venido. Paloma se adelanta de inmediato y me deja muy atras. En este tramo el gobierno de La Rioja ha puesto recientemente unos postes de madera que van anunciando los kilómetros que quedan hasta Santiago. Por eso se que la cuesta tiene mas de un kilómetro de constante subida.
No se hace mal del todo. Paloma la sube muy deprisa y yo despacio y con calma, pero finalmente consigo llegar arriba sin parar.
Justo en lo alto de la cuesta hay un área de descanso donde paran los que van llegando. Paloma no ha parado, así que yo también sigo y la veo bastante lejos, al final de una larga recta. Va hablando con álguien que de lejos me parece el coreano. Lo compruebo con el zoom de la máquina de fotos y veo que no, no es el coreano sino la chica que nos encontramos en un bar en Los Arcos y que estaba pensando en coger un taxi.
La larga recta va bordeando un campo de prácticas de golf, donde hay bastante gente practicando. Al final de la recta Paloma me está esperando y sigue hablando con la de Los Arcos. Cuando llego me la presenta y, como ella va mucho mas despacio, nosotros seguimos a nuestro ritmo.
Tras el campo de golf está, como es natural, la urbanización del golf. Es una urbanización grande, con chalets preconstruidos de varios modelos. Hay gente bajando al campo de golf con sus carritos. Supongo que no debe hacerles mucha gracia que el Camino pase por su urbanización, pero que se aguanten. El Camino estaba antes que ellos.
Cruzada toda la urbanización llegamos al segundo pueblo del día, Cirueña. Aquí hemos decidido parar, pues tan solo nos quedan ya seis kilómetros para Santo Domingo.
Nos acercamos al bar del pueblo, que está un poco alejado del Camino y nos sentamos dentro con un par de refrescos a descansar un poco.
Al lado nuestro en otra mesa hay una pareja que se está quitando las botas completamente embarradas a pesar de que todo el local está lleno de carteles prohibiendolo. Obviamente el dueño les llama la atención y ellos le contestan que este es un bar de peregrinos, como si eso les diese derecho a ser un par de guarros. Nosotros nos salimos fuera, a sentarnos en unos bancos que hay en una plaza para comer nuestras provisiones, que saben a gloria.
Tras un ratillo descansando, continuamos la marcha cruzando de nuevo el pueblo hasta retomar el Camino.
Ya queda poco. El Camino hasta Santo Domingo es una larga recta de cuatro kilómetros que va subiendo y bajando suaves colinas de campos cultivados de cereal sin apenas árboles. Los viñedos han desaparecido. Al subir una de las colinas Santo Domingo aparece al final de una larga cuesta abajo, dominado por la torre del campanario de la iglesia.
Diez minutillos bajando nos llevan hasta la entrada de Santo Domingo, que es bastante fea, ya que se entra por una zona de naves industriales, que dan paso a las edificaciones mas modernas de la ciudad, hasta llegar al casco antiguo. Llegamos a la plaza de la Catedral y por la muy bonita Plaza de España llegamos hasta nuestro hostal, que se llama El Molino de Floren y que mas parece una cuidada Casa Rural que un hostal. Se trata de un antiguo molino que han reconvertido en establecimiento hotelero. Está muy bien cuidado y las habitaciones son pequeñas pero muy confortables.
Es la una y media, así que hay tiempo para todo.Nos duchamos y descansamos hasta las cinco, hora a la que salimos a dar una vuelta. Hace fresco y sigue habiendo viento, pero se está bien para pasear.
A mi me ha saldo una fuerte inflamación en una pierna, por lo que buscamos una farmacia para comprar Voltarén en pomada, y luego nos sentamos en una terraza a tomar algo.
Después vamos a la iglesia de San Francisco, que está pegada al Parador Bernardo de Fresneda (el segundo de Santo Domingo) donde están expuestos los pasos que van a salir en la procesión de esta noche, Jueves Santo. Hay como diez pasos, no excesivamente bonitos. Destaca una Dolorosa y un Cristo arrastrando la cruz que están bastante bien.
Después subimos a la torre de la Catedral. Como no hemos amdado suficiente, pues nos subimos los mas de cien escalones hasta lo alto de la torre, desde donde hay unas preciosas vistas de todo Santo Domingo y sus alrededores.
Nos metemos luego en un bar a hacer tiempo y vamos a.las siete y media a la Catedral a oir los oficios.
La celebración en la Catedral es espectacular. Como llegamos pronto encontramos sitio en la segunda fila aunque la iglesia se llena y lo vemos todo perfectamente. Dura una hora larga , incluyendo el lavatorio de pies a un grupo de personas que están en el altar.
Al final de la misa hacen una pequeña procesion y llevan bajo palio la Sagrada Forma hasta una pequeña ermita que está al otro lado de la plaza de la Catedral, donde queda expuesta para su adoración hasta el Domingo de resurrección.
Nos vamos entonces a cenar a un restaurante cercano y tomamos el habitual menu del peregrino consistente hoy en menestra y filete para Paloma y alchachofas con jamón y entrecot para mi. Buena cena y barata.
Al ir volviendo al hotel vemos la procesión pasando justo por delante de la Catedral. Nos quedamos a verla pasar y luego nos recogemos en el hotel a las diez.
Mañana la etapa es similar a la de hoy. Veintidos kilómetros fáciles hasta Belorado. Saldremos de La Rioja y entraremos en Castilla León por la provincia de Burgos.
Espero que el tiempo siga siendo tan benévolo como hasta ahora y que sigamos disfrutando como hasta ahora.

miércoles, 27 de marzo de 2013

Dia 5 Logroño Najera

Cronicas de un peregrino.
Dia 5 27 de Marzo.
Logroño. - Nájera 29 kms

Si la etapa ayer fué larga, hoy lo es un poco mas. Pero no es tan escabrosa, por lo que hace bastante más cómoda.
Hemos llegado a destino incluso un poco antes que ayer y no excesivamente cansados.
El tiempo ha ayudado, pues aunque el día ha estado completamente cubierto y a ratitos a chispeado minimamente, no ha llegado a llover de verdad y hemos podido caminar muy comodamente.
Al igual que ayer nos hemos levantado a las seis y media, bien descansados. Lo primero es mirar por la ventana. Llueve suavemente, pero no parece molesto. Nos preparamos como todas las mañanas y a las siete y veinte estamos ya en la calle caminando.
La salida de Logroño es muy larga. Se cruza primero toda la parte antigua para salir luego a una larga avenida que en dos kilómetros nos acerca a un enorme parque .
Antes de salir de la ciudad desayunamos en una cafetería que encontramos abierta.
El paseo por el parque es agradable. Tiene cuatro kilómetros de largo y está muy bien cuidado. No hay mucha gente paseando a estas horas y tan solo nos encontramos con algunos otros peregrinos y algún jubilado dando su paseo matinal.
El parque termina en una zona boscosa que termina en un pantano donde hay gente pescando. Es una zona muy bonita y agradable, ya a seis kilómetros de nuestro punto de salida.
Bordeamos el pantano y llegamos a un desvio a un campo de golf. Es demasiado temprano para hacer unos hoyos, y no llevamos el vestuario adecuado, así que seguimos andando.
Toca ahora subir. Una colina de unos cien metros de altura divide los valles donde se asientan Logroño y Navarrete, nuestro siguiente destino.
No cuesta demasiado subirla y en la cima nos encontramos con que estamos al lado de la autopista. Para evitar el acceso a la misma hay una valla metálica, y la valla está completamente llena de cruces de madera hechas por los peregrinos con ramas o arbustos del Camino. Paloma hace también la suya y la deja allí puesta, en un trocito de valla que encuentra libre.
Bajamos ahora la colina viendo ya Navarrete bastante cerca. Ya hace rato que ha dejado de lloviznar, pero hay trozos del Camino bastante embarrados. Justo a la entrada de Navarrete se encuentran las ruinas del antiguo hospitál de San Juan de Acre, cuyo pórtico veremos mas tarde, ya que lo desmontaron y lo pusieron de puertas del cementerio, que está al otro lado del pueblo.
Cuando estamos haciendonos unas fotos se nos acerca una pareja (de varón y hembra, que hoy en día hay que clararlo todo), y nos dicen que si queremos que nos hagan una foto juntos. Nos enrollamos y entramos charlando hasta Navarrete. ¡Anímate, Juan!,hoy hemos cambiado el menage a trois de ayer por un posible intercambio de parejas.
Son muy simpáticos. Nos cuentan que empezaron el sábado en Roncesvalles con mucha nieve y que han hecho dos etapas de mas de cuarenta kilómetros para estar hoy aquí. Como consecuencia, ella está fatal de una pierna y no sabe si va a seguir. Viven cerca de Nájera, con lo que en estas etapas están durmiendo en casa. Su hija les lleva por la mañana al punto de partida y les recoge al terminar la etapa. Muy cómodo. Voy a pedirle yo a mi hija Paloma que haga lo mismo.
Como de costumbre, Navarrete es un pueblo en cuesta. Es muy famoso por su alfarería, pero ahora no es cuestión de comprar un jarrón para llevarlo a casa. Así que cruzamos el pueblo, que tiene una bonita iglesia y paramos en una panadería a comprar provisiones. Aprovechamos para tomar unos refrescos y descansar un poco. Hemos hecho ya doce kilómetros a muy buen ritmo y el tiempo nos está respetando.
Nuestros compañeros se quedan allí preparándose unos bocatas y nosotros seguimos Camino.
No nos gusta parar mucho rato, porque uno se queda frío y luego arrancar es una aventura dolorosa.
Llegamos así hasta la salida del pueblo, donde está la portada del Hospital de San Juan, adosada al cementerio. No pega mucho, pero la portada es muy bonita.
A partir de aquí nos quedan dieciseis kilómetros hasta Nájera sin ningún otro pueblo, así que arrancamos con ritmo.
Paloma ha decidido probar la técnica de los dos bastones para caminar, que le han contado nuestros últimos amigos. ACLARACION: no se trata de nada sexual, como alguno estará imaginando (y no quiero señalar), sino de andar con dos bastones, uno en cada mano, que alivia el peso en las piernas.
Con la susodicha técnica Paloma anda aún mas deprisa que de costumbre, así que dejo de verla casi de inmediato, así que me dedico a ver el paisaje.
El Camino va ahora entre campos enormes de viñedos, que para eso estamos en La Rioja. Es asombroso lo cuidados que tienen los campos y el trabajo que tienen las vides, ahora desnudas de uva. Todas están unidas por cables guía formando líneas completamente rectas. Hay aspersores y tuberías por todas partes y la tierra se nota muy cuidada. Debe ser un trabajo de chinos.
En dos kilómetros entre viñedos llegamos a la sede de la cooperativa de vinos de la zona y allí tomamos un camino que nos aleja de las vides y nos acerca hasta el límite de una autopista que vamos siguiendo durante un par de kilómetros.
Adelantamos a un coreano al que llevamos viendo ya varios dias. Debe tener mas de setenta años y va muy despacio, pero todos los días le vemos. Hoy nos lo hemos cruzado cuando llevábamos diecisiete kilómetros desde Logroño. La pregunta inevitable es ¿a que hora ha salido este tío de Logroño?. No cuadra. Suponiendo que le saquemos dos kilómetros por hora, habría tenido que salir ocho horas antes que nosotros, lo que es imposible. La otra opción es que no parase ayer en Logroño, sino en Navarrete, pero en ese caso, dado que ayer le pasamos en Sansol, debió llegar a Navarrete de noche tras hacerse mas de cuarenta kilòmetros. Aquí pasa algo raro. O coge un taxi o es un monje budista que se teletransporta mediante viaje astral cuando no le ve nadie. Si le vemos mañana le preguntaremos, porque el enigma del "Coreano Que Se Materializa Donde No Se Le Espera" me tiene muy mosqueado.
Tras dejar atras al Chino Cudeiro Paloma me espera en un desvio que lleva a un pueblo que se ve a lo lejos. Es una trampa. Los del pueblo han borrado las flechas que indican que el Camino sigue recto pegado a la autopista y han pintado otras que llevan al pueblo, para que pares y consumas. Con ello te añaden como dos kilómetros más. Que les den. Nosotros seguimos rectos, y en la lejanía vemos despues que el Chino Cudeiro ha cogido el desvío. ¡Y mañana nos lo encontraremos otra vez!.
Afrontamos ya la última parte de la etapa subiendo al Alto de San Antón, facil y que da ya paso al valle del Rio Najerilla.
Cuando empezamos la subida nos encontramos con uno que viene en dirección contraria. Nos cuenta que salió de Ciudad Real, se ha ido ya a Santiago y Finisterre y va de vuelta hacia Roncesvalles para continuar ¡hasta Roma!. Y no contento con eso está pensando si seguir hasta Jerusalén y así hacer del tirón las tres grandes peregrinaciones...
Como se entere el Chino Cudeiro seguro que se decide a acompañarle...
Le deseamos Buen Camino (que falta le hace) y emprendemos la ascensión al monte. Es un camino muy pedregoso y embarrado, pero bastante corto. A medio camino hay una zona donde los peregrinos han ido haciendo montañitas de piedras al borde del Camino. Hay muchísimas y Paloma añade una puedra a una de ellas.
Desde lo alto de la colina la vista es preciosa. Se ve todo el valle con varios pueblos diseminados aquí y allá. Uno de ellos es Nájera, nuestro destino, para el que aún nos quedan nueve kilómetros. También puede verse como en determinadas zonas muy localizadas está lloviendo. Es curioso. En el mismo valle pueden verse a la vez zonas soleadas, zonas nubladas y zonas con lluvia.
Bajamos la colina y comenzamos a acercarnos a Nájera. Ahora vamos algo mas despacio, aunque el terreno es llano o en bajada, aunque con zonas bastante embarradas y el tiempo es bueno. Cinco kilómetros más afelante llegamos al Poyo de Roldán, lugar donde según la leyenda tuvo lugar el combate entre Roldán y el gigante Ferragut. Ahora tan solo es el lugar donde han instalado una enorme torre de telefonía.
En un par de kilómetros mas estamos en un área de descanso a la entrada de Nájera. Paramos allí a comer algo. Ahora está chispeando, pero afortunadamente el area tiene unos templetes cubiertos donde nos sentamos y descansamos un poco.
En los dos últimos kilómetros hasta el hotel hay dos puntos notables. El primero está en la pared de una fábrica, donde está escrito un hermoso poema sobre el Camino.
El segundo está justo en una xasa a la entrada de Nájera, en cuya pared hay una inscripción enorme que dice : "Peregrino: en Nájera, Najerino". Todo un recibimiento.
Los últimos cientos de metros hasta el hotel, ya por las calles de Nájera, se hacen muy pesados, pero finalmente cruzamos el puente sobre el río, que viene impresionantemente crecido y de un color tierra que asusta, y llegamos al Hotel Duque de Nájera tras veintinueve kilómetros y medio a la una y media de la tarde.
La habitación es cómoda y nos quedamos descansando hasta las cinco y media. A esa hora, como hace sol salimos a dar una vuelta. Cuando cruzamos el puente vemos un grupo de ocho personas con pinta de turistas que se están haciendo fotos. Nos ofrecemos a hacerles una a todos y ellos a cambio insisten en hacernos una a nosotros. Terminamos haciendonos fotos todos juntos encantados. Son de Najera y uno de ellos nos cuenta que hizo el Camino en bici. También nos recomiendansitios donde cenar y uno de ellos incluso nos cuenta que es de Bilbao y se casó con una Najerina y aquí se ha quedado.
Nos despedimos y vamos a buscar una iglesia cercana donde hay misa de siete. La localizamos y, como aún es pronto, nos acercamos a la Plaza Mayor a tomar algo en una terraza, porque ahora hace sol y se está muy a gusto.
La misa es en un pequeño convento de clausura de monjas Clarisas. Las monjas están en la parte de atras y lo curioso es que a la capilla se entra por detras del altar, con lo que todo el que llega tarde hace el ridículo, pues entra de cara a toda la congregación.
Las monjas son casi todas extranjeras y es curioso que todas hacen las respuestas a la misa casi gritando y todas a la vez, como autómatas. Mas que Clarisas parecen monjas aulladoras.
Al salir de la iglesia está lloviendo bastante, por lo que nos metemos deprisa en un bar que nos han recomendado los najerinos. Dan buenas tapas pero no parece apetecible para cenar y el camarero no es muy simpático, así que nos vamos a un restaurante cercano que tiene un buen menú del peregrino por nueve euros. Cenamos fenomenal por ese precio. Tomamos de primero a medias unos puerros excelentes y una buena y suave sopa de ajo y de segundo los dos tomamos caballa a la brasa. Muy buen y muy barato.
Volvemos al hotel, que está al lado y vemos que todos los adolescentes de Nájera se han reunido en la calle del hotel para hacer botellón. Genial.
Afortunadamente el aislamiento del hotel es bueno y desde la habitación apenas se oye.
Paloma se duerme al poco rato y yo termino de escribir.
Ya hemos pasado las dos etapas mas largas y mañana tenemos tan solo veintiun kilómetros, así que nos vamos a levantar un poco mas tarde.
Mi misión mañana es desenmascarar al Coreano misterioso, también conocido como Chino Cudeiro. Creo que en realidad es un espia de Corea del Norte que se desplaza mediante un artefacto de teletraslación inventado por el gordo que manda allí.
Tengo que avisar urgentemente a la CIA.

I

martes, 26 de marzo de 2013

Día 4 Los Arcos - Logroño

Cronicas de un peregrino.
Dia 4 26 de Marzo.
Los Arcos-Logroño 29 kms

Etapa muy larga, casi treinta kilómetros, que estoy seguro dejaràn a churri agotada. La hemos hecho en algo mas de seis horas y media a buen ritmo y parando muy poco. Eso si, os anticipo que Paloma ha ligado, y tengo pruebas.
Hemos dormido muy bien y nos levantamos pronto, a las seis y media. Ayer miramos las predicciones de eltiempo.es, que suelen ser muy exactas y vimos que anunciaban tiempo cubierto pero sin lluvia hasta las once, y a partir de esa hora chubascos. Así que decidimos levantarnos pronto para aprovechar las horas secas. Así que a las siete estamos desayunando en un bar abajo del hotel.
La previsión no ha fallado. El día esta cubierto pero sin lluvia y hace buena temperatura. La camarera, muy simpática ella, nos dice que no nos fiemos. Que con todo lo que ha llovido los caminos estarán intransitables de barro y que podemos encontrar hasta arenas movedizas. Añade que todos los peregrinos se están yendo por la carretera, que es el único modo de llegar a Logroño hoy.
Hemos mejorado. La última vez que estuve aquí me recomendaron ir en autobus, y eso que entonces no amenazaba lluvia. Así que, como ya nos conocemos a estos paisanos que parecen disfrutar desanimando al caminante, salimos por el Camino normal. Nada mas empezar coincidimos con un grupo de unos diez guiris que tampoco han debido enterarse de que el Camino está intransitable.
Comenzamos a buen ritmo, con temperatura agradable, nubes y sol alternándose y un Camino que está mojado pero en perfecto estado para caminar.
El primer tramo es un largo sendero que en siete kilómetros muy agradables nos lleva a Sansol. La pista es ancha, recta y llana y está muy bien cuidada. Prácticamente desde el momento en que salimos de Los Arcos vamos viendo ya Sansol en la distancia. Avanzamos por un valle completamente verde con suaves montículos a los lados y una elevada cordillera al fondo. Hay varios pueblecitos sembrados entre los cultivos que parecen pueblos de juguete con sus elevadas torres de iglesia.
Poco a poco Sansol va acercándose. En los últimos kilómetros sale el sol con fuerza y pica un poco. Kilómetro y medio antes de llegar la pista de tierra se convierte en una carreterita de asfalto que sube con una pendiente que poco a poco se va endureciendo hasta la entrada del pueblo. Allí me espera Paloma, sentada en un banco.
Entramos en una tiendecita que está abierta y compramos pan y naranjas para el día.
Continuamos bajando una fuerte pendiente hasta Torres del Rio, pueblo que es prácticamente una continuación de Sansol. Es un pueblo pequeño, pero tiene una de las joyas del Camino: La iglesia del Santo Sepulcro, del siglo XII.
Es una iglesia pequeña y octogonal, como la de Eunate. Sin embargo no tiene el deambulatorio externo de Eunate y al estar situada en medio del pueblo destaca menos.
La iglesia está cerrada, pero hay un cartel que dice que si la queremos visitar llamemos a un determinado número de teléfono. Llamamos y en nada de tiempo viene una señora con las llaves y nos abre la puerta.
Le pagamos un euro por la visita y nos dedicamos a ver la iglesia. Como Eunate es una sola estancia octogonal, con un pequeño ábside donde está el altar delante de un precioso Crucificado románico que presenta la curiosidad de que está coronado.
La iglesia es alta y la nave interior guarda toda la altura del edificio, cerrándose con una cúpula que ocupa toda la extensión del mismo. En la parte alta hay ocho ventanales abiertos en cada una de las caras, enmarcados con columnas algunas de las cuales tienen inscripciones como Iacobus o Me Fecit.
La iglesia es muy bonita y nos demoramos un rato. Tras nosotros ha entrado un grupo de irlandesas que continuan allí cuando nos vamos.
Comentamos al salir que es una maravilla, pero que no consigue tener la magia de Eunate. Yo creo que es una cuestión de proporciones. Esta parece mas pequeña y la altura queda un poco desproporcionada. No consigue esa sensación que tuvimos en Eunate de que la iglesia era mas grande por dentro que por fuera.
Salimos de Torres del Rio subiendo, como es costumbre y comenzamos un tramo mas variado y pesado que cruza una pequeña sierra con una sucesión de subidas y alguna bajada que lo hacen ameno.
Los primeros tres kilómetros nos llevan hasta una pequeña ermita, la de la Virgen del Poyo, situada en la zona mas alta de la etapa.
Como de costumbre Paloma se ha adelantado y de repente la veo a lo lejos caminando, charlando y riendo junto a un bigardo de dos metros de alto por dos de ancho.
Inmediatamente hago unas fotos que sirvan de evidente prueba ante cualquier juez.
Voy siguiendo a la pareja a distancia (porque andan mas deprisa que yo) hasta que Paloma se despide del maromo y acelera, dejándole atras en un momento.
El Camino sigue ascendiendo por caminos de tierra hasta llegar a una carretera. Allí adelanto al acompañante de Paloma, al que saludo amigablemente. Yo cornudo, pero educado.
Bajamos a continuación un barranco que tiene un desnivel de unos doscientos metros pero que se hace bien por una ancha pista que lo va bordeando y continuamos pir una zona algo mas boscosa y muy agradable para caminar.
Un poco mas adelante me espera Paloma y me pregunta directamente que cuando fué cuando vino a verme a León cuando yo estaba haciendo mi primer Camino en solitario. Le digo que fué en Mayo de 2.011 y entonces me cuenta que el tio con el que iba hablando es un alemán llamado Reinhard que, cuando Paloma le ha alcanzado le ha dicho que la conocía. Y no era un truco para ligar. Resulta que el tal Reinhard estaba haciendo el Camino a la vez que yo en 2.011. Se acordaba de haber visto a Paloma en el Parador de Leon el día que vino a visitarme. ¡Increible coincidencia y mas increible memoria!. Le ha contado a Paloma que hace el Camino completo todos los años desde hace cinco, parando en los mismos sitios y haciendo las mismas etapas. Hoy va a parar en Viana ¡ justo en el hotel que estuvimos Paloma y yo en Diciembre! . Yo tenía pensado parar en ese hotel en Viana a tomar algo en el bar, así que seguramente volveremos a verlo.
Los últimos kilómetros hasta Viana son mas pesados y los hacemos juntos (no vaya a volver a ligar Paloma). Viana se ve desde unos tres kilómetros de distancia, en una zona donde hemos dejado los senderos de tierra y caminamos un rato por el arcén de una carrtera. También se ve mucho mas lejos Logroño.
Ya hemos pasado la peor parte de la etapa y el tiempo ha sido espléndido. Vamos en mangas de camisa y hemos tenido mucho rato de sol y ni una gota de lluvia. Los caminos estaban humedos pero sin tramos de barro pesado y hasta ahora la travesía ha sido perfecta.
Cuando ya estamos entrando en Vianw se pone, sin embargo a chispear un poco. Lo justo para usar los cubremochilas y el chubasquero. No dura mas de cinco minutos y cuando entramos en Viana, ascendiendo empinadas calles hacia su centro histórico, ya está otra vez despejado.
Paramos a ver la iglesia principal, la de Santa María, que está en el centro del pueblo. Cuando estuvimos aquí en Diciembre estaba cerrada y no pudimos verla. Ahora la han abierto por Semana Santa. Es una iglesia grande y bonita, de estilo gótico, con unos arcos muy bonitos que sostienen el coro. Estamos allí un rato y nos acercamos al hotel Palacio de Pujadas a descansar y tomar una coca cola. Hemos hecho ya diecinueve kilómetros y es hora de descansar.
Al cabo de un rato, como era de esperar, llega el alemán. Le saludamos y me doy cuenta de que claro que lo conozco. Fuimos haciendo varias etapas a la vez en el 2.011 y, aunque no habíamos hablado, nos íbamos viendo en el Camino. Se acerca a nosotros y comentamos la casualidad. Coincidimos él y yo al menos en el parador de León y en el de Santo Domingo. Me dice que despues de León ya no me vió y le explico que es que desde allí me fui a Tui a hacer el Camino Portugues. Nos despedimos con abrazos y deseándonos mutuamente buen Camino. No es probable que le volvamos a ver, pues él duerme hoy en Viana y mañana en Navarrete. Me encantan estas coincidencias del Camino.
Nos quedan nueve kilómetros hasta Logroño, que se ve casi al alcance de la mano desde Viana. Son las doce y media, así que en un par de horitas estaremos en el hotel.
La salida de Viana es muy fea, por unos caminos muy embarrados entre huertas, naves y casa viejas.
Como no hemos comido nada hasta ahora, Paloma se hace un bocata de mortadela y yo cojo una naranja y nos los vamos comiendo mientras caminamos, ahora ya mas despacio y algo cansados.
Nos adelanta el grupo de tres que lleva una chica que no para de hablar. Notamos que son ellos porque va hablando. Un poco mas adelante les vemos parados cogiendo cosas de las mochilas e instintivamente aceleramos para distanciarlos.
En tres cómodos y llanos kilómetros por pistas de tierra llegamos a una ermita. Ahora vamos juntos y sin apretar demasiado. Los senderos que nos acercan a Logroño están curiosamente en peor estado que los del resto de la jornada. Hay tramos encharcados y embarrados que se pasan con dificultad. Finalmente llegamos a una zona boscosa muy bonita que, tras cruzar la carretera que viene de Viana por un bonito puente de madera, nos lleva por un muy cuidado sendero hasta el límite de la provincia de La Rioja, que coincide con el comienzo de la zona industrial de Logroño.
Los últimos tres kilómetros se hacen por una senda peatonal de tartán muy cómoda que nos acerca hasta la entrada de la ciudad evitando la siempre desagradable zona industrial. Un kilómetro antes de llegar paramos en la casa donde siempre está sentada una señora llamada Maria esperando el paso de los peregrinos para ofrecerles uno de los sellos de más tradición en el Camino. Es el sello que hace años empezó a poner su madre, Felisa, y cuya leyenda dice "agua,higos y amor". Higos ya no hay y el agua la compras, pero da igual.
Nos comenta María que en Logroño ha llovido ya tres veces en lo que va de mañana. Ahira hace sol. Hemos tenido una suerte escandalosa con el tiempo hoy. Yo creo que el Apostol va apartando las nubes al paso de sus peregrinos.
Una suave bajada y un paseo por un parquecillo al borde del río nos llevan hasta el Puente de Piedra que da acceso a Logroño. Nuestro hotel, el F & G Logroño, está justo al final del Puente de Piedra, lo que se agradece, ya que evitamos tener que callejear.
A las dos y cuarto hemos terminado la etapa y subimos a la cómoda habitación de este moderno hotel.
Nos cuidamos los pies, sin desperfectos de consideración, y nos aseamos.
Toca ahora descansar. Curiosamente en cuanto llevamos un rato en la habitación comienza a llover fuerte, igual que ayer. Teníamos pensado salir a ver alguna procesión, pero con la que cae no creo que salgan.
A las seis, en vista de que no deja de llover, bajamos a tomar algo a la cafetería del hotel, que es muy bonita porque dentro del hotel, aunque este es moderno, hay dos arcos medievales muy bonitos.
Estamos un rato y cuando llueve algo menos salimos a dar una vuelta. Vamos a la iglesia de Santiago, donde tienen los pasos preparados para las procesiones que no han podido salir por la lluvia.
Despues paseamos un poco por los soportales de la plaza mayor y hacemos tiempo para cenar tomando unos pinchos en un bar de la Calle Laurel, que es la calle de los bares y las tapas de Logroño.
Cenamos en un retaurante en la misma calle, bastante bien. Paloma toma de primero ensalada de ventresca y yo ensaladilla rusa. De segundo tomamos los dos entrecot y de postre piña para Paloma y tarta de queso para mi.
Y derechitos al hotel, que sigue lloviendo. La habitación está calentita y habrá que dormirse pronto para madrugar mañana.
Tenemos otra etapa de veintinueve kilómetros hasta Nájera, aunque es menos accidentada que la de hoy y apenas pasa por un par de pueblos. El pronóstico del tiempo es algo peor que el de hoy, pero ya veremos al final como resulta.
Seguiremos informando.


lunes, 25 de marzo de 2013

Dia 3 Estella - Los Arcos

Cronicas de un peregrino.
Dia 3 25 de Marzo.
Estella Los Arcos 22 kms

¡Por fin nos ha llovido!. No mucho, la verdad, pero al menos hemos podido estrenar el equipo de buzo, que entre capa, polainas, etc, llena media mochila.
Ha sido una etapa muy agradable. Lo único malo es que como es día laborable no han parado de llegarme mails y he tenido que hacer un par de llamadas. Espero que ya se haya enterado todo el mundo que estoy de vacaciones y me dejen en paz.
Cuando nos hemos levantado esta mañana a las siete y media estaba nublado, pero no amenazaba lluvia. Hemos dormido fenomenal porque la cama era comodísima y no se oia un solo ruido.
A las nueve menos veinte salimos del hotel y comenzamos a cruzar Estella. Hace fresquito, pero se camina muy a gusto. Las piernas ya van acostumbrandose a la marcha y cuesta menos ponerlas en marcha.
Paramos en una panadería-cafetería a desayunar y comprar pan del día. Paloma toma un cruasan a la plancha con mermelada y yo un bocadillito de tortilla francesa y jamón. Están buenísimos y nos dan energia para comenzar la etapa con ánimo.
Salimos de Estella por una carretera que tras cruzar un parque da acceso a Ayegui, el primer pueblo de la jornada, que está completamente pegado a Estella. Es un pueblo en cuesta, así que subimos por las calles vacias de gente hasta llegar a la parte mas alta, desde donde se puede ver ya en el monte siguiente el cercano e impresionante monasterio de Irache.
Bajamos por el otro lado del pueblo,siguiendo las indicaciones de un amable paisano que nos ha orientado en un punto donde había dos carteles que indicaban direcciones distintas para el mismo destino. De nuevo toca ahora subir un poco y así llegamos exactamente a las diez a la Fuente del Vino de Bodegas Irache. Este es un punto emblemático-etílico del Camino. Para promocionarse, estas Bodegas han construido un pequeño recinto donde han puesto una fuente de agua y otra de vino. Invitan a los peregrinos a beber un vaso en un cartel que dice:
"¡Peregrino!
Si quieres llegar a Santiago
con fuerza y vitalidad
de este gran vino echa un trago
Y brinda por la felicidad."

Nosotros no vamos a llegar a Santiago (de momento), pero necesitamos fuerza y vitalidad, así que echamos un trago y ademas llenamos una botellita para la hora de comer.
Un poco piripis subimos hasta el monasterio de Irache, que está a apenas cien metros. Solo lo podemos ver por fuera, porque está cerrado. El enorme edificio impresiona, y aún mas cuando se ve de lejos, destacando en la ladera del montecillo y
Sobresaliendo por encima de los árboles y las casas circundantes.
Seguimos subiendo un rato hasta llegar a un cruce. Allí tenemos que elegir entre continuar por un camino que bordea el famoso Montejurra de los Carlistas, o seguir por el Camino mas tradicional, que es un poco mas largo. Ambos se juntan unos diez kilómetros mas adelante. Elegimos el tradicional, que yo ya conozco y que se que tiene unas vistas preciosas.
Cruzamos primero una zona de chalets hasta pasar un camping y entrar en un sendero que va bordeando la ladera. Es un camino precioso que tiene unas magníficas vistas del valle donde está Estella y la cadena de acantilados que lo cierran por detras.
Al rato el Camino se interna en una zona boscosa. Paloma va por delante mio, como de costumbre, y de pronto veo que está de charla con tres personas al borde del Camino. Cuando me voy acercando dos de ellos siguen en mi dirección. Alcanzo a Paloma y me cuenta que son un Argentino y otro de nacionalidad desconocida que ya han llegado a Santiago y ahora están haciendo el Camino al revés, para volver hasta Roncesvalles. Llevan dos meses de Camino y por lo visto no se han bañado en los dos meses, porque dice Paloma que huelen que tiran para atras.
También le han contado que en estos días la guardia civil ha encontrado muerto en la zona de Roncesvalles a un peregrino brasileño que decidió intentar el paso del Pirineo a pesar de las advertencias y la cantidad de nieve. Se despistó y acabó despeñado por un barranco. La noticia es cierta, porque lo he comprobado en Internet. Y es que los Pirineos hay que cruzarlos con un tiempo muy bueno, y no como ahora, que aún queda mucha nieve. Pues descanse en paz.
La verdad es que el Camino tiene bastantes cruces que conmemoran a peregrinos muertos en cualquier punto del mismo. Lo normal es que mueran de infarto o atropellados. Los ciclistas además pueden salirse en alguna curva. Lo de morir despeñado en Roncesvalles no es tan raro. En la película The Way, de Martin Sheen (que recomiendo vivamente) es justo lo que le pasa al hijo del protagonista y lo que motiva a este a hacer el Camino.
Con tan buenas noticias proseguimos el Camino hasta llegar a Azqueta, pueblo al que se accede tras bajar a un profundo barranco que se sube luego por una fuerte cuesta por el otro lado. Una putada, vamos.
Paramos en el único bar del pueblo a comprar agua. En el bar hay un par de peregrinos desayunando. La verdad, estamos viendo muy poca gente en el Camino. Se nota que aún estamos demasiado cerca del Invierno.
Al salir de Azqueta el Camino sigue subiendo durante unos dos kilómetros hasta Villamayor de Monjardín, el pueblo mas alto de la etapa. Tiene un Castillo colocado en lo alto de un monte cercano que llevamos viendo desde que salimos de Irache. Pero al castillo va a subir el padre del rey moro. Nosotros nos contentamos.con llegar al pueblo, que está situado al pié del montículo del Castillo, ya bastante alto de por si.
Es en este tramo entre Azqueta y Villamayor donde empieza a llover. No caen mas que unas tímidas gotas, pero aprovechamos para ponernos la capa y el chubasquero, que nos hace ilu.
Antes de entrar en Villamayor pasamos por un enorme aljibe medieval, llamado La Fuente del Moro y que,según mi guia, se construyo para uso de los peregrinos. Es muy bonito, techado,con dos arcos que dan acceso a unas escalinatas que desaparecen bajo el agua que llena el aljibe.
Inmediatamente tras el pozo llegamos a Villamayor de Monjardín. Visitamos la iglesia, que está abierta y es muy bonita. Es la iglesia de San Andrés, románica del siglo XII y con torre barroca del XVIII. Fue restaurada entre 1973 y 1984 y su mayor tesoro es una antigua cruz procesional de plata que ya tiene réplica en la catedral de la localidad polaca de Torun. Esta cruz se llama la cruz manca y la leyenda dice que la cruz fue escondida en unos matorrales por el rey Sancho Garcés I para evitar que la profanasen las tropas musulmanas. Allí permaneció hasta que años mas tarde un pastor observó como una cabra permanecía inmovil ante unas zarzas. Pensando que podía haber un peligroso animal escondido, tiró una gran piedra. Cuando se acercó descubrío la cruz, que tenía uno de sus brazos rotos por efecto de la pedrada. Impresionado por el hallazgo, se arrepintió de haber lanzado la piedra y dijo que preferiría que el brazo se le hubiese roto a él. Dicho y hecho. El brazo de la cruz volvió a su lugar y el del pastor quedó inutil. Al divulgarse la noticia, la cruz fue trasladada a un templo, pero esta volvía a su primitivo lugar entre las zarzas, por lo que se levantó en este punto el actual templo que cobija la cruz. Del brazo del pastor, la leyenda no dice nada más.
Vista la cruz, con sus dos brazos, proseguimos camino. Desde aquí a Los Arcos nos quedan doce kilómetros sin ningún tipo.de servicios, todos ellos por sendas de concentración parcelaria bien cuidadas y muy anchas.
Bajamos desde la altura de Villamayor hasta el valle y caminamos a buen ritmo. El tiempo es casi todo el rato seco, aunque de vez en cuando cae un chubasco que no resulta muy molesto. Los paisajes son preciosos. Campos cultivados,muchos de ellos de vid, y otros completamente verdes. El valle es ancho y está enmarcado por Montejurra, el monte donde está Villamayor y suaves colinas que dejan ver ya bastante mas lejos las sierras mas escarpadas.
De vez en cuando nos cruzamos con un tractor que va o vuelve de sus labores. En algunos campos hay campesinos labrando. Uno de ellos ve llegar a Paloma a su ritmo y le dice que si piensa llegar hoy a Santiago a ese ritmo. Cuando paso yo un par de minutos despues ni me mira. Así que mi ritmo le ha debido parecer una mierda.
Paramos a comer sentados en una piedra en medio del Camino a unos seis kilómetros de Los Arcos. Se está fenomenal aquí y damos buena cuenta de los bocatas de chorizo de Pamplona y de queso Idiazabal regados con vino de la fuente de Irache. De postre una naranja. Todo un banquete que se disfruta tanto como una comilona en el mejor restaurante.
Con fuerzas renovadas los últimos kilómetros son rápidos. Terminamos de atravesar los campos cultivados y llegamos al borde de un pequeño bosquecillo donde hay un área de descanso.
Una última subida a una pequeña colina y descendemos ya a Los Arcos que se ve a unos cientos de metros. Ahora llueve un poco mas, pero sin llegar a ser molesto. Cruzamos el pueblo y vemos por fuera la impresionante iglesia de Santa Maria, desproporcionada para un pueblo de este tamaño y que es una auténtica joya.
Justo al lado de la iglesia está nuestro hotel, el Mónaco. Es un hotel pequeño y sencillo, pero con cómodas camas y un buen baño. Son las dos y media.
Nos duchamos y nos quedamos en la habitación descansando. Este pueblo solo tiene la iglesia para ver y pensamos ir a misa, así que nos pasamos la tarde tumbados en las camas (dos y separadas, aclaro) y oyendo a Abba por el altavoz del Mp3, porque en la tele estan discutiendo Jorge Javier Vazquez, la Patiño, la Mila y el Matamoros sobre Belen Esteban y eso, la verdad, no hay quien lo aguante.
A las seis y media salimos. Ahora no llueve, diluvia. Como mañana tengamos este día nos vamos a enterar.
Compramos provisiones para mañana y nos metemos en una cafetería a tomar un refresco mientras esperamos para ir a misa de siete y media y de paso ver la iglesia por dentro, porque solo la abren para la ceremonia.
En el bar hay una pareja de peregrinos mayores (o.sea como nosotros). Se deben haber conocido por el Camino y ella le está diciendo a él que no es un verdadero peregrino, que se cachondea de todo y no sigue el espíritu del Camino.
Peligro, taliban del Camino. El otro debe también percibirlo porque la deja plantada y se pira. Y en ese momento la peregrina pura, visto que ha ahuyentado al ligue, empieza a hablar con la de la barra y le dice que le duele la pierna, que está lloviendo mucho, que a lo mejor manda la mochila en taxi...
Total, que termina pidiendo los horarios de autobuses para mandarse a ella misma hasta Logroño junto a la mochila. ¡Minipunto para la peregrina auténtica!. Y es que no hay como dar cuerda a un talibán para que se ahorque solo.
Entramos a la iglesia antes de que empiece la misa para poder verla.
Es una maravilla de templo. Comenzó a construirse a finales del XII y no paró de reformarse y ampliarse hasta el siglo XIX, circunstancia por la que atesora desde el románico hasta el neoclásico, pasando por el gótico, plateresco y barroco. Merece la portada plateresca, el retablo mayor barroco, el claustro en gótico flamígero y la torre de cuatro cuerpos del XVI. En el camarín del retablo mayor se encuentra la talla de Santa María de los Arcos, Virgen negra de ojos azules. Con todo esto puede parecer un pastiche, pero la verdad es que es preciosa. Tiene también un órgano monumental y un coro precioso al que se sube por una magnífica escalera de piedra.
Todas las paredes están decoradas y pintadas y el claustro ee una pasada.
La misa es corta. El cura dice al principio que saluda a los que nos escuchan por la radio. Paloma se mosquea y dice que seguro que están transmitiendo la misa por radio Maria. Ni corta ni perezosa coge su movil, pone la radio y busca Radio María. En efecto. Están retransmitiendo la misa.
Al final el cura llama a todos los peregrinos al altar para darnos la bendición del peregrino. Salimos unos veinte. A cada uno nos da uja tarjeta con el texto de la bendición. Las tiene en un montón de idiomas: francés, ingles, alemán,holandés...
Coloca la.mayoría en inglés, alguna en alemán. Cuando ofrece las de Español, un par de idiotas que hay allí le dicen que la prefieren en catalán, pero que si no tiene otra cosa...
El cura les contesta algo ingenioso que no conseguimos oir, pero que debe ser algo así como que si la quieren en catalán se la pidan a la Moreneta. Estos nacionalistas son capaces de hacer el ridículo con su actitud pueblerina hasta en una iglesia.
Bendecidos en Español como corresponde, nos vamos a cenar a un restaurante que está justo enfrente del hotel. Sigue jarreando y no tiene pinta de parar. En el restaurante hay varios grupos de peregrinos bastant ruidosos. Todos menos dos coreanas que ni susurran.
Cenamos bien. El habitual menú peregrino con multitud de opciones. Paloma toma de primero sopa de cocido y yo macarrones con chorizo y tomate. De segundo tomamos dos San Jacobos y de postre Paloma helado y yo flan de café.
Al terminar cruzamos la calle hasta el hotel bajo la lluvia y nos encerramos en la habitación.
Vemos en la tele las noticias, entre las que hay una que me impacta.
¿La crisis de Chipre?... No.
¿La estafa de los eres de Andalucia?...Tampoco. Algo mas profundo e impactante:
La ficha amarilla del grupo infantil parchís ha crecido y ahora es portada del Playboy.
Y es que la niña se ha desarrollado sana y robusta. Y nosotros nos hemos hecho mayores...
Y a dormir. Para mañana anuncian tiempo relativamente apacible por la mañana y lluvias por la tarde, así que como tenemos etapa larga queremos levantarnos a las seis y media para empezar lo antes posible. Veremos que tal sale.

domingo, 24 de marzo de 2013

Dia 2 Puente la Reina - Estella

Cronicas de un peregrino.
Dia 2- 24 de Marzo.
Puente la Reina - Estella 25 kms

En estos momentos son las cuatro y media y estamos sentados en la terraza del hotel, tomando el agradable sol que hace, con el rumor del rio a nuestros pies y una coca cola fría delante. Una auténtica gozada tras un día largo y cansado que nos ha llevado de subida en subida desde Puente la Reina hasta Estella, la antigua capital del reino de Navarra.
Ha sido un día como el de ayer, completamente soleado e incluso caluroso. Muy agradable para caminar. La orografía de hoy era dificil. Continuas subidas y bajadas por caminos con mucha piedra suelta y muy embarrados en ocasiones. Pero se ha andado bién. Sobre todo Paloma, que hoy ha decidido poner el turbo y me ha ido dejando atrás constantemente. Ella se iba por su cuenta y me esperaba a la entrada de los pueblos por los que hemos pasado, así que hemos hecho la etapa casi en solitario. Y no está mal, porque uno de los secretos del Camino es ir siempre a tu ritmo, al que te hace ir cómodo. Si fuerzas para seguir a alguien mas rápido o para esperar a alguien mas lento, las piernas se resienten inevitablemente.
Hemos dormido muy bien y nos hemos levantado a las siete y media. Una ducha rápida, un cafe en el bar del hotel, y a las nueve estábamos ya comenzando la etapa.
Hemos visto primero una habitación muy curiosa que tienen en este hotel y que creo que es única en España. Se trata de una casita construida en la copa de un arbol. Es pequeña y está dotada de telescopios y un tragaluz para ver las estrellas. Tiene gracia, pero la cobran cara.
Al salir nos hemos acercado a ver el monumento que conmemora el que aquí se juntan los caminos francés y aragones y, como dice la inscripción que hay en el mismo "Desde aquí un solo camino conduce a Santiago". Lo que pasa es que es mentira, porque los caminos no se juntan aquí, sino en Obanos, un par de kilómetros mas atras. Lo que pasa es que Puente la Reina es mas grande y aquí ve el monumento mas gente. Cosas del marketing.
Salimos de Puente la Reina cruzando toda la población, que es un típico pueblo del Camino, largo y estrecho y construido a los lados de la ruta.
La salida se hace por el puente que da nombre al pueblo y que se construyó en la edad media precisamente para esto. Enseguida cruzamos un par de conventos de monjas al otro lado del puente y cogemos un sendero de tierra que va bordeando unos elevados montes que quedan a nuestra derecha. Esto da mala espina. Seguro que tarde o temprano tendremos que escalarlos.
Y es mas bien temprano. A los dos kilómetros el sendero gira a la derecha y asciende el monte en linea recta. Es una subida muy fuerte, que salva algo mas de cien metros en algo menos de un kilómetro. Paloma pone la directa y yo la reductora. Cuesta la subida y mucho, pero con paciencia y mucho sudor llegamos arriba, donde el sendero se acerca a una autopista.
Descansamos un poco junto a todos los que van llegando. No hay mucha gente en el Camino, pero arriba de esta cuesta paramos todos. Un tramo ya mas llano nos lleva hasta el primer pueblo de la jornada, Uterga, que tiene una bonita plaza mayor y unas casas de piedra que quitan el hipo. Eso si, no hay nadie por las calles y todo está cerrado. Quizá contribuya a ello el que estamos en Domingo de Ramos y la gente prefiere estar en casa durmiendo antes que culeando por el monte...
Salimos de Uterga por la Calle Forzosa, llamada así porque es la que lleva al cercano cementerio. Al pasar este puede verse ya nuestro siguiente destino, Cirauqui, que está en lo alto de una colina a unos dos kilómetros.
Tenemos mala suerte, porque cerca nuestro va un grupito de tres que ya soportamos anoche. Cenaron al lado nuestro y entre ellos hay una chica bastante perrofluitica que tiene un problema de incontinencia verbal. No paracde hablar en voz alta de todo lo que se le ocurre, desde política hasta los nombres que le gustan . Es insoportable. Paloma resuelve la situación acelerando y poniendo tierra de por medio. Yo les tengo que aguantar hasta Cirauqui, porque van casi a mi mismo paso. Llego a Cirauqui con la cabeza como un bombo.
Paloma me espera en un banco a la entrada del pueblo y juntos escalamos las empinadas calles que llevan hasta la Plaza Mayor. Cirauqui, que significa nido de serpientes (nombre obviamente puesto por los del pueblo de al lado), es un pueblo bonito y su Plaza mayor es una preciosidad. Es pequeña y está cerrada por todos sitios salvo por una calle. Está toda porticada y la salida de la misma se hace por un arco que hay abierto en el edificio del ayuntamiento. Bajo el arco hay una mesa con un sello para las credenciales, que te pones tu mismo en régimen de autoservicio.
Salimos de Cirauqui descendiendo por un tramo de calzada romana que está completamente embarrado y que lleva a un puente romano de un arco. Subimos por la otra ladera y por un puente sobre la autopista accedemos a un sendero bastante llano pero muy embarrado que nos lleva en un par de kilómetros hasta el precioso puente sobre el Rio Salado, llamado así porque sus aguas sulfurosas tienen un sabor muy fuerte y apenas son potables. Aquí, segun cuenta el Codex Calixtinus, se situaban los pérfidos navarros para despellejar a los caballos de los desprevenidos peregrinos que llegando allí dejaban a sus cabalgaduras beber del rio, lo que provocaba la muerte inmediata de estas.
Pasado el puente se inicia una fuerte subida de dos kilómetros por una zona boscosa que nos lleva directamente a la entrada de Lorca, un pueblo anodino, pero en el que decidimos parar y comer algo. Ya llevamos unos quince kilómetros y estamos cansaditos. Compramos dos coca colas en un bar y nos sentamos a comer al pie de una fuente. Nos quitamos las botas para descansar un poco los pies y damos cuenta del chorizo de pamplona y el Idiazabal que compramos ayer. Estamos como una media hora y, mal que bien y con bastantes dolores arrancamos de nuevo.
El Camino sigue siendo un sendero bastante bueno ahora que nos acerca en cuatro kilómetros al último pueblo del día, Villatuerta. Es este un pueblo al que se entra por una larguísima zona de chalets, que dan paso al casco antiguo. Paloma me espera desde hace un rato encima de un precioso puente de piedra que salva un riachuelo.
Juntos de nuevo (por poco tiempo), subimos hasta la parte antigua del pueblo, donde hay un bonita iglesia con una estatua de San Veremundo, patrón de Villatuerta y otro de los prohombres del Camino que, como Santo Domingo de la Calzada y San Juan de Ortega, se dedicó a cuidar de las sendas en esta zona.
Salimos del pueblo viendo a la izquierda una hermosa ermita situada en un alto a las afuerasdel pueblo. Justo a la salida hay un cartel que indica que quedan dos kilómetros para Estella. Le digo a Paloma que mi impresión de la última vez que estuve aquí es que en realidad quedan unos cuatro. Y no me equivoco. Pasamos primero junto a una área recreativa muy agradable y cruzamos la nacional por un paso subterraneo que construyeron a raiz de que aquí muriese una peregrina atropellada por un coche.
Tres kilómetros mas por un camino que a ratos va bordeando el rio nos llevan hasta la entrada de Estella, que es muy bonita ya que accedes a la ciudad por la parte mas antigua y monumental. Lo malo es que nuestro hotel está en la parte mas moderna y comercial, es decir, a kilómetro y medio de donde estamos.
Este último tramo, ya cansados y en destino, es el peor. Cruzamos todo Estella por su casco viejo, entrando por un puente apuntado de un solo arco que tiene un desnivel considerable y llegamos por fin a nuestro hotel, el Tximista, a las tres y media.
Es un hotel muy curioso. Está construido en unos antiguos silos de harina y en la entrada han conservado el entramado de vigas de hormigón que los soportaba. A la puerta hay un Ferrari y un Porsche, con los que unos pavos están dando un curso de conducción a unos cuantos paisanos que habrán pagado una pasta por ello.
El interior del hotel es muy moderno. La habitación no es muy grande pero está muy bien decorada en tonos blancos y rojos, tiene una cama enorme y muy cómoda y un baño con una ducha grande y estuoenda. Perfecto.
Nos duchamos y nos cuidamos los pies. A mi se me ha agrandado la ampolla de ayer y en cambio Paloma está perfecta como siempre.
Descansamos un poco antes de bajar a tomar algo a la terraza del hotel, que es preciosa. Da a una zona de cesped que llega hasta el rio, que baja muy crecido a nuestros pies.
Estamos allí un rato antes de salir a dar un paseo por la ciudad. Pasear despacio es un método perfecto para recuperar los músculos, pero Paloma es incapaz. En cuanto se despista se acelera, y tengo que estar parándola todo.el tiempo.
Estella es una ciudad muy bonita, llena de iglesias monumentales y con un casco viejo precioso. Bajamos hasta la plaza donde está la estación de autobuses, que curiosamente es un edificio precioso. Luego vamos a ver la iglesia de San Pedro de la Rua, que está cerrada pero de la que puede verse uno de los claustros, que es precioso. Como la iglesia está en un alto, para llegar hasta el claustro han puesto en un callejón un ascensor que salva el desnivel.
Vemos luego por fuera el Palacio de los Reyes de Navarra que tiene unas balconadas preciosas con unos capiteles muy bien trabajados, entre los que destaca uno que representa el mítico combate entre Roldán y el gigante musulmán Ferragut, que el primero venció al descubrir que el único punto vulnerable de Feragut era su ombligo. El talón de Aquiles en versión medieval.
Hartos ya de paseo nos sentamos en una terraza de la Plaza Mayor a tomar algo sentaditos. Cuando empieza a hqcer frío nos trasladamos a una mesa en el interior de una cafetería y así, Paloma leyendo y yo.escribiendo, vamos haciendo tiempo hasta la hora de cenar.
Y cenamos a las ocho en una sidrería cercana que hemos visto en internet que tiene buenas críticas. El sitio es pequeño, pero cenamos muy bien. Un menú del dia con unos diez primeros y otros tantos segundos para elegir. Paloma toma de primero menestra y yo unas habas con guisantes caldosas que están muy buenas. De segundo tomamos ambos un buen filete y de postre Paloma cuajada y yo melón. Muy bien, muy completo y perfecto de precio (once euros cada uno).
Volvemos al hotel. Ahora hace frío y se agradece el calorcito de la habitación.
Vamos a dormirnos pronto. Mañana la etapa es corta. Veintiun kilómetros entre Estella y Los Arcos. A ver si nos sigue respetando el tiempo.
Por cierto, a eso de las diez pasaremos por la Fuente del Vino en el las bodegas Irache, donde nos tomaremos un vinito tempranero a vuestra salud. Allí hay una webcam, así que si alguien quiere vernos, que conecte con www.irache.com/webcam/ .


sábado, 23 de marzo de 2013

Dia 1 Pamplona Puente la Reina

Cronicas de un peregrino.
Dia 1- 23 de Marzo.
Pamplona - Puente la Reina. 24 kms

Cuando nos levantamos a las seis de la mañana,el día amanece lluvioso en Madrid.
Nos vamos a tener que acostumbrar, porque el pronóstico del tiempo da una semana lluviosa para inaugurar esta primavera y esta Semana Santa, que este año llegan juntas. No nos preocupa demasiado la lluvia, pero si el barro que E Apuede formarse en el Camino y que puede ser de lo mas incomodo para andar. Pero cada problema llegará en s momento.
Anoche hicimos las mochilas, así que todo está prácticamente listo. Con cierta dosis de morbo las pesamos antes de salir. EPaloma lleva nueve kilos a la espalda y yo algo mas de once, incluyendo la cámara de fotos. No está mal, teniendo en cuenta que ya hemos metido comida y agua para la etapa de hoy, que comenzaremos directamente desde Pamplona a la llegada del tren.A las siete menos cuarto bajamos al garaje, donde nos espera Juan que, como buen Samaritano que es y recordando sus tiempos de conductor de Jardinera de Iberia, se ha ofrecido a llevarnos. Lo agradecemos mucho. Y mucho mas lo agradecen Chema y Paloma hija, ya que en caso contrario les hubiese tocado a ellos el madrugón.
Llegamos rápidamente a la estación de Atocha y montamos en el tren tras pasar los controles preceptivos.
Se ven varios grupitos de peregrinos con sus mochilas que toman el mismo tren que nosotros. Incluso hay uno que lleva su bicicleta. O mejor, intenta llevarla, porque cuando va a pasar el control de billetes le dicen que se aparte. No se si es que le dejarán para el final o es que por fin una autoridad competente ha decidido que las bicicletas no son para el Camino. Pero no, no puede ser esto, porque en este pais todas las autoridades son incompetentes.
El tren arranca puntual a las siete y treinta y cinco. No va muy lleno y es un Alaris que nada tiene que envidiar en comodidad a los Ave.
El viaje es ameno, ya que la dirección de Renfe, viendo que es casi de madrugada y que todos estamos medio dormidos, ha decidido ponernos una película de acción desenfrenada, sexo salvaje y pasiones desatadas: El Gato con Botas en dibujos animados. Manda huevos, como diria Trillo.
A las diez y media el tren llega a Pamplona y cogemos un taxi hasta la zona de la universidad, que es por donde el Camino abandona Pamplona. Con todo a eso de las once comenzamos por fin a caminar.
En contra de los pronósticos,el día es claro,cálido y soleado. El cielo está completamente azul y solo se divisan algunas nubes altas y dispersas. Y va a aguantar así todo el día. Hemos tenido suerte al menos hoy, y es un día magnífico para caminar.
Desde el principio el Camino pica hacia arriba. Los doce primeros kilómetros hasta el Alto del Perdón son de subida y se nota en las desacostumbradas piernas.
Comenzamos con ánimo y en poco tiempo llegamos a Cizur Menor, un pueblito residencial de chalets donde hay una sidreria en la que una vez comimos con Loluca y Miguel Angel. Compramos allí una barra de pan para acompañar los embutidos y el queso que hemos traido de casa y sslimos del pueblo por un camino de tierra que se dirige recto hacia los montes que tenemos que subir.
El paisaje es precioso y va mejorando a medida que ascendemos. Los campos están completamente verdes y si nos damos la vuelta podemos ver claramente Pamplona a nuestros pies, enmarcada por los no tan distantes Pirineos, que muestran sus cumbres completamente nevadas. Esta es tierra de labor y hay pocos árboles, por lo que la vista se extiende durante kilómetros.
A estas horas apenas hay gente en el Camino y vamos casi solos.
Poco o poco vamos ganando altura y acercándonos al siguiente pueblo, Zariquiegui, que se ve desde lejos colgado a media ladera de los montes, que están coronados por una larga línea de molinos de viento hacia la que nos dirigimos.
Caminamos a nuestro aire, a ratos juntos y a ratos algo separados. En una de esas ocasiones en que estamos algo distantes, Paloma se encuentra una tarjeta de Credito tirada al borde del Camino. Es de las que tienen foto, y en ella se ve una astuta oriental de ojos rasgados y pinta joven. Debe pertenecer a alguna japonesa o mas probablemente coreana, que son las que hacen el Camino. Yo propongo buscar el cajero mas cercano y pulir la tarjeta, pero Paloma no me deja y decide llevársela y dejarla en el primer buzón de una sucursal del Santander que encuentre. ¡Maldita moral cristiana¡. A lo mejor era de la hija del gordo que manda en Corea del Norte y nos forrábamos...
Cuando ya nos acercamos a Zariquiegui el terreno empieza a ponerse peor. Está muy encharcado y embarrado de las lluvias caidas en días anteriores y hay tramos donde el barro hace dificil el paso. En esta zona alcanzamos a cuatro chicas que van vestidas como para un paseo de domingo. Parecen Paloma hija y sus amigas. Van todas peripuestas y alguna incluso lleva bolso. Cada vez que llegan a un charco es un drama, porque no saben como pasar sin mancharse. Paloma se fija en que una de ellas es una pérfida asiatica. En efecto. Es la dueña de la tarjeta. Ni se había dado cuenta de que la había perdido y se pone muy contenta de recuperarla.
Con estas entramos en Zariquiegui, pueblecito muy pequeño que se cruza en un momento para afrontar ya la última parte de la subida al Alto del Perdón. En este último tramo vamos cruzándonos continuamente con las cuatro Barbies que, a preguntas de Paloma nos cuentan que son tres alemanas y una coreana.
Por fin, a eso de la una llegamos al Alto. Es un lugar precioso, donde destaca una bonita escultura en hierro que muestra diez peregrinos medievales a tamaño natural en fila avanzando contra el viento que, por cierto sopla fuerte aquí arriba del alto. Justo al lado del alto hay una fila de molinos de viento que , curiosamente, no hacen demasiado ruido aunque están girando a toda velocidad.
Teníamos pensado comer aquí, ya que las vistas son espectaculares. Por la ladera que hemos subido se ve todo el Camino que llevamos recorrido. Se ve Pamplona perfectamente y detras suyo las cumbres de los pirineos. Por la otra ladera se ve todo el valle de Valdizarbe, donde destacan los pueblos que tenemos aún que pasar y que están en fila uno detras del otro. La vista es espectacular,si, pero hace un frío que pela y un viento muy molesto, así que tras hablar un poco con un par de chicos de Mallorca que están allí descansando comenzamos a descender. Las barbies también han llegado, pero no tienen intención de seguir. Van a volver a Pamplona por el mismo camino que han venido.
La bajada es peligrosa y muy cansada, ya que es bastante empinada y está llena de piedras sueltas resbaladizas. Bajamos media ladera hasta encontrar unos bancos de madera situados en una zona ya resguardada del viento y paramos allí a comer. Estamos como una media hora haciendonos pequeños bocatas con el pan que hemos comprado, que está excelente. Hace calor y se está muy a gusto. Así que nos cuesta arrancar de nuevo y continuar la bajada, que se prolonga un poco mas hasta llegar a una zona llana que nos lleva hasta el siguiente pueblo, Uterga. El paisaje en este lado de los montes es mas ondulado y salvaje que en la zona de Pamplona. Hay mas árboles y menos terreno cultivado.
Uterga no tiene nada, tan solo bonitas casa de piedra, muchas de ellas blasonadas y con preciosas rejas,como todos los pueblos de aquí.
A la salida del pueblo hay un albergue que tiene una terraza muy apetecible, así que paramos un rato a tomar una coca cola ( que ya me estaba dando el mono) y a descansar un poco. Son las tres y en la mesa de al lado hay un grupo de marujas que van a quedarse a comer allí. Están comentando que ayer hubo en esta zona un terremoto de cuatro grados. ¡Que bien!. Un buen terremoto es justo lo que ahora necesitamos para animar el día.
Tras descansar continuamos hasta el cercano pueblo de Muruzabal. Estamos ya bastante cansados, pero a pesar de ello decidimos hacer el desvío de dos kilómetros que lleva hasta el Camino Aragones y la ermita de Santa Maria de Eunate. El Camino hasta Eunate es polvoriento, caluroso, largo, recto y pesado. Pero merece la pena. Eunate es una de las maravillas del Camino. La ermita octogonal se alza solitaria en un valle rodeado de cercanos montes. Ya por fuera es una maravilla, con su armónica planta, su elevada linterna y sobre todo su claustro o deambulatorio externo de estilizados arcos que la rodea. Pero por dentro es mágica. La impresión que se recibe al entrar y ver la elevada cúpula que cubre toda la superficie de la iglesia es impresionante. Verdaderamente parece mucho mas grande por dentro que por fuera. El ambiente es cálido y acogedor y la preciosa Virgen que preside el altar colocado en el abside es preciosa.
Nos quedamos muy impresionados por la visita y estamos ambos de acuerdo en que el desvio ha merecido completamente la pena.
Para retomar el Camino no regresamos a Muruzabal, sino que seguimos el Camino Aragones, que enlaza con el Francés en el siguiente pueblo, Obanos.
Como ya estamos bastante cansados le propongo a Paloma que nos saltemos este pueblo, que está como todos los de por aquí en lo alto de una colina, y que no tiene mucho que ver. Así que en vez de subir continuamos por una carretera que bordea el monte donde está Obanos y que empalma con el Camino a la salida del pueblo.
Quedan ya apenas tres kilómetros hasta Puente la Reina que cubrimos sin problemas por unas pistas entre cultivos.
La entrada en Puente la Reina es distinta de la que yo hice la otra vez. Antes se entraba justo por nuestro hotel, y ahora han desviado el Camino para que entre casi en el centro del pueblo, a la altura del albergue y a unos trescientos metros de nuestro hotel, al que llegamos por fin pasadas las cinco. Estamos bastante cansados y al final hemos hecho veinticinco kilómetros, que no está mal para un primer día, que además ha sido badtante caluroso y sin una gota de lluvia.
Subimos rápidamente a nuestra habitación, sencilla pero cómoda, calentita y con todo lo necesario. Hacemos unos ejercicios de estiramiento, nos duchamos y nos dedicamos a reparar desperfectos físicos.mi
A mi me ha salido una ampolla grande en la planta del pie izquierdo. Ya me la conozco. Me sale siempre el primer día, así que me la pincho con una aguja y arreglado. Paloma está perfectamente, como tiene por costumbre.
Salimos a ver el pueblo. Este tiene tres cosas que ver. La primera es la Iglesia del Crucifijo, donde destacan el Arco que comunica la Iglesia con una casa vecina y sobre todo el maravilloso Cristo Renano, clavado en una cruz en forma de Y. Precioso.
La segunda es el Puente que da nombre al pueblo y que es salida del Camino del mismo. Es un puente impresionante, de seis arcos y con la calzada en doble vertiente, de manera que vas subiendo sin ver el otro lado hasta que estás en la mitad, y allí empiezas a descender hacia el otro lado.
La tercera es la Iglesia De Santiago, de la que cabe destacar su torre y sobre todo la maravillosa figura románica de Santiago Beltza (negro). Es una talla en madera de tamaño natural muy expresiva (para ser románica). Se llama el negro porque antaño tenía ese color por el humo de las velas. Pero despues la restauraron y ahora es mas blanco que yo.
Oimos misa de siete y media en esa iglesia y al salir buscamos un restaurante que traemos recomendado por un libro patrocinado por Carlos Herrera. que los perroflautas denominan la Guia del Camino para pijos y que por tanto es perfecto para dos pijigrinos como nosotros.
Y cenamos francamente bien. Es el único lugar con vida de este pueblo, que por lo demás parece muerto. Tomamos de primero una ensalada de perdiz para Paloma y alcachofas rehogadas con Jamón para mi. De segundos yo tomo un entrecot excelente y Paloma (que está con mas saque del habitual), una lubina a la espalda. Todo muy buenoy con un buen servicio, a pesar de que nos han colocado en la zona de cafetería, ya que el restaurante estaba lleno.
Ya bien cenados deshacemos el camino hasta el hotel, donde Paloma se queda dormida nada mas lkegar y yo me dedico a redactar está magnífica e inspirada crónica.
Mañana prometen de nuevo lluvia. Espero que acierten tanto como hoy, que no ha caido ni una gota mientras andábomos en un día caluroso y soleado. Si es cierto, sin embargo, que cuando luego hemos dado una vuelta por el pueblo, estaba cubierto y ha chispeado un poco. Así que veremos mañana.

La opinión de Paloma.

Enestas crónicas del Camino en pareja pensaba dejar un espacio para que Paloma dijese lo que quisiese.
Pero Paloma se ha dormido del tirón, y a ver quien tiene huevos de despertarla...
Así que a lo mejor mañana hay mas suerte y nos dice algo. Si ella quiere.

Fotos de la jornada.