lunes, 17 de agosto de 2015

Dia 15- Sigüeiro – Santiago de Compostela. 17 kilómetros pasados por agua y una tarde soleada en Santiago.

Pues un año más, la peregrinación ha terminado. Este año ha sido más ecléctica que nunca, con tres Caminos distintos, dos pasos de los pirineos por distintos lugares y un tiempo que ha tenido de todo, desde el sol más abrasador hasta lluvia constante.
Una peregrinación completa y gratificante que físicamente he pasado sin ningún problema digno de mención, pero que mentalmente me ha parecido bastante dura, quizá por tanto cambio de condiciones y escenarios.
Pero ya está acabada. Ya tengo mi Compostela y ya estoy paseando por Santiago, que , por cierto, está de gente como no lo he visto nunca. Como la mañana ha sido muy lluviosa, se ve que todos los veraneantes de las cercanías se han venido aquí a pasar el día.
Pero vamos a lo que vamos.
He dormido muy bien en el Sigüeiro Hostel. Es justo el tipo de establecimiento que yo creo que es ideal para el Camino. Un sitio sencillo y muy funcional, con lo básico que necesitas para estar confortable tras un día de caminata y sin materiales caros ni nada que se pueda estropear. Y a un precio muy asequible. Me ha gustado el sitio.
Hoy tengo una etapa corta y no quiero tener la tentación de correr para intentar llegar a la misa del peregrino. Tengo pensado ir mañana, así que me levanto más tarde de lo habitual, y no es hasta las ocho y media que salgo del hotel.
Saliendo del Sigüeiro Hostel
El tiempo parece peor aún que el de ayer. Nubes negras cerradas que aunque aún no está descargando, anuncian que lo harán. Galicia me recibió lloviendo y me va a llevar lloviendo hasta Santiago.
El hostal está muy cerca de la salida de Sigüeiro, que se hace por un puente sobre el Rio Tambre por el que pasa la carretera principal que atraviesa el pueblo y que tiene mucho tráfico, incluso a esta hora.
Puente sobre el Tambre
Puente sobr el Rio Tambre
Nada más pasar el puente se tuerce a la izquierda y se coge una carreterilla más tranquila que lleva hasta la iglesia del pueblo. Está un poco fuera de la zona de casas en una explanada donde también hay un bonito crucero. Es una iglesia moderna y sin nada que destacar.
Iglesia y Cruceioro de Sigüeiro
Delante de mí va otro peregrino, al que veo empezar a subir una cuesta larga que se va alejando del pueblo por un montecillo.
Salida de Sigüeiro
Le sigo de lejos, calentando las piernas con esta primera subida, que se hace dura más por lo larga que por lo empinada. Lo bueno es la vista que se tiene de Sigüeiro desde arriba. No es que sea un pueblo bonito, pero las cosas vistas a distancia siempre mejoran, y los pueblos feos también.
Alejándome de Sigüeiro
Alejándome de Sigüeiro
Toda esta primera parte de la etapa se hace por un sendero forestal ancho y bien cuidado, que no ofrece más que facilidades para caminar. El sendero pica para arriba, pero tras esta primera cuesta molesta, la pendiente se suaviza bastante y no vuelve a dar problemas.
Camino a Marantes
Camino a Marantes
En un momento dado paso por una parte del bosque que se ha quemado. No se ha quemado del todo, tiene piunta de ser el final de un incendio, esa zona donde ya han conseguido controlarlo y se ve que algunos árboles están solo parcialmente quemados y otros no. Lo que es ,muy curioso y no lo había visto nunca es que hay un árbol muy grande caído al suelo, y de su tronco caído ha crecido otro árbol que no llega al suelo, sino que sale del tronco del árbol caído, que se encuentra como a un metro de la tierra. Supongo que el árbol nuevo aprovecha el tronco del otro árbol para llevar sus raíces hasta la tierra. No es que sea un árbol pequeño. Es un eucalipto muy alto, lo que hace que la imagen sea muy curiosa.
El arbol que sale del tronco de otro arbol
Voy pensando en el final del Camino, tratando de apartar de la mente los pensamientos sobre las cosas que tengo que hacer al llegar a casa, sobre el trabajo a reanudar de inmediato. Trato de concentrarme en la peregrinación que aún estoy viviendo, pero inevitablemente la cercanía del final hace que las cosas de todos los días se vayan colando en la cabeza.
Camino a Marantes
La verdad es que este año tengo más ganas de terminar que otros. Se me ha hecho larga y algo más pesada que otras veces la peregrinación, probablemente por los continuos cambios de escenario y clima que he tenido. Tengo ya ganas de llegar a casa con los míos y asentar en la cabeza y en el papel todo lo que he vivido en estos días que ha sido mucho y variado.
Camino a Marantes
Camino a Marantes
Con estas historias en la cabeza voy avanzando y así paso en el kilómetro cinco de etapa, por un hotel que está al borde de la carretera y que es una alternativa para dormir en lugar de Sigüeiro. Inmediatamente después del hotel hay un cartel que anuncia un bar que se ve a cien metros, al pie de la carretera. Me apetece un café, así que me acerco y me siento tranquilamente a disfrutar del brebaje mientras leo un periódico, cosa que llevo quince días sin hacer.
Desvio al Bar
Tras el reconfortante café vuelvo al sendero tras ponerme el chubasquero, ya que finalmente mientras estaba en el bar ha empezado a llover de forma bastante molesta. Ya protegido retomo el Camino  y de inmediato llego al único pueblo que voy a atravesar antes de llegar a Santiago.
Camino a Marantes
 Se trata de Marantes, que me recibe con un bonito cruceiro y una iglesia en la que destaca el pórtico, con unas columnas en cuya base hay una figuras que parecen ser unos leones.
Cruceiro e iglesia de Marantes
Cruceiro de Marantes
No hay nada más en el pueblo, así que sigo llegando al borde de la nacional, que se sigue un poco hasta cruzarla por un paso subterraneo que me lleva hasta otra zona de bosque que ya me va a acompañar hasta llegar prácticamente a Santiago.
Pegado a la nacional
Cruce de la Nacional
Este tramo del Camino es completamente distinto del que hice hace cuatro años, cuando pasé por aquí también para terminar el Camino Inglés. Entonces el Camino iba alternando trozos de monte con tramos pegado a la carretera que eran muy molestos. Ahora han debida hacer una remodelación y no se vuelve a tocar la carretera nacional en ningún momento. Una buena remodelación, que supongo ha añadido algunos metros al Camino, pero que se dan por bien empleados si se redice el riesgo que siempre es caminar por una Nacional.
Camino a O Barral
Así que comienzo a andar por el sendero de tierra que va alejándose de la carretera. Es un sendero cómodo que a la derecha va protegido por una zona de árboles y a la izquierda deja ver zonas de cultivos que se extienden hacia la carretera.
Un poco más adelante el Camino se interna por una zona boscosa que recuerda a las que hemos pasado los días anteriores, aunque aquí el sendero es más ancho y despejado.
EL Camino tiende hacia arriba, pero solo algunas cuestas se hacen pesadas. Una de ellas me lleva a cruzar las vías del ferrocarril por debajo de un puente antes de subir y sobrepasar la altura de las vías. Aprovecho el paso bajo el puente para quitarme el chubasquero y el jersey, porque ha dejado de llover y la temperatura permite circular solo con un polo.
Cruce de las vias del tren
No hay más variantes o incidencias que contar en este tramo, que es todo el rato de subida, hasta que llego a una desviación en la que han talado recientemente todos los árboles y por lo visto han eliminado todas las señales indicativas del Camino. Hay una senda que se aparta de la dirección general que traigo y sube el monte, y otra del mismo tamaño que comienza a bajar. No está nada claro cual seguir. Busco las señales pero no veo nada. Finalmente me decido a bajar siguiendo la senda que traía. Y entonces veo que a un lado del Camino hay varias flechas construidas con maderas y palos cogidos del mismo sitio, que han puesto peregrinos que han pasado antes que yo, sabiendo de la dificultad que íbamos a encontrarnos en este lugar. Esta es la solidaridad del Camino en acción.
Flechas improvisadas
Sigo un buen rato por este sendero, que por bonito acaba haciéndose cansino, hasta que llego a una zona de casas llamada O Barral, que se extiende por todo el alto del Monte antes de comenzar a bajar ya hacia Santiago. Ha vuelto a llover, así que de nuevo me pongo el chubasquero.
Camino a O Barral
En la primera de las casas, que tiene un alto muro blanco, han colocado un bonito cartel que dice;
“Peregrino que caminas
Con fe y devoción
Cuando llegues a Santiago
Llamamé, tendrás habitación.”
Lo firma una tal Conchi, que debe tener una pensión. Tiene gracia el ripio y el cartel es una monada. parece dibiujado por un niño.
Anuncio de habitación en Santiago
Sigo avanzando entre casas aisladas hasta que llego a una parada de autobús que dice “Concello de Santiago”. Me fijo y veo que las líneas de autobús de Santiago llegan hasta aquí, o sea que ya me encuentro muy cerca.
O Barral
Concello de Santiago
Desde aquí comienzo a bajar el monte antes de subir un poco y llegar a un polígono industrial que marca ya el final del paseo por el monte y el comienzo de la parte urbana de entrada en Santiago. Desde aquí a la Catedral hay aún cinco kilómetros largos de asfalto y aceras.
Polígono Industrial
A la entrada del polígono hay una cafetería en la que paro para tomar la coca cola de la jornada, rodeado de operarios que están en su segundo desayuno, en el almuerzo, en la parada de la mañana, o en cualquiera de esas figuras laborales que implican dejar de trabajar un rato y que tanto nos gustan en España.
Descansando en el Polígono
Terminada la coca salgo cruzando el polígono y llegando al primer punto importante de Santiago que voy a ver: El cementerio y el Tanatorio.
Vale, he dicho importante, no bonito. Hay muchos pueblos a los que se entra o de los que se sale por el cementerio, lo que no es normal es que suceda en una ciudad grande; pero como en Santiago entran Caminos por todos lados, pues alguno tenía que coincidir con el Tanatorio, y le ha tocado a este.
Cementerio de Santiago
Pasado (con el culo prieto y deprisita) esta punto, ya se comienza a entrar en Santiago. Y eso se nota porque la carretera por la que voy pasa a llamarse Rua do Tambre Meixonfrío. Me quito el chubasquero porque ya no llueve.
Ya estoy en los exteriores de Santiago y solo queda callejear durante unos tres kilómetros hasta llegar a la catedral.
Entrada a Santiago
La entrada a la ciudad se hace por una zona de chalets adosados que al poco va dando paso a zonas cada vez más antiguas. En una de ellas hay un curioso azulejo que dice:  
" Cuidado con el gato".
Me hace gracia porque llevo todo el Camino viendo carteles en las casas que amenazan con perros feroces y devorahombres.
Cuidado con el Gato
Llega un momento en el al dar una curva pueden verse por primera vez las torres de la catedral, a menos de un kilómetro y medio de distancia. A diferencia de otras rutas a Santiago, como el Camino Francés y la Vía de la Plata, la entrada de los peregrinos a la ciudad en el Camino Inglés no se anuncia con vistas lejanas de las torres de la Catedral como en el caso del alto dos Mosteiros en el camino Portugués o el archiconocido Monte del Gozo en el Camino Francés. Aquí en el Inglés te encuentras de repente las torres a tiro de piedra cuando estas en la ciudad.
Primera vista de las torres de la Catedral
Casi inmediatamente llego a un bonito parque que tiene un trozo como de un acueducto y que está verde y cuidado.
Entrada al Parque
Acueducto en el Parque
Se atraviesa para llegar a la zona de San Lázaro, que es donde están los palacetes ahora ocupados por dependencias administrativas de la Xunta de Galicia. O sea, es una zona noble de Santiago ocupada por innobles políticos.
Al salir del parque hay justo una rotonda en cuyo enorme centro hay, rodeada de árboles, una enorme y preciosa estatua de un peregrino que levanta jubiloso las manos ante la vista de….de no se que, porque desde aquí no se ve la catedral ni nada importante. Pero bueno. La estatua es muy bonita y está puesta en la rotonda con gusto y cuidado.
El peregrino jubiloso
Queda ya solo avanzar por la Rua da Pastoriza y la Rua dos Basquiños , que está completamente levantada y en obras, para llegar al convento del Carmen que marca la entrada por este lado a la parte vieja de Santiago. Frente al convento hay un bonito cruceiro que no había visto nunca y que hoy he detectado.
Rua dos Basquiños
Cruceiro
Paso por delante de San Martín Pinario y llego a la rua de Azabachería por la calle de la Troya.
Ya estoy a las puertas de la catedral. Los últimos metros los hago en común con el Camino Francés que entra por la misma calle de la Azabachería. Bajo a la plaza del Obradoiro por el túnel, donde hoy no está el habitual gaitero, sino un  animado y moderno flautista, que anima la entrada.
Llegada a la Azabacheria por la Calle de la Troya
La plaza está abarrotada. No cabe más gente. Con el día que ha hecho, media Galicia y todos los turistas están aquí. Si añadimos los peregrinos, pues no cabe un alfiler.
Plaza del Obradoiro
Plaza del Obradoiro
Es la una menos cinco, así que aún no ha terminado la misa del peregrino, así que me dirijo deprisa a la Oficina del Peregrino para aprovechar que habrá menos cola y conseguir mi Compostela.
Cola en la Oficina del peregrino
No hay mucha cola, pero esta oficina es muy lenta. Tardo casi una hora en conseguir el certificado y dirigirme al hotel Rua do Vilar, que no esta lejos. Concretamente es la puerta de enfrente de la oficina del peregrino. Lo he cogido a posta por su ubicación, ya  que me apetece ver desde la galería que tiene mi habitación la cola de la oficina y el trasiego de peregrinos por este punto.
La Compostela
El hotel está bien, con una habitación muy cómoda, una preciosa galería y una tele que me tienen que cambiar porque no funciona.
Pues ya está. Se acabó la peregrinación de este año. Sensaciones mezcladas de logro y pérdida, de objetivo cumplido  y de vacio de objetivos….lo que pasa siempre al finalizar una tarea importante, que te ha ilusionado mucho tiempo y en la que has trabajado duro.
Hotel Rua do Vilar
Vista desde la habitacion de la Oficina del peregrino
Descanso en la habitación antes de salir a dar una vuelta por la abarrotada ciudad. No baja el número de personas. Hay más gente de la que nunca he visto. Ha salido el sol y se está muy bien en cuanto a temperatura, pero hay demasiada gente para todo.
Lo primero es la visita obligada a la Catedral para agradecer al Santo eel buen fin de la peregrinación y ofrecerles mis deseos, peticiones y plegarias. Puedo entrar en la cripta donde están los restos del Apostol, pero de dar el abrazo al Apostol, mejor olvidarse. La cola prácticamente sale de la catedral. Lo dejará para mejor momento.
Rezo un rato en la Corticela, mi capilla favorita de la Catedral y luego me dedico a recorrer la ciudad, que no es que esté muy agradable para pasear con tanta gente, antes de sentarme en un bar de la Plaza de la Quintana dos Mortos a escribir mientras tomo algo.
A las siete y media voy a misa  y a las nueve ceno en el restaurante Cotolay, un restaurante familiar y casero un poco alejado de la zona más turística en el que se come bien (zamburiñas y lenguado) a un precio más razonable que el de los carísimos restaurantes de la zona cercana a la Catedral.
Y ya me voy a la habitación a terminar de escribir. Mañana no hay que levantarse pronto. Tenmgo previsto asistir a la misa del Peregrino a las doce y dedicar el resto del día a pasear por la ciudad. Espero que haga buen día, más que nada para que venga menos gente a la ciudad y sea más cómodo visitarla.

TRIVIAL DEL CAMINO
Ayer acertaron todos los que contestaron, incluida Carmina, que fue la primera en contestar por Whatsapp. 
La historia del desembarco de Francis Drake en La Coruña y la pérdida consecuente de los restos del Apostol es un episodio muy curioso de la historia Jacobea, que espero os haya gustado a los que no lo conocíais.
Hoy no hay pregunta. La peregrinación ha acabado y el Trivial también.
Agradezco infinitamente a todos el seguir mis crónicas y el jugar conmigo a este pasatiempo de preguntas jacobeas; que os confesaré que hay muchos días que me cuesta mucho encontrar una pregunta apropiada o que merezca la pena.
Sois todos ganadores del trivial; un gran público y un gran ánimo para este, vuestro agradecido peregrino.

Buenas noches y siempre Buen Camino.

ADDENDUM

Pues ante la queja de Cristina, aquyí teneis una última pregunta, improvisada y que será facil de contestar.

- ¿Porqué es tan especial la Capìlla de la Corticela, mi preferida en la catedral de Santiago?. ¿Cuel es su bonita historia?

De nuevo Buenas noches y Buen Camino.



domingo, 16 de agosto de 2015

Dia 14- Meson do Vento – Sigueiro. 27 kilómetros de transición.

Etapa tranquila, larga y sin mucho aliciente. Este tránsito desde Betanzos hasta Santiago pasando por la meseta central de la provincia de La Coruña es bastante anodino, similar todo el rato en cuanto a paisajes y sin pasar por ninguna población digna de reseñar, por lo que la crónica parece repetitiva a fuerza de pasar por carreterillas por bosque o carreterillas despejadas. Pero no todo puede ser tan variado y divertido como los Pirineos o Navarra… Todo hay que andarlo y todo cuenta.
Hoy el tiempo ha sido bueno para caminar. No me ha llovido en todo el día, aunque el cielo ha estado completamente cubierto todo el día y se andaba de miedo fresquito, incluso con el jersey.
Y eso que cuando me he despertedo y he abierto la ventana, no se veía nada por dos razones. En primer lugar porque era de noche y en segundo porque había una espesa niebla que cubría todo Meson do Vento. 
Amanecer en Meson do Vento
Así que me he preparado, un tanto resignado a otro día mojado, y a las siete y media pasadas he salido del hotel.
Para entonces la niebla ya ha levantado algo y se puede ver perfectamente y sin problemas. Saludo a los empleados de la gasolinera donde está el hotel, que son los únicos que están levantados un Domingo a estas horas, y comienzo la etapa.
Saliendo del Hotel
Como ayer abandoné el Camino para venir a dormir a Meson do Vento, hoy lo primero que hay que hacer es volver a la senda. La verdad es que es muy sencillo y no hay que volver al punto donde lo dejé ayer, que era el albergue, sino que se toma una carreterilla que sale en diagonal de Meson do Vento y en apenas un kilómetro se une al Camino, más delante del Albergue.
Saliendo de Meson do Vento
 Por delante de mí va una pareja que también estaba durmiendo en el Canaima y que están volviendo al Camino.
La visibilidad es buena ya y las nubes, que siguen bajas , no impiden ver a la distancia normal. Eso sí, hace un fresquito importante, por lo que se agradece el jersey que llevo puesto.  
Camino al Camino
En cuanto retomo el Camino veo que por detrás, desde la dirección del Albergue viene otra pareja como a unos doscientos metros, así que no parece que vaya a ser un día solitario en el Camino. Me gusta tener gente cerca en la carretera porque te dan referencias  y te marcan el ritmo.
Enlace con el Camino
Así que emparedado entre dos parejas hago los primeros kilómetros de la etapa por una carretera despejada y llana que no ofrece mucho aliciente hasta que llego al primer caserío de la jornada, que se llama Cabeza de Lobo.
Camino a Cabeza de Lobo
 Tiene la consabida iglesia y cruceiro, pero lo que llama la atención no es eso. 
Iglesia de Cabeza de Lobo
Cruceiro en Cabeza de Lobo
A la salida del pueblo veo de repente una enorme estatua de Santiago en piedra. Según he leído mide seis metros, y de verdad los aparenta.
Estatua de Santiago
 Y cuando me acerco veo que hay más esculturas alineadas al borde de la carretera  Algunas son normales, como una Virgen con el Niño o una cabeza de Caballo, pero otra son extrañísimas, como una especie de montaña rusa en la que hay dos tractores con unos monigotes dentro. 
Montaña Rusa en cabeza de Lobo

Es un sitio curioso. También hay dos hórreos modernos y una escultura de un perrito. La más bonita y conseguida es la del Santiago gigante, que es bastante buena.
Sigo para adelante, y a unos cien metros de allí me despide el último grupo escultórico. Se trata de dos verdes dinosaurios de enorme tamaño, el mayor de los cuales enseña amenazadoramente los dientes en mi dirección.
Dinosaurios
Continúo por la carretera que pasa por las pequeñas aldeas de Carreira y Mámoas, sin nada que destacar,  antes de abandonarla para entrar en un sendero de tierra algo empinado que discurre entre árboles cerca del pueblo de Carballeira.
Camino a A Rua
Camino a A Rua
Toca ahora el rato de sendero entre árboles de cada etapa. La verdad es que a medida que el camino se acerca a Santiago hay más zonas despejadas o cultivadas y menos zonas boscosas. En esta zona el cultivo mayoritario es el maíz, del que he visto hoy grandes campos.
Camino a A Rua
Camino a A Rua
El sendero se termina en una carreterilla secundaria que llega hasta el pueblo de A Rua, doinde hay un bar en ele que paro a tomar algo. Hoy como hace fresquillo pido un café con leche que me tomo mientras veo en la tele el comienzo de la final de Badmington en la que Carolina Marín va a ganar el íitulo mundial. De momento, cuando yo lo veo el partido acaba de empezar y va perdiendo por cuatro a dos.
Cruceiro en A Rua
Llegan otros peregrinos que se sientan en el bar. Hay un grupo de tres chicos (dos chicas y un chico) jóvenes y también una pareja de guiris a los que veo casi todos los días y que hoy estaban durmiendo en el mismo hotel que yo.
Yo me marcho el primero y de inmediato llego a la iglesia de San Paio, que está a apenas cincuenta metros del bar. La iglesia está cerrada, claro,  pero tiene delante un bonito cruceiro y en la fachada una escultura de San Paio que me parece lo más.
Está metido en un nicho, vestido con un casacón rosa y unas botas como de piel vuelta de borrego y tiene un brazo arriba y el otro abajo, con todo el cuerpo retorcido como si se estuviese cayendo por un precipicio. Un horror muy del gusto de por aquí.
San Pelayo en A Rua
San Paio ( o Pelayo ) , es un Santo muy de la zona. Fue un niño, sobrino de un obispo, que fue secuestrado por los moros y llevado cautivo a Córdoba. El sultán pidió rescate por él, pero su tío que era un rata no quiso pagarlo. El sultán entonces decidió meterlo en su cama, que a los moros les gustan los jovencitos. Como el chaval dijo que nones, el sultán le exigió que entonces abjurase de su fe. El chaval era recio y dijo también que nanay; en vista de lo cual el sultán, harto ya del jueguecito, le corto la cabeza y se fue a consolar al harén. Siglos más tarde Franco lo revitalizó en los grupos juveniles llamados Flechas y Pelayos (Flechas por la Falange y Pelayos por el mártir).
Pasada la iglesia, el Camino continúa un rato por una carretera recta y despejada, pasando por un campo de girasoles que , como no hayt sol, miran cada uno para donde les parece.
Girasoles despistados
Sigo por la carretera hasta que a la izquierda sale un sendero que lleva hacia una zona arbolada a la
 que se accede por un bonito puente de madera. Este es uno de los tramos de bosque bonitos que abundan por aquí.  El sendero es cómodo para caminar y los árboles tienen todos los tonos de verde posibles. 
Camino a Poulo
Camino a Poulo
Camino a Poulo
Al cabo de un rato se llega a un túnel que pasa por debajo de una autopista.
Puente bajo la autopista
En la pared del puente hay una pintada. Está hecha con un verde fosforescente reivindicativo. Es el tipo de pintadas que llaman a la rebelión, que provocan revoluciones, caídas de gobierno y de cabezas de reyes. Podemos no podría expresar mejor su ideario en una sola frase. La pintada dice así: Por favor , Seamos Correctos... Tras meditar un rato su profundo significado, continúo camino, anonadado por tamaña llamada a destruir la sociedad capitalista que nos oprime.
Por Favor, Seamos Correcctos
El Camino pasa ahora por una Casa Rural aislada en un paraje precioso antes de llegar a una iglesita con su consabido cementerio que se alza sola en un prado inmenso que se entrevé desde el camino en medio del bosque. Un lugar precioso y sugerente. Se trata de la Iglesia de San Xulián do Poulo.  
Camino a Pôulo
Iglesia de san Xulian do Poulo
Iglesia de San Xulian do Poulo
Un poco más adelante, en una subida, se pasa al lado de un bonito horreo antes de continuar llaneando.
Camino a Poulo
Camino a Poulo
El sendero desemboca, ya en el kilómetro trece de etapa, en un cruce de carretera en el que no se ve mojón ninguno. La dirección parece clara, pero conviene asegurarse. Para ello, alguien ha atado de un arbol una cinta amarilla que indica la dirección. Un buen sistema de señalización de emergencia.
Cinta señalizadora
Camino a Poulo
Camino a Poulo
 La carretera sigue entrando en el puebllto de Poulo, donde hay un bar llamado O cruceiro, situado justo al lado de un bonito Cruceiro a un lado del Camino y en el que pienso parar a comer, pues mi guía, y varios anuncios que he visto en el Camino, dicen que es el último sitio antes de Sigüeiro. Y es cierto, como comprobaré luego.
Entrando a Poulo
Así que paro allí y me pido un bocadillo de tortilla francesa que sabe a gloria. No acostumbro a comer mucho durante las etapas, pero hoy me apetecía.  Mientras estoy allí entran otras dos parejas de peregrinos que también se ponen a desayunar. Estamos casi a mitad de la etapa y este es un sitio perfecto para parar.
Bar O Cruceiro en Poulo
Salgo del pueblo por una carretera a cuya derecha se ve un pueblo grande como a unos tres kilómetros; es Ordes, el pueblo más grande de toda esta zona, al que el Camino no llega a entrar.
A la salida de Poulo hay una casa moderna en la que han puesto una enorme cruz que desentona bastante. Me gustan más los sencillos cruceiros que este derroche de piedra.
Casa con crucifijo enorme
Los siguientes kilómetros son bastante agradables. Casi todo el rato el camino va por senderos boscosos o por senderos bordeados de árboles que son muy agradables de andar. No hay apenas desniveles y el caminar se hace rápido y fluido.
Camino a Sigüeiro
Camino a Sigüeiro
Hay algunas casas bonitas y veo también bastante a medio construir, como si la crisis les hubiese pillado a los dueños con la casa a medio construir y sin más pasta.
Camino a Sigüeiro
Camino a Sigüeiro
También pasa el Camino por alguna bella corredoira de altas paredes con raíces de los árboles que las coronan saliendo por los laterales. Son tramos preciosos y típicamente gallegos.
Corredoira Camino a Sigüeiro
Corredoira Camino a Sigüeiro
Más kilómetros por este tipo de terreno me llevan hasta los pies de la única subida del día, que no es gran cosa, pero que anima algo la jornada.
La subida termina cuando el sendero se junta con otro más ancho, que es por lo visto el Camino Real, como dice un cartel informativo que allí se encuentra.
Arriba de la subida
Camino a Sigüeiro
Ahora el sendero llanea hasta que cruza una carretera justo al lado de una parada de autobús. Aquí está el desvio que lleva a Deixebre, un pueblo donde se puede dormir aquí cerca. Pero hoy no merece la pena desviarse del Camino. Sigüeiro, que es mi destino, esta ya a solo siete fáciles kilómetros.
Cruce de la parada de Autobus
El sendero sigue ahora pasando debajo de un túnel bajo la carretera y empalma con un sendero más ancho que comienza a dirigirse, recto como una vela, hacia Sigúeiro.
Tunel bajo la carretera
 Es un tramo muy curioso en este Camino Inglés. En el Francés, sobre todo en la meseta, es habitual encontrar largos tramos de carretera rectos; pero aquí es raríasimo. Y este tramo tiene cuatro kilómetros y medio rectos como trazados con tiralíneas. Solo pequeñas subidas y bajadas y alguna carreterilla que cruza el sendero amenizan la caminata. El sendero es muy ancho y avanza entre campos de labor o pequeños bosquecillos a los lados.
El sendero recto a Sigüeiro
El sendero recto a Sigüeiro
Es un tramo en el que solo se puede andar y andar y devorar un kilómetro tras otro. Casi al final, tras subir una cuestecilla, veo que delante llevo a unas diez personas en varios grupos. Me sorprende verlos así de repente, ya que llevo todo el rato solo y sé que llevo detrás una pareja de guiris a los que adelanté hace un rato.
Saturación en el Camino
Ahora tengo una referencia, y me sirve para ver que por fin, mas adelante, el Camino da una pequeña curva, tras la que se llega a un polígono industrial desde el que ya se puede ver a unos dos kilómetros el pueblo de Sigüeiro, que es el destino de hoy.
Por fin una curva
Llegando al polígono
Sigüeiro al fondo del polígono
Llegando a Sigüeiro
Son, como no dos kilómetros rectos tras los que se entra en un pequeño y bonito parque, ya en las afueras de Sigüeiro, que tiene un precioso puente y que desemboca en las calles de la ciudad.
Parque de entrada a Sigüeiro
Parque de entrada a Sigüeiro
Pues ya está. Solo queda buscar el hotel, que lleva el bonito nombre de Sigüeiro Hostel. Es nuevo, ya que antes aquí solo había un hostal bastante regular, que es donde dormí la otra vez.
Mientras callejeo veo  un curioso monumento al Camino Inglés, que muestra lo que parece ser un peregrino en estado de poderosa erección. Un tanto raro este arte moderno. 
Peregrino excesivamente euforico
Sigüeiro
También veo, mientras voy hacia el hotel , otra curiosa pintada que me hace gracia. Dice así:
"Cousas que odio: 
1- Pintadas. 
2-Listas. 
3-Ironía".
Me parece muy graciosa e ingeniosa.
Pintada
El Hotel lo encuentro enseguida y me gusta. Es un edificio restaurado y la habitación es moderna y funcional. El lavabo está en la habitación, separado de la moderna ducha y el WC. Tiene una pequeña tele y persianas eléctricas, que tengo que tener bajadas todo el rato porque la habitación da directamente a una concurrida calle. Pero eso me da igual. La ducha es muy buena y la cama es cómoda. Y el precio es excelente, así que perfecto.
Sigüeiro Hostel
Sigüeiro Hostel
He llegado muy pronto, antes de las dos, así que descanso un buen rato antes de salir a dar una vuelta por el pueblo. Es Domingo y todo está cerrado. Además este pueblo no tiene nada que ver, es moderno y por no tener no tiene ni una iglesia dentro. Hay que salir un poco del pueblo para ir a la Iglesia. Me acerco a ella para ver si hay misa y compruebo que no hay misa por la tarde. Bueno, el intento está hecho, pero hoy me voy a quedar soin misa dominical. Iré en Santiago a cambio…
Vuelvo al Hostal, que tiene una preciosa terraza que da


 al Rio Tambre, que pasa justo por la parte trasera del local. Me siento allí a escribir y me tomo un par de tostas; una de pulpo y otra de jamón, ambas con queso y muy ricas.
Terraza del Hotel
Vista desde la terraza del hotel
Luego vuelvo a la habitación a seguir descansando y viendo la tele. A las ocho y media me voy a cenar a un restaurante cercano que conozco de la otra vez que vine y que tiene unas truchas con panceta que me encantan. Me ponen un plato grande con una docena de truchas fritas diminutas, algo mayores que boquerones y más anchas. Cada trucha lleva encima una loncha de panceta frita. Las acompaño con una ensalada y de postre tomo tarta de queso. Muy buena cena para rematar el día.
Mañana si todo va bien llegaré pronto a Santiago. Estoy solo a diecisiete kilómetros, o sea a algo así como cuatro horas de marcha. Espero que el tiempo me respete. Al final, salvo los dos primeros días, no me ha llovido más, así que si mañana no llueve el balance de días con/sin agua será positivo…

TRIVIAL DEL CAMINO.
Pues la pregunta de hoy solo la han acertado Carmina y Cristina. El personaje al que me refería es el Obispo Teodomiro. No vale la respuesta de Paloma, ya que el arquitecto Domingo Antonio de Andrade, que sí está enterrado en la Catedral, murió en el siglo XVIII. Es quien hizo la torre del Reloj de la catedral; pero no es un personaje relacionado con el descubrimiento del sepulcro del Apostol , que sucedió en el siglo IX. Teodomiro era entonces Obispo de Iria Flavia y fue a quien acudió el pastor Pelayo para decirle que había visto luces en un monte. Teodomiro acudió allí y descubrió el lugar del sepulcro. Luego construyó allí la primera catedral de Santiago y fue enterrrado en sus muros. Al expandirse la catedral, su tumba quedó oculta , y fue descubioerta al hacer trabajos arqueológicos en el subsuelo. Actualmente la lápida de su tumba puede verse en la catedral, al lado de la entrada de Platerías y de la puerta de la tienda de recuerdos de la Catedral.
De todos puntos, minipunto también para Paloma por el esfuerzo y por revelarme un detalle que desconocía.
Y hoy seguimos con la Catedral y las vicisitudes de los restos del Apostol, que estuvieron mucho tiempo perdidos por culpa de un pirata. La Pregunta es:

¿De que pirata estoy hablando; por qué este pirata es culpable de la desaparición y entre que años estuvieron perdidos los restos del Apostol.?

Es una bonita historia para buscarla en Google.

Buenas noches y Buen Camino