sábado, 30 de marzo de 2013

Día 8 Belorado - San Juan de Ortega

Cronicas de un peregrino.
Dia 8 30 de Marzo.
Belorado - San Juán de Ortega 24 kms

Último día de Camino. Esta tarde volvemos a Madrid en autobús desde Burgos. Pero todavía nos queda una etapa mediana desde Belorado a San Juan de Ortega. Son veinticuatro kilómetros y para mi gusto es una de las etapas mas bonitas del Camino. Se suben los montes de Oca y se transita por un bosque de pinos muy agradable durante ocho kilómetros antes del final.
Nos levantamos a las siete, descansados y con la uña de Paloma y mi pierna relativamente controlados. Yo me tomo un Dolovolarén y me unto toda la pierna de crema Voltarén, a ver si así me aguanta bien toda la etapa. Paloma se ha puesto un esparadrapo en la uña para que la proteja del roce de la bota. Y todo controlado.
Desayunamos en el bar del hotel y a las ocho y diez nos arrojamos a la carretera.
El día es de momento perfecto. Hace sol y no se ven nubes amenazantes en las cercanías. A estas horas hace algo de fresco, pero eso es bueno para andar ligerito.
Lo único malo es que hace un fuerte y molestísimo viento de cara que dificulta caminar.
Salimos de Belorado por el arcén de la carretera hasta llegar a un puente de madera que han puesto para el paso de peatones al lado del puente de piedra medieval por el que discurre la carretera nacional. Se ve ya bastante gente por el Camino. Hoy vamos a ver mucha mas gente que otros días, especialmente en las paradas de los pueblos. Se nota que es fin de semana.
En cuanto salimos de Belorado y enfilamos una recta en campo abierto el viento empieza a ser un auténtico fastidio. Da de cara y a mi me molesta muchísimo en las lentillas, que se me secan y veo fatal.
Así vamos pasando los cinco kilómetros que nos separan del primer pueblo de la ruta, Tosantos. El Camino es hoy continuamente de subida. Partimos de los setecientos sesenta y cinco metros de Belorado y tenemos que llegar a los mil ciento cincuenta de los Montes de Oca, antes de comenzar a bajar hacia San Juán. La pendiente de ahora es ligera y se lleva bien, así que en una horita estamos en Tosantos. De este pueblo solo destaca una ermita que hay excavada en la pared deun monte cercano y que solo se ve de lejos. Desde Tosantos ya se ve un poco mas alto el siguiente pueblo de la ruta, Villambistia, que solo está a dos kilómetros.
Es otro pueblo pequeñito y lo único reseñable que tiene es una fuente de cuatro caños, en la uqe dicen que, si remojas la cabezaen ella, recuperasla fuerza y la vitalidad. Como nosotros de eso tenemos suficiente, pasamos de congelarnos la cabeza en la fuente y seguimos otros dos kilómetros hasta el siguiente pueblo, que también se veun poco mas alto que este en el que estamos.
Se trata de Espinosa del Camino, otro pueblecito sin mucho que contar. Ahora que lo pienso, los pueblos son pequeños y poco reseñables, pero los tres tienen una iglesia románica que, la verdad, ya casi ni nos llaman la atención tras todas las que hemos visto.
Y es que la concentración de arte en el Camino es tan grande que es facil quedar saturado y dejar de apreciar bonitos monumentos como estas tres iglesias.
Hablando de monmentos, Espinosa tiene un bar donde ya va parando mucha gente. Nosotros, sin embargo, preferimos seguir hasta Villafranca Montes de Oca, el pueblo mas importante de la jornada, situado justo a mitad de la etapa y que marca el inicio de la parte mas dura de la ascensión a los Montes de Oca.
Son otros cuatro kilómetros largos que comienzan con unas rampas durillas a la salida de Espinosa. El Camino luego se suaviza y va bordeando un monte hasta comenzara bajar un poco hacia Villafranca. A mitad de Camino pasamos junto a los restos del Monasterio Mozárabe de San Felix, del que apenas quedan dos paredes y finalmente llegamos a la carretera nacional por cuyo arcén tenemos que transitar unos ochocientos metros hasta llegar a Villafranca.
Justo a la entrada hay una explanada con varios bares donde se ve una gran cantidad de peregrinos. Es un punto ideal para parar y todos nos vamos concentrando aquí.
Hay un grupo como deunos veinte chavales de unos dieciocho años, que deben ser de un colegio y a los que hemos ido viendo avanzar todos juntos durante el último tramo.
Nosotros paramos en uno de los bares que tiene una terrazita y nos quedamos allí fuera a descansar un rato mientras tomamos una coca y las palmeras de chocolate que sobraron de ayer. En el bar está la pareja inglesa a la que vemos todos los días. Están un poco asustados por la subida que viene ahora y les comento que lo único verdaderamente duro es el primer kilómetro y que luego la cosa mejora. No parecen nada convencidos.
Terminado el descanso continuamos. Nada mas entrar en Villafranca el terreno se endurece mucho. Una primera y dura cuesta sobre asfalto que cruza el pueblo se convierte en un camino de cabras lleno de piedras que asciende el monte. Son unos trescientos metros muy duros. A partir de allíel sendero mejora pero sigue siendo muy empinado. A Paloma la pierdo de vista como de costumbre y yo sigo a mi ritmo, cansino en este terreno. La parte mas dura termina un kilómetro mas allá, al llegara a una fuente llamada de Mojapán, desde la que hay una excelente vista de Villafranca al pie de los montes y de todoel valle por el que hemos venido.
El paisaje es ahora completamente distinto del que hemos tenido todos estos días. Desde que salimos de Villafranca vamos por terreno montañoso lleno de árboles que pronto se convierten en un tupido bosque de robles. Además de que es muy bonito, esto tiene de bueno que ha cortado completamente el viento, lo que se agradece.
Dejamos la fuente, donde hay un tio durmiendo en un saco, y seguimos subiendo. La ascensión es ahora continua pero mas suave que al inicio. Finalmente salimos del bosque en el punto mas alto de la sierra, donde hay un monumento a los fusilados en este lugar por las tropas de Franco durante la guerra. Es un monolito bonito y tiene una placa que cuenta lo sucedido.
Seguimos ahora por una fuerte cuesta abajo que es una putada, ya que simplemente baja un ratillo para dar paso a un puentecillo que cruza un río tras el que viene la ascensión mas fuerte que yo conozco. Son solo unos doscientos metros, pero son brutales. Los hacemos despacio (yo mas despacio que Paloma) y, tras rebasarla. el terreno que sigue siendo de ascensión, nos parece una delicia. ¡Vaya cuestarrón!.
Un poco mas de ascensión y llegamos a otro denso bosque, este de pinos, que nos va a acompañar los ocho kilómetros que nos quedan hasta San Juan de Ortega.
El pinar es ya terreno llano que se recorre con facilidad por una anchísima pista forestal como de unos cincuenta metros de ancho, que mas parece un cortafuegos que otra cosa.
Está bastante embarrada, pero se recorre facilmente. La zona es bonita, pero estos últimos kilómetros se convierten en intermiables. Ya vamos cansados y a mi la pierna me está empezando a molestar mas de la cuenta. El puto pinar es todo igual, fila tras fila de árboles idénticos y ya estamos hartos de pinos. Queremos llegar.
Poco a poco el sendero se va estrechando hasta convertirse en una senda forestal normal y el Camino empieza a descender. Esto es algo mas agradable.
De repente vemos una manada de cinco jabalies que cruzan el Camino delante nuestro y se pierden rápidamente en el bosque. Esto es algo mas divertido.
Finalmente, y cuando estamos ya mas que hartos, nos cruzamos con un grupo de unos treinta excursinistas que vienen subiendo. ¡Excelente!, eso es señal inequívoca de que ya estamos llegando.
Un poco mas allá, tras una curva, el bosque llega a su fin y vemos por fin el Monasterio de San Juan de Ortega a apenas un kilómetro.
Lo cubrimos facilmente y a la una y media estamos ya entrando en el monasterio a ver la tumba del Santo.
Hemos hecho muy buena media y hemos llegado bien, pero decidimos no pasar de aquí. Estamos cansados y mi pierna molesta mas de lo debido y está hinchada. Además, como si fuese cosa de meigas, ha sido llegar a San Juan y ponerse a llover, así que ante esta señal del cielo damos por terminada la etapa y esta parte de Camino.
Nos metemos en el bar que hay al lado del Albergue y nos sentamos a comer. Ya que hemos terminado, hoy vamos a comer sentados en una mesa, como Dios manda.
La especialidad del sitio, muy conocido en el Camino, son las tortillas, que hacen de tres huevos. Paloma toma una de queso y yo una de jamón, ambas con ensalada, y nos pedimos también una ración de morcilla. Todo muy bueno y barato.
Cuando terminamos el camarero nos da el teléfono de los taxis de Burgos. Llamamos y en veinte minutos un taxi nos viene a recoger y nos lleva hasta la estación de autobuses de Burgos. Durante el trayecto llueve mucho, pero ahora ya vamos en taxi y nos da igual.
Son las tres pasadas y nuestro autobus sale a las seis. Dejamos las mochilas en la consigna de la estación y cruzamos hasta la Catedral, que está al lado. Entramos a verla aprovechando el descuento de peregrino. Con la entrada nos dan una audioguia, con lo que la visita dura mas de una hora, con explicaciones detalladísimas que llegan a saturarnos.
Al salir volvemos ya a la estación de autobuses tras parar en un bar a tomar algo. Esperamos un poco y a las seis y cinco tomamos el autobús que viene de Santander con destino Madrid.
Es un autobus estupendo, con butacas con reposapies, mas ancho del normal y mas separación en las filas. Tiene hasta una azafata que nos da una merienda, caramelos, bombones...
Y tiene cine.
Tras la experiencia del Gato con Botas a la ida espero una película de acción en vez de dibujos animados para pasar el rato hasta Madrid. Y de acción es : Kung-fu Panda. Jodete.
Así que paso de la tele y me pongo a escribir mientras Paloma lee.
El viaje es rápido y cómodo hasta estar cerca de Madrid, donde el tráfico empieza a ser mas denso a pa altura de El Molar. Paciencia. Nos hemos metido de lleno en el atasco de entrada. Al final no es para tanto y llegamos tan solo veinte minutos tarde, a las nueve y cinco.
Cogemos el metro hasta Pio XII y allí nos recoge Paloma hija con el coche, que ya está bien de andar y mi pierna parece una bola.
Y aquí se termina este Camino. Ha sido un Camino estupendo: excelente compañia, siempre bien avenidos (lo que tras veintiseis años de matrimonio y ocho días juntos veinticuatro horas es todo un triunfo), un tiempo muchísimo mejor del esperado y , lo mejor,que durante la comida de hoy hemos empezado ya a preparar el Camino del año que viene. Y ha sido a sugerencia de Paloma, y no mia. Empezaremos aquí mismo, en San Juan de Ortega y en estas mismas fechas de Semana Santa, que el año que viene cae a mediados de Abril. Llegaremos hasta...
Ya veremos hasta donde llegamos.
¿Alguien se apunta?


2 comentarios:

  1. Muchas gracias por el alimento diario de las crónicas. Hemos disfrutado mucho como siempre y la verdad resulta tentador para unirse en alguna ocasión.

    P & C

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  2. Aquel bien Antonio que ya tienes compañera para el próximo camino!!! Espero que se recuperen pronto de vuestras dolencias y ya nos juntaremos a ver todas las fotos del camino
    Bienvenidos a Madrid!!!

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