sábado, 23 de marzo de 2013

Dia 1 Pamplona Puente la Reina

Cronicas de un peregrino.
Dia 1- 23 de Marzo.
Pamplona - Puente la Reina. 24 kms

Cuando nos levantamos a las seis de la mañana,el día amanece lluvioso en Madrid.
Nos vamos a tener que acostumbrar, porque el pronóstico del tiempo da una semana lluviosa para inaugurar esta primavera y esta Semana Santa, que este año llegan juntas. No nos preocupa demasiado la lluvia, pero si el barro que E Apuede formarse en el Camino y que puede ser de lo mas incomodo para andar. Pero cada problema llegará en s momento.
Anoche hicimos las mochilas, así que todo está prácticamente listo. Con cierta dosis de morbo las pesamos antes de salir. EPaloma lleva nueve kilos a la espalda y yo algo mas de once, incluyendo la cámara de fotos. No está mal, teniendo en cuenta que ya hemos metido comida y agua para la etapa de hoy, que comenzaremos directamente desde Pamplona a la llegada del tren.A las siete menos cuarto bajamos al garaje, donde nos espera Juan que, como buen Samaritano que es y recordando sus tiempos de conductor de Jardinera de Iberia, se ha ofrecido a llevarnos. Lo agradecemos mucho. Y mucho mas lo agradecen Chema y Paloma hija, ya que en caso contrario les hubiese tocado a ellos el madrugón.
Llegamos rápidamente a la estación de Atocha y montamos en el tren tras pasar los controles preceptivos.
Se ven varios grupitos de peregrinos con sus mochilas que toman el mismo tren que nosotros. Incluso hay uno que lleva su bicicleta. O mejor, intenta llevarla, porque cuando va a pasar el control de billetes le dicen que se aparte. No se si es que le dejarán para el final o es que por fin una autoridad competente ha decidido que las bicicletas no son para el Camino. Pero no, no puede ser esto, porque en este pais todas las autoridades son incompetentes.
El tren arranca puntual a las siete y treinta y cinco. No va muy lleno y es un Alaris que nada tiene que envidiar en comodidad a los Ave.
El viaje es ameno, ya que la dirección de Renfe, viendo que es casi de madrugada y que todos estamos medio dormidos, ha decidido ponernos una película de acción desenfrenada, sexo salvaje y pasiones desatadas: El Gato con Botas en dibujos animados. Manda huevos, como diria Trillo.
A las diez y media el tren llega a Pamplona y cogemos un taxi hasta la zona de la universidad, que es por donde el Camino abandona Pamplona. Con todo a eso de las once comenzamos por fin a caminar.
En contra de los pronósticos,el día es claro,cálido y soleado. El cielo está completamente azul y solo se divisan algunas nubes altas y dispersas. Y va a aguantar así todo el día. Hemos tenido suerte al menos hoy, y es un día magnífico para caminar.
Desde el principio el Camino pica hacia arriba. Los doce primeros kilómetros hasta el Alto del Perdón son de subida y se nota en las desacostumbradas piernas.
Comenzamos con ánimo y en poco tiempo llegamos a Cizur Menor, un pueblito residencial de chalets donde hay una sidreria en la que una vez comimos con Loluca y Miguel Angel. Compramos allí una barra de pan para acompañar los embutidos y el queso que hemos traido de casa y sslimos del pueblo por un camino de tierra que se dirige recto hacia los montes que tenemos que subir.
El paisaje es precioso y va mejorando a medida que ascendemos. Los campos están completamente verdes y si nos damos la vuelta podemos ver claramente Pamplona a nuestros pies, enmarcada por los no tan distantes Pirineos, que muestran sus cumbres completamente nevadas. Esta es tierra de labor y hay pocos árboles, por lo que la vista se extiende durante kilómetros.
A estas horas apenas hay gente en el Camino y vamos casi solos.
Poco o poco vamos ganando altura y acercándonos al siguiente pueblo, Zariquiegui, que se ve desde lejos colgado a media ladera de los montes, que están coronados por una larga línea de molinos de viento hacia la que nos dirigimos.
Caminamos a nuestro aire, a ratos juntos y a ratos algo separados. En una de esas ocasiones en que estamos algo distantes, Paloma se encuentra una tarjeta de Credito tirada al borde del Camino. Es de las que tienen foto, y en ella se ve una astuta oriental de ojos rasgados y pinta joven. Debe pertenecer a alguna japonesa o mas probablemente coreana, que son las que hacen el Camino. Yo propongo buscar el cajero mas cercano y pulir la tarjeta, pero Paloma no me deja y decide llevársela y dejarla en el primer buzón de una sucursal del Santander que encuentre. ¡Maldita moral cristiana¡. A lo mejor era de la hija del gordo que manda en Corea del Norte y nos forrábamos...
Cuando ya nos acercamos a Zariquiegui el terreno empieza a ponerse peor. Está muy encharcado y embarrado de las lluvias caidas en días anteriores y hay tramos donde el barro hace dificil el paso. En esta zona alcanzamos a cuatro chicas que van vestidas como para un paseo de domingo. Parecen Paloma hija y sus amigas. Van todas peripuestas y alguna incluso lleva bolso. Cada vez que llegan a un charco es un drama, porque no saben como pasar sin mancharse. Paloma se fija en que una de ellas es una pérfida asiatica. En efecto. Es la dueña de la tarjeta. Ni se había dado cuenta de que la había perdido y se pone muy contenta de recuperarla.
Con estas entramos en Zariquiegui, pueblecito muy pequeño que se cruza en un momento para afrontar ya la última parte de la subida al Alto del Perdón. En este último tramo vamos cruzándonos continuamente con las cuatro Barbies que, a preguntas de Paloma nos cuentan que son tres alemanas y una coreana.
Por fin, a eso de la una llegamos al Alto. Es un lugar precioso, donde destaca una bonita escultura en hierro que muestra diez peregrinos medievales a tamaño natural en fila avanzando contra el viento que, por cierto sopla fuerte aquí arriba del alto. Justo al lado del alto hay una fila de molinos de viento que , curiosamente, no hacen demasiado ruido aunque están girando a toda velocidad.
Teníamos pensado comer aquí, ya que las vistas son espectaculares. Por la ladera que hemos subido se ve todo el Camino que llevamos recorrido. Se ve Pamplona perfectamente y detras suyo las cumbres de los pirineos. Por la otra ladera se ve todo el valle de Valdizarbe, donde destacan los pueblos que tenemos aún que pasar y que están en fila uno detras del otro. La vista es espectacular,si, pero hace un frío que pela y un viento muy molesto, así que tras hablar un poco con un par de chicos de Mallorca que están allí descansando comenzamos a descender. Las barbies también han llegado, pero no tienen intención de seguir. Van a volver a Pamplona por el mismo camino que han venido.
La bajada es peligrosa y muy cansada, ya que es bastante empinada y está llena de piedras sueltas resbaladizas. Bajamos media ladera hasta encontrar unos bancos de madera situados en una zona ya resguardada del viento y paramos allí a comer. Estamos como una media hora haciendonos pequeños bocatas con el pan que hemos comprado, que está excelente. Hace calor y se está muy a gusto. Así que nos cuesta arrancar de nuevo y continuar la bajada, que se prolonga un poco mas hasta llegar a una zona llana que nos lleva hasta el siguiente pueblo, Uterga. El paisaje en este lado de los montes es mas ondulado y salvaje que en la zona de Pamplona. Hay mas árboles y menos terreno cultivado.
Uterga no tiene nada, tan solo bonitas casa de piedra, muchas de ellas blasonadas y con preciosas rejas,como todos los pueblos de aquí.
A la salida del pueblo hay un albergue que tiene una terraza muy apetecible, así que paramos un rato a tomar una coca cola ( que ya me estaba dando el mono) y a descansar un poco. Son las tres y en la mesa de al lado hay un grupo de marujas que van a quedarse a comer allí. Están comentando que ayer hubo en esta zona un terremoto de cuatro grados. ¡Que bien!. Un buen terremoto es justo lo que ahora necesitamos para animar el día.
Tras descansar continuamos hasta el cercano pueblo de Muruzabal. Estamos ya bastante cansados, pero a pesar de ello decidimos hacer el desvío de dos kilómetros que lleva hasta el Camino Aragones y la ermita de Santa Maria de Eunate. El Camino hasta Eunate es polvoriento, caluroso, largo, recto y pesado. Pero merece la pena. Eunate es una de las maravillas del Camino. La ermita octogonal se alza solitaria en un valle rodeado de cercanos montes. Ya por fuera es una maravilla, con su armónica planta, su elevada linterna y sobre todo su claustro o deambulatorio externo de estilizados arcos que la rodea. Pero por dentro es mágica. La impresión que se recibe al entrar y ver la elevada cúpula que cubre toda la superficie de la iglesia es impresionante. Verdaderamente parece mucho mas grande por dentro que por fuera. El ambiente es cálido y acogedor y la preciosa Virgen que preside el altar colocado en el abside es preciosa.
Nos quedamos muy impresionados por la visita y estamos ambos de acuerdo en que el desvio ha merecido completamente la pena.
Para retomar el Camino no regresamos a Muruzabal, sino que seguimos el Camino Aragones, que enlaza con el Francés en el siguiente pueblo, Obanos.
Como ya estamos bastante cansados le propongo a Paloma que nos saltemos este pueblo, que está como todos los de por aquí en lo alto de una colina, y que no tiene mucho que ver. Así que en vez de subir continuamos por una carretera que bordea el monte donde está Obanos y que empalma con el Camino a la salida del pueblo.
Quedan ya apenas tres kilómetros hasta Puente la Reina que cubrimos sin problemas por unas pistas entre cultivos.
La entrada en Puente la Reina es distinta de la que yo hice la otra vez. Antes se entraba justo por nuestro hotel, y ahora han desviado el Camino para que entre casi en el centro del pueblo, a la altura del albergue y a unos trescientos metros de nuestro hotel, al que llegamos por fin pasadas las cinco. Estamos bastante cansados y al final hemos hecho veinticinco kilómetros, que no está mal para un primer día, que además ha sido badtante caluroso y sin una gota de lluvia.
Subimos rápidamente a nuestra habitación, sencilla pero cómoda, calentita y con todo lo necesario. Hacemos unos ejercicios de estiramiento, nos duchamos y nos dedicamos a reparar desperfectos físicos.mi
A mi me ha salido una ampolla grande en la planta del pie izquierdo. Ya me la conozco. Me sale siempre el primer día, así que me la pincho con una aguja y arreglado. Paloma está perfectamente, como tiene por costumbre.
Salimos a ver el pueblo. Este tiene tres cosas que ver. La primera es la Iglesia del Crucifijo, donde destacan el Arco que comunica la Iglesia con una casa vecina y sobre todo el maravilloso Cristo Renano, clavado en una cruz en forma de Y. Precioso.
La segunda es el Puente que da nombre al pueblo y que es salida del Camino del mismo. Es un puente impresionante, de seis arcos y con la calzada en doble vertiente, de manera que vas subiendo sin ver el otro lado hasta que estás en la mitad, y allí empiezas a descender hacia el otro lado.
La tercera es la Iglesia De Santiago, de la que cabe destacar su torre y sobre todo la maravillosa figura románica de Santiago Beltza (negro). Es una talla en madera de tamaño natural muy expresiva (para ser románica). Se llama el negro porque antaño tenía ese color por el humo de las velas. Pero despues la restauraron y ahora es mas blanco que yo.
Oimos misa de siete y media en esa iglesia y al salir buscamos un restaurante que traemos recomendado por un libro patrocinado por Carlos Herrera. que los perroflautas denominan la Guia del Camino para pijos y que por tanto es perfecto para dos pijigrinos como nosotros.
Y cenamos francamente bien. Es el único lugar con vida de este pueblo, que por lo demás parece muerto. Tomamos de primero una ensalada de perdiz para Paloma y alcachofas rehogadas con Jamón para mi. De segundos yo tomo un entrecot excelente y Paloma (que está con mas saque del habitual), una lubina a la espalda. Todo muy buenoy con un buen servicio, a pesar de que nos han colocado en la zona de cafetería, ya que el restaurante estaba lleno.
Ya bien cenados deshacemos el camino hasta el hotel, donde Paloma se queda dormida nada mas lkegar y yo me dedico a redactar está magnífica e inspirada crónica.
Mañana prometen de nuevo lluvia. Espero que acierten tanto como hoy, que no ha caido ni una gota mientras andábomos en un día caluroso y soleado. Si es cierto, sin embargo, que cuando luego hemos dado una vuelta por el pueblo, estaba cubierto y ha chispeado un poco. Así que veremos mañana.

La opinión de Paloma.

Enestas crónicas del Camino en pareja pensaba dejar un espacio para que Paloma dijese lo que quisiese.
Pero Paloma se ha dormido del tirón, y a ver quien tiene huevos de despertarla...
Así que a lo mejor mañana hay mas suerte y nos dice algo. Si ella quiere.

Fotos de la jornada.




1 comentario:

  1. Creo que el peregrino es muy modesto y que lo de la tarjeta de la coreana no fue un gesto de Paloma, sino de él. Lo que pasa es que es tan humilde y santo que cede mérito a la moza vasconavarra.

    Por cierto: ¿qué opinaba la susodicha de las tres teutonas (he dicho teutonas, ¿vale?) y la oriental? Porque por lo que cuenta el peregrino, se dedicaban a adelantar y dejarse adelantar para lucir sus modelitos cuasiveraniegos. Tiene que mentalizarse Paloma que hasta Burgos habrá mucha extranjera poco recatada, que en el Camino le asaltan al pobre peregrino muchas guiris.
    En cualquier caso, esperamos las fotos de Anasagasti la fogosa luciendo camiseta y de los demás monumentos de ayer (me refiero obviamente a Eunate).

    Un fuerte abrazo y ¡avanti, cari peregrini!

    Porriansioso de noticias

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