Hace mucho tiempo que no pasaba tanto calor como hoy. He
llegado a Jaca asado, en las últimas y bebiéndome todo lo que encontraba por la
calle. Y es que la etapa de hoy ha tenido dos partes completamente
diferentes. Por la mañana, desde que he
salido de Estación de Canfranc hasta llegar a Villanúa tanto el tiempo como el
terreno han sido deliciosos. Esa es la zona final del Alto Pirineo y las
senderos son como los de ayer, aunque con pendientes menos pronunciadas. El
tiempo, despejado y algo fresquito, ayudaba a andar y además los árboles daban
sombra.
Pero al pasar Villanúa el panorama ha cambiado radicalmente.
Entramos en una zona de montes más bajos y redondeados, y el Camino va casi
todo el rato por sendas despejadas pegadas al rio Aragón. Sendas muy incómodas
de caminar, llenas de piedras y guijarros. Y además ha empezado a hacer un
calor bestial que aplatanaba y laminaba la moral del más pintado. Especialmente
los últimos ocho kilómetros desde Castiello de Jaca a Jaca han sido infernales.
Pero ya están hechos. He llegado al hotel, me he duchado, he
descansado y ya comienzo a estar preparado para un día más. Espero que mañana
no sea tan caluroso como hoy.
Al margen de la meteorología, la etapa ha ssido preciosa.
Muy completa, con toda clase de terrenos y sendas. El kilometraje ha sido algo
más largo que el que marcaba la guía, pues al final me he hecho veintiocho
kilómetros en vez de los veinticuatro que marcaba la guía.
Ahora estoy sentado en Jaca en una terraza, muy a gusto
mientras veo como toda la ciudad se prepara para el desfile que cierra el
Festival Folc
lórico de los Pirineos que empieza a las siete. La mitad de las calles están cerradas y han puesto sillas por todo el recorrido. Yo voy a ir a misa de siete a la catedral y luego veré por donde va el desfile para verlo un rato antes de cenar.
Hoy me he levantado a las siete y media y tras prepararme y
comprobar que el tiempo era ideal para caminar, fresquito y despejado a esas
horas, he salido del hotel a las ocho y media. Parada en un bar para tomar un
café, y ya carretera y manta.
La etapa comienza cruzando todo el pueblo de Estación de
Canfranc, que es mucho más largo de lo que me pareció ayer.
Estacion de Canfranc |
El caso es que la
zona donde está el hotel es el principio del pueblo según se llega desde
Somport y para salir hay que recorrer algo más de un kilómetro por la calle
principal, que por otra parte es la única del pueblo. Así que cruzo todo el
pueblo hasta que al final veo que estoy justo donde comienza el túnel de
Somport que une España con Francia.
Entrada al tunel de Somport |
Allí, el Camino baja unas escaleras hasta
los pies de una alta presa del rió Aragón.
El río se cruza a los pies de la presa por un puente en el que hay
carteles advirtiendo que el flujo de agua puede crecer en cualquier momento y
provocar inundaciones, así que debes tener cuidado y pasar a tu propio riesgo.
Desvio para bajar a la presa
|
Cruzo sin que me arrastre ninguna riada inesperada y entro
en una pr3eciosa senda que transcurre a media ladera sobre el cortado formado
por la erosión del rio.
Es un sendero parecido a los de ayer. Muy boscoso,
húmedo y todo lleno de verde musgo en las piedras y los árboles. Precioso.
Todo el rato, cuando la vegetación se abre, voy viendo el río abajo y la
carretera al otro lado. A poco de iniciar el sendero se ve en el otro lado de
la carretera una enorme torre circular con multitud de troneras en sus varios
pisos. Se trata de una Torre de Fusileros, una construcción defensiva del siglo
XIX erguida para defender el paso en caso de invasión de los franceses. No se
yo muy bien si hubiese sido de alguna utilidad, pues un buen cañonazo acabaría
sin duda con la torre y todos sus ocupantes.
Sendero camino a Canfranc |
Torre de Fusileros |
El camino es muy agradable y se anda bien y a gusto. No hay
apenas gente y todo el rato voy solo oyendo los ruidos del río y el bosque, con
ocasionales ruidos de coches cuando la senda se acerca demasiado a la
carrretera.
Camino a Canfranc
|
En un momento dado llego a un lugar donde hay una preciosa
cascada, bastante alta y por la que ahora cae una cantidad grande de agua,
fruto de las lluvias de anteayer. Esta en medio del bosque y cae formando una
poza profunda en medio del bosque que se salva por un puente de madera. Un
lugar precioso.
Cascada camino a Canfranc |
A partir de aquí la senda empieza a complicarse. Hay muchos
tramos rocosos por los que hay que pasar con mucho cuidado y fijándote mucho
donde pones los pies para evitar resbalones o torceduras.
Apenas un kilómetro después de la cascada la senda muere en
la carretera que baja desde Somport, justo a la entrada de Canfranc.
Canfranc |
Curiosamente Canfranc pueblo es más pequeño que Canfranc
Estación. Tiene una caslle central no muy larga y solo puedo destacar las
bonitas casas pirenaicas de piedra y una iglesia que está en una plaza donde
también han colocado un vagón de ferrocarril antiguo, como homenaje a la
importancia que tuvo el tren en su época.
Iglesia de Canfranc |
Cruzo el pueblo
rapidmente y a la salida tomo un sendero de tierra que me acerca primero hasta
las ruinas de un antiguo templo y hospital de peregrinos y un poco después a
un precioso puente apuntado de aspecto
románico aunque es del siglo XVI y por el que el Camino cruza un riachuelo .
Desde aquí el Camino sigue por un sendero ahora más despejado y pegado al río.
Ruinas del templo-hospital en Canfranc |
Puente a la salida de Canfranc |
Desde aquí el Camino sigue por un sendero ahora más despejado y pegado al río.
A medida que vamos saliendo de la zona de montañas más altas
el paisaje se va suavizando. Los montes son más bajos y redondeados y los
bosques menos tupidos, aunque todo sigue siendo verde y lleno de árboles.
El Camino sin embargo, es a rotos bastante dificultoso por
la abundancia de piedras suelta y pasos complicados entre peñascos que
dificultan mucho el caminar.
En unos dos kilómetros desde Canfranc llego a un lugar donde
hay que cruzar la carretera por un paso que han hecho debajo de ella y que es
tan bajo que no puedes ir de pié. Tienes que caminar agachado para poder pasar.
El esfuerzo merece la pena, porque al otro lado hay un precioso mirador desde
el que se ven tres cascadas que caen entre los árboles desde la elevada montaña
de la que viene el río. Estén muy separadas una de otra; la primera casi arriba
de la ladera, la segunda a la mitad y la tercera justo debajo de donde estoy
viendo. Es un espectáculo impresionante que me quedo admirando un ratito.
Después continúo y el camino sigue siendo precioso. La fuerza de la cascada ha
excavado con el tiempo un barranco profundo por el que transcurre durante unos
centenares de metros este. El Camino va por encima del barranco, en ocasiones
muy pegado a él , pero sin dar sensación de peligro. Eso si, el camino sigue
siendo muy pedregoso, lento y difícil de andar y sobre todo, muy cansado.
Paso bajo la carretera |
Cascada en la montaña |
Las tres cascadas en la montaña |
Barranco del río |
Un par de kilómetros después de la cascada, ya casi llegando
a Villanúa hay un cartel que anuncia la entrada a la cueva de Las Guixas , una
cueva con estalactitas y estalagmitas que se puede visitar. Pero como son así
de listos, si quieres visitarla tienes que comprar una entrada en el centro de
turismo del pueblo, que está a unos cinco minutos andando. O sea, que paso de
la cueva. No pienso hacer ni un solo paso de vuelta, con lo cansada que es la
etapa de hoy.
Así que bajo los últimos metros hasta Villanúa por un camino
de cabras y, eso si, sello la credencial en el centro de información turística.
Hay bastante gente esperando para ver la cueva (la visita es guiada) o sea que
debe ser bonita.
Llevo según la guía nueve kilómetros, y según el Gps once.
Me parece más exacto el GPS, ya que al menos uno de propina me he hecho cruzando
Estación de Canfranc.
En todo caso aquí hay
que tomar una decisión. El Camino tiene dos alternativas. Una va pegada a la
carretera y la otra más por campo y monte. Como siempre que sucede esto, me
inclino por la que se aleja de la carretera, así que cruzo el pueblo de
Villanúa hasta llegar a la bonita iglesia de San Esteban, que como casi todas
es mas bonita por fuera que por dentro; pero que sin embargo tiene en su
interior una Virgen Románica estilizada y policromada que es una auténtica
maravilla. Solo por esa Virgen merece la pena haber cogido esta variante y
haber parado en la iglesia.
Virgen Románica de Villanua |
Antes de salir del pueblo paro a tomar una coca cola en un
bar que está en una casa rural muy bonita. Es un caserón de tres pisos de
piedra y tejado de pizarra, situada en una plaza cerrada y recogida en medio
del pueblo. Se está muy a gusto y la casa rural tiene una pinta estupenda.
Terminado el refrigerio salgo de Villanúa por un largo y
recto camino asfaltado que se aleja del pueblo hacia un monte cercano. Es
bastante llano hasta llegar al monte y se ve a bastante gente paseando
tranquilamente.
Empieza a hacer bastante calor y el sol pega duro en este
camino despejado y sin sombras, así que me pongo el gorro. Al llegar a la
colina que se veía al fondo comienza a haber más árboles, pero el calor sigue
siendo muy fuerte y molesto. Además ahora el camino, que deja de ser asfalto y
se convierte emn un camino de tierra en bastante buen estado pica hacia arriba
y el esfuerzo es mayor. Así que voy sudando como un cerdo y bastante más
cansado de lo que sería normal a esta altura de la etapa.
Salida de Villanua |
Camino a Castiello de Jaca |
Vamos por la parte alta del monte que cierra por este lado
el valle del río Aragón, que corre recto y manso a nuestros pies. El Camino
sigue así, sin mucha variación salvo el cada vez mayor calor hasta finalmente,
tras unos cuatro kilómetros, acercarse al río y cruzarlo por un puente tras el
que viene una fuerte subida que nos deja en la carretera nacional, ya muy
cerca de Castiello de Jaca.
Llegando a la carretera cerca de Castiello de Jaca |
Al llegar a la carretera me equivoco y no me doy cuenta de
que Castiello está en un alto que tengo enfrente. Yo tiro a la izquierda por el
arcén de la carretera, que parece la opción más lógica. Al cabo de unos
doscientos metros, se me enciende una lucecita de alarma; esa que se enciende
siempre que te apartas del Camino, y me doy cuenta del error. Así que doy media
vuelta y subo la cuesta de casi un kilómetro que lleva a Castiello de Jaca. Esfuerzo
inútil, porque Castiello de Jaca no tiene nada que ver, salvo sus bonitas
calles y casas.
Es un pueblo situado en un monte y por tanto todo lo que he
subido para llegar lo tengo que bajar para salir. Así que me hubiese dado igual
seguir por la carretera, pues tras cruzar todo el pueblo y sufrir unas calles
en bajada fortísima que castigan las rodillas y los dedos de los pies, llego
otra vez a la carretera nacional. Cruzandola hay un precioso bar en cuya
terraza me siento un buen rato para refrescarme y alejarme un rato del
calorazo. Es la una de la tarde y el sol cae a plomo. Aprovecho para comer algo
de fiambre y queso del que compré ayer. El queso, que venía en un paquete de plástico
sellado, se ha fundido todo con el calor y forma una masa compacta que no hay
quien deshaga. Así que voy cogiendo trocitos y me los como con el chorizo y el
jamón de york que tengo,.
Castiello de Jaca |
Estoy media hora allí antes de resignarme y continuar hacia
Jaca, que aún se encuentra a ocho kilómetros. Una eternidad….
El Camino sale de Castiello por un sendero que en un
kilómetro más o menos llega a un puente de madera que cruza el cauce de un
afluente del Aragón; el Ijuez cuyo cauce es anchísimo, pero que está casi todo
él seco. El río ocupa el lado derecho del cauce y el resto es todo un pedregal infame
al cual va pegado el Camino.
Tan `pegado, que en muchas ocasiones no se
distingue el cauce del Camino. Hay multitud de carteles avisando del peligro de
súbitas crecidas que pueden anegar todo el cauce. La verdad es que casi lo
deseo, porque con el calor que hace, dan ganas de tirarse al rio de cabeza.
Cauce del rio Camino a Jaca |
Y así vopy haciendo kilómetros; a ratos por caminos mas
sombreados y otros al solazo más intenso. Procuro ir a buen ritmo, pero las
fuerzas ya son escasas. Me adelantan algunos grupos de ciclistas y un señor
mayor que yo, alto y que lleva un paso que da envidia. En la mochila lleva una
bandera catalana y otra española, así que debe ser buena gente.
Cuando me pasa procuro acoplarme a su ritmo y así sigo un
rato, haciendo la goma tras çél, hasta que llego a una curiosa casa rural de
piedra que tiene todas las ventanas de un rojo chillón y, lo que es mejor, una
fuente. No bebo porque me da miedo, pero me mojo toda la cabeza y empapo el
gorro. La sensación de fresquito ahora es muy agradable, pero dura solo unos
diez minutos antes de volver a pasar un calor tremendo y sudar hasta por las
uñas.
La casa Roja camino a Jaca |
Finalmente llego a un lugar donde se cruza la carretera por
un paso inferior y se llega a un centro hípico tras una fuerte subida para
alcanzar otra vez la altura de la carretera.
Caminamos ahora sin sombra alguna durante unos dos
kilómetros durísimos, siempre pegados a la carretera, hasta llegar a unos
pinares al borde de la misma donde hay gente aparcada haciendo picnic y
comiendo allí. Dan ganas de pedirles que me lleven a Jaca en el coche, pero ya
tengo que estar cerca, así que sigo y llego a una bonita Ermita en el Camino
donde hay una fuente. Esta vez no hay suerte y al girar el grifo n o sale nada
de nada. Ni polvo.
Ermita cerca de Jaca |
Así que, suponiendo que Jaca está ya cerca, para un poco a
la sombra y me tomo el agua que me queda en la botella mientras descanso un
poco.
Al continuar , ataco una fortísima cuesta. Por lo que llevo
andado, supongo que es una cuesta que mi guía dice que se llama la Cuesta de la
Salud y que ya da acceso a Jaca.
Cuando ya llevo la mitad de la cuesta y ataco una zona más
empinada, veo que al final de la cuesta, unos cuatrocientos metros más allá de
donde estoy, hay un enorme edificio de pisos; así que supongo que en efecto
estoy llegando a Jaca y eso me anima en la subida; que es de piedra suelta y
son una sola sombra.
Voy reventado y tengo que parar tres veces en los
cuatrocientos metros antes de llegar a unas escaleras al final de la cuesta por
las que se llega a una carretera justo a la entrada de Jaca, en una zona de
cuarteles. ¡Por fin he llegado!. Reventado, pero he llegado. De todos modos
esto no ha acabado. El hotel está al otro lado de la ciudad, a mas de un
kilómetro de donde estoy. Pero ya la sensación es otra. Avanzo por una larga
avenida y durante el paseo urbano para en dos bares para comprar en cada uno de
ellos una botella de agua fría que me voy tomando con deleite mientras me
acerco al hotel. Finalmente llego a la zona de la ciudad que ya conozco del
otro día y, pasando por delante de la Catedral y la Ciudadela, llego por fin al
Gran Hotel de Jaca a las tres y cuarto.
Cuesta de la Salud con jaca al fondo |
Entrando en Jaca |
En recepción pido otra botella de agua, esta vez de litro y
medio y me subo a la habitación.
Me tumbo directamente en la cama tras quitarme las botas y
toda la ropa, que va chorreando de sudor de arriba abajo. Un asco. Descanso un
rato mientras los pies se deshinchan y voy rehidratándome con el agua, hasta que
empiezo a encontrarme ya más a tono y sin sofoco.
Me ducho un largo rato, me echo toda clase de cre3mas en los
pies y lavo la ropa con mi lavadora portátil, que cada vez agradezco más haber
comprado. Funciona de miedo y me resuelve en diez minutos y sin esfuerzo lo que
antes me costaba media hora larga de lavado. Además la ropa sale más limpia,
así que todo perfecto.
Me asomo a la terraza de la habitación para montar el
tendedero y veo que la habitación da a la zona de la piscina, que está llena de
gente bañándose y tomando el sol. La mayoría son participantes del Festival
Folclórico, que esta tarde tendrán que participar en el desfile final y que
están haciendo tiempo disfrutando del sol más de lo que lo he disfrutado
yo. A mi me da igual y monto el
tendedero de todos modos en el balcón, con lo que la ropa se seca en un
santiamén.
A las cinco salgo a dar una vuelta. En la calle principal ya
está todo preparado para el desfile. Han cerrado el tráfico y han puesto sillas
todo a lo largo del recorrido. Si quieres una puedes comprar un ticket que te
venden en un kiosco que hay en la plaza. Las sillas están numeradas y la policía
se ocupa de que se respete a los que han comprado tickets. Muy eficiente y
bien pensado.
Yo paso de silla y me voy a ver la catedral, bonita y sobria.
Veo también el Museo de Arte Románico de la Catedral, que tiene la que
probablemente es la mejor colección de España de pinturas murales románicas de
Iglesias.
Son pinturas que han arrancado de iglesias en ruina y que
han transferido a lienzos. Las exponen tal como se encontraban en su iglesia
original. Es decir , si las pinturas ocupaban un ábside, han reproducido exactamente el ábside a
tamaño natural y han puesto las pinturas como estaban.
Hay fragmentos de pinturas de muchas iglesias, pero hay
especialmente una sala en la que han reproducido la iglesia de Bagués y en la
que están las pinturas, bien conservadas, que cubrían el altar, el ábside y
todos los laterales de la iglesia.
Fre3scos de la Iglesia de Bagúes |
Es impresionante y cambia completamente mi idea de que el
Románico es un arte sobrio y recogido. Es falso. Estas iglesias demuestras que
en su original la iglesia Románica es extremadamente colorida y está
profusamente decorada. Me encanta la
visita.
A las siete acudo a misa en la misma catedral y después me
acerco a ver la Ciudadela. No entro, pero veo que en el ancho foso lleno de
hierba hay una manada de ciervos (unos veinte) que pastan allí tranquilamente.
Preciosa imagen.
Ciervos en la Ciudadela |
Después me acerco a ver el desfile del Festival Folclórico
de los Pirineos, que tras atravesar toda la ciudad llega ahora a esta zona que
es el final. Todos los grupos de los distintos países vienen en orden y se paran cada poco tiempo para
hacer demostraciones de las danzas de su país. La calle está completamente
abarrotada y encuentro un sitio cerca del hotel donde me queda a ver las
demostraciones de algunos grupo de España, Rusia, Serbia, Timor Occidental y
Argentina antes de irme al restaurante del Hotel, que es un italiano a cenar a
las ocho y media.
Grupo Serbio del Festival |
Ceno spaguettis y una pizza y me recojo ya. Sigo muy cansado
de la etapa de hoy (incluso psicológicamente ) y quiero descansar. Por la experiencia de otros años ya se que
estos primeros días son los peores, así que calma, que mañana será un día
mejor.
TRIVIAL DEL CAMINO
Nadie ha dado las respuestas completas, pero Paloma entre
Paloma y Luis casi han dado la respuesta completa.
Los tres hospitales son Santa Cristina, en Somport, en el Camino de Santiago,
cuyos caminantes se llaman peregrinos; Jerusalén en el final del Camino del mismo
nombre, que recorren los Palmeros (por la palma del martirio) y Mont Joux;
situado en los Alpes (la verdad, no se en que punto exaco) en el Camino hacia
Roma; que caminan los Romeros.
Hoy, a petición de Paloma hija, una pregunta más sencillita.
-
¿Cuántos y cuales de los Caminos de Santiago han
sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO?. Y para nota… ¿En que
año cada uno de ellos?
Me voy a la cama.
Buenas noches y buen Camino.
Camino francés 1993 y el primitivo este año
ResponderEliminarBuen camino peregrino ya te empiezo a ver más delgado
Camino francés 1993 y el primitivo este año
ResponderEliminarBuen camino peregrino ya te empiezo a ver más delgado
A mi me huele a que la mujer del peregrino es avisada cada vez que se publica un post para que responda la primera! A ver si mañana llego a tiempo!! Buen camino!! Besos
ResponderEliminarVamos a precisar la respuesta D.F Paloma z ver si el peregrino se siente generoso y también me da algún punto, el 10-12-1993 el Camino Francés y el 5-7-2015 el del Norte.
ResponderEliminarCuídate de los calores
Y esta noche intentaré trasnochar a ver si le mojamos la oreja a la peregrina en la reserva
ResponderEliminarLa Unesco ha añadido en su última sesión en Bonn cuatro caminos jacobeos al Camino Francés: el Primitivo, el de la Costa, el de Liébana y uno interior "Vasco-Riojano" que no sé por dónde va. En cualquier caso, seguro que el Peregrino los pisa en breve.
ResponderEliminarP.D.: la Virgen de Villanúa preciosa.