miércoles, 6 de agosto de 2014

Dia 6- Luarca - Cartavio. 29 kilómetros. Conociendo Navia sin necesidad alguna.

Dia muy largo y caluroso. Además me he confundido en un tramo que he hecho por carretera en vez de por el Camino normal, lo que aparte del coñazo de la carretera, ha añadido innecesariamente un par de kilómetros a la ruta. Eso sido, a cambio o he conocido Navia, que no es que tenga mucho que ver, pero tiene una ría bonita.
El calor ha sido muy fuerte durante todo el día y he llegado al hotel cansado y calado. Estoy ahora en medio de nada, porque el hotel está en plena carretera nacional a las afueras de uno de esos pequeños pueblos sin nada que ver. O sea que tarde de relax y descanso.
La etapa ha sido bonita. No ha tenido barrancos ni muchos bosques como las anteriores, sino mucho terreno despejado muy cercano a la costa, con lo que las vistas eran preciosas.
En fin, una etapa de transición, ni de las mejores ni de las peores, sino de las que hay que hacer.
Me he levantado a las siete, con un día despejado en Luarca. Al salir del hotel a las ocho hay muy poca gente por las calles, algunos lugareños que se dirijen a su trabajo y un par de peregrinos poniéndose en marcha.
El Camino sale desde justo detrás del hotel. Como estoy en la parte mas baja del pueblo, justo en el puerto, toca empezar subiendo por las calles de Luarca, y es una subida muy fuerte por una calle empedrada que serpentea por el monte ganando rápidamente altura hasta llegar a lo alto del monte, donde hay un desvío que lleva a un cercano mirador sobre el pueblo.
Me acerco a verlo y la verdad es que merece la pena. Hay una pequeña ermita y el mirador domina todo el pueblo desde lo alto. Veo perfectamente el hotel y la plaza principal, que unos peregrinos diminutos están cruzando en dirección a la salida. No saben aún la subidita que les espera....
Se ve todo el pueblo y el puerto, así como el mar hasta muy adentro. Es precioso. Estoy un gatillo recuperando también el aliento de la subida y vuelvo despues al Camino, que no está a mas de cien metros.
La senda sigue entre casas cada vez más aisladas hasta que se llega a un cruce donde ya por campo se empieza a bajar. Es una carreterilla sin tráfico y con árboles a un lado que se hace muy agradable.
Al Finan del descenso se llega a unas ruinas destartaladas e invadidas por la vegetación. Es lo que queda de la antigua Iglesia y cementerio de Peregrinos de Santiago. Un cartel parece ser el único esfuerzo de restauración que han hecho. Informa de que el edificio data del siglo X y que en sus tiempos fue importante. La verdad es que es de los pocos restos jacobeos que puedes encontrar en el Camino del Norte. No es este un Camino como el francés, rico en historia y monumentos. Aquí la tradición jacobea debió terminarse muy pronto, en cuanto la reconquista permitió desplazar el Camino a las tierras mas llanas del sur, que fue donde verdaderamente se desarrolló en los siglos XII a XIV.
Mientras estoy allí me pasa "rapidín", uno que va vestido como de triatleta, todo de negro y con ropas ajustadas, con una mochila pequeña y andando a toda leche. Hoy tiene competencia, porque cerca de él va un nórdico también andando a toda velocidad. Disfruto de la competencia. Se nota que van picados, aunque procuran disimularlo. La cosa termina mejor de lo que pensaba, cuando ambos se equivocan de Camino y les paso a los dos. Minipunto para el caracol peregrino.
No me dura mucho la ventaja y los dos me vuelven a pasar rápidamente. No se si notan la ligera sonrisilla que llevo.....
Así divertidos vamos avanzando por terreno llano y muy despejado. Hay muchas granjas de labor y en casi todas hay vacas en establos.   Pasamos por tres caseríos algo mas grandes, L'Outeiro, La Comipia y Taborcias antes de llegar a un pueblo algo mas grande llamado Villuir, ya en el kilómetro cinco. No se llega a entrar en el pueblo, pero se ve su iglesia, que tiene una curiosa torre apuntada que parece más nórdica que española. Es bonita y a lo largo del día veré que casi todas las iglesias de por aquí son de ese mismo estilo.
Sigo andando y en un momento dado me confundo de ruta. Hay un mojón oculto por la vegetación que no veo y sigo recto. La magia del Camino funciona de nuevo. Apenas cien metros mas allá unos operarios que están en un campo me avisan y doy la vuelta, viendo esta vez el mojón. Cuando estoy ya en el camino correcto veo que por el malo viene retrocediendo rapidín, al que he vueltyo a pasar.
Cuando me vuelve a pasar me pregunta si yo también me he confundido y me dice que a él le pasa cien veces con el ritmo al que va. Es simpático,, pero la conversación dura un segundo, pues no afloja el ritmo y pronto lo pierdo de vista. Le ha debido ir bien el resto de la etapa, porque no le he vuelto a ver. Y a su competidor tampoco.
Un gatillo mas y llego a Otur, el siguiente pueblo grande, al que tampoco se llega a entrar, sino que se rodea por un lateral.
Todo el rato llevamos la línea de costa a la derecha y unos montes a la izquierda, cerca de los que va la autopista.
A partir de ahora el Camino se va alejando de la costa y acercándose a la autopista. Eso significa subir. Y subimos y subimos hasta llegar a una zona que está en bastante mal estado por las obras de la autopista. Ese una bajada muy fuerte seguida de una subida que me deja casi en lo alto de un monte. A partir de allí el Camino mejora mucho y comienza a rodear la parte alta del monte hacia la costa.  Y la vista a medida que va apareciendo el mar es impresionante. Se ve una porción de costa enorme en ambas direcciones. Hay casas aisladas y pueblecitos por todo el enorme valle verde y lleno de vegetación. Es de los mejores puntos de todo este Camino.
Hago unas fotos antes de bajar. Me alcanza un peregrino que habla inglés y que también se para a hacer fotos. Comentamos lo bonita buque es la vista y él sigue antes que yo. Le volveré a ver antes del final del día.
El sendero de arena prensada que desciende desde el alto es muy ancho y desciende rápido. Debe ser una de las carreteras de acceso a la s obras de la autovía.
Al llegar abajo dejamos la senda ancha y nos metemos por un sendero que avanza entre vegetación cada vez mas densa hasta que se convierte en una torrentera que baja casi en picado hasta una carretera.
La carretera se va acercando a un altísimo viaducto de la autovía. Eso significa que hay que subir de nuevo al monte que salva el viaducto. Un sendero sale de la carretera y sube el monte con una pendiente muy fuerte, llegando hasta un caserío que se llama Casa Carmina y que tiene toda clase de parafernalia para animarnos a los peregrinos que subimos penosamente.
Han puesto carteles, estatuas, bancos, un par de fuentes, un pastiche de cosas que, aunque no muy bonitas, resultan divertidas.
Esto anima un poco la subida, que no dura mucho. Llaneamos un poco antes de volver a bajar a un pueblo llamado Villapedre, ya en el kilómetro trece. Mas que un pueblo es una extensión muy larga de casas aisladas, al final de la cual hay un excelente bar en el que me paro a comer y beber algo.
En la terraza está el peregrino con perro que vi ayer en Luarca. Está con una chica y charlamos un rato. Son de Santander y han empezado desde allí. Hoy van a dormir pasado Cartavio , que es donde voy a dormir yo.
Estoy allí mas de media hora, lo que es un error, ya que cuando voy a salir comienzan a pasar los andaluces chillones de ayer. Y hoy, como deben haber empezado antes, van muy desperdigados, por lo que cuesta un montón deshacerse de ellos.
Al poco de continuar y tras pasar por la iglesia de Villapedre, llegamos los andaluces y yo a una bonita zona de prados donde el Camino desaparece y hay que ir andando cruzando las praderas hasta un bosque que se atraviesa por un pequeño sendero que los andaluces bloquean haciéndose fotos solos, en parejas o en grupos. Es una pesadilla tras la que viene una fuerte subida que nos lleva al pueblo de Piñera, del mismo estilo que el anterior y ya en el kilómetro quince.
Pasamos por delante del albergue de Piñera, donde el hospitalero nos da ánimos y nos desea Buen Camino.
Un poco más y alcanzamos una bonita ermita donde se está celebrando una ceremonia, con lo cual al menos se puede ver.
Yo aprovecho para adelantar a algunos andaluces antes de llegar a la carretera nacional, que está muy cercana.
Y cegado con adelantarlos, me equivoco. Ellos siguen por la carretera pero el Camino la cruza y sigue hacia Navia por un camino mas corto y, sobre todo, alejado de la carretera.
Para cuando me doy cuenta ya no merece la pena volver, así que me dedico a adelantar a los andaluces y cuando yanlosmhe dejado atrás a todos estoy a dos kilómetros de Navia. La carretera tiene bastante tráfico, pero tiene un arcén muy ancho y se camina perfectamente.
El último kilómetro hasta Navia es una fuerte bajada en la que se va viendo un precioso puente moderno. Al llegar por carretera entro por el lado contrario por el que llega el Camino. Eso significa que tengo que atravesasr todo Navia, que es un pueblo muy grande, pegado a un río que desemboca allí mismo. El paseo es precioso, ya que va pegado al río y Navia tiene algunas casas bonitas. Mientras voy por allí veo que delante mio va el inglés que me encontré hace ya un montón mientras hacía fotos en el alto. Lo siento por él, pero consuela saber que no soy el único que se ha perdido.
Hay mucha gente por la calle, es la una y la gente está tomando el aperitivo. Yo paro en un bar y tomo también algo. Aprovecho ampara llamar a Paloma y luego continúo.
Recobro el Camino justo mal final de Navia, donde se cruza el río cerca de su deosembocadura por un bonito puente. En total calculo que me he hecho un par de kilómetros de mas, pero a cambio he visto Navia. El cambio no merece la pena, pero consuela.
Estoy a solo seis kilómetros del destino y ya empiezo a estar cansado. Y claro, viene una subida bastante fuerte para salir de Navia por el monte que la cierra hacia el Oeste.
En poco mas de un kilómetro de subida llego a Barrio, el siguiente pueblo, que vuelve a ser un grupo de casas dispersas.
Al salir de Barrio voy por un parque bastante bien cuidado a media altura de un monte. En nula parte baja se ve la autovía, detrás un polígono industrial grande y al fondo el mar.
Poco a poco el sendero se va acercando a la autovía, que se cruza por un paso elevado cuando ya solo quedan dos kilómetros para llegar a Cartavío.
Justo al cruzar veo al nórdico que vi ayer legando a Luarca y que llevaba una mochila enorme. Y compruebo que no es lo único que lleva. Va con su mujer y esta lleva en una especie de mochila a su bebe. Por eso el lleva la mochila tan grande, porque prácticamente lleva lo de los tres.
Están ahora descansando bajo un árbol, así que les saludo y sigo.Llego de inmediato a la nacional y tras un kilómetro largo en subida por su arcén atravieso Cartavio, que es otro de esos pueblos dispersos sin tiendas ni nada y llegó al Hotel Mayce, un pequeño hotel-bar-restaurante almpie de la nacional y sin nada alrededor. Ideal para salir esta tarde.
Son las tres y estoy muy cansado, así que me voy directo a na habitación, que es pequeña y algo destartalada, pero que está limpia, tiene tele y un buen baño. Suficiente.
Cuando me quito el polo que llevo, que está empapado de sudor, se raja de lado a lado. Debe estar pasado una quedado inservible, así que ahora solo tengo dos polos. Quizá compre uno mañana en Ribadeo.
Descanso en la habitación y me pego una lanzada de Big, bang, Como Conocí a Vuestra Madre y dos hombres y medio. No hay otra cosa que hacer, porque pasear por la nacional no parece una opción.
A las nueve ceno en el hotel (la alternativa no existe). Cena sencillita. Sopa de fideos ( me como la sopers entera), seis truchas enanas muy ricas y helado de postre. Fenomenal. Y a la habitación a ver la tele y escribir.
Mañana se acaba Asturias. Si Dios quiere, llego a Ribadeo, ya en la provincia de Lugo.  Hay dos opciones de camino, como siempre con ventajas e inconvenientes. Está el largo y por la costa o el corto por el interior. Me decidiré cuando llegue al cruce.
TRIVIAL DEL CAMINO.
Acertadas sin problemas por Luis y Carmina ( que me manda las respuestas por mensaje) las preguntas de ayer, que eran fáciles, no hay quien haga una pregunta local hoy. Aquí no hay nada ni nadie. Lo único que se me ocurre preguntar es de que marca es la gasolinera que hay a cien metros del hotel,pero no lo haré, porque no me parece una pregunta seria.
Así que va una pregunta caminera:
¿ Como se llamaban los dos discípulos de Santiago que trajeron a España su cuerpo y de que estaba hecha la barca en que llegaron?
Fácil, fácil.

3 comentarios:

  1. No me creo que hoy pueda contestar la primera, los discípulos eranTeodoro y Atanasio y la barca creo q era de piedra. Por lo que veo Asturias fue una etapa dura! Ánimo y buen camino

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  2. Bonitas vistas de Luarca y el Cantábrico, si Casa Carmina, es de tu tía, podías proponerle hacer un albergue, así los ratos libres que no estés haciendo El Camino, podéis iriis Paloma y tu de hospitaleros.

    Buen camino

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  3. Cristina no duerme, expectante ante la crónica. Así que sin googlear me adhiero a sus respuestas.
    Esta etapa parece de los "Autos locos". ¿Será que la sonrisa cuando se pierde Rapidín es tipo Pierre No doy una? Pero te falta el perro Patán y Penélope Anasagasti. Los sonoros andaluces no sé quiénes pueden ser.
    Por cierto Antonio, habla con tu corrector, que el texto se trufa de palabras y resulta ilegible muchas veces. ¡Buena entrada en Galicia!

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