domingo, 3 de agosto de 2014

Dia 3- Avilés- El Pito. 31 kms. Un día muy largo con checos, sevillanas, franceses y militares

En este Camino todos los mapas mienten. Las etapas son mucho más largas de lo que dicen las guías y eso desmoraliza a cualquiera. Hoy me he hecho tres kilómetros más de lo que dice la guía, y eso sin equivocarme. Total, que en tres días llevo ya cien kilómetros y eso se nota.
Hoy el día ha sido mucho mas agradecido que ayer. Mejot tiempo,preciosos paisajes, puertos, playas , bosques.... Esto es lo que se espera del Camino del Norte, y no la ordalía industrial de ayer. Una delicia de caminata, aunque muy larga.
Y es una pena, porque el cansancio del final del día hace que ya solo pienses en andar y en legar a destino, y te fijas mucho menos en todo lo que el Camino te va ofreciendo.
Pero bueno, como le saco fotos a todo y filmo vídeo de todo,pues lo que no haya visto ahora lo veré al volver a Madrid.
Hoy,no se porque, he visto mucha mas gente en el Camino. En este Camino hay menos gente incluso que en el Primitivo, pero sigue habiendo la suficiente como para ver peregrinos de tanto en tanto, sobre todo en los bares del Camino, que no son muchos y que aprovechamos todos lo mejor posible.
Me he levantado a las siete, como todos los días. Por la ventana veo que la calle está toda mojada, pero el cielo está bastante despejado y no hace frío, así que si no se estropea será un buen día para caminar.
A las ocho y diez consigo salir del hotel después de esperar un buen rato a que unos franceses pesados terminen de pagar su cuenta.
La salida de Avilés es mas fácil que la de Gijón. Ya había cogido el hotel previendo que su ubicación era muy cercana a la salida, con lo que en unos minutos estoy ya empezando a subir uno de los montes que cierran Gijón hacia el mar. Todavía voy por acera en una zona de chalet. La subida inicial es de aupa, pero la compensan las vistas que vas teniendo de Gijón a un lado y su zona portuaria y el mar al otro.
Tras kilometro y medio de subida se llega al bario de San Cristóbal. Está situado en un alto desde el que se ve perfectamente el mar. No es un barrio feo y tiene algunas casas curiosas. La carretera avanza un trecho más hacia el mar, que se ve al fondo, tras unos altos acantilados y llego así a un grupo de casas que está ya al borde del acantilado. Cuando me voy acercando oigo música de gaitas. Pienso que esto si es un pueblo hospitalario. Acogen a los peregrinos con música a las nueve de la mañana de un domingo....
La música suena cada vez mas cerca y de repente aparece por una curva un tractor en el que van seis músicos ataviados con trajes regionales que son los que van tocando por todo el pueblo. La idea debe ser despertar a todos. O bien es la fiesta mayor, o bien son unos desgraciados a los que van a linchar los vecinos.....
Pasa la banda y yo sigo hacia el acantilado, que se bordea durante un rato por una carreterilla desde la que hay unas vistas preciosas del mar y de un pueblo bastante grande que hay abajo y que debe ser mi próximo destino.
Preparo la cámara poniéndola en el trípode para sacar una foto y en estas llega un tiarrón como de treinta años con aspecto nórdico que en mal inglés me pregunta alucinado si he visto la banda y que leches era. Le digo que debía ser la fiesta del pueblo y se queda mas tranquilo. Comentamos las vistas y me dice que es Checo, y no nórdico. Yo me quedo haciendo la foto y él continúa Camino. Por esas cosas que tiene el Camino, me lo velveré a encontrar y será así el primero y el último peregrino de los que voy a ver en la etapa.
A partir de este punto la carretera empieza a bajar el acantilado. Pero a los pocos metros de bajada el Camino se desvía hacia un montecillo y se convierte en una senda de tierra que baja a pelo, con una pendiente mucho mas pronunciada que la carretera. Es una senda preciosa entre árboles y con ocasionales vistas del mar a la derecha. De esta manera llego en un momento a la parte baja del acantilado, justo a la entrada del pueblo que veíamos desde arriba y que se llama Salinas. Se trata de un pueblo vacacional muy grande, con muchos chalets y cuatro enormes torres de apartamentos que lo joden todo.
Sin quererlo estoy ya en el kilómetro seis de la etapa. Se tarda un rato en cruzar Salinas, donde a estas horas hay muy poca gente. En un poste de la liz veo una pintada que me hace mucha gracia. Dice "Xicu Arias p'alcalde". No se a que partido representará Xicu, pero el mensaje electoral claro y directo, llega dentro...
Al final se llega a un cruce del que sale una carreterilla que sube a un monte. No tengo la menor duda de que esa será la que tenemos que coger. Una regla no escrita del Camino dice que En caso de duda, la cuesta mas dura....
En efecto. El Camino sigue por la cuesta en dirección a San Martín de Laspra, el próximo destino.  La subida es de dos kilómetros con unas rampas durísimas que obligan a apretar los dientes. Y es que toda la etapa va a ser así, subidas y bajadas por los acantilados pegados al mar. Se hace duro, pero al final corono y llego a San Martín, que no tiene nada más que preciosas vistas al mar y al valle al que ahora tengo que bajar.
Y la bajada es también fuerte, por carretera y de las que machacan las rodillas. Atraviesa un barrio llamado el pontón y justo antes de entrar en un pueblo llamado Piedras Blancas, se desvía y comienza de nuevo a subir al siguiente monte. Esto es un no parar de subidas y bajadas.
La pendiente ahora es igual de pronunciada que la anterior, matadora. Se suaviza al pasar una barriada de chalet y sigue ascendiendo ya más suavemente hasta llegar al alto, donde se deja la carretera y se toma un sendero de tierra que se interna en un bosque.
El sendero sigue durante un rato cómodo por la cima del alto, antes de empezar una fuerte y preciosa bajada por un muy denso bosque, en el que hay zonas muy embarradas que hay que salvar con cuidado. Es un tramo muy bonito. Con las lluvias caídas en estos días, los verdes del bosque resplandecen. Las hojas y matorrales están húmedos y sobre todo destaca un intenso olor a bosque húmedo y limpio que es una gozada. Disfruto mucho de este tramo hasta que el bosque se termina abruptamente al final de la bajada y se entra en un valle al fondo del cual se ve el pueblo de Santiago del Monte, estratégicamente situado justo debajo de un altísimo viaducto de la autovia del Cantábrico, que pasa justo por aquí.
Tengo ganas de parar a tomar algo, porque ya llevo catorce kilómetros muy ondulados, pero en el pueblo no hay ni un solo bar. Así que continúo y comienzo a subir por el otro lado del pueblo en dirección al viaducto de la autovía. A medio camino está la iglesia del pueblo y el cementerio, y allí está parado un grupo de unos cien niños y adolescentes, todos con chalecos amarillos y vigilados por un grupo numeroso de monitores. Pienso que deben ser scouts o de algún campamento, pero no tengo oportunidad de preguntarles. Les paso rápidamente para evitar tenerles que adelantar en la carretera. El Camino sigue subiendo hacia el viaducto. Aunque no se ve, a nuestra derecha está el aeropuerto de Asturias, que por esas cosas de los sanos regionalismos, está en un lugar que resulta lejano tanto para Oviedo como para Gijón.
Subiendo, subiendo, llego a la altura de la autovía , que se cruza por debajo. Un poco más adelante el Camino se desvía de nuevo por un sendero que se adentra en un bosque.
Justo en el mojón que indica el comienzo del sendero está sentado descansando el checo con una chica con rastas. Les saludo y sigo por mi cuenta. No quiero parar aún, pues voy bastante bien a pesar de las subidas.
Esta mañana al levantarme me dolía bastante el pie izquierdo, pero ya se ha calentado y ando sin problemas, aunque ocasionalmente me da punzadas muy molestas.
El sendero al principio es llano y por bosque. Es igual de bonito que el anterior que pasé. Aquí, sin embargo ,se ve que el bosque est@ en explotación. Hay zonas en las que los árboles están cortados y en esas zonas todo el camino está completamente embarrado. Al principio esto no es muy molesto, pero al cabo de un rato el Camino empieza a bajar hacia un nuevo valle que se ve muy abajo y que atraviesa un caudaloso río que desemboca allí mismo en el mar. Es el Nalón. La vista es preciosa, Pedro el Camino es horrible. Las zonas de barro e incluso completamente encharcadas se suceden y hacen pesadísimo el avance. Además, en las zonas donde han cortado los árboles hay maderos sueltos y ramas por todos sitios, lo que agrava el riesgo de tropezar.
Pero la vista lo compensa todo.  Y eso que ahora el tiempo está mas cubierto y llovizna ligeramente.
Poco a poco voy bajando y finalmente el sendero desemboca en una careterilla de cemento que en ciien metros mas de fuerte bajada llega a una carretera pegada a un pueblo que está en la ladera de otrro monte. Es el pueblo de El Castillo, al que se llega por una fortísima aunque corta cuesta. Tan fuerte es que le han puesto hasta una barandilla para que te vayas agarrando.
En una de las casa del pueblo los dueños han colocado unos azulejos que dicen "Hic aqua, peregrino". Aunque sea latín se entiende y se agradece. Un poco más de subida con excelentes vistas y llegamos al siguiente pueblo, Soto del Barco. Este es un pueblo muy grande y justo a la entrada hay un bar que obviamente está abarrotado de peregrinos. Ya son más de veinte kilómetros de etapa sin un sólo sitio donde parar, así que me siento en la terraza y me tomo mis embutidos y mi queso junto con dos latas y una botella de coca cola. Sentados a mi lado hay un grupo o de chavales franceses y españoles de unos veintitantos años que están también poniéndose morados.
A uno de ellos me lo he encontrado subiendo el último monte mientras yo lo bajaba. Había perdido su cubremochilas y estaba buscándolo. Al cabo de un rato me ha vuelto a pasar corriendo para reunirse con sus amigos..
Mientras estoy descansando comienzan a oírse cánticos montañeros que se acercan. Son los cien niños que vi antes, que pasan en formación vigilados por sus monitores. Tienen mucha gracia y van a muy buen ritmo. Cuatro de los monitores se separan el grupo y vienen al bar a tomar algo.
Yo me voy a ir ya y pido el sello para la credencial en el bar. Me dicen que lo tienen los monitores, así que se lo pido y aprovecho para preguntarles. Y me levo una sorpresa.
Todos los años, cuando llegó a Santiago el catorce de Agosto , voy a la misa de las siete de la tarde, porque ese día, en esa misa, un grupo de hijos de militares que hacen el Camino pagan el Botafumeiro. Siempre me ha llamado la atención, porque hacen unas ofrendas preciosas. ¡ Pues resulta que son estos!. Cuando les pregunto de donde son y me cuentan que son hijos de militares caigo en la cuenta y se lo digo, lo que les encanta. El monitor principal, que es con quien estoy hablando, es un artillero y viene todos los años. Como yo, cada año hacen un Camino distinto y este hemos coincidido. Van a dormir también en El Pito, como yo, así que quedamos en que ya nos veremos y me despido.
El Camino baja ahora por una carretera en desuso hasta llegar a un enorme puente que cruza el río Nalón que aquí, al lado ya de su desembocadura es anchísimo.
Cuando estoy iniciando la bajada me pasan como bólidos los monitores de los chicos, que están acelerando para cogerlos. Van a toda leche, pero es que van sin mochilas....(y no porque estén en mejor forma que yo, que va).
Cruzado el puente  la carretera sube de nuevo hacia el siguiente pueblo que se ve en lo alto. Esto es un sin vivir de subidas y bajadas, y ya a estas alturas de etapa cansa mucho. Tras un rato por la carretera el Camino la abandona para a atajar por un bonito pero muy empinado sendero que ataja las curvas que da la carretera. Se hace pesadísimo hasta que llega a una zona de hormigón ya mas llana que da entrada a Muros de Nalón, el último pueblo antes del final de la etapa.
Justo arriba del sendero me adelanta todo el grupo de franceses. Estos si llevan mochila, pero no es que estén en mejor forma que yo, es que son mas jóvenes....
La subida final hasta Muros se hace muy pesada. Las calles son muy empinadas y aquí también han puesto barandillas en las aceras para que puedas agarrarte. Finalmente desemboco casi sin aliento en la enorme plaza del pueblo, que es muy bonita y está llena de mgente sentada en las varias terrazas, ya que ahora el tiempo ha despejado un poco y se está a gusto.
Así que, aunque solo hace cuatro kilómetros me estuve en la última terraza, me vuelvo a sentar un rato.
Tras descansar un rato, abordo ya los últimos cuatro kilómetros. Ya esta todo hecho, estyo es fácil, nada puede salir mal.... Y me pierdo.
Voy siguiendo a lo lejos a dos peregrinos que se despistan, y yo con ellos. Menos mal que en seguida una señora les advierte que tienen que volver hasta una calle anterior. Yo me he acercado a donde están hablando y veo que son el checo y su amiga. Les saludo y ya volvemos juntos a buscar el Camino, que está muy cerca. Ellos van también a el Pito, así que ya seguimos juntos hasta el final de la etapa.
El checo es de la parte norte del país, cerca de Alemania. De hay su aspecto germano. La chica es sevillana y tiene la cabeza llena de rastas. Son simpáticos y vamos hablando en inglés.
El Camino se separa de la carretera y entra en un bosque precioso por un sendero muy estrecho. Es probablemente el bosque mas cerrado de todo el día y el más variado en cuanto a especies vegetales. El olor es una pasada y la densidad de la vegetación hace que la luz apenas pueda pasar.  Es un tramo precioso. Es una pena que ya vaya muy cansado y no lo pueda apreciar debidamente.
Tras unos tres kilómetros por este bosque desembocamos en una carretera que en apenas un kilómetrro más nos lleva hasta El Pito, nuestro destino de hoy. A la entrada del pueblo están las escuelas Selgas, un enorme edificio desde el que me saluda el artillero que nva con los chicos. A la puerta de las escuelas hay un autobús que es el que hace de coche escoba para el grupo y les lleva las mochilas. Hablamos un rato y me dice que esta tarde llevarán a los chicos a la playa.
Allí mismo me despido de la sevillana y el checo, que han encontrado a otro amigo a la entrada del pueblo y van a buscar juntos un camping que estaba anunciado por aquí.
Sigo por la carretera que atraviesa el pueblo. El Pito es un pueblo muy pequeño pero con algunas casas asombrosas. Hay  preciosas casas de indianos, una de las cuales es mi hotel, el Hotel Casona Selgas. Pero lo que mas destaca es un precioso e inmenso palacio de estilo francés y una enorme iglesia. Es la Fundación Selgas.
Como veis, todo en este pueblo se llama Selgas. Y es que este pueblo prácticamenbte pertenecía a la familia Selgas. Y resulta que mi tía Carmina me ha contado que los hermanos Selgas, Juan y Ezequiel, eran íntimos amigos de mis abuelos. Así que estoy como en casa. Si lo llegó a saber antes, duermo en el palacio.
El hotel es una pequeña casa de Indiano muy bien puesta. Mi habitación está en el segundo piso y es muy cómoda.
Descanso un rato muy me aseo. Ha sido una etapa larguísima y he llegado a las tres y media, así que estoy hecho polvo.
Pero un rato tumbado y una buena ducha hacen milagros. Así que a las cinco y media salgo para acercarme a ver Cudillero, que está solo a dos kilómetros de aquí. Lo que pasa es que son dos kilómetros en cuesta, ahora hacia abajo, pero a la vuelta hacia arriba. Y hoy ya he tenido bastantes cuestas, así que pido un taxi, que por cinco euros y en cinco minutos me deja en el puerto de Cudilero.
Este es uno de los pueblos mas bonitos de la costa asturiana. Es pequeño y cuelga de la fuerte pendiente de la montaña, volcado en el puerto pesquero que es el centro de la actividad del pueblo. Este@ lleno de turistas admirando las casas colgadas o sentados en los muchos cafés y restaurantes del puerto. Yo recorrió la parte baja del pueblo, sin subir las empinadas calles y luego me siento a escribir en una terraza.
A las ocho ceno en el mismo puerto. Tomo mejillones, zamburiñas y bonito a la plancha. Todo buenísimo. Después pido un taxi y disfruto de la empinada subida hasta El Pito cómodamente sentado.
Y a las nueve y cuarto ya estoy recogido y escribiendo.
Mañana la etapa es mas corta sobre el papel, aunque aquí nunca se sabe. El tiempo parece que mejora y mi pie me sigue molestando aunque no tanto como ayer. O sea que todo parece bien. Vamos a ver si la etapa es tan bonita como la de hoy.
TRIVIAL DEL CAMINO.
La increíble velocidad de Paloma ayer le sirvió para dar correctamente el nombre de Oscar Niemeyer, el arquitecto brasileño que construyó en Avilés el centro cultural de su nombre.
Sin embargo Luis ha sido el que ha acertado las dos capitales de provincia gallegas que, por estar a mas de cien kilómetros de Santiago, dan derecho a la Compostela si empiezas el Camino desde ellas. Son Forense en el Camino Sanabrés y Lugo, en el Primitivo.
Y por cierto, temblad todos porque tras superar innumerables problemas técnicos, se ha incorporado a la liza una de las competidoras mas tenaces, mi tía Carmina, que hoy se leva directamente tres puntos por contarme nuestra relación familiar con los Selgas y por recordarme cosas de mi abuelo, que es quien me hizo del Atleti, lo cual como todo el mundo sabe imprime carácter.
La primera pregunta de hoy es local.
En la fundación Selgas se descubrió no hace mucho un cuadro que se creía perdido de un famoso pintor español. El cuadro tiene motivo italiano y lo presentó el pintor en una exposición en Italia. La pregunta es ¿De que pintor hablamos?.
Y la pregunta del Camino es la siguiente:
¿ De que año es el modelo ACTUAL de la Compostela que se da en Santiago a los peregrinos que terminan el Camino?.
Mañana mas.

6 comentarios:

  1. Como sigas haciendo tantos kilómetros van a tener que darte dos Compostelas, y efectivamente cuando llevas tantos kilómetros y más sin esperarlos se hacen muy pesados y sólo piensas en terminar, por cierto una bonita casualidad lo de los militares.

    No haces mención al tobillo, buena señal.

    Buen Camino

    El pintor Goya y la Compostela 2014

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  2. Luis me caes fatal no se como te di la dirección del blog , te has adelantado, estas imposible.
    Veo que quieres llevarte el premio del trivial pues que sepas que es acompañarle en su próxima peregrinación en la que está previsto que haga 40km por etapa, así que tu mismo,

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  3. Cada vez se hace más difícil competir entre tan buenos y madrugadores jugadores. Sólo agregare que el cuadro es el histórico titulado «Aníbal vencedor, que por primera vez miró Italia». Y desde luego que ayer la tía Carmina se ganó todos los puntos con creces al contar viejos recuerdos familiares!! Y aúpa tus piernas que les vas a seguir dando guerra unos días más!!!

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  4. Paloma, para hacer los 40Km saldremos un poquito antes de las 8.

    Y al leer tan deprisa se pasan cosas por alto y lo del tobillo ha sido un resbalón.

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  5. Como no me sumo a las conversaciones de madrugada, me ha dado por pensar que, ya que no le acompañan sus hijos, el próximo año Antonio se hace monitor de niños peregrinos. Podemos organizar una peregrinación para niños de Los Enebros. Se los lleva Antonio quince días y nos dejan la piscina despejada. Por el relato, se deduce la emoción del Peregrino al ver a las criaturas desfilando con alegría hasta Santiago. Y un saludo a la Tía Carmina, que ya hace tiempo que no se nos unía al grupo de seguidores de Antonio.

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  6. Luis no vale leer tan rápido para ser el primero en contestar , hay que leer despacio y aprendiéndose trozos de la crónica si no suspenderás el examen final y perderás todos los puntos conseguidos

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