Dia 4-El Pito - Ballota. 31 kms. Una montaña rusa asturiana.

Muy bonita, muy cansada y muy larga etapa. Como de costumbre me he hecho más kilómetros de los esperados, que eran veintiocho. En esta ocasión debo achacar dos de ellos a la mala señalización ( o sea, que me he perdido), y el restante a las vueltas que he dado por el pueblo hasta encontrar el hotel, que no era fácil.
Por lo demás muy bien. Día completamente soleado, aunque no excesivamente caluroso y un auténtico festival de subidas y bajadas continuas de las que machacan las piernas. Aquí no hay grandes montañas, pero estás continuamente subiendo y bajando pequeños montes sin apenas trozos llanos. Así, sin ir mas lejos hoy he subido un total de más de 1.000 metros sumando todas las subidas del día. O sea, como  Roncesvalles pero a trocitos.Si quieres pillar algún trozo más cómodo, tienes que seguir la carretera nacional, cosa que te recomiendan las guías en algunos tramos.
Estoy bastante mejor del pie que me dolía. No se si es que se está curando a pesar de las palizas que le estoy dando o es que ya está completamente anestesiado e insensible al dolor. Me da igual, el caso es que ya los músculos se van acostumbrando al esfuerzo diario y ando cada vez mejor.
He dormido fenomenal en La Casona Selgas en El Pito. Ni un solo ruido y una temperatura agradable para dormir tapado. Como de costumbre me despierto a las siete y a las ocho y diez estoy ya en el Camino, que sale justo de enfrente del hotel, alejándose de la carretera que lleva de El Pito a Cudillero.
Inmediatamente me encuentro ya avanzando por un camino de tierra que se interna en bajada en un montecillo a la salida del pequeño pueblo. Este tramo muy agradable dura poco y pronte desemboca en una carreterilla que en fuerte subida nos conduce a un pueblecillo llamado Villademar. Antes de llegar oigo cánticos por detrás mío. Cuando me vuelvo veo que muy cerca mío vienen el checo y la sevillana, y algo más atrás, los chicos militares, que van casi en formación y cantando a todo pulmón. ¡ Como se nota la edad !.
El checo y la sevillana me alcanzan de inmediato. Me cuentan que han dormido en el porche de la iglesia de El Pito, junto con la húngara. Dicen que no han pasado frío y que ha sido una buena noche. La verdad, tiene mucho mérito añadir al cansancio del Camino la incomodidad de dormir en sitios como ese. Y hay bastante gente que lo hace.
Al llegar al pueblo ya tenemos al grupo de chavales encima, así que nos hacemos a un lado y les dejamos pasar. Van a un ritmomuybueno, pero eso si, sin mochilas, cosa que se nota un montón. Me cuentan que van a llegar hasta Santa Marina, el pueblo anterior a Ballota, que es en el que voy a dormir yo. Allí les recogerá el autobús y se irán a dormir a Cadavedo, quince kilómetros mas adelante.
Pronto se distancian y seguimos. Yo voy un poco detrás de la pareja checo-andaluza, bajando por un camino de asfalto que acaba en una carretera donde no hay señal alguna. Nos juntamos los tres y decidimos seguir de frente, cruzando la carretera y bajando por un grupo de casas en dirección al mar que se ve ya al fondo. Esto parece la opción mas lógica, pero es un error. Tras un rato sin ver ninguna señal pregunto a una señora y me dice que tenemos que volver a la carretera y seguirla hacia la izquierda. Así que media vuelta y a recuperar lo perdido.
Seguimos durante un buen rato la carretera sin ver ninguna señal. La sensación sigue siendo la de estar perdidos, pero al menos la dirección general es buena. Al cabo de un rato nos cruzamos con un paisano que nos confirma que vamos bien, y un poco más adelante llegamos a un punto donde la carretera está cortada y allí empiezan a aparecer otra vez las flechas y señales del Camino. Pues ya está, ya hemos recuperado la ruta.
La verdad es que cuando andas sin la seguridad de que vas en la buena dirección los kilómetros se te hacen más largos, por el temor de tener que deshacerlos. Con todo este lío solo estamos en el kilómetro cuatro de etapa, aunque en realidad ya hemos hecho seis.
Vamos mas o menos juntos los tres, aunque yo me retraso de vez en cuando cuando tomo fotos o vídeos.
En un momento dado la carretera empieza a bajar hacia una preciosa playa que se ve a nuestra derecha, muy abajo del monte por el que vamos. Es un paisaje precioso y la playa parece una gozada.
Es la playa de Concha de Artedo, encajonada entre dos montes; el que vamos bajando y el que está enfrente, que seguro que tenemos que subir.
En un momento dado abandonamos la carretera y bajamos muy fuertemente hasta llegar a la playa, que tiene una enorme zona de aparcamiento, lo que da idea de lo popular que debe ser. La cruzamos y enseguida empezamos a subir el monte de enfrente.
Así va a ser todo el día. Bajar un monte para subir el siguiente. Este tiene una primera subida muy fuerte y luego se suaviza un poco. El paisaje es precioso. Se ve toda la playa abajo y al otro lado, enmarcados contra los verdes montes, tres enormes viaductos uno encima del otro salvan el valle. El más bajo y antiguo es el del tren, encima de este va la carretera nacional por la que veníamos, y aún mas arriba va la autovía de Cantábrico. La verdad es que es una vista preciosa.
A media subida, cuando ya casi hemos llegado a la altura del viaducto de la nacional, nos encontramos con el grupo de chavales, que están sentados descansando. Nos saludan ruidosamente y, tras hablar un poco con ellos seguimos subiendo. Pasamos por debajo del viaducto de la nacional y en poco alcanzamos también la altura de la autovía y llaneamos un rato junto a ella.
La sevillana dice que ella se va  a quedar en soto de Luiña, unos cuatro kilómetros mas allá. El checo va a seguir, pero no sabe hasta donde.
Poco mas adelante nos separamos de la autovía y comenzamos a bajar muy fuertemente hacia el valle de nuevo. Da envidia no seguir por la cuneta de la nacional, tan llanura ella. Pero es más seguro y mucho mas bonito seguir el Camino.  Este tramo en concreto es precioso, como casi todos los que hay por esta zona. Bosques, valles verdes y senderos estrechos que ahora están mojados pero no embarrados.
Volvemos a subir hasta un grupo de casas que se atraviesa rápidamente y seguimos subiendo por en medio de un denso bosque. En un momento dado que voy retrasado me encuentro un pañuelo de cuello en el Camino. Lo recojo y sigo. Un poco más adelante alcanzo a mis compañeros, que se han parado a descansar en un par de enormes árboles que se han caído atravesados en el Camino. El pañuelo es del Checo, que no se había dado cuenta de que lo había perdido. Se pone muy contento de recuperarlo, pero este no es con la húngara. Este no tenía la menor intención de volver a por él. Yo hubiese hecho lo mismo.
Poco más adelante bajamos un tramo y llegamos de nuevo a la carretera, justo donde esta entra ya en Soto de Luiña. Llevamos ya trece kilómetros de etapa y apetece parar. Así que tras atravesar el puente que da acceso al pueblo,me despido y me paro en el primer bar que veo, donde me tomo dos cocas sentado tan ricamente al sol.
Atravieso después ya solo Soto de Luiña, que es un pueblo grande citó donde lo que mas destaca es una bonita iglesia del siglo XVII, que tiene la particularidad de que su única torre está construida encima del porche que da acceso a la iglesia. Muy curiosa. 
Tras atravesar el pueblo salgo subiendo por la nacional, que ahora es una fuerte cuesta arriba. Pero al cabo de un ratillo el Camino se desvía por un sendero a la derecha que sube casi en vertical el monte para evitar las curvas de la carretera. Es un tramo muy duro que desemboca en una carreterilla donde, ante la ausencia de señales oficiales del Camino que te indiquen hacia donde seguir, alguien a construido una enorme flecha con maderas y la ha puesto en una valla.
La verdad es que este Camino está peor señalizado que otros que he hecho. Hay zonas donde no hay señales y es fácil confundirte.
Siguiendo la flecha de madera llegó a la carretera nacional a la altura del cementerio de Soto y allí ya hay flechas que indican que siga por la nacional.
Un poco más adelante hay un mojón jacobeo que ofrece una alternativa entre dos caminos. Uno sigue la nacional y otro se interna en los bosques. Las guías desaconsejan aquí seguir por el monte si ha llovido recientemente, pues el Camino puede estar en muy malas condiciones. Así que sigo por el arcén de la nacional, que no tiene mucho tráfico.
Es un tramo muy agradable, pues es casi llano y despejado y a la derecha se ve muy cerca el mar.
Paso por los pueblos de Valdredo y Albuerne y, siempre siguiendo la nacional y atravesando varias veces los viaductos de la autovía, llego a Novellana, en l kilometro veintidós de etapa. Han sido muchos kilómetros por la nacional, pero no se han hecho pesados, pues apenas había tráfico y los paisajes eran preciosos.
Novellana es un pueblo muy alargado, que en 1.992 fue declarado el pueblo más bonito de Asturias. Tiene algunas casas bonitas y cuidadas, fundamentalmente de una sola planta y alineadas a los lados de la carretera. Paro en un bar a comer mi fiambre, mientras en otra mesa una peregrina se está comiendo una enorme ensalada. A partir de aquí me quedan ocho kilómetros con tres pueblos en medio. En línea recta la distancia a destino no debe ser de mas de cuatro, pero como vamos casi pegados a la costa, hay que ir bajando y subiendo los sucesivos montes que separan los pueblecitos.
A estas alturas ya estas subidas y bajadas se hacen muy pesadas, pero la verdad es que son preciosas. Los senderos son muy estrechos y en algunas zonas están muy embarrados, lo que dificulta mucho la marcha. Pero merece la pena por lo bonitode de los frondosos y salvajes bosques que se atraviesan.
Tras la primera de estas bajadas y subidas llego a Castañeras e inmediatamente comienza la bajada a l segundo barranco. Al fondo de este me encuentro a una pareja que ha parado justo en el río a refrescarse los pies. Me dicen que son de Madrid y que piensan llegar hasta Luarca. Lo dudo, porque ya son las dos y pico y hasta Luarca hay aún más de treinta kilómetros. Les dejo allí descansando y comienzo a subir. Esta subida es mas dura que la anterior, pero finalmente acaba de nuevo en la carretera a la entrada del siguiente pueblo, que es Santa Marina. Aquí es donde van a parar los chavales, y en efecto, enfrente de un bar les está ya esperando el autobús. Yo estoy ya a solo tres kilómetros de Ballota, pero como estoy cansado de tanta subida y bajada me paro allí a tomar una botella de agua, sentado tranquilamente en la terraza del bar. El día ha sido soleado, y aunque no excesivamente caluroso, a estas horas se suda ya un montón.
Los tres últimos kilómetros hasta Ballota los hago por carretera, como aconseja la guía y el cansancio acumulado. Llego a Ballota y pongo el Maps en el teléfono para que me lleve hasta el hotel. Error. El Maps tiene mal situado l hotel y acabo frente a una casa solitaria al final del pueblo. Pregunto a una señora y me indica que tengo que volver a la nacional, atravesar otra vez el pueblo y preguntar en un bar, que es donde tienen la recepción del hotel. Pues vale. Mientras voy por la nacional veo el hotel, que es un edificio rojo que está cerrado y donde, efectivamente, un cartel indica que vayas al bar. Por lo menos el bar está bastante cerca, a unos trescientos metros. Recojo la llave, compro agua y vuelvo al hotel, que es una casona como la de ayer, pero con una decoración mucho mas recargada y algo pesada.
Mi habitación es pequeña, pero está muy bien. Tiene una ducha de hidromasaje y todo el baño es completamente nuevo. Está muy bien.
Con todo, cuando llego a la habitación son las tres y media pasadas y estoy bastante cansado. Así que me tumbo en la cama antes de ducharme y asearme. Me recupero pronto del cansancio. Ya se van notando los días de andar y el cuerpo ya está hecho. Mi teoría es que a partir del quinto día de caminata es cuando ya el cuerpo está acostumbrado y el cansancio es menor.
Veo una película en la tele y luego salgo. El pueblo no tiene nada que ver, pero a menos de un kilómetro está la costa, y quiero acercarme a ver si la veo. Es un paseo agradable por caminos entre huertos y merece la pena. Toda la línea de costa que se ve hasta muy lejos es un altísimo acantilado que quita la respiración. Justo donde yo estoy hay un cortado que cae a pico hasta una playa que hay justo abajo y a la que no se puede llegar mas que por mar. Todo el horizonte que se ve es de acantilados, y como el sol ya está cayendo la luz le da un aspecto especial y muy bonito.
Tras el paseo me acerco al bar donde he cogido antes la llave, y que es el único del pueblo, y me siento a escribir. A mi lado hay una familia de dos padres ya mayores y cinco hijos como de cuarenta y tantos años. Me piden que les haga una foto a todos. Hablan de comprar percebes, langostas para cenar, ir a Cabra les a por queso... Parecen gente de pasta.
Al cabo de un rato se marchan en dos coches, y al momento sale la camarera gritando que se han marchado sin pagar....los murcianos ricos han hecho un simpa de treinta y tres euros, según dice a todo el que quiere escucharles la atribulada camarera.
A las ocho y media ceno en el mismo bar y me voy al hotel.
Mañana llego a Luarca, que debe ser un pueblo más grande y bonito. No me atrevo a decir de cuantos kilómetros es la etapa, pues ya no me fió de las guías. Me da la impresión que quieren promocionar este Camino, que está claramente menos desarrollado y cuidado que otros. Así que las guías disminuyen las dificultades y los kilometrajes para animar a la gente a que venga. Y lo cierto es que es un Camino muy duro por lo quebrado y largo, pero muy agradecido por los paisajes.
A mi me está gustando mucho, pero también me está costando mucho.

TRIVIAL DEL CAMINO.
Muy acertadas algunas de las respuestas. Me gusta que participe mucha gente, pero no hace falta que madrugueis o trasnocheis. Ya sabéis que este jurado es benévolo y admite cualquier respuesta acertada.
Goya y el año 2.014 eran las respuestas acertadas de ayer. Este año hay nueva Compostela y no solo eso. Han creado un nuevo documento que se llama el Certificado de Distancia y que acredita el lugar de inicio y los kilómetros recorridos. Espero conseguir ambos en breve.
Para hoy una primera pregunta local.
Ballota es un pueblo muy pequeño, pero tuvo un artista célebre en su tiempo que hasta tiene un pequeño monumento en el pueblo.
¿ A que artista me refiero?.

Y una pregunta de Santiago de Compostela:
¿ A que se refieren en Santiago cuando hablan de "Las dos en punto".

Buenas noches y buena suerte...