martes, 12 de agosto de 2014

Dia 12- Miraz - Sobrado dos Monxes. 27 kilómetros. Un monasterio demasiado lejano.

Sentado delante del monasterio de Sobrado dos Monxes, entiendo perfectamente que algún amigo venga por aquí en busca de paz, tranquilidad, meditación y recogimiento. ¡Que lugar tan impresionante!.
Y el lugar donde esrá situado es maravilloso, con una laguna y en medio de los bosques gallegos. Una pasada.
Lo único malo es que llegar hasta aquí cuesta una barbaridad. Sobre todo si lo haces a pie. Pero compensa y es una de las paradas de etapa que deberían ser obligatorias.
Y eso que el día ha sido, y sigue siendo a estas horas desapacible. No me ha llovido en la etapa, aunque ahora si lo hace, pero el cielo ha estado muy cubierto de negros nubarrones dejando un día gris con frío y viento, de esos que aplatana y deprime el ánimo.
La idea de cambiar las etapas fue excelente. No me imagino haber hecho hoy más de cuarenta kilómetros con este tiempo y con el terreno que he tenido, que ha sido gran parte del tiempo en subida no muy fuerte pero continua y mucho rato por carretera.
Con el cambio me ha quedado una etapa asequible y que he hecho con facilidad.
Me he levantado a las siete, con la intención de que me devuelvan desde la Casa Rural a Miraz lo antes posible. Los de la casa me han comentado que podía retomar el Camino desde allí por motor lugar y hacer solo quince kilómetros hasta Sobrado. A mi no me importa tomar desvíos y atajos, pero una cosa es eso y otrora saltarte doce kilómetros por la cara. A mi me gusta hacer el Camino empezando en un punto y recorriendo todos malos kilómetros hasta el destino, sin saltarte ninguno. Así que les digo que prefiero volver a Miraz.
A las ocho estoy tomando un café y luego espero a que terminen de desayunar tres holandeses que van a venir también en el coche. Ellos terminaron ayer cinco kilómetros mas lejos que yo y les van a llevar hasta allí.
A las nueve menos cuarto me dejan en el mismo bar en que me recogieron ayer y me pongo en marcha. Un poco tarde, pero no había otra opción.
Mientras veníamos veo a bastantes peregrinos que ya están llegando a Seixon o a Miraz desde Baamonde. Entre ello está uno que anda bastante deprisa y con el que ya me he cruzado varias veces. Me lo volveré a encontrar justo al llegar a Sobrado y me contará que han salido de Baamonde a las seis. Una pasada que me he conseguido evitar.
Como he dicho el día está muy cubierto y el suelo mojado. Ha debido llover por la noche y hace bastante frío, lo que obliga a llevar el forro polar.
Salgo rápidamente de Miraz, que solo tiene cuatro casas y un cementerio de agujas puntiagudas como todos los de esta zona.
El principio de la etapa son doce largos kilómetros sin ningún pueblo intermedio y en subida. Hoy tenemos que subir a la máxima altura del Camino del Norte, 750 metros. Pero partimos de los 500 de Miraz y la subida es bastante suave.
La salida de Miraz es por carretera, pero muy pronto se toma un Camino de tierra que se va haciendo cada vez mas salvaje mientras sube por el monte, hasta prácticamente desaparecer en el suelo muy rocoso. Esta es una zona de canteras. De aquí sacan la piedra con la que hacen los mojones del Camino. Y justo donde hay una de las canteras han puesto una enorme piedra asemejando un mojón en bruto, con su concha y todo.
Toda la zona está muy bien señalizada y es imposible perderse. Tras dos kilómetros largos llego a una granja donde el Camino se pierde entre un m,montón de enormes piedras que forman el suelo. Cuesta un poco encontrar la continuación, pero con las indicaciones de la guía, que hace especial referencia a este punto difícil, encuentro la siguiente señal y continúo por el sendero que a partir de aquí está mas claro.
He ido todo el rato subiendo, y las vistas ya son magníficas. Se ven muchos montes suaves alrededor todos cubiertos de vegetación y algunos coronados por los inevitables molinos de viento, que son ya como las setas, que crecen en cualquier parte sin control.
La vegetación no es muy densa. Es un paisaje de montaña con vegetación baja y salpicado de bosques de vez en cuando.
Los trozos de bosque son tan bonitos como todos los de aquí a menudo tienen corredoiras o en otras ocasiones el Camino está bordeado por amplias losas colocadas verticalmente en el suelo y cubiertas de musgo.
Finalmente el sendero de bosques y prados termina en una carreterilla a la altura del pueblo de Braña. Aquí es donde llegaron ayer los holandeses, así que ya llevo cinco kilómetros de etapa.
A partir de aquí voy un buen rato por carretera, ahora con una pendiente mas fuerte, pero aún así asequible. El día aguanta sin llover, pero sigue haciendo bastante frío.
Un poco mas adelante de la carretera, en una zona ya mas llana, veo al primer peregrino de la jornada. Y no es otro que el Francés-Coreano. No se que hacen estos dos. Les paso todos los días y todos los días les tengo que volver a pasar. Deben levantarse muy pronto y terminar tardísimo, porque el ritmo que llevan no es nada bueno. El francés está parado junto a un árbol hablando por teléfono. Y es un teléfono de color rojo.....
Mis sospechas se confirman. Es un agente coreano que está informando al cuartel general.
Le saludo al pasar, para que no sospeche que he descubierto su tapadera y continúo.
La carretera da paso durante un breve tiempo a un sendero de tierra que discurre entre campos de maíz antes de volver a juntarse con el asfalto, por el que sigo subiendo hasta llegar al primer pueblo de la jornada, Róxicas, en el kilómetro doce de etapa.
Justo antes de llegar alcanzo a la francesa, que va canturreando, como tiene por costumbre. Le pregunto y me dice que han salido de Miraz y van a llegar a Sobrado, como yo.
Hacemos las mismas etapas, pero en las llegadas solo les he visto un día, en Abadin, que estaban con los peregrinos con bebé.
Me despido de ella y cruzo Roxicas, al que llamar pueblo es como llamar almirante a un grumete.
La carretera sigue subiendo y pasa ya algunos núcleos de casas mas; A Cabaña y Travesa antes de llegar a Marcela, en el kilómetro 14 , que es el punto mas alto de la subida. Desde aquí la vista es magnífica de todos los montes de alrededor. Aquí hay un bar donde voy a parar porque en la casa rural me han dicho que la viejecita que lo lleva me puede indicar un atajo que me ahorrará dos kilómetros y una fuerte subida.
El bar es una casa de las tres que tiene el pueblin. Solo se distingue de las otras porque tiene en la puerta unas cajas de bebidas. Eso es lo que indica que es un bar. Entro en el bar, que no es mas que una habitación de la casa. Una viejecita muy simpática que habla con un acento gallego muy cerrado me pone una coca cola. Me dice que ya han pasado hoy muchos peregrinos, así que el albergue de Sobrado se llenará.
Le preguntó por el atajo y me dice que hay que cogerlo cien metros mas atrás y que efectivamente me ahorrara dos kilómetros. Así que decido seguirlo. Los atajos de los lugareños siempre son peligrosos. Pueden ser un camino intransitable o llevarte a hacer diez kilómetros mas. Pero este parece seguro. Es una carreterilla asfaltada que parece evitar un giro extraño que aquí hace el Camino.
Los de la casa rural me explicaron ayer que el tema es que la Xunta está intentando que declaren al Camino del Norte itinerario cultural europeo, como al Francés. Y eso da subvenciones. Y las subvenciones son un tanto por kilómetro. Por eso de vez en cuando se marcan un rodeo para pasar por algún lugar extraño que justifique un par de kilómetros mas. Lo cierto es que en toda esta zona hay jaleo con la demarcación del Camino. Hay muchos carteles que dicen "No a la modificación del Camino". Obviamente todo el mundo quiere que pase por delante de su casa y los intereses políticos están jugando su papel. Es una lástima, pero el Camino da dinero, y donde hay dinero de por medio....
Así que cojo la careterilla que baja a un valle. Al inicio hay un mojón del camino con su distancia a Santiago, que es de 75 kms. Cuando retome el camino podré ver si he ganado algo.
Justo cuando estoy volviendo me cruzó con la francesa, que no entiende que hago dando marcha atras. Se lo explico y sigo. El desvío es una zona bonita de granjas con mucha vacas y amplias vistas.
La verdad es que no tiene pérdida ninguna. Sigue siempre una carretera sin desvíos que puedan confundir y pasa por un pueblin antes de iniciar una corta subida que la hace desembocar en una carretera al cabo de algo menos de dos kilómetros. Y esa carretera a la que llego es el Camino. Justo en el cruce hay un nuevo mojón, que indica que ya estoy en el kilómetrro 71. Así que el atajo ha sido efectivo y efectivamente he ahorrado dos kilómetros. Bien por la viejecilla.Dos kilómetros son como 25 minutos, que se agradecen un montón.
La carretera que he cogido es la que ya lleva hasta Sobrado, aunque para ello quedan aún 11  largos kilómetros. La primera parte es muy recta y se ve que está en obras. Están renovando el firme. Tiene un senderillo de tierra en un lateral que hace más cómoda la marcha. Nada mas empezar, me vuelvo a ver y distingo a lo lejos a los peregrinos con bebé, a los que he adelantado en el atajo. Les saco bastante distancia, pero son inconfundibles, ya que la mochila de él es la mas grande que he visto nunca y se puede distinguir sin ningún problema.
En poco menos de un kilómetro por esta carretera un cartel nos anuncia que dejamos la provincia de Lugo y entramos en La Coruña. Ya estoy en la última provincia de este Camino, que la verdad es que solo ha atravesado tres, pero de lado a lado.
La carretera va subiendo cómodamente, con bonitos paisajes a los lados.
Paso cerca de dos poblaciones, Marco das Pías y Vilariño, aunque sin llegar a entrar en ellas. Poco después de Vilariño veo que delante mio van los hjolandeses que vinieron conmigo en el coche desde la casa rural. Entre el atajo y que mi ritmo debe ser mejor les he cogido.
Antes de alcanzarles, sin embargo, entramos en Mesón. Este si es un pueblecito mas grande que tiene hasta dos bares. Está ya a solo seis kilómetros de Sobrado y es un lugar perfecto para comer algo. Así que entro en un bar. Dentro están los holandeses, que ponen una cara de enorme sorpresa al verme, pero como son así de reservados no preguntan nada.
Me tomo una coca cola y un bocadillo de lomo con queso, ya que hoy no traía embutido para comer. Me lo terminé todo ayer y no había donde comprar. Cuando ya me voy a ir entran los peregrinos con bebe, que de inmediato se convierten otra vez en el centro de atención de todo el mundo. La verdad es que andar con el peso que deben llevar entre los dos tiene un mérito enorme. La niña, que lleva todo el día colgada de su madre, se pone a llorar en cuanto esta se aleja un metro, pero su padre inmediatamente la calma y ella, como buena noruega, obedece y deja de llorar de inmediato.
En Mesón abandono ya la carretera que traía hasta ahora para coger notar mas pequeña que empieza a bajar alternando carreterillas y senderos en dirección a Sobrado. Es una bajada bonita y agradecida, sobre todo en algunos preciosos trozos de bosque.
Así bajando de manera contínua se llega de repente a la preciosa laguna de Sobrado. Es una laguna bastante grande y muy bonita,con muchos nenúfares y patos nadando. Un cambio radical de escenario con lo que ha sido el día. Rodeo el lago durante cerca de medio kilómetro hasta entrar ya en Sobrado. Se ven las dos enormes torres del monasterio sobresaliendo sobre todo lo demás y no hay mas que ir hacia ellas. Medio kilómetro más y entro en la plaza del pueblo, en uno de cuyos lados está el monasterio y en el otro el hotel San Marcus, que es a donde voy yo.
Nada mas entrar en la plaza me llaman a gritos los italianos del arco iris que me encontré ayer. Están sentados en un banco de la plaza esperando a que habrán el albergue. Me acerco a saludarles y charlamos un poco de la etapa y del tiempo. Me ofrecen chocolate, pero paso, porque seguro que me da acidez.
Después entro por el majestuoso pórtico de acceso al recinto del monasterio, que es un túnel bajo unas casas que dan a la plaza y me quedo impresionado por la dimensión y la prestancia del recinto. El monasterio es enorme, con dos grandes y estilizadas torres de piedra y está situado en un patio de hierba enorme en el que también hay un crucero y un enorme árbol. Una capilla más pequeña con un cementerio adosado completan el recinto. Prometo volver luego cuando esté abierto.
Ya sin más voy al hotel. Parece desde fuera muy descuidado, y desde dentro mas. No hay nadie en recepción, nadie contestab al timbre ni mal teléfono. Pregunto menos el bar de al lado y me dicen que espere, que ya vendrá na señora.
No tarda mucho, pero cuando llega me dice que mi reserva está anulada. Me quedo de piedra. Le digo que hice la reserva hace dos meses, que llamé hace dos días para confirmarla y que no me puede dejar sin habitación. Y sin mas me da una. Eso si, me dice que no tiene televisión.  Me da igual. Lo que quiero es una habitación.
Así que con más problemas de los pensados me instalo en una habitación que deja bastante de desear, pero que para ducharme y dormir es suficiente.
Descanso hasta las cinco y salgo a ver el monasterio. Por dentro es tan impresionante como por fuera. Tiene dos preciosos claustros y una iglesia altísima y que a fuerza de desnuda de decoración y abandonada resulta especialmente atractiva. Las paredes están oscuras de verdín y no presenta ornamentación alguna aparte de la puramente arquitectónica. Dos enormes capillas laterales, con unos pórticos de entrada que podrían ser los de cualquier iglesia de categoría, realzan el altar, desnudo de retablos o cualquier otra decoración. La única pieza de imaginería de toda la enorme iglesia es el precioso y simple crucificado que preside el altar. Todo el conjunto es sobrecogedor e invita al recogimiento.
Llama también la atención que miel albergue de peregrinos está instalado en uno de los claustros, con lo que este muestra una vida y buena alegría que no es normal en estos recintos.
Terminada la preciosa visita me encierro en nula habitación  a escribir, hasta que a las ocho y media bajo a cenar a la cafetería de al lado del hotel, mientras veo la final de la supercopa. Ceno menú peregrino: espaguetis coin carne y un enorme filete de ternera por ocho euros. Todo muy bueno y abundante.
Terminado el partido me voy a dormir.
Si Dios quiere mañana termino el Camino del Norte y enlazo con el francés en Rua. Me quedaré a tan solo veinte kilómetros de Santiago. Un simple paseito para el último día.
TRIVIAL DEL CAMINO.
Entre Cristina y Juan han contado perfectamente la historia de Almanzor, añadiendo algún detalle importante, como el de mulas campanas, llevadas a Córdoba a hombros de prisioneros cristianos, y después devueltas a Santiago a hombros de prisioneros musulmanes.
Hoy, como ya estamos cerca, una pregunta compostelana.
¿ Que relación tiene Eva Perón con el más celebre parque de Santiago de Compostela?.
Con  google la vida es mas fácil. Buenas noches.

2 comentarios:

  1. Juan perdona que conteste esta vez pero como argentina no puedo dejar de hacerlo!! Un árbol es la conexión!! El árbol Abbies de la Alameda es conocido como ‘La Perona’, ya que se dice que en 1947 fue plantado por Eva Perón durante su visita a la ciudad. Hoy, mide más de 22 metros. Caminante peregrino ya queda muy poquito para la meta!! Ánimo y Juan hará los comentarios pertinentes de la crónica de hoy!! No llores por mi Argentina!!!

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  2. Era obvio que Cristina respondiese hoy. Una peronista como ella debe sentirse conmovida por la pregunta del Peregrino. Muy acertadas la pregunta y la respuesta.
    En cuanto a la etapa, creo que tras las primeras ciudades que abrumaban, este camino es según las fotos de Antonio el más bonito de los que ha hecho. Hemos de reflexionar mañana, cuando el Peregrino haya llegado a Compostela y nosotros estemos de carnívoro a su salud, que hay que hacer un acompañamiento a este matrimonio alguna vez. No digo todo un camino, pero aparecer por sorpresa puede ser un estímulo equiparable a la francesa, los de la bebé o los alegres arcoíris. Tengo la impresión de que Antonio disfrutaría de nuestra compañía por Galicia mientras cantamos canciones de misa o de Nino Bravo si es menester.
    Buena etapa y hasta mañana.

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