viernes, 1 de agosto de 2014

Dia 1- Vilaviciosa - Gijon. 36 kms. Cuando los mapas mienten los pies se resienten.

¡ Vaya primera etapa que me he  organizado !. Así, para abrir boca me he metido 36 km entre pecho y espalda con dos puertos de aupa y encima me he equivocado dos veces una por problemas de señalización y otra por desconfiado.
He llagado a Gijón cansadísimo tras ocho horas largas de etapa y para mas INRI, el ayuntamiento de Gijónha decidido organizar esta noche un concierto de heavy metal en un escenario como de 20 metros que está justo debajo de la ventana de mi habitación. Han estado ensayando y no es que se oiga, es que retumba toda la habitación y los vasos y las lámparas se mueven como si hubiese un terremoto.
Aparte de eso me ha llovido todo lo que ha querido y no he podido ver muchos paisajes porque había mucha niebla. Así que el principoio de la peregrinación no podía ser mejor. Bueno, si.  Podría haberme mordido un perro enano que ha estado a punto de conseguirlo.
Y a pesar de todo estoy encantado con el día. La ventaja de la niebla y de la lluvia es que no ha hecho calor. La ventaja de hacerme 36 kms es que ya he comprobado que estoy en forma, pues apenas dos horas después de llegar ya estoy bastante recuperado. La ventaja de que no me haya mordido el perro es evidente. Y la ventaja del concierto es que....... Esto.....
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¡ Ha sido un gran día !.
( Nota para mi psicólogo argentino: como veras estoy trabajando el Optimismo Asertivo Incondicional).
Me he levantado a las siete. Lo primero, mirar por la ventana a ver que día hace. Todo está borroso. Apenas se ve a tres metros..Vale, mejor me pongo las lentillas. Ahora si. La calle está mojada, llovizna débilmente y el cielo está completamente cubierto. Me parece que toca lluvia para le etapa de hoy.
Me preparo y desayuno un plátano y una naranja que me dio ayer la dueña del hotel cuando le dije que no iba a desayunar. Un detalle que es muy de agradecer.
Villaviciosa es un pueblo pequeño y la salida es sencilla. Paso por delante de un par de fábricas de sidra, que es el producto local y llego a un parque muy agradable en el que un sendero pegado a un río me va sacando de Villaviciosa. De momento se va bien. Cae una muy fina lluvia que apenas moja. Es como si fuese un espray muy fino que nmo molesta. Ni siquiera me pongo la capa de lluvia, tan solo pongo el cubremochilas y sigo para adelante.
El parque termina en un par de kilómetros en una carreterita cómoda y sin tráfico. La verdad, hoy casi toda la etapa ha sido por asfalto, pero no se ha hecho pesada porque apenas había tráfico. Al llegar a un cruce me sorprende ver una flecha amarilla con un extraño signo celta al lado.  La sorpresa viene de que indica la dirección contraria a la que debería. Es decir, me devuelve a Villaviciosa. Miro extrañado y veo enfrente otra flecha que, esta si, marca la dirección correcta.
Y entonces me acuerdo de algo que leí cuando preparaba las etapas. Resulta que en Gijón hay una asociación de Amigos del Camino a Covadonga, que han señalizado el camino que se han inventado desde Gijón al Santuario de la Virgen. Hasta Villaviciosa ese camino coincide con el Camino de Santiago, pero en sentido contrario. Hasta aquí bien. Cada cual puede hacer el camino que quiera.
Pero es que a estos señores solo se les ha ocurrido señalizar su camino, con evidente mala intención, con flechas amarillas idénticas a las que desde hace mas de cincuenta años se utilizan para señalizar el Camino de Santiago. Mira que hay colores, pues estos individuos han tenido que elegir el amarillo. Normalmente no es mucho problema pues por el sentido de la marcha suele ser fácil distinguir cuales son las flechas buenas y cuales las de los covadongos. Pero en algún cruce no muy claro el tema se presta a verdadera confusión. Cabrea que haya gente tan mal intencionada, ya que es evidente que lo han hecho a posta. Seguro que detrás de todo hay algún estúpido sentimiento nacionalista mal entendido. Que les den dos duros.
Con estas reflexiones tan poco edificantes llego a un punto importante de la etapa. En el kilómetro cuatro está Casquita, y allí el Camino del Norte se desdobla en dos ramales; el que va a Oviedo a seguir el Camino Primitivo y el que va a Gijón y sigue el Camino de la Costa. Yo tomo este último mientras me adelantan dos peregrinos, de los pocos que veré en la jornada.
A la salida de Casquita me para un amable paisano que me pregunta lo habitual: de donde soy, de donde vengo y a donde voy; como la canción, vamos. Luego me dice que me va a dar un consejo. Un poco mas adelante el Camino se mete en el monte. Si en vez de eso sigo por la carretera hasta el kilómetro cuatro de la misma, ahorro un par de kilómetros. Se lo agradezco y sigo, sin la menor intención de seguir su recomendación. No por nada sino porque siempre prefiero iror campo que por carretera. Y es un error, porque luegho comprobare que en realidad me hubiese ahorrado unos tres kilómetros, que en la larguísima etapa de hoy hubiesen sido mas que bienvenidos.
Así que me desvío de la carretera y me interno en un cómodo caminmo forestal que empieza a subir levemente entre bosques muy cerrados. Es un paisaje precioso. Lo malo es que a ratos mueve algo mas fuerte, aunque nunca lo suficiente como ampara ponerme la capa de lluvia. Al rato llego a una zona mas despejada donde hay barrios grupos de vacas pastando tranquilamente. A la derecha del Camino se encuentra la autovía del Cantábrico, a la cual vamos paralelos durante un buen rato hasta que la cruzamos por debajo y después empezamos a retroceder por el otro lada de la autopista, viendo enfrente el camino por el que hemos venido. Aquí están los kilómetros de mas que me decía el paisano, pues después de un buen rato retrocediendo hacia Villaviciosa llegamos al kilómetrro cuatro de la carretera que traíamos en Casquita. El paisano tenía razón. Para evitar la carretera, que apenas tiene tráfico, el Camino da aquí un rodeo excesivo que puede perfectamente evitarse. Pero ya no hay remedio. Ya me he hecho los kilómetros de mas.
A partir de aquí, además, comienza el puerto duro de la etapa. Es elmaltyo de la Cruz, que tiene unas primeras rampas bastante fuertes que nos alejan rápidamente de la autopista. Las vistas a medida que subimois podrían ser muy bonitas, pero hay nubes bajas y niebla que apenas deja ver nada. Así que sigo subiendo sin mas alicientes visuales que los bosques por los que asciende la carretera. Al cabo de un par de kilómetros el Camino se desvía por un senderillo asfaltado en fuerte subida. Es una parte preciosa, pero que cuesta bastante. A la altura de una casita hay un lío de flechas que me confunde. Hay flechas amarillas señalando la senda por la que he venido; otras de color morado señalan hacia un pequeño camino a la derecha y un mojón jacobeo no se sabe muy bien si señala hacia ese mismo camino o de frente. Yo decido seguir de frente por el Camino que traía. Error. No he andado cien metros cuando un paisano que está en sus campos me grita que me de la vuelta, que el Camino sigue por el caminito de la derecha. Menos mal que estaba el paisano, sino Dios sabe donde hubiese acabado. Milagros del Camino. No he visto prácticamente a nadie en toda la etapa, y justo aquí tiene que estar este para corregir mi error. Diréis lo que queráis, pero yo ya he tenido suficientes experiencias de este estilo en el Camino como para saber que no es coincidencia. Es el Apóstol, que vela por sus peregrinos.
La senda por la que ahora correctamente me he desviado es preciosa, pero muy empinada. Al principio está hormigonada pero pronto se convierte en un sendero de tierra que asciende con fuerte pendiente entre preciosos árboles. Al poco me meto en la niebla y es una pena, porque las vistas de los valles deben ser preciosas. Los bosques por los que voy tampoco están mal, y la tierra mojada deja unos olores de lo mas agradable. Así que la subida, aunque muy cansada, es bonita y agradable.
Tras varias paradas para tomar aire llego por fin a la cima del Alto donde hay una densa niebla húmeda que cala y apenas deja ver nada.
La sensación de estar completamente solo aquí, metido en la niebla y escuchando los sonidos del bosque es muy agradable. Es como estar fuera del tiempo y el espacio normales, en un universo en paz. En paz pero muy húmedo. Me estoy calando, así que comienzo a bajar, ahora por carretera. Menos mal que no vienen coches, porque con la niebla que hay podría ser peligroso.
Pronto dejo la niebla atrás y veo que estoy bajando hacia un valle que se ve muy abajo y por el que discurre la ni evitable autopista. Las laderas del monte son muy empinadas, pero por la carretera se va bien. Es por eso que al cabo de unos 2,5 kms, el Camino deja la carretera y comienza a bajar con una pendiente fortísima hacia el valle. Es una de las partes más bonitas y complicadas de la etapa. Las vistas son preciosas y el sendero es en ocasiones tan estrecho que tienes que ir apartando la vegetación para pasar. Hay que bajar con mucho cuidado, pues hay muchas piedras grandes y están muy resbaladizas por la lluvia. Un par de ressbalones sin consecuencias y llego a una zona mas plana, ya cerca del fondo del valle y muy cerca de la  autopista que cruza justo allí por un túnel el monte que a mi tanto me ha costado subir y bajar.
Un poco más de bajada y llego por fin al primer bar de la jornada, que está a la entrada del pequeño pueblo de Peón. Bien al pelo, pues ahora llueve algo mas fuertte , así que me refugio en la terraza cubierta del bar y me como parte del queso y el jamón york que traía junto con dos coca colas reglamentarias mientras espero a que escampe un poco. Aquí si hay algunos peregrinos. Cuento un total de seis, que están todos como yo, esperando a que escampe.
Aquí compruebo que el plano está equivocado en cuanto a las distancias. Según el mismo, estoy en el kilómetro 13, pero según el Gps llevo andados diecisiete y medio. Y creo al Gps, pues son las doce y pico, por lo que llevo ya cuatro horas de marcha y diecisiete kilómetros es una cifra mucho mas razonable que trece para mi ritmo habitual de marcha. Aquí es donde empiezo a temerme que la etapa va a serr mucho mas larga de lo previsto.
Intento llamar a Paloma, pero no hay cobertura, así que tras descansar unos veinte minutos sigo adelante.
Ahora toca subir el segundo alto de la jornada, que ya nos dejará en el vale donde está Gijón. Es el Alto de Curbiello, algo mas bajo que el anterior y que parece mas sencillo. Atravieso Peon intentando conseguir cobertura en el móvil. Voy pues distraído y así debo perderme algún desvío, pues al cabo de un rato de ir subiendo por la carretera me doy cuenta de que ya no hay flechas amarillas ni en un sentido ni en otro. Me resisto a volver, pues ya he debido subir algo más de un kilómetro. Así que abro el maps en el móvil y compruebo que siguiendo por donde voy llego al Alto, por lo que decido seguir. El Camino debía desviarse en Peón para subir por el monte. Yo voy por la carretera, que es algo mas larga pero bastante menos empinada. Una cosa por la otra.
El tiempo ha mejorado algo y por lo menos ya no llueve, lo que se agradece. Las vistas subiendo son muy bonitas. Ahora ya no hay niebla y se ven los valles y los pueblecitos perfectamente. Un par de kilómetros más de subida y llego al alto. Justo allí se ve un sendero por la derecha que es por donde llega el Camino de verdad, y no el que yo he tomado. Pues ya estoy otra vez en el Camino.
Justo arriba del Alto tengo ya cobertura para el teléfono, así que llamó a Paloma. Es tarde. Son las dos y ya llevo veintitantos kilómetros. Desde el alto se ve ya perfectamente el mar y Gijón, que aún está a unos doce kilómetros. Es una vista preciosa, aunque el día gris no ayuda.
Comienzo a bajar ya hacia Gijón. La bajada se hace toda por carretera y es larga y muy pesada. Al principio las vistas son bonitas porque llevo el mar s la derecha, pero pronto dejo de verlo y empiezo a avanzar por carreterillas cada vez maas urbanas y con mas chalet a los lados. En una de estas carreterilas me cruzo con un perro enano que me mira mal ( y yo a él). Nos cruzamos cada uno por un lado de la carreter, pero yo no me fió y al cabo de un poco me vuelvo a ver que hace. En cuanto me vuelvo el chucho, que está parado un poco mas atras , se arranca hacia mi ladrando y con evidentes malas intenciones. Para estas ocasiones se inventó el bastón de peregrino, pero yo, como no lo uso, lo llevo en la mochila. Así que hago lo primero que se me ocurre: me arranco hacie él ladrando aún mas fuerte y moviendo los brazos. Da resultado. El chucho se vuelve de inmediato y pone distancia de por medio antes de volver a pararse y ladrar. Muy orgulloso por mi victoria sobre la bestia rabiosa (que no levantaba un palmo del suelo) continúo mi Camino. Casi estoy deseando que me salga un oso o un lobo. Se va a enterar.
Hinchado como un pavo, hago una segunda parada parea tomar un par de coca colas y al cabo de algo mas de una hora llego al camping de Deva, donde hay un albergue. Parece que ya casi estamos,pero aún quedan algo mas de siete kilómetros.
Pronto se comienza a ver la enorme Universidad Laboral de Gijón, que es un edificio muy extraño, con partes como góticas y otras modernas y una muy elevada y estilizada torre con una enorme aguja en lo alto. Es bonita aunque extraña. La rodeo durante un buen rato por urbanizaciones casda vez mas lujosas que tienen algunos chalets  que quitan el hipo.
Finalmente llego a una plaza que ya pertenece al mismo Gijón. Estoy muy cansado y aún me quedan unos cuatro kilómetros hasta el hotel, que está al otro lado de Gijón, en la mismísima Plaza Mayor.
Esta etapa es eterna. Ya voy con el piloto automático. Ni pienso, ni miro el paisaje ni nada. Solo voy poniendo automáticamente un pie delante del otro en kilómetros que se hacen interminables.
Finalmente llego al estadio del Sporting, que es donde ya se entra en lo que es el cogollo de Gijón. Avanzo por calles muy agradables. Gijón es una ciudad bonita, con amplias calles y muchos árboles y parques. Muy agradable.
Bajo hasta el paseo marítimo en cuanto puedo. Es un paseo precioso con una magnífica vista de toda la bahia . Al otro lado se ve perfectamente el casco viejo, que es mi destino. Está aún a un larguísimo kilómetro y medio. Pero se hace muy agradable paseando mpr el paseo marítimo. Me compro un granizado de limón en uno de los puestos que hay en el paseo y me lo voy tomando tranquilamente.
Y así llego al fin a la Plaza Mayor de Gijón, donde me espera una sorpresa mayúscula. La Plaza no es muy grande y mi hotel, el Hotel Asturias, está en un extremo de la misma. Es un hotel muy tradicional. En él se rodó Volver a Empezar, de Garci.
La sorpresa es que el otro lado de la plaza está completamente ocupado por un enorme escenario en el que están instalados  los instrumentos de una banda de rock que un cartel dice que se llama The Real Mackenzies. Cojonudo. Para rematar el día seguro que esta noche tengo concierto....
En efecto. Entro en el hotel y la recepcionista me confirma que hay un concierto a las diez, pero me jura que para las doce estará terminado. Veremos.
Ahora no me preocupa el concierto. Llevo treinta y seis kilómetros. Son las cuatro y media y estoy reventado. Así que subo a la habitación, pequeña empero confortable y me tumbo directamente en la cama un rato antes de ducharme y hacer la colada. Por cierro, a petición de Juan os dejo una foto de como vuelto la colada en el cuarto. Es una petición algo extraña, ya lo sé, pero allá cada cual con sus fetichismos....
Mientras estoy en la habitación empiezan los ensayos del concierto. Se oyen como si estuviesen ensayando en mi cuarto de baño. Esto promete.
A las seis salgo a dar una vuelta. La zona donde estoy es el cascomviejomde Gijón y es francamente bonito. Visitó la iglesia de San Pedro, en cuya explanada han instalado una feria de productos portugueses. Estoy apunto de comprar algún queso, pero me abstengo.
Subo al parque del Monte Santa Catalina, que domina la ciudad y desde el que hay una preciosas vista. Hay mucha gente, locales y turistas, paseando y ahora se está muy bien.
En lo alto del parque, al borde del acantilado que da al mar, hay una enorme escultura que representa una especie de arco. Es bonita y le hago algunas fotos.
Después bajo de nuevo a la zona del hotel y me siento en una. terraza al lado del puerto a tomar algo y escribir. En un balcón hay un perro que es clavadiro a brandy. Me hace mucha gracia y le saco algunas fotos.
A las ocho y media ceno en una sidrería al lado del hotel. Unas lapas y bocados de pixin (rape en asturiano) a la romana que está buenísimo.
Cuando salgo voy a la Plaza, donde está a punto de comenzar el concierto. He decidido que si no puedes vencerlos, unete a ellos, así que me quedo a ver el principio.
La plaza está abarotada. De gente. A las diez salen The Real Mackenzies. Tocan heavy metal, y son escoceses. Lo sé porque tocan heavy metal con faldas escocesas. Es todo un espectáculo. Cinco maromos llenos de tatuajes y con faldas saltando por el escenario. Inenarrable, como su música.
Veo tres canciones y me subo a la habitación donde escucho perfectamente el resto del concierto. Afortunadamente termina a las once y media, con lo cual todo perfecto. Ha sido divertido verlos. No tanto oirlos.
Y ya me voy a dormir. Mañana tengo veinticinco kilómetros hasta Avilés. O eso creo, porque como las distancias estén medidas igual que hoy....
A sido una etapa muy dura, pero estoy contento. He aguantado bien y ya estoy bastante recuperado. La lluvia no ha sido demasiado molesta y el Camino ha sido precioso. ¡ Y he derrotado en combate singular a una feroz bestia que quería devorarme!. Soy invencible....
TRIVIAL DEL CAMINO.
Deplorable, aunque instructivo, el intento de Juan de responder algo que no tiene nada que ver con la pregunta. Haré como un profesor que yo tenía: La respuesta sin sentido, lleva un punto....negativo. Así que Juan tiene menos uno.
La mejor respuesta es la de Paloma, cagándose en el padre del blog y en su programador, así que punto positivo.
También tiene punto positivo Luis el alicantino, por desvelar astutamente mi plan con Paloma para que responda todo bien. Nos has pillado....
Y súper punto positivo para Wikicristina que la ha clavado:
Quien va a Santiago y no va al Salvador,
Visita al criado y olvida al Señor.
Y para hoy dos preguntas:
La primera Gijonesa: ¿Como se llama y quien hizo la escultura más grande que he visto hoy?.
Y la segunda caminera: ¿ En que Camino y en que ciudad puedes ver la piedra donde amarró la barca que trajo a Santiago a España?.
Son tan fáciles que estoy seguro que hasta Juan podrá contestarlas.
¡ Buen Camino a todos!

4 comentarios:

  1. Buenas noches, espero que ya haya acabado la música y estés descansando de la dura etapa de hoy, como siempre leerte es hacer la etapa pero más descansada, si te encuentras un oso como que no va a valer con que le plantea cara, ahora si es el oso yogui dale algo de comer y vale. A partir de mañana tomaremos nota detallada de las etapas sobre todo los bares (esto por Paloma), por si hacemos ese camino nosotros el año que viene.

    Ultreia peregrino.

    Vamos por el trivial:

    Estatua de D. Pelayo en Gijon, construida por el escultor hijo es José María López y la segunda pregunta el Camino portugués y el pueblo Iría Flavia-Padron

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  2. Seguramente hoy tendrás una muy buena etapa y disfrutarás de la Villa de Avilés que es preciosa!! No quiero copar hoy las respuestas así puedo dejar que Juan se luzca y recupere puntos!! Así que sólo respondo a la primera. La escultura es de Chillida y se llama "El elogio del horizonte". Ánimo y muy bien por la actitud positiva!! Mañana brindaremos por ti en el gin tónic de los enebros!!

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  3. Dado que aunque madrugues ya hay admiradores respondones, yo aportaré que los Real McKenzies no son heavy, sino punk escocés, y que tampoco son de Escocia originalmente, sino de Vancouver (Canadá). Estos datos relevantes de la Wikipedia son para el peregrino porque igual le gusta el grupo desde ayer. De pronto se los encuentra en otro punto del Camino.

    Lo del perro me ha parecido épico y nos ha de mostrar a su vuelta Antonio cómo ladra, que debe ser muy convincente. Y la ropa tendida muy lograda, que tenemos que aprender todas las destrezas de supervivencia del día a día. ¡Buen día, campeón! ¡Puxa Sporting!

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  4. Con esta gente no hay quien pueda , es imposible publicar antes que ellos, no descansan ni en fin de semana, deben tener una alarma que les avisa de la publicación de la crónica. Por cierto fué Agustin el que te pidió la foto de la ropa tendida.
    besos a todos los participantes del blog
    Paloma

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