martes, 5 de agosto de 2014

Dia 5 - Ballota- Luarca. 28 ki,ómetros. A veces, es mejor ir por la carretera.

De nuevo un día largo y cansado, con final en Luarca, un precioso pueblo pesquero muy turístico y que esta lleno de gente en las playas y paseando por las calles.
La jornada ha tenido dos partes muy diferentes. Hasta Cadavedo ha sido la misma montaña rusa de subidas y bajadas a pequeñas calas que ayer. Precioso pero cansado. Desde Cadavedo el Camino ha ido casi todo el rato por carretera nacional,  a ratos muy cercana a la costa y siempre por zonas con muchos núcleos de chalet o pueblecitos que animaban la caminata.
El tiempo completamente soleado pero sin demasiado calor, ya que la brisa que viene de la costa alivia bastante y hay muchas zonas de sombras cubiertas por los árboles.
Poca gente, como de costumbre y casi nadie que ya conozca. No me importa nada. Me gusta ir solo, a mi ritmo y haciendo mis fotos y vídeos sin retrasar a nadie.
Solo he hecho una parada en toda la jornada, ya que aunque  he atravesado bastantes pueblos y grupos de casas, aquí es mas bien difícil encontrar bares en el Camino, cosa que no acabo de comprender.
El despertador ha sonado a la hora de todos los días. A las ocho menos cuarto estoy ya en la calle y me acerco al bar a tomar un café y devolver la llave. Tengo un pequeño problema porque el camarero no tiene apuntada en la lista de habitaciones que yo ya pagué la mía ayer, así que me la quiere cobrar otra vez. Como llevo el recibo encima, se lo enseño y me pide toda clase de disculpas.
La salida de Ballota se hace por la carretera  que en este tramo es recta y llana. El tiempo es magnífico y no me duele nada, así que en cuanto los músculos se calientan un poco empiezo a cubrir distancia rápidamente.
Voy solo por la carretera, por la que a estas horas no pasan ni coches. A la derecha llevo los acantilados que estuve viendo ayer  y que empiezo a dejar atrás.
Al cabo de medio kilómetro surge un desvío del Camino, que deja la carretera y comienza a bajar hacia los acantilados por un estrecho sendero de piedra. Esto va a ser igual que ayer, una bajada seguida de una fuerte subida, que puedes evitarte si sigues por la carretera.
Es ciertamente loable el intento de los que han trazado el Camino en esta zona para evitar que transites por la nacional, y lo cierto es que estos desvíos te llevan a zonas preciosas, pero son cansadísimos, y tarde o temprano todos acabamos siguiendo la carretera cuando nos hartamos de subir y bajar.
Hoy, como estoy empezando justo la etapa, me siento aún fuerte y decido seguir el sendero. Y es una preciosidad. Baja entre una frondosa vegetación_n, que recuerda a la selva. Está salvaje y poco cuidado, lo que en este caso le añade atractivo. Los árboles cubren completamente la luz del sol a medida que vas bajando y en la parte mas baja, antes de salvar un pequeño arroyo sin puente ni nada, hay zonas bastante embarradas por las últimas lluvias.
Al  llegar abajo las vistas de los acantilados que se alzan a uno y otro lado de la pequeña cala son una pasada. Es una zona de costa muy rocosa y completamente salvaje. Seguro que hay percebes, pero no estoy como para buscarlos.
Y claro, después de la bajada viene una muy fuerte subida por el otro lado del acantilado. Mismo tipo de sendero, mismo paisaje precioso, pero ahora subiendo y sudando se disfruta menos.  Eso si, este tramo viene bien para poner las piernas a punto para el resto de la jornada y comprobar que ya empiezo a estar en buena forma, pues aunque cuesta mucho, ya voy parando menos que otras veces y recupero antes, sin perder tanto el aliento.
Al llegar arriba estoy en las primeras casas del pueblo de Tablizo. Llevo ya una eternidad andando y solo he hecho dos kilómetros y medio de etapa. Tablizo son solo cuatro casas y algunas vacas que pastan en los prados que dan a los acantilados y al mar, así que se cruza en un momento  siguiendo por senderos de tierra hasta llegar a una bifurcación que no está nada clara. Hay una señal hecha de madera, no oficial, que indica por donde seguir, pero esto siempre mosquea. No es normal que en un cruce falte una flecha amarilla o un mojón. En este caso lo que hay es una placa de madera que señala a un pequeño sendero que sale a la derecha.
La verdad es que la señalización en esta zona deja que desear. Hoy ha habido al menos tres ocasiones en las que me he encontrado en cruces que no estaban nada claros. Es obvio que este Camino está bastante menos cuidado que los otros que he hecho. Ya había leido sobre ello en los foros, pero pensé que exageraban. En una guía he leído que es un Camino mas intuitivo. Obviamente el autor quiere defender lo indefendible. Asimilar mal señalizado a intuitivo me parece querer no ver la realidad. Menos mal que casi siempre la falta de diligencia de las autoridades la suplen los peregrinos colocando carteles como el que acabo de ver o simplemente haciendo flechas en el suelo o en vallas con piedras o palos.
Hago caso a la señal y sigo por el sendero, que al cabo de un rato comienza de nuevo a bajar fuertemente hacia una cala entre los acantilados.
De nuevo hay que repetir la operación anterior. Una fuerte bajada por un precioso sendero lleva hasta una preciosa cala diminuta y luego sube por miel otro lado. Esta vez la subida es algo mas tendida y se disfruta mas. Hay árboles caídos en medio del sendero que tienes que pasar por encima, por debajo  o como puedas. Es un tramo muy agradable a pesar  de lo que cuesta.
El tramo termina esta vez en la entrada del pueblo de El Ribón, que es del mismo estilo que Tablizo. Se cruza rápidamente y esta vez salgo a la carretera nacional de nuevo. La verdad, se agradece la carretera tras tanto barranco.
Tras cuatrocientos metros aparece un nuevo desvío hacia los acantilados. Esta vez ya es demasiado. Paso y decido seguir por carretera. Solo he hecho cinco kilómetros y quiero avanzar un poco rápido durante un rato. Lo mismo que yo ha decidido una pareja que estaba sentada en el quitamiedos, supongo que decidiendo que hacer.Finalmente, antes de que yo llegue, se deciden también por la carretera.
Y es que por la carretera se avanza muy bien. En poco menos de una hora pasamos por Friera y llegamos a las primeras casas de Cadavedo, el primer pueblo importante de la jornada y que está ya en el kilómetro nueve.
Poco antes de llegar alcanzo a la pareja que llevo delante y nos ponemos a charlar. Son de Madrid y van haciendo trozos del Camino cada año. Este han empezado en Cudillero, que es donde terminaron el pasado, y quieren llegar a Compostela. Andan bien, sobre todo ella ( como suele sucemder en todas las parejas).
Cadavedo es un pueblo muy extendido por las faldas de una colina. Tiene casa bajas y algunos caserones de mucha consideración. Es muy bonito.
Me paro en la farmacia porque necesito Diprogenta y los otros dos siguen Camino. Seguro que nos volvemos a ver, porque llevamos un ritmo parecido y ellos van a dormir también en Luarca.
La salida de Cadavedo se hace por una larga recta de la carretera. Aún partir de ahora la etapa va a cambiar completamente. El Camino se aleja de la costa y de los acantilados y es bastante mas llano hasta que nos acerquemos a nueve kilómetros de Luarca, donde comenzaremos de nuevo a volver a la costa salvando un monte bastante empinado.
Casi todo el rato vamos a ir por carretera, bien la nacional o algunas secundarias con menos tráfico.
El paisaje es muy despejado, amplias praderas que acaban en el mar, y bastante urbanizado. Hay muchas casas dispersas por todas partes, lo que hace bastante amena la caminata y te hace difícil distinguir cuando acaba un pueblo y empieza otro.
Tras salir de Cadavedo, el Camino se desvía a una pequeña carreterilla que va cerca de la nacional y atraviesa los núcleos de población de Villademoros, tierra de fabes según ellos mismos dicen, y La Quintana, donde los vecinos han puesto un cartel a la entrada explicando el paso del Camino por su pueblo y lo que se puede ver en la ermita que tienen ( debe ser porque, como la tienen cerrada, pues así te haces una idea). Es un detalle que se agradece.
Por el mismo tipo de camino paso por San Cristóbal sin enterarme y llegó a Querúas, ya en el kilómetro catorce de etapa, y que es algo más grande pero que no tiene nada destacable salvo una iglesia donde están preparándose para salir un grupo de jubilados andaluces que ya vi en Avilés. Van en autocar y este les deja en lugares escogidos, desde donde se hacen unos kilómetros antes de volver a coger el autocar. Cómodo y divertido. Justo cuando paso yo están saliendo. No es que sean ruidosos, sino lo siguiente. Hablan, cantan, chillan, dan palmas... Un horror. Y no consigo separarme de ellos. Como van frescos y sin mochilas pues andan a buen ritmo.
El Caminko ahora empieza a ondularse mas. Una bajada por unas escaleras nos lleva a una subida muy fuerte que lleva a la iglesia y cementerio de Canero. En la subida me pasa uno de esos que va haciendo el Camino en plan atlético, con una mini mochila y a toda marcha, con ropas de triatleta o algo parecido.
La subida tiene una ventaja, y es que dejo atrás al frente de juventudes andaluz, lo que es toda una bendición. Tras la iglesia viene una corta bajada por un camino forestal que lleva hasta la carretera nacional, que seguimos un rato mientras nos vamos acercando a un altísimo viaducto de la autovía que salva el espacio entre dos montañas, una de las cuales es nuestro próximo destino.
En este tramo me adelanta el grupo de chavales que me encontré el otro día en el bar de Soto de Luiña y que yo tomé por franceses. Pues resulta que no. Son ocho, de malos que nula mayoría son españoles y hay uno con aspecto de alemán y otro que no se de donde es y que es el que me preguntó si había encontrado su cubremochilas. Como es negro y me preguntó en un inglés bastante malo pues yo deduje que era francés y le asigne esa nacionalidad a todos. Entiendo que es una deducción un tanto extraña, pero es la que hice.
Son un  grupo bastante taciturno de chavales de veintitantos que caminan como con desgana. Pero van a buen ritmo. No hablan con nadie, prácticamente ni siquiera entre ellos.
Al llegar a la altura del viaducto la carretera comienza a subir. La bueno es que lo primero que se ve en la subida es un bar. Me paro de inmediato. Allí está el deportivito que me adelantó antes bebiendo red bull y comiendo un bocata.Yo pido lo de siempre y me siento a comer mi fiambre y descansar.
Al cabo de un gatillo lewga el grupo de andaluces, que siguen para adelante sin comprar nada en el bar. Eso si, el líder de la manada viene con todas las credenciales y quiere que se las sellen. El dueño del bar le manda al cuerno muy amablemente diciéndole que solo sellan a los que consumen algo. Se va todo ofendido, pero me parecer que el dueño del bar tiene razón. Una cosa es poner un sello y otra poner cincuenta a gente que no se ha dejado un duro en ru establecimiento.
También pasa la pareja de Madrid, a los que pasé antes. Saludan y siguen.
La subida al alto se recomienda hacerla por la carretera, y es lo suyo hago. Es una subida larga, pero se hace cómoda y a ritmo por el asfalto, que tiene una pendiente continúa y llevadera.
Alcanzo la altura del viaducto y desde allí la vista es increíble. Hemos vuelto a la línea de costa y justo abajo hay una espléndida playa que está llena de gente disfrutando del día. Apetece ir, pero hoy el trabajo es otro.
Sigo todo el rato por la carretera, que solo se abandona de tanto en tanto durante cortos trechos cuando el terreno permite sacar un sendero alternativo. A cuatro kilómetros de Luarca y poco antes de llegar a un pueblo llamado  Barcia adandonamos finalmente la nacional para seguir por carreteritas locales. Dede  aquí ya es todo terreno urbanizado. Pequeños pueblos que se unen unos con otros hasta entrar en el casco urbano de Luarca.
Luarca es un pequeño pueblo pesquero y turístico al que se llega por lo alto del monte en cuya ladera se descuelga el pueblo en capas sucesivcass hasta llegar al mar.
Así su al ñlegasr por arriba la vista es maravillosa. Se ve todo el pueblo desde lo alto. El puerto es grande y está lleno de barcos. Tiene un faro bastante grande al lado de un enorme cementerio.  A las afueras del pueblo se ven dos playas que están repletas de gente. Una preciosidad.
La bajada se ha por una calle muy empinada que llega hasta la plaza principal, situada al lado del puerto.
Justo allí esta mi Hotel, La Colmena. Es muy sencillito pero suficiente, y sobre todo está perfectamente situado en pleno centro del pueblo, al final de la bajada y antes de la subida que tendré que hacer mañana para empezar la etapa.
Son las dos y cuarto cuando entro en la habitación. He hecho una buena media , sobre todo en la segunda parte de la etapa y porque solo he parado una vez.
Subo a la habitación y hago lo de siempre: descanso, ducha, colada y más descanso hasta que a las cinco  salgo a dar una vuelta.
El pueblo está abarrotado. Mucho turista y algunos peregrinos. Veo al grupo de los falsos francesed , que están haciendo un picnic en un templete de música que hay en medio de la plaza principal. Parecen la ejecutiva de Podemos en sesión plenaria.
También me encuentro con los de Madrid, que han cometido el error mide quedarse en un albergue en la parte alta del pueblo, con lo que ahora les da una pereza terrible subir hasta allí.
Y me encuentro también con un peregrino con perro. Lleva un perro bastante grande. Le pregunto y me dice que hace etapas cortas y que el perro solo tiene algunos problemas con las almohadillas cuando hacen, como hoy, mucho tramo de carretera.
Compro algo de fiambre para mañana y ceno en una terraza en el puerto llamada la Dársena, francamente bien. Es sencillita pero la comida es buena. Tomo Zamburiñas, salmonetes y queso Cabra les de postre. Finalmente remato con un cucurucho de helado de café que compro en una heladería mientras voy al hotel a recogerme y terminar la crónica.
Y así acaba este día. Ha sido algo mas sencillo que los anteriores y además creo que cada vez estory en mejor forma, loo que se nota sobre todo en lo rápido que me recupero tras la etapa.
Para mañana toca una etapa parecida, aunque espero que con menos asfalto.
A ver que tal se da.
TRIVIAL DEL CAMINO.
Luis está dejando sin oportunidades al resto con su rapidez y exactitud. Mi tía Carmina también ha respondido correctamente, aunque por mail. Ya sabéis que en el fondo dan igual las respuestas. En esta tómbola siempre hay premio al que participa.
Hoy también una pregunta local.
¿Quien es el mas famoso habitante de Luarca, que ya no se irá nunca de. aquí?
Y respecto al Camino:
En la edad media se denominaba Concheros a los peregrinos a Santiago, pero ¿ con que nombres se denominaban a los peregrinos a Roma y a los peregrinos a Jerusalén?.
Hasta mañana y buen Camino, peregrinos virtuales.

3 comentarios:

  1. Bonita etapa, y preciosa Luarca tengo un buen recuerdo de ella de cuando hicimos el recorrido del Transcantabrico, te entiendo perfecto te en lo referente a la Peña de Amdaluces, en el primer Camino tuvimos que pararnos y dejar pasar a un grupo de chicas jóvenes que iban al mismo paso que nosotros, pero cantando y la verdad por lo menos a mi no me parece lo más adecuado.

    Como veréis hoy Rosa ha escrito un comentario, se está incorporando porque yo no hoy a terminar este Camijo, la semana que viene tengo quehaceres deportiva cono hij y joy a estar ausente.

    El trivial, Severo Ochoa que se encuentra enterrado en el preciso cementerio de esa ponlación y los peregrinos son Romeris y Palmeris.

    Buenas noches y buen camino


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  2. Muy disciplinada la vida del Peregrino. Con lo bien que podía haber pasado un rato de percebeiro pero en Asturias. Y contemplando playas apetitosas... Esperamos que antes de que abandones el Cantábrico puedas darte un chapuzón.
    En cuanto a tus comentarios sobre los jubilatas del sur, ¿no crees que cuando vamos la panda en procesión somos más o menos lo mismo? Y dentro de unos años seremos peores, que esto se acrecienta.
    Compruebo que desde que Anasagasti dijo que no te acercaras a la húngara, el checo y la de Sevilla, como que han desaparecido de la peli. Así está bien. Luego la vecindad murmura de tus malas compañías.
    Un abrazo y hasta mañana.

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  3. Hola peregrino!! Sabes que se corrió la voz de que estabas con el grupo que se fue sin pagar las bebidas y ahora pasa que todos te quieren cobrar varias veces por la habitación o lo que se tercie!!! Qué fotos tan buenas y Luarca muy bonito. Eso si deberías quejarte por las mala señalización del camino! En cuanto tu dispongas te enviamos a una periodista de El Comercio para que lo publique!! Y por cierto me ánimo a hacer el camino con el autobús como los jubilados de Andalucía y estoy segura que Churri estará de acuerdo conmigo! Besos y hasta la próxima crónica!

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