sábado, 12 de abril de 2014

Dia 2- Burgos - Hornillos. Veintitres kilómetros mesetarios y frescos.

La vida del peregrino es dura. Ahora mismo estoy en la terraza de una casa rural, tomando el sol y escribiendo mientras me tomo una coca cola y miro como los patos pasean por el riachuelo que alimenta el molino que da nombre a la casa rural. Lo que os digo: Dura vida la del peregrino....
Pero para llegar hasta aquí hemos recorrido una larga etapa. Más larga de lo previsto, ya que aunque las guías dicen que son diecinueve kilómetros, tanto el Gps como mis pies dicen que han sido veintitrés.
Nos hemos levantado a las ocho menos cuarto y a las nueve ya estábamos saliendo del hotel y cogiendo directamente el Camino, que atraviesa Burgos justo por delante de la puerta del hotel. Callejeamos un poco hasta encontrar un bar abierto y paramos allí a tomar el desayuno tranquilamente.
No hay prisa. Tras desayunar con calma seguimos callejeando hasta llegar al río que cruzamos antes de enfilar hacia la derecha para salir de la ciudad.
La salida de Burgos es, al igual que la entrada, larga y pesada. Se atraviesa toda la ciudad universitaria, pasando muy cerca del Hospital del Rey, que era el antiguo albergue medieval de la ciudad y que ahora es sede de la universidad. Tiene un pórtico y un patio preciosos que merece la pena visitar. En realidad eso es todo lo que queda del Hospital, ya que el resto del edificio es mucho mas moderno.
Tras tres kilómetros completamente urbanos, tomamos un desvío hacia un vivero forestal y ya por fin empezamos a dejar atrás la ciudad. El asfalto se transforma en una pista de tierra recta y cómoda aunque sin demasiado buenas vistas. Tras otro par de kilómetros por este camino llegamos a un desvío donde hay un parque infantil, una bonita capilla y una carretera que lleva al pueblo de Villalbilla, situado muy cerca, pero al que no llegamos a entrar.
Antes hemos pasado a las puertas de la cárcel de Burgos, un edificio enorme, de pinta decimonónica y que tiene pinta de ser muy acogedor....  El próximo año a lo mejor paro aquí.
Tras el desvío a Villalbilla, tomamos un sendero largo que nos va acercando a las vías del tren y a la autopista de León que se ven a lo lejos a nuestra derecha.
El tiempo es perfecto para caminar. Está cubierto y hace fresco. Si estuviésemos parados tendríamos frío, pero andando se va fenomenal.
Hoy se ve claramente bastante mas gente en el Camino. Ya esta mañana, cuando abrí el ventanal del balcón para ver la catedral, se veían bastantes grupos saliendo del cercano albergue. Ahora en el Camino, llevamos continuamente gente delante y detrás. No mucha, pero la justa para alegrar la marcha.
Paloma hace ya rato que ha puesto la directa y me ha dejado muy atras. La veo cruzar por debajo de las vías del ferrocarril mucho antes de llegar yo y luego va acercándose a un paso elevado que cruza una autopista.
Veo que un señor mayor que viene en bicicleta se para a decirle algo a todos los peregrinos con los que se cruza. Cuando llega a mi altura también se para y me dice que a la altura del puente elevado sobre la autopista hay un desvío del Camino, ya que están haciendo obras en el Camino principal. El desvío alarga la ruta como kilómetro y medio. La buena noticia es que como hoy es sábado, la obra no está funcionando y por tanto, podemos cruzar tranquilamente por el camino normal.
Estas advertencias siempre se agradecen, aunque lo normal es ser un poco desconfiado respecto a atajos o senderos de experto. Suelen dar mas de un disgusto.
Paloma me espera al pie del puente donde, en efecto, un cartel anuncia el desvío provisional por obras. Estas se ven al otro lado del puente. Están construyendo un enlace de carreteras o algo parecido. Y como nos ha dicho el señor, las obras no tienen actividad alguna.
Así que decidimos hacerle caso e ignorando el cartel, pasamos al otro lado de la carretera. Perfecto, el Camino está en perfecto estado y no hay ningún problema, pues no hay nadie trabajando. Así que, al no haber camiones de la obra no hay peligro alguno.
Cruzamos la obra y llegamos a un enorme viaducto por el que pasa la autovia Burgos - León, a muchos metros por encima de nuestras cabezas. Cruzamos por debajo del viaducto y llegamos a la ribera de un río, que es en esta zona muy bonita, con un bosque tupido en la ribera contraria a la que vamos nosotros. Es el tramo mas bonito desde que hemos salido de Burgos, aunque pooer desgracia es muy corto, ya que de inmediato enlazamos con una carretera que cruza el río por un puente medieval largfo y precioso. Se llama el Puente del Arzobispo, y la leyenda cuenta que aquí el caballo del rey Alfonso VI tuvo un tropiezo que a punto estuvo de costarle la vida al monarca. Se ve pues que lo de que los reyes de España son mas bien patosos y dados al tropiezo, no es cosa de ahora, sino que viene de lejos....
Un par de cómodos kilómetros por un camino de tierra pegado a la carretera y llegamos al primer pueblo de la jornada, Tardajos, ya en el kilómetro once de la jornada. Es un pueblo grandecito con amplias plazas y un aspecto de típico pueblo castellano, con casa de piedra recias y de ventanas pequeñas, enormes portones de madera y muchas de ellas con blasones de armas en la fachada.
A la entrada hay un crucero muy bonito donde nos hacemos unas fotos y un poco mas adelante varios bares en los que están entrando y saliendo peregrinos. Paramos en uno de ellos, dentro del bar, porque hace fresco para estar en la terraza y tomamos un par de refrescos antes de continuar.
Mientras estamos allí llega uno que nos adelantó justo en el desvío de las obras. Él se fue obedientemente por donde decía la señal. Le hemos sacado alrededor de un cuarto de hora, así que el viejo tenía razón.
Salimos del bar con un viento bastante fuerte que aumenta la sensación de frío. Cruzamos Tardajos haciendo caso omiso a varias flechas amarillas que indican la dirección del albergue. En este caso el tema está bien señalizado y donde hay dudas, hay dos flechas, una rotulada como "albergue" y la otra como "Camino".
Salimos de Tardajos por una carretera que en dos kilómetros de ligera subida nos coloca en Rabé de las Calzadas. A este pueblo se entra por una urbanización moderna que engaña, ya que da la impresión a la llegada de ser un pueblo insulso. Pero cuando llegas al centro, ves que es un pueblo castellano más bonito incluso que Tardajos. Calles peatonales preciosas con casa de piedra bajas y blasonadas a ambos lados, balconadas con vigas de madera, etc.
Tiene una iglesia enorme para el tamaño del pueblo y dos plazas con fuentes. La primera es una fuente de cuatro caños que a mi no me gusta demasiado, pero que es una de las mas fotografiadas de todo el Camino y sale en multitud de guías. La otra a mi me gusta mas. Es una fuente muy extraña, que en la parte alta tiene como usan especie de panal de miel encima de una columna en la que hay esculpidss caras deformes y alargadas, como de espíritus. Es muy rara, pero a mi me gusta.
Al salir de Rabé, y tras pasar la pequeña ermita de la Virgen de la Magdalena, comienza de verdad la meseta, que atravesaremos los próximos días.
El terreno es ligeramente ondulado, con tendencia a subir. Apenas hay árboles, pero por lo menos con todas las lluvias que ha habido los campos apeprecen verdes y bien cultivados. De tanto en tanto se ven enormes montones de piedras. Estos no los han hecho los peregrinos, sino los agricultores al limpiar sus terrenos para poderlos cultivar. El Camino es cómodo y ancho y el tiempo sigue siendo fresquito y de vez en cuando viene un viento un tanto molesto que aumenta la sensación de frío.
Poco que contar en estos tramos de paisajes monótonos e indiferenciados. Solo vas poniendo un pie delante del otro y haciendo metros y metros hasta el destino.
Tres kilómetros despues de salir de Rabé, llegamos a una zona donde hay una pequeña zona de descanso, alejada del Camino unos cincuenta metros y que tiene mesas y sillas de madera. Paramos allí para comer y descansar. Como de costumbre comemos fiambre y queso con pan que hemos comprado en Burgos y tomamos una naranja cada uno.
Tras este pequeño descanso continuamos por el mismo terreno, que sigue subiendo ligeramente sin llegar a ser molesto.
Ahora el cielo ha despejado y hace casi calor, pero se sigue caminando bien. A mi me molesta algo la pierna derechas, pero es algo normal en los primeros días de marcha. Paloma también se resiente un poco del tobillo derecho, pero tampoco parecpe algo serio.
Otros tres kilómetros desde el merendero y de repente la meseta se termina en una abrupta bajada que desciende de golpe todo lo que hemos subido hasta llegar a un valle en cuyo centro se ve el pueblo de Hornillos del Camino, nuestro destino.
La pendiente de la cuesta que baja hasta el valle es considerable. Esta cuesta se llama la "Cuesta Matamulos", lo que da idea de su dureza. Menos mal que a nosotros nos toca bajarla, y no subirla.
Bajamos con cuidado la cuesta y llegamos por fin a Hornillos. Son las dos y media y la etapa está cumplida. Hornillos es un pueblo muy pequeño. Consta de una sola calle que atraviesa el Camino. Las casas, como las de Tardajos o Árabe, son de piedra, iguales y bien cuidadas, lo que le da un aspecto precioso.
Tiene una sola tienda, donde compramos provisiones para mañana, un albergue, donde sellamos la credencial; un bar, donde compramos una coca y una iglesia bastante bonita, con un porche escalonado, un precioso techo de piedra con bóvedas con nervios y además con la singularidad de que es una iglesia mas ancha que larga , lo que no es normal.
El pueblo tiene también una casa rural, que es donde quería reservar yo. Pero no ha podido ser. Cuando llamé hace dos meses, ya estaba llena. La habían alquilado completa a un grupo. Así que he reservado en otra Casa rural llamada El Molino que está en un pueblo cercano. Tenemos que llamar cuando lleguemos a Hornillos y nos vienen a recoger en coche. Así que llamo y me dicen que espere en las escaleras de la iglesia, que también tienen que venir a buscar a unas alemanas y que ya nos recogen a todos.
Así que esperamos tomando el solecito que ahora ha aparecido y vemos como unos argentinos que han llegado y que ya no tienen sitio en el albergue intentan convencer al hospitalero para que les habra el Ayuntamiento para dormir en el suelo. Aunque parezca raro, no es anormal la petición. El albergue de este pueblo es muy pequeño y no es anormal que dejen a los peregrinos dormir en las dependencias municipales. Lo que pasa es que lo tiene que autorizar el alcalde. Y hoy no está por la labor. Sabiendo que el alcalde es el dueño del bar, de la tienda, de la casa rural y, como alcalde, responsable del albergue, es seguro que terminará abriendo el ayuntamiento en cuanto este seguro que las casas rurales de los pueblos cercanos están llenas. El negoci es el negoci.....
Pero eso los argentinos no lo saben y están desesperados. Cuando llega nuestra furgoneta le preguntan a la chica que la trae si tiene sitio. No, no lo tiene.
El hospitalero aprovecha y les da el teléfono de otra casa rural en un pueblo cercano para que llamen. No se como acaba la cosa, ya que la furgoneta nos recoge a dos alemanas mayores y a nosotros y abandonamos la escena. Antes de dejar el pueblo vemos que por la cuesta llega todavía bastante gente. Los argentinos, si aguantan el tironcillo, duermen en el ayuntamiento seguro.
La furgoneta nos lleva en un cuarto de hora escaso hasta la Casa Rural. Está situada en mitad del campo, sin ningún pueblo cercano. Es un antiguo molino de agua, que alimenta un canal que viene desde la parte trasera de la casa y pasa por debajo de la misma. Es un lugar muy curioso, con pinta de destartalado. La casa es de piedra , pero tiene adosado un edificio de ladrillo en la parte de atrás, que es donde está nuestra habitación, pequeña pero confortable.
Lo mejor es que en la parte de fuera hay una terraza preciosa que da al canal que trae agua al molino. Hay patos, ocas y los bordes del canal están cubiertos de almendros florecidos en blanco. Es un sitio precioso.
Dejamos las mochilas en el cuarto y nos pegamos una merecida ducha antes de salir a disfrutar de la terraza. Paloma le da nuestra ropa a lavar a la dueña del lugar. El lavado de toda la ropa cuesta un euro, que nos parece un precio bastanta adecuado.
Cuando salimos, las dos alemanas que han venido en la furgoneta con nosotros están ya en la terraza y nos piden ayuda. Para mañana tienen reservada habitación en Hontanas , a trece kilómetros de Hornillos, y para pasado la tienen en Castrojeriz, a doce kilómetros de Hontanas. Ahora les parece que son dos etapas demasiado cortas y quieren unirlas en una sola, para lo que necesitan cambiar la reserva de Castrojeriz y adelantarla un día. Como no hablan nada de español, nos preguntan si podemos llamar por ellas. Sin problemas. Además, resulta que el hotel al que van es el mismo que tengo reservado yo,con lo que aprovecho para confirmar la habitación,a la vez que cambio la reserva de las alemanas. Se van encantadas.
Paloma y yo estamos un rato leyendo y escribiendo en la terraza hasta que vuelve la dueña de la casa con la ropa ya limpia, que colgamos en un tendedero en el jardín.
Aprovechamos y le preguntamos a la dueña porqué tiene un cartel de la película sobre el Camino  "The Way", de Martín Sheen y dirigida por Emilio Estevez quien, a pesar del apellido, es el hijo de Martín Sheen.Lo que llama la atención del cartel es que está firmado por todos los protagonistas.
Y alucinamos con la respuesta. Resulta que su hija está casada con el nieto de Martín Sheen e hijo de Emilio Estevez. Se conocieron aquí, en el hotel rural, y se casaron de inmediato. Han vivido unos años en Burgos, pero ahora viven en Los Ángeles. Esto último lo dice la señora casi llorando.
Obviamente, todo el equipo de rodaje estuvo aquí e incluso hay un par de escenas de la película rodadas en la misma mesa del porche donde ahora estamos sentados. Tanto la dueña del local como su marido salen en la peli.
La historia me parece genial pues The Way es una película que me encanta y que tengo en casa. En cuanto vuelva voy a verela para buscar las escenas en las que sale la casa.
Tras esta bonita historia nos sentamos otra vez y al poco aparecen de nuevo las alemanas con cara de chicas malas. Vista mi buena disposición , han pensado que quizá les podía ayudar a  organizar las siguientes etapas del viaje.....
Yo encantado, señoras. Nos ponemos manos a la obra y en un ratito les reservo hotel en Frómista para el lunes, en Carrión de los Condes para el martes y en Calzadilla de la Cueza para el miércoles. Se quedan mas felices que una perdiz y yo encantado de haberles hecho un favor.
Con todo esto nos han dado las tantas y ya es casi hora de cenar. Recogemos la ropa, que se ha secado en un Pispas con el aire que hace y damos un pequeño paseo por el exterior del hotel. Resulta curioso que un pavo real se ha subido encima de un coche y está allí todo contento tomando el sol.
Al poco la dueña nos llama a cenar. Es una cena comunitaria en una mesa corrida. Somos veintiuna personas en cuatro grupos. Todos hablamos con todos y resulta una cena de lo mas divertida.
El primer grupo y mas numeroso son tres matrimonios de Barcelona que han venido con sus hijos adolescentes. Vienen cada familia con su coche y andan sin mochilas.  Cada día hacen la etapa y luego tres vuelven en taxi para recoger los coches y llevarlos al nuevo destino. Los hijos tienen pinta de preferir estar en Ibiza que en el Camino, y a la que pueden se escabullen todos a hablar por el movil, supongo que con el "MESSInger" o el "Quevols", que son las versiones nacionalistas de Messenger y Whatsapp.
El segundo grupo son dos matrimonios de Madrid, algo mayores que nosotros, que también van haciendo el Camino a trozos.
El tercer grupo son mis amigas alemanas, que son de Hannover. Allí empezaron el Camino hace ¡diez años! .Han ido haciendo períodos de una o dos semanas cuando han podido y este año lo completan. Salieron ayer de Burgos y quieren llegar, tras hacer unos tres mil quinientos kilómetros desde la puerta de su casa, ya por fin a Santiago.
El cuatro grupo obviamente somos Paloma y yo, que estamos colocados en el centro de la mesa y hablamos con todos. El tema del fútbol se toca tangencialmente y con diplomacia, ya que obviamente los catalanes son del Barça, que está perdiendo contra el Granada, los madrileños son del Real Madrid y yo soy del Atleti....así que mejor hablamos de política....no, que lo mismo son nacionalistas.... Del camino, no, que lo de que los catalanes lleven coche de apoyo y vayan sin mochilas no está bien visto....al final las mujeres lo arreglan hablando de los hijos, que siempre es un tema socorrido.
Como he dicho la cena es muy divertida con tanta conversación, pero además es muy abundante. Tenemos aperitivos de jamón y queso, una crema de verduras, morcilla de Burgos, huecos rellenos, carne asada y de postre fresas y yogur para quien quiera. También sacan orujos variados, y todo por quince euros.
Terminada la cena nos recogemos, nos enteramos que finalmente el Barça ha perdido y nos dormimos muy a gusto.
Mañana será otro día.
TRIVIAL DEL CAMINO.
La verdad es que da gusto con los dos asiduos participantes al trivial. No hay pregunta que se les resista.
Hoy Juan ha acertado la batalla y los contendientes, pero no ha dado el nombre del menhir, cosa que si ha hecho Cristina. Así que empate de nuevo, aunque con amonestación a Juan por utilizar medios de contestación dudosamente válidos, y además dirigidos a la mujer del blogero. Leches, Juan, ya se quien manda en mi casa, pero por lo menos contestsme a mi las preguntas que yo hago.....
En fin, la pregunta para hoy no está en Google. Las alemanas de Hannover han hecho tres mil quinientos kilómetros en diez años. Obviamente yo no he hecho tantos, pero unos cuantos si he hecho.
Esa es la pregunta: ¿Cuantos kilómetros habré recorrido en el Camino tras acabar esta Semana Santa?.
Como pistas os diré que llevo saliendo al Camino desde 2.010 y que en estos cinco años he hecho ocho salidas al Camino de diversa duración.'
Hay que dar una cifra aproximada SIN PASARSE, como en el precio Justo.

2 comentarios:

  1. Qué buena crónica!!! Seguro que hubiera salido en la película la cena de ayer y hasta los pensamientos de Antonio!! Por lo menos Paloma es testigo que las alemanas lo buscan a Antonio!!! Yo creo que habrás hecho casi 1000 kilómetros a pie. Ya nos contarán más historias de vuestras nuevas amigas, podemos incorporar las al grupo así luego las visitamos en Alemania!!! Besos

    ResponderEliminar
  2. Hola, amiguitos: en primer lugar pido perdón al Peregrino por no haber utilizado el conducto reglamentario. Pero la verdad es que navegar por el móvil en la montaña es complicado a veces y me decidí por el Whatsapp del Cardenal donde todavía él no ha sido injustamente incluido.

    Ya estamos de vuelta tras un excelente viaje a Cazorla y desde ahora haré mis comentarios como procede.

    Como me jugaba esta mañana, voy y digo que Antonio se ha chupado 2.200 kms incluyendo este viaje. Calculo que cada vez que sale este Quijote compostelano se tira unos 350-400 kms. con lo que creo que no me paso diciendo tamaña cantidad (¡tela!).

    Me encantó la crónica de la casa de The Way, la nobleza lusoespañola para el socorro de las de Hannover (otras que tela kms.) y las fotos del sitio que es auténtico.

    Mañana vuelvo a la lectura temprana del capítulo que andará redactando Antonio.

    Besos de Jean de las siete y media (no llego, me planto, me paso). ¿Qué será...?

    ResponderEliminar