viernes, 11 de abril de 2014

Dia 1 - San Juan de Ortega - Burgos. Para empezar, 29 kms muy largos.

Son las cinco de la tarde (hora taurina por excelencia) y estamos tirados en la cama descansando tras un día muy largo de caminata. Desde el balcón de nuestra habitación vemos la catedral de Burgos al otro lado de la plaza donde está el hotel.
Ahora estamos de miedo, pero hasta llegar aquí el día ha sido largo y duro.
Hemos dormido bien en San Juan, aunque la tormenta que empezó anoche ha durado prácticamente todo la noche, con abundantes rayos y truenos.  Uno de los rayos debió cargarse el repetidor de TDT, porque de repente se fue la tele y no ha vuelto ni siquiera esta mañana.
Así que como nos dormimos pronto, esta mañana nos hemos despertado frescos y dispuestos a las siete y media.
Lo primero, me asomo a la ventana. El día está completamente cubierto y con una demás niebla, que apenas deja ver el monasterio, que se encuentra solo a cincuenta metros.
No parecen buenos signos para empezar.
Pero aquí las cosas pueden cambiar rápidamente. Mientras nos arreglamos y nos preparamos para salir, el tiempo abre. La niebla se levanta, las nubes desaparecen y se queda una mañana preciosa para caminar. Algo fresquita y con las nubes justas para tapar un poco el sol y dar un poco de miedosombra al Camino. Perfecto.
Desayunamos un café de una máquina que hay en la casa rural y  unas galletas que compró Paloma ayer. En el comedor está también desayunando una pareja de guiris de nacionalidad desconocida que apenas responden con gruñidos a nuestro saludo. O están muy dormidos o son espécimenes escapados de la cercana Atapuerca.
Así que salimos ya de la casa y comenzamos la etapa a eso de las ocho y media justo donde la dejamos el año pasado, en la puerta del monasterio de San Juan. El monasterio está abierto, así que aprovechamos y antes de comenzar a caminar entramos a verlo y a rezar al Santo Caminero por nuestra peregrinación. Que nos ayude, que falta va a hacer.
Dejamos atrás el monasterio y nos internamos en un bonito bosque que va subiendo ligeramente a la meseta que nos lleva hacia Agés. Paloma llama a Chema para felicitarle, porque hoy cumple veinticuatro años. ¡ Joder, que viejo soy!.
En el bosque de pinos adelantamos a nos guiris del hotel, que nos han debido pasar cuando hemos entrado al monasterio.
El Camino está muy agradable, el piso de tierra está húmedo y mullido y esa humedad resalta los olores a madera , resina y musgo de los árboles. Se oye cantar a muchos pájaros y esto es una delicia.
Salimos del bosque en lo alto de una meseta desde la que se ven campos cultivados compñetemente verdes y suaves colinas. Agés ya se ve abajo de la meseta, en una hondonada. Es un pueblo pequeño, pero con una bonita iglesia. Paloma llega antes, como es normal, y me espera a la entrada. Aunque llevamos ya cuatro kilómetros decidimos no parar. El desayuno en la casa rural ha sido suficiente.
Así que cruzamos Agés, que es un pueblo que tiene varios albergues privados, ya que está muy cerca de San Juan y muchos peregrinos deciden seguir hasta aquí, pues este pueblo tiene mas servicios que San Juan.
Tras Agés vienen dos kilómetros casi rectos por carretera hasta Atapuerca. Pasamos al lado de un pequeño puente románico a la salida de Agés, del que dice la tradición que fue construido por el propio San Juan de Ortega. Un poco mas adelante pasamos por el desvío que lleva al moderno centro de recepción de visitantes de los yacimientos de Atapuerca. Es un edificio muy moderno, en cristal negro, que se ve a la izquierda del Camino y que, a pesar de su estilo muy moderno, no desentona en esta zona.
Atapuerca se atraviesa de lado a lado por la carretera. Se nota que es un pueblo turístico, con abundantes bares y restaurantes, uno de los cuales me hace gracia, porque se llama Comosapiens.
Al final del pueblo se tuerce a la izquierda por un camino de tierra y enfilamos un ascenso bastante fuerte a la sierra de Atapuerca, que dará ya acceso al valle donde está Burgos. La subida es fuertecilla y  el Camino va pegado a una valle de alambre de espinos que delimita una zona militar. Severos carteles amenazan con males de todo tipo a quien ose internarse en el campo de maniobras. Seguro que hay bombas, minas y granadass. Hay que tomarse en serio la advertencia militar. Y hacemos bien porque un poco mas adelante vemos que dentro del campo de maniobras hay actividad. Se trata de un enorme rebaño de ovejas con su pastor y su perro que se pasean como Pedro por su casa por los terrenos militares. Un punto para las serias advertencias....
Adelantamos al rebaño por nuestro lado de la valla y terminamos la ascensión por un sendero muy pedepregodo e incomodo. Llegamos así a lo alto del cerro, donde se levanta una enorme cruz que recuerda  a la Cruz de Hie:-) rro de Foncebadón.
La cima del alto es una amplia pradera llana y despejada. Cerca de la cruz hay un enorme laberinto circular de piedras construido por los peregrinos, que van añadiendo piedras al laberinto, que así se hace cada vez mas grande. Es una nueva reminiscencia a la Cruz de Hierro. En el monte Irago los peregrinos dejamos las piedras formando un enorme montón a los pies de la cruz. Aquí las dejamos cerca de la cruz formando un enorme laberinto, que semeja al Camino o a un enorme juego de la Oca.
Al llegar al otro lado de la cima se tiene una de las mas bonitas vistas de todo el Camino. Se ve desde allí toda la meseta debajo nuestro y puede verse perfectamente Burgos en la distancia, aunque está aún a unos veinte kilómetros. Bueno, lo ves si miras, porque resulta que más tarde, cuando estamos ya casi entrando en Burgos, Paloma me pregunta que cuando vamos a llegar a ese alto desde donde se ve la ciudad. Resulta que no se ha fijado cuando estábamos allí. Incomprensible, ya que hay incluso un cartel enorme que dice:
"Desde que el peregrino dominó en Burguete los montes de Navarra y vio los campos dilatados de España, no ha gozado de vista más hermosa como  esta."
Como para no fijarse.
Bueno,pues con estas iniciamos el descenso hacia Burgos. Ya no hay mas subidas en la jornada.
El Camino que baja del alto es bueno y ancho y va descendiendo lentamente hasta la llanura. Pasamos al lado de una enorme cantera que parece una herida en la ladera del monte y dejamos a un lado el desvío a Villalval antes de llegar a Cardeñuela Ríopico, pequeño pueblo donde hacemos la primera de las paradas del día en la terracita de un albergue donde se está muy bien, ya que la temperatura es algo calurosa. Justo antes de llegar nos cruzamos con una señora como de unos setenta años que va en dirección contraria. Me pregunta en ingles si va bien para Atapuerca y le indico la dirección. Va de vuelta desde Santiago, haciendo el Camino al revés. Eso son narices.
Llevamos ya trece kilómetros y nos queda aún dieciséis, así que hay que recuperar fuerzas. Paloma intenta comprar allí pan, pero sin éxito. Así que compra un par de naranjas y tras bebernos una coca (¡la primera de este Camino!) y un aquarius nos ponemos de nuevo en marcha ya algo renqueantes, aunque de momento las fuerzas siguen aguantando.
En los dos kilómetros largos que hay entre Cardeñuela y Orbaneja Riopico, Paloma me saca unos trescientos metros. Esta visto que sigue andando como una locomotora. En Orbaneja compramos pan y seguimos adelante.
Poco mas adelante cruzamos la Ap-1 a la altura de Villafría. Allí hay que tomar la decisión de por cual de los dos caminos posibles queremos entrar en Burgos, que aún está a doce kilómetros.
Si seguimos rectos entraremos por Villafría y a partir de allí tendremos unos siete kilómetros de interminable paseo por polígonos industriales y los peores barrios de la ciudad.
Si torcemos a la derecha bordearemos el aeropuerto antes de llegar a Castañares y tomar allí un camino pegado al río su entra en Burgos por un precios parque de unos seis kilómetros. Esta segunda opción es unos dos kilómetros mas larga, pero sin duda el paisaje lo compensa, así que la tomamos sin dudarlo.
Un largo camino de tierra bastante embarrado pero transitable nos lleva en cosa de kilómetro y medio hasta la valla de delimitación del aeropuerto de Burgos.
Bordeamos este dejándolo a la derecha. Cuando estamos a la mitad aterriza un avión. Se trata de un avión privado bastante grande. Lo vemos aterrizar a apenas cien metros de donde estamos. Es muy curioso y bonito.
Tras tres kilómetros por este sendero llegamos por fin, ya bastante cansados a Castañares, un pueblo a la entrada de Burgos por la carretera de Logroño donde paramos en un bar con terraza y nos sentamos por fin a comer.  Llevamos ya veintidós kilómetros y son cerca de las dos de la tarde. Buen momento además para parar porque vamos bastante cansados.
Estamos un buen rato en la terraza y comemos fiambre y queso con pan y una naranja cada uno, mas algunos frutos secos.
Sobretodo descansamos un rato y reponemos fuerzas.
Cuesta continuar tras una parada. Los músculos se enfrían enseguida y cuesta muchísimo ponerlos en marcha de nuevo. Pero poco a poco, como al ralentí, volvemos al camino. En el mismo pueblo de Castañares cruzamos el río por un pequeño puente metálico y ya cogemos el sendero que por un parque pegado al río nos mete en siete largos kilómetros en el centro de la ciudad. Al principio el sendero es muy salvaje, pero a medida que avanzamos van apareciendo ya mas instalaciones deportivas, más gente paseando o haciendo deporte y el parque va convierte en un parque urbano que va todo el rato bordeando el río.
Al cabo de unos cuatro kilómetros llegamos a la playa de Burgos. Si, no me equivoco. Es una pequeña playa fluvial, con su arena de playa e incluso su vigilante. Muy cuqui todo.
Tras pasar la playa nos queda una larga recta de unos dos kilómetros que ya va internándose en el centro de Burgos.  Finalmente salimos del paseo fluvial a la altura del museo de la evolución humana y cruzamos el puente para, por el Paseo del Espolón, llegar a la Plaza de la Catedral. Desde allí vamos al albergue de Burgos para sellar la credencial. Es un albergue nuevo y muy bonito situado en la parte de atrás de la Catedral y a escasos cien metros del hotel que tenemos reservado; el hotel Mesón del Cid.
Es un hotel perfecto. Situado justo enfrente de la Catedral de Burgos es un poco antiguo, pero muy cómodo, y las vistas que tiene merecen realmente la pena. Nos dan una habitación en la fachada principal con un balcón que da directamente a la fachada de la Catedral. Así que ahora estoy escribiendo tumbado en la cama, con las puerta interiores del balcón abiertas y viendo la Catedral de Burgos completamente iluminada por la no ha. Una auténtica pasada.
Hemos llegado muy cansados al hotel. Son las tres y media y han sido veintinueve kilómetros y medio, que es una distancia algo excesiva para ser el primer día.
Así que subimos del tirón a la habitación y nos tumbamos a descansar en las cómodas camas. Nos duchamos, cuidamos los pies y descansamos hasta las seis.
A esa hora salimos a dar una vuelta por las calles comerciales cercanas a la Catedral.
A las siete y media vamos a oír misa en la Catedral.La misa es en la Capilla del Santo Cristo, que es el más venerado de la ciudad y que tiene una preciosa leyenda, que es la siguiente:
El Cristo de la catedral es la imagen mas venerada de la ciudad. Representa un cristo crucificado y fue elaborada  con tal exactitud, que imita perfectamente la textura y la apariencia de la piel humana, de tal manera que se ha llegado a decir que le crecen el cabello y las uñas y que ha llegado a llorar en ocasiones. La leyenda  acerca de su origen dice que un rico mercader  burgalés que partia a hacer un largo viaje, prometió a los religiosos de la Catedral traerles un obsequio a la vuelta.  Pero en el viaje olvidó su promesa y solo la recordó cuando ya estaba en alta mar de vuelta a España.  Es ese momento el vigia anunció la presencia de un cuerpo flotando sobre las olas. Acercaron el navio y recogieron al naufrago, que resultó ser un Cristo crucificado tan real que habría pododo tamársele por viviente. El mercader decidió que ese era el regalo ideal para los religiosos. Lo llevó consigo cuando volvió a Burgos y dicen que, al hacer su entrada en la ciudad , las campanas de la catedral y de toda la diocesis se pusieron a tañer solas. Y desde entonces el Cristo empezó a hacer milagros. Cuentan que Gonzalo de Córdoba, el Gran Capitán, acercó temerosamente la mano para acariciar la piel del Cristo y que la retiró inmediatamente diciendo que no quería tentar a Dios. Y se cienta tanbién que Isabel la Católica, que se había empeñado en llevarse un clavo de aquella cruz, se desplomó desmayada al suelo cuando vió como el brazo del Cristo caía sobre su costado al retirar el clavo, como si de un brazo real se tratase. Por supuesto, desistió de su capricho y dejó el clavo donde estaba. 
La verdad es que el Cristo es muy real, pero la leyenda exagera un poco. 
Terminada laa misa, el sacerdote imparte una bendición del peregrino tras lo que nos llama a los nueve peregrinos que allí estamos y nos da una pequeña tarjeta con la leyenda. Nos cuenta que acaban de hacer una réplica de ella en Alcalá de Henares y que la van a bendecir mañana. Por lo visto los restauradores se han quedado asombrados del buen estado de conservación de la piel que recubre el Cristo.
Salimos de la Catedral y cenamos en el bar del hotel. Hay una curiosa promoción en Burgos que consiste en que los mejores restaurantes de la ciudad ofrecen un menú completo de tres platos mas postre con agua y vino por veinticinco euros por persona. Tomamos ese menú y es un acierto. Nos sirven primero una ensalada de langostinos fritos como en te pura con una mayonesa de guindilla. Después una alcachofa rellena con salsa verde acompañada de una almeja con salas marinera. El plato fuerte es un delicioso rabo de terneras deshuesado con puré de patatas y chips de zanahoria. De postre un queso fresco de Burgos con una salsa que recuerda al tiramisú.
Todo está delicioso y salimos muy contentos.
Subimos a la habitación y nos recogemos ya para descansar. Mañana tenemos una etapa corta, para compensar la de ayer. Además nos hemos enterado que en la casa rural donde vamos se rodaron algunas escenas de la película The Way, así que estoy deseando verla.
Es curioso, en el día de hoy, apenas nos hemos cruzado con cinco peregrinos en el Camino: los dos que estaban en nuestra casa rural, otros dos en una de las paradas y la abuela que iba de vuelta. Poco concurrido parece de momento el Camino. Veremos mañana.

TRIVIAL DEL CAMINO.

Como era de esperar parece que vamos a tener dos contendientes duros y feroces.
Juan ha acertado con el Camino del Cid, y Cristina con el lugar de inicio (Vivar del Cid) y de finalizaciónp (Valencia). Así que vais empatados.
Para hoy una pregunta algo enrevesada y de googlear a tope:
Hoy hemos atravesado tierras que habita el hombre hace un millón de años. Y en esas mismas tierras hemos visto un menhir. No es el de Obelix, y marca un suceso que acaeció tan solo hace unos mil años, o sea anteayer para estos csmpos, como quien dice. 
¿A que menhir me estoy refiriendo?.
 ¿ Que suceso conmemora?.

Buenas noches y buena suerte. ( Joder, como estamos, yo citando a Zapatero....cosas verdes,amigo Sancho).

2 comentarios:

  1. Qué pasada de kilómetros han hecho!!! Menos mal que las vistas al llegar a vuestro hotel bien valieron los kilómetros. Creo que sólo vale quien participa por este medio y no quien lo hace por watsupp a las 8,00 de la mañana!! Dice la historia que de la batalla de Atapueca queda entre Ages de los Nabarros y Atapuerca un menhir que llaman Fin de Rey, que dicen fue lanzado desde la plaza de Ages por el Rey Sancho con sólo el meñique de su mano izquierda. A ver que tal puntúa mi respuesta!! Besos y tenemos que ir a la playa de Burgos!!!

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  2. Esta es la respuesta de Juan que como no utilizo el medio adecuado no se sí estará descalificado ����: "Utilizo el Whatsapp para participar en el Peregrino Trivial de hoy. Confieso que gracias a Mr. Google. El menhir de la batalla fratricida de Atapuerca en 1.054 entre García de Navarra (perdió Osasuna) contra su hermano Fernando de Castilla (ganó el Burgos).

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