Dia de sensaciones raras pero muy bonito.
No me resulta común salir de Santiago, en vez de llegar,
pero he podido comprobar que es algo que mucha gente hace.
Solo en la etapa de hoy he visto mucha más gente que en todo
el Camino Sanabrés. ¡Y eso antes de salir siquiera de Santiago!...
Santiago de noche desde la puerta del Hotel |
Anoche tuve un fin de fiesta inesperado, ya que cuando
estaba acostado viendo la tele, a eso de las once menos cuarto, paso por
delante del hotel una procesión con todo su acompañamiento de fanfarrias y
tambores. Llevaba solo una imagen, pero fue una procesión bonita que pude disfrutar cómodamente desde el balcón
de la habitación, como un señor.
El paso era una imagen de la virgen y la procesión era la de
la humildad. Estuvo bien y me situó en ambiente capillitas, que a mi me gusta
mucho.
Procesión desde la habitación |
Hoy he salido del hotel a las ocho y media a unas calles
vacías de Santiago que llaman mucho la atención. Normalmente cuando llego a
Santiago, al día siguiente me levanto tarde, pues ya he terminado de andar.
Pero no esta vez.
Plaza dde Platerías |
Voy un momento a la Catedral a rezar antes de ponerme en
marcha, y bajo por Platerías a la Plaza del Obradoiro, donde a estas tempranas
horas ya hay un grupo de turistas a los que su guía les está dando cumplidas
explicaciones en un idioma raro, que parece eslavo.
Plaza del Obradoiro |
Hay también cuatro peregrinos
cruzando la plaza, un Japo y la pareja que llevo viendo todos los días a los
que se ha adosado otra chica que les acompaña.
Calle de Hortas. La pareja-trio |
Llamo a Chema para felicitarle por su cumpleaños, que es
hoy. El pobre se va a pasar el dái estudiando.
Tras cruzar la Plaza del Obradoiro se baja pegados a la
fachada del Parador por la Calle de Hortas, alejándonos cada vez más del centro
y entrando en zonas desconocidas de Santiago. Paro a tomar un café antes de
llegar a un parque al fondo del que se ve un convento, que es el de San Lorenzo
de Trasouto, que marca el fin del callejeo por las calles de Santiago. Allí
está el primero de los mojones jacobeos de esta ruta que marca las distancias
no a Santiago, sino a Finisterre y Muxia. Resulta muy curioso verlo.
Primer mojón del Camino de Finisterre.Muxia |
Bajo cruzando el parque y empiezo a dejar atrás la ciudad
descendiendo por una senda enmarcada por dos enormes paredes de piedra musgosa,
que son preciosas.
Y es que los primeros kilómetros de la salida de Santiago hacia
Finisterre son una de las joyas del Camino. No tienen desperdicio.
Ponte Sarela |
El sendero acaba en un arroyo que cruza un bonito puente, es
el Ponte Sarela, situado en una pequeña vaguada, donde antes se asentaban las
fábricas de curtidos de Santiago.
Ponte Sarela |
Pasado
el puente comienza una fuerte subida por el lateral de un monte, con la valla
de una casa a mi derecha. A estas horas la subida cuesta un montón, y más
cuando al cabo de unos trescientos metros una señora que está saliendo de un
garaje me dice que me he colado y que no es por aquí. Me dice que debo ser el
quinientos al que se lo indica y que no tengo que subir al pasar el puente,
sino seguir recto.
La subida equivocada |
Así que a bajar. Ya he cometido el error de esta
peregrinación, igual que hice al salir de Orense, nada más empezar.
Llego debajo de la cuesta y veo que es muy fácil confundirse.
De echo, tengo que advertir a un peregrino que está en ese momento enfilando el
mismo camino que yo cogí. Y es que, a pesar de que hay una flecha, un mojón y
hasta un poste indicadores de la dirección correcta, la tendencia natural en
este punto es empezar a subir, no se por qué.
El camino de verdad es un pequeño senderillo que surge al
lado del comienzo de la subida y que nos lleva por una zona boscosa y muy
bonita, que termina con una fuerte subida a una barriada llamada Sareia de
Baixo. Lo de Baixo debe ir de coña, pues para llegar se suda un montón. Pero
merece la pena, ya que al llegar, las vistas que se tienen de Santiago, ya
alejado unos cuatro kilómetros, son impagables. Estamos en un alto desde el que
se domina todo el perfil de la ciudad, que a estas tempranas horas y con el sol
de frente, aparece difuminado y sin colorido. Destaca como recortada en el cielo
la silueta de la catedral, que domina todo el paisaje.
Santiago desde Sareia |
Es una vista preciosa.
Sin duda la mejor de todas las que hay en los Caminos de aproximación o, como
es el caso, de salida de Santiago.
El Camino continua
rodeando el monte por su parte alta, con lo que las excelentes vistas de la
ciudad duran un rato hasta llegar a una casita que tiene un balcón enfilado a
la ciudad que es una maravilla.
Santiago desde Sareia |
A partir de allí, nos metemos por una senda estrecha por una
preciosa zona de bosque que se agradece muchísimo. Este bosque ya es de
eucaliptos, y no de pinos como eran los primeros de Orense.
El precioso tramo termina en una zona de chalets en la parte
alta de un nuevo valle.
Camino a Alto do vento |
Vamos varios grupos de peregrinos. Yo voy cerca de uno
especialmente molesto que componen cuatro yanquis (hembras) que no paran de
parlotear. Van a buen ritmo, por lo que no consigo distanciarme de ellas, así
que decido pararme y aprovechar que me quiero quitar el jersey pues empieza a
hacer calor, para dejar que se distancien. No me sale muy bien la jugada, pues
la idea les debe parecer buena y también se paran ellas un poco más adelante
para quitarse jerséis, con lo que volvemos a ir casi juntos.
Este es un tramo que alterna subiditas por bosques con zonas
más despejadas a media ladera. Un tramo muy agradable que disfruto, pues a base
de acelerar he conseguido poner un poco de distancia con el comando parlante
yanqui y voy cómodo.
Hay zonas donde las vistas sobre los valles y montes son
magníficas. Se puede ver perfectamente como las cadenas montañosas van
perdiendo altura a medida que se acercan al mar. Todo está verde y salpicado de
pequeños caseríos, como corresponde a Galicia.
Camino a Alto do vento |
Con esto, llegamos en subida al lugar de Alto do Vento,
lugar importante, porque es donde está el primer bar de la jornada, ya con
nueve kilómetros recorridos. El bar está a unos cien metros del Camino, que
recorro sin dudarlo, para encontrarme con la decepción de que está
cerrado. Vuelta al Camino y cuando
llego, me encuentro justo con las
yanquis . ¡Horror!. Pero esta vez no me pillan. Al cabo de un poco empieza una
fuerte cuesta en la que pongo la directa al estilo de lo que hace Paloma y las
dejo muy atrás, a ellas y a otros seis o siete a los que adelanto, entre los
que están la pareja-trio de Orense y algunos más.
Camino a Aguapesada |
Se suceden subidas y bajadas por ambientes rurales muy
agradables y que se andan ya con facilidad, tras cinco días de peregrinación,
hasta llegar a un pueblo algo más grande llamado Lombao, donde se acaban las
carreterillas y el Camino comienza a bajar por una larga recta de una carretera
nacional, que se hace pesadísima por lo recta que es y el calor que empieza a
hacer.
Camino a Aguapesada |
Vamos de frente y acercándonos a un alto monte que cierra el
horizonte y que sin duda vamos a tener que subir en breve.
Camino a Aguapesada |
Camino a Aguapesada |
Pero antes de iniciar la subida, el Camino llega al pueblo
de Aguapesada (de nombre nuclear), donde hay un hermoso bar abierto al pie de
la carretera. Cuando llego hay unos ocho peregrinos sentados en su terrracita,
y yo hago lo mismo con mi coca.
Camino a Aguapesada |
Estoy sentado mirando al monte y de espaldas al resto, pero
oigo como uno de ellos, catalán por mas señas, está pontificando sobre lo que
tenemos más adelante, los albergues y sus virtudes y lo que hay que ver y dejar
de ver. Parece un tio enteradísimo, buen
conocedor de este Camino….
Parece. Porque cuando me vuelvo a mirarle, resulta que es el
mismo al que tuve que corregir a la salida de Santiago pues iba a cometer el
mismo error que yo, comenzando a subir la cuesta. Así que si este es el experto,
agárrate a sus consejos.
Bar en Aguapesada |
Termino mi coca y
sigo para afrontar ya la subida fuerte del día. Es un monte que se alza justo
enfrente y que asciende algo más de doscientos metros en unos tres kilómetros.
Comienza avanzando por la carretera hasta el pie del monte,
donde un bonito puente que no hay que atravesar nos indica el comienzo de la
subida.
Puente antes de la subida |
Esta empieza por terreno asfaltado, y subiendo directamente la ladera,
son hacer curvas, por lo qwue la pendiente es bastante fuerte.
Es una subida de paciencia y ritmo que cansa bastante. Menos
mal que la mayoría del recorrido transcurre por el interior de un bosque que
refresca el ambiente y da sombra.
Subida al Alto |
La zona asfaltada pronto se convierte en un camino forestal
que tiene la curiosidad de que tiene varios bancos de piedra diseminados por la
pendiente para que puedas sentarte a descansar si quieres.
Tras unos durísimos primeros dos kilómetros la senda termina
saliendo a una carretera por la que se salva el último kilómetro hasta la cima del
puerto.
Subida al Alto |
Y así, con paciencia y en unos ccuarenta minuros, me planto en la cima
del Alto del Mar de Ovellas, que es el curioso
nombre que tiene esta subida.
Alto de Mar de Ovellas |
Nada mas comenzar la bajada, pasamos por un nucleo de
población llamado Carballo y a partir de aquí comienza una cómoda bajada por el
monte que se hace muy agradable tras la dureza de la subida.
Palmeras gallegas en Carballos |
Pasamos así, enristra de unos quince peregrinos diseminados
por la carretera, por los lugares de Trasmonte, Reino y Burgueiros, ya en el
kilómetro diecisiete de etapa y a falta de solo seis para llegar a Negreira, el
final de etapa.
Camino a Ponte Maceira |
Un trecho más y el Camino me lleva a un lugar precioso. Es
el pueblo de Ponte Maceira, donde se cruza el Rio Tambre por un enorme y
precioso puente antiguo.
Bar en Ponte Maceira |
La zona es una maravilla. El rio aquí es muy ancho y
hace una pequeña catarata antes de atravesar el puente. Hay un pequeño molino y
un enorme y precioso Pazo en una de las orillas.
Ponte Maceira |
En la otra hay un bar con unas
magníficas vistas del puente y su entorno. Me paro allí a hacer el segundo
descanso del día. Apenas quedan cuatro kilómetros y medio hasta el destino,
pero el lugar merece una parada.
Ponte Maceira |
Estoy un ratillo sentado cómodamente antes de seguir
cruzando el puente.
A continuación tengo un tramo por sendas rurales entre
campos cultivados y pequeños bosquecillos que en un par más de kilómetros me
dejan en un pueblo de los de borde de carretera, feo y sin nada, que se llama
Barca.
Ponte Maceira |
Ponte Maceira |
Camino a Barca |
Barca |
Subida a Negr4eira |
Mi hotel, el Hotel Millán esta justa a la entrada, con lo
que en muy poco estoy ya instalado en una habitación sencillita y cómoda.
Llegada a Negreira |
Descanso y me aseo
antes de salir a dar un paseo por Negreira, que es un pueblo bastante grande
pero poco atractivo. Me siento en un bar y como tengo hambre me como un bocata
de tortilla francesa, que sabe a gloria. Se ven bastantes peregrinos por el pueblo,
y es que este camino de Finisterre es de lo más popular.
Hotel Millan |
Vuelvo al hotel y descanso hasta la hora de cenar. Ceno en el mismo hotel chipirones y entrecotte aceptables. Hay
varios grupos de peregrinos en el comedor y el servicio es rápido y atento.
Despues me quedo en la cafetería a ver la segunda parte del
partido del Barça y ya me recojo. Mañana toca etapa larga y quiero salir
prontito.
Por fin una etapa más amena. Al leerte se te notaba más entretenido, aunque he echado de menos más información sobre el comando parlante yanqui. Era relevante saber si venían de Idaho o de las Dakotas, o si iban hasta el mar por algo extravagante, quién sabe. Y si se habían enganchado por la peli de Martin Sheen, del que les podías contar cosas sobre su familia de aquella casa rural palentina. Bueno, no descartemos algo turbio que puedas contarnos de aquí a Fisterra. Disfruta,Peregrino.
ResponderEliminarHas estado más entretenido, entre americanos y parejas, tríos.
ResponderEliminarLo que he descubierto es que cada vez estás más en forma, has pasado de mirar el paisaje a mitad de subida a emular a Paloma para dejar de rueda a los acompañantes pesados.
Que tengas agradable día mañana.
Preciosa la foto de Santiago desde Sareira, eres un gran fotógrafo
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