sábado, 8 de abril de 2017

Dia 2 – Cea – A laxe. 38 inesperados kilómetros por los toboganes gallegos.


¡Vaya etapón!.
Para empezar ha sido una etapa larguísima, y sobre todo, más larga de lo esperado. Las referencias que tenía estaban mal y al final he hecho treinta y ocho kilómetros, cuando la expectativa era de hacer treinta y uno. Y esos kilómetros extra e inesperados pesan como losas.
Además la orografía hoy era endiablada.  Una fuerte subida en la primera parte, que hacxe daño; pero no tanto como el continuo subir y bajar por toboganes de la segunda parte de la etapa. Eso machaca. En total, según el GPS he subido casi 1,000 metros y bajado otros tantos, con lo cual estoy casi donde empecé de altura, pero mucho más cansado.
Casa Mañoso. Cea
El tiempo ha sido de verano. Fuerte calor, que el despejado terreno no ayudaba a mitigar.
Total, que he llegado al hotel a las cuat4ro y media pasadas, tras ocho horas y pico de etapa, cansado, muy cansado y sediento.
Y con todo, ha sido una etapa preciosa, con paisajes muy bonitos, algunos tramos de bosque pero en general terreno muy despejado y con buenas vistas, y recorridos por senderos solitarios salvo un tramo de unos tres kilómetros por el arcén de una nacional.
El hotel está muy bien. Es un hotel Spa que está un poco alejado del Camino, en un polígono industrial, pero es que en esta zona no hay más. Este Camino Sanabrés no tiene la infraestructura de otros y te tienes que acomodar a lo que hay. Me he desviado como9 un kilómetro, pero no importa demasiado, porque mañana lo recupero.
Hotel Torre de Deza. Cea
He salido de Casa Mañoso a las ocho un pelín pasadas, tras desayunar un café y un poco de jamón y queso, ya que el matrimonio dueño dela casa, aunque ayer les dije que no desayunaba, me habían preparado un desayuno completo con bollería y fiambre. 
Torre del reloj. Cea
Salida de Cea
Asl que he comido un poco y ya en Camino he suboido hasta la parte alta del pueblo de Cea, donde hay un enorme campo de futbol , un tanatorio y unas grandes piscinas, todo junto y revuelto. Llaman la atención estas instalaciones tan grandes para un pueblo tan pequeño. Deben ser cosas del Plan E, de infausto recuerdo. Eso sí, el Tanatorio de lujo no falta aquí en ningún pueblo. Culto a la muerte, debe ser.
Salidsa de Cea
Y jusdto aquí, en el Tanatorio, hay que tomar la decisión del día (que ya está tomada, pero bueno). Hay dos caminos para llegar a A Laxe. El normal va más directo y el monumental toma un enorme rodeo de unos cinco kilómetros para pasar por el precioso Monasterio de Oseira y juntarse a la otra ruta en Castro Dozon, a dieciocho kilómetros del final. Yo ya tenía decidido ir por el Camino corto, ya que según los cálculos  ir por Oseira supone una etapa de treinta y siete kilómetros, que ya era muy larga. Y he acertado con la decisión , porque en realidad, como los cálculos estaban mál, si llego a ir por Oseira todavía estaría en la carretera, pues la etapa hubiese sido de cuarenta y tres kilómetros. Demasiado larga.
Salida de Cea
Así que cojo el camino corto y salgo de Cea por una carreterilla. Justo antes de salir veo una preciosa Capilla, la de la Saleta. Está en una finca vallada y rodeada de césped verde, como si fuese una casa. Es muy bonita, aunque está cerrada y anima mucho en este primer kilómetro de etapa.
Capilla de La Saleta
La salida es por carreterilla sin mucho tráfico que de inmediato me lleva al primer pueblo, que es Porto de Souto. Los pueblos por esta zona siguen siendo bonitos y cuidados. Esto se acabará en cuanto entremos en Pontevedra, que no se porque tiene pueblos mucho más descuidados, sucios y feos.
Porto de Souto
Pero de momento Porto de Souto hace una bonita estampa mientras lo cruzo. A partir de aquí la carrretera empieza a subir hasta el siguiente pueblo, que es Cotelos, un pueblo bastante grande y largo que se cruza por una carretera en subida hasta llegar a una desviación que lleva también al Monasterio de Oseira. El Camino no sigue esa desviación, sino que se desvía por un caminillo asfaltado y muy agradable, que empieza a bajar  por una preciosa zona arbolada en la que llama la atención la cantidad de pájaros que cantan rompiendo el día  a estas tempranas horas. Muy agradable el tramo.
Entrada a Piñor
El camino llega a un puentecillo que atraviesa un alevín de rio y a partir de allí empieza a subir atajando la carretera por un precioso camino por el monte que me lleva hasta Piñor, el primer pueblo importante de la ruta, que está en el kilómetro cuatro y medio dela etapa. Es un pueblo muy largo y todo en subida. Y más largo que se hace porque está unido sin solución de continuidad a otros dos, que son Albarona Y Fontelo. Todos ellos en subida, que yta empieza a picar en las piernas.
Piñor
Tras Fontelo sigo por carretera, ahora en la parte de bajada del tobogán y hago un kilómetro más hasta llegar a Arenteiro, un pueblo que tiene una preciosa capilla llamada de la Peregrina. Más que una Capilla es una iglesia bastante grande, pero que no puedo ver porque está cerrada. Enfrente hay un bar en el que entro a tomar un café, que me apetece, y aprovecho además para sellar. No se encuentran muchos cafés en estas aldeas gallegas, así que hay que medir bien la decisión cuando encuentras alguno abierto.
Camino a Arenteiro
 El café me sienta de miedo y sigo Camino, bajando ahora por carreterillas sin tráfico hasta llegar a A Ponte, una pequeña aldea cuyo nombre le viene de un pequeño puente que cruza un riachuelo y tras el que, obviamente se empieza a subir fuertemente  pegados al río, que se oye bajar con bastante agua a nuestra izquierda.
Capilla de la Peregrina. Arenteiro
Un tramo de camino de tierra acorta la subida a costa de tomar más pendiente. Allí me encuentro a un señor mayor que va bajando y me pregunta de donde soy. Cuando se lo digo me dice que acaba de cruzarse con un grupo de unos veinte madrileños de una parroquia que están un poco más arriba.
Le agradezco la información y sigo ahora ya siempre en subida que empieza a ser pesdao hasta el siguiente pueblo, que se llama O reino y donde veo al grupo de Madrid que está parado en un lado descansando.
Los madrileños en O Reino
Les saludo y les pregunto de que zona son . Resulta que son de Cuatro Caminos, así que somos casi vecinos. Son de una parroquia y hoy solo tienen previsto llegar hasta Castro Dozón.
Subida a A Gandara
Les dejo descansando y sigo subiendo. El Camino cruza una carretera y continúa subiendo fuertemente a un monte que nos cierra el paso. Es un tramo precioso, a ratos por bosque de pinos y a ratos por zonas despejadas que permiten ver la altura que vamos cogiendo. Estamos subiendo el alto de La Gándara, que separa el valle de Cea del de Lalín.
Suboida a A Gandara
Recobramos la carretera nacional en un tramo en el pueblo de Carballeda, siempre en subida. Hay allí una bonita iglesia con cementerio adosado, que es la iglesia de Santa María. Preciosa pero cerrada, como todas, así que sigo por el arcén de la carretera hasta coger un desvío que baja un rato por una preciosa corredoira  antes de empezar a subir fuertemente por un camino de tierra que apunta directo a lo alto del monte.
Iglesia de Sta. Maria,Carballeda

Subida a A Gandara
Es un Camino precioso, todo bordeado de preciosas florecillas amarillas que son una preciosidad y que mitigan lo duro de la subida, que termina en una valla de la autopista Ap-53 en la que los peregrinos han puesto cruces de madera a la manera de las que puedes ver en Navarrete o en la llegada a Mansilla, en el Camino Francés.
Subida a A Gandara
Valla con cruces
La autopista se cruza por un puente elevado y aquí comienzo a darme cuenta de que  misa cálculos de la etapa están mál. Según mi mapa, hasta Castro Dozón debía haber 13 kilómetros, y ya estoy en el kilómetro trece. Mirpo el google maps y me dice que aún me quedan cuatro kilómetros hasta Castro Dozón… Algo va mal.
Cruzando la Autopista
Pero ya no hay remedio, así que s
igo, siempre subiendo, pero ahora de manera más suave, por un terreno despejado y con unas preciosas vistas.  De vez en cuando si miro hacia atrás veo al grupo de Madrid, que viene bastante atrás y a su ritmo.
Subida a A Gandara

Subida a A Gandara
Finalmente corono el monte casi sin enterarme y de repente empieza un fuerte bajada que, tras cruzar de nuevo la autopista por un puente elevado, me lleva hasta un precioso bar a la entrada de Castro Dozón, en el que me arrojo sin dudarlo tras diecisiete kilómetros de etapa. Justo cuando estoy llegando veo que delante mio va la pareja de peregrinos que vi ayer y que también se meten en el mismo bar. Francamente, no creo que haya ningún peregrino que pase de este bar, pues la subida ha sido muy pesada.
Fin de la Subida a A Gandara

Castro Dozón desde el alto
Me tomo una Coca y un Aquarius antes de seguir. Son las doce y según la guía aún quedan dieciocho kilómetros, que son como otras cuatro horas. No sé si fiarme, y razón tengo, porque al final según el GPS este segundo tramo tiene veintiun kilómetros. Y son endemoniados. El primer tramo ha tenido una subida fuerte, pero el segundo es un continuo rosario de subidas y bajadas, lo que es mucho peor y cansa el doble. Francamente, creo que es uno de los tramos más duros que he hecho en mis múltiples Caminos.
Pero eso, cuando estoy sentado en el bar de Castro Dozón, no lo sé, así que ataco con ánimos la fuerte subida desde la entrada de Castro Dozón hasta lo alto del pueblo, pasando por la preciosa iglesia- cementerio de San Salvador (cerrada, of course) y llegando a un alto que domina todo el pueblo y que debía ser la carretera vieja, pues es un tramo asfaltado perop en desuso y muy cercano a la carretera que pasa a la izquierda.
Iglesia de castro Dozon
La vista es desde aquí preciosa. Se ve todo el valle ondulado que lleva hasta Lalín y que voy a atravesar en las próximas horas.
Para empezar, esta carreterilla abandonada baja hasta la nacional, por cuyo arcén hay que transitar tres desesperantes kilómetros. Los arcenes de las nacionales son una tortura, ya que normalmente son tramos largos y muy rectos, que aburren al más pintado. Este además sube hasta llegar al alto de Santo Domingo, a setecientos metros. 
Camino a Santo Domingo
A partir de allí8 baja hasta que un poco más allá del pueblo de Sano Domingo, se abandona para avanzar por una pista de tierra que llega hasta Puxallos, donde el Camino abandona Orense y entra en la provincia de Pontevedra, en el Concello de Lalín, que es el más grande de la provincia.
Desvio hacia Puxallos
De Puxallos se sale en fuerte subida, para no variar, aunque pronto el tobogán se pone hacia abajo con unas preciosas vistas del valle que lleva a Lalín. Se ve la autopista lejana y el altísimo viaducto del tren , hacia el que nos dirigimos.
Cruiceiro en Puxallos
Llegado el Camino a la autovía la cruza por un puente elevado y comienza un fuerte descenso, de los que duelen en las piernas, que me lleva hasta el pequeño pueblin de Pontenoufe, ya en el kilómetro veinticinco de etapa.
Camino a Pontenoufe
Voy francamente cansado, pero no hay ningún lugar donde parar, así que no queda más que seguir por esta interminable sucesión de subidas y bajadas que finalmente me lleva al pueblo de A Xesta, que tiene una cuesta especialmente molesta.
Camino a Pontenoufe
Ya no puedo más, así que me paro al pie de una ermita en la entrada de A Xesta a comer chorizo que compré ayer y descansar un rato.
Camino a A Xesta

Ermita en A Xesta
Estoy francamente cansado. Como, tomo una pastilla de glucosa y descanso antes de seguir  cruzando de nuevo la carretera nacional antes de empezar a bajar por un monte precioso hacia el pueblo de Botos , que se ve muy abajo atravesado por el altísimo viaducto del tren.
Cruceiro enb A Xesta
Botos es un cruce de caminos importante y tiene un par de bares, así que ya muy cansado para en uno de ellos y me tomo una coca y una botella de agua mientras descanso. Me quedan aún casi seis kilómetros hasta el hotel y estoy muy cansado.
Bar en Botos
Al reanudar el Camino cruzo bajo el viaducto, que se ve a mucha altura, y luego el camino comienza a subir fuertemente por una carreterilla sin tráfico que llega hasta la altura del viaducto del tren y aún sube bastante más antes de bajár al pueblo de Donsión, donde hay un precioso crucero antiguo y una iglesia bonita por fuera, ya que por dentro no hay quien la vea.
Siubiendo hacia el Viaducto

Camino a Donsion

Camino a Donsion
A la salida de Donsion, el camino comienza a bajar.
Iglesia de Donsion
 Consulto el Gps en un desvío y veo que para llegar al hotel, que se encuentra a dos kilómetros de mi localización, tengo que dejar el Camino oficial, así que me desvío a la derecha y bajo hasta cruzar un túnel por debajo de la autopista y subir luego fuertemente hasta llegar al polígono industrial donde está el Hotel Spa Torre de Deza, que es lo que he encontrado para hoy.
Legando al  Polígono
Llego a las cuatro y media, con treinta y ocho kilómetros en las piernas y reventado de tanta cuesta.
 La entrada al hotel es curiosa. Como es un Spa, en recepción hay gente con albornoces y bañadores, que me parecen marcianos. Cojo una botella de agua en el bar y subo a la habitación , donde descanso un pocoy hago mis deberes higiénicos oyendo el Madrid –Atleti por la radio.
Poligono de Lalin
Cuando pasa el descanso del partido ya estoy arreglado y con la colada hecha, así que me bajo al bar, donde están poniendo el partido. Asi que lo veo mientras empiezo a escribir la crónica.
Después doy un pequeño `paseo por el polígono, para estirar las piernas, ya que siendo sábado y siendo esto un polígono industrial, no hay nada que ver.
Hotel Torre3 de Deza
Escribo en la habitación hasta las nueve, que es la hora a la que abren el restaurante buffet.
No está mal la opción de un buffet para un peregrino. Como de todo y restauro energías antes de subirme ya a la habitación a descansar.
Mañana tengo veintinueve kilómetros hasta Ponte Ulla. Espero que sean veintinueve de verdad y no lo de hoy, porque espero tomármelos  con calma.




2 comentarios:

  1. Un día duro, pero nada que una buena cena y descanso no se pueda solucionar y menos para un peregrino como tú.
    Aunque lo peor de hoy el 1-1, tu hijo estará contento.
    Buen camino

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  2. Esta mañana no podía leer el blog no sé por qué. Por eso leo la crónica por la tarde. Y como siempre, el Peregrino narrando con hiperrealismo sus sufrimientos. Terminamos todos agotados. Espero que hoy haya sido mejor. Ánimo.

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