Sensaciones rarísimas las de hoy. Lo normal al llegar a
Santiago es la sensación de peregrinación cumplida, la de haber terminado y prepararte
para el descanso.
No es así esta vez, son embargo. Este año la peregrinación
termina aquí, calro, pues todas las peregrinaciones terminan en Santiago; pero
voy a seguir andando.
Mañana no tendré mi habitual día de descanso en Santiago
sino que cogeré de nuevo la mochila y saldré buscando el mar, buscando el final
de la tierra.
Hotel O Cruceiro de Ulla |
Así que hoy estoy descansando y tomándome con calma la tarde
tras una etapa corta pero bastante dura.
Este trozo del Camino Sanabrés que he hecho este año ha sido
bastante duro en general. Es un Camino por la Galicia más ondulada, con
continuas subidas y bajadas bastante fuertes, que ponen de continua a prueba
las piernas y la paciencia del sufrido peregrino. Son etapas de las de
aguantar. Sin apenas ningún monumento o hito memorable que recordar y solo la
sucesión de preciosos paisajes, bosques, montes y pueblitos que se van
atravesando. Un Camino para convencidos como yo.
Y sin embargo, como contaré luego, es un Camino que tiene
probablemente la entrada más bonita y con toda seguridad la entrada más difícil
a Santiago. Pero ya hablaremos de ello a su debido tiempo. Vayamos ahora al
principio.
La etapa ha empezado a las ocho y veinte en
Ponte Ulla, donde he dormido como un bendito, y si los coches que paraban en la
gasolinera que hay al lado de la pensión han hecho ruido, ni me he enterado.
Salida de Ponte Ulla |
La mañana es fresca y despejada e invita a caminar. Y mas
vale, porque en esta etapa el principio es muy duro. Si ayer terminamos la
etapa con una fortísima bajada hasta la hoya que forma el rio Ulla, hoy tova
salir subiendo por la otra ladera.
Es un primer tramo de cuatro kilómetros y medio en continua
subida hasta un pueblo llamado Outeiro, que sirve para poner las piernas más
que a tono.
Salida de Ponte Ulla |
Se comienza subiendo por la carretera nacional durante un
kilómetro largo. Las carreteras son aburridas, pero tienen la ventaja de que su
pendiente suele ser bastante tolerable y constante, con lo cual se suben bien a
ritmo.
Camino a Outiro |
Voy subiendo a ritmo y pronto veo a mi altura y ya bastante
lejos el alto viaducto que pasé ayer y el pueblo de Ponte Ulla. Tras este primer tramo, una señal nos indica
que tenemos que abandonar la cómoda carretera y tomar un sendero de tierra que
tras pasar por un pequeño túnel comienza a picar fuertemente hacia arriba,
ganándole a la carretera altura a cambio de pendiente.
Camino a Outeiro |
Esta subida ya es mucho más dura y con lo poco que llevamos
recorrido pica un montón en las piernas. A cambio, las vistas son m,ucho más
agradecidas, ya qu7e tras pasar por una pequeña zona de chalets diseminados,
entramos en un preccioso bosque bastante despejado que da sombra y deja ver el
precioso terreno que nos rodea. Además, como suele suceder en las subidas, tras
un primer tramo muy fuerte, la pendiente da una tregua y se hace más
soportable, con lo que se avanza mucho más cómodo.
Camino a Outeiro |
Por supuesto voy
completamente solo. En la etapa de hoy solo voy a ver a la pareja que llevo
viendo todos los días, y a sido cuando yo entraba en un bar del que ellos
salían, ya muy cerca de Santiago.
Camino a Outeiro |
Camino a Outeiro |
Tras tres kilómetros por esta delicia de senda, conectamos
con una carretera que de inmediato nos lleva a Outeiro, pequeño poblado
diseminado en la cima del monte en el que destacan dos cosas. La primera es un
bonito y moderno albergue de la Xunta, que se encuentra cerrado, pero que desde
fuera tiene una pinta estupenda.
Albergue de Outeiro |
La segunda es una preciosa capilla llamada del Santiaguiño,
de 1676. Está situada en una parcela de césped dominando el paisaje y puede
verse, ya que aunque no hay nadie, la puerta está abierta y puedes ver el
interior a través de una reja. Tiene un Santiago Matamoros en un lateral y un
San Roque en el otro. Es muy bonita y anima a seguir ahora por lo alto de los
montes.
Capilla de Santiaguiño. Outeiro |
Viene ahora un tramo largo y muy agradable en el que vamos
subiendo y bajando montecillos, siempre con muy buenas vistas y adivinando al
fondo las urbanizaciones que rodean Santiago. Son cuatro kilómetros distendidos
aunque exigentes que nos van acercando a
Santiago.
Camino a Rubial |
Camino a Rubial |
Llegamos así a un pueblin en subida y muy diseminado llamado
Rubial, que es importante porque segñun la leyenda, aquí se pararon a descansar
los bueyes que llevaban el cuerpo de Santiago antes de continuar y pararse
definitivamente donde hoy está la catedral.
Cruceiro de Rubial |
Una placa y un bonito crucero conmemoran el hecho. Yo
también pararía como los bueyes, pero no hay un solo bar, así que me limito a
parar un momento al pie del cruceiro para quitarme el jersey y ponerme el
gorro, que ya es verano en el Camino y hace un calor que no es normal para esta
época.
Aquí pararon los bueyes... |
Sigue una recta infinita que primero baja fuerte y luego se
eleva al cielo como la Macarena para volver a bajar en este interminable juego
rompepiernas hasta un puente que salva un pequeño arroyo tras el cial
¡Sorpresa!, se vuelve a subir como si no hubiera mañana pòr el pequeño pueblo
de Deseiro de Arriba. Lo de Arriba está bien puesto. ¡Que pechá de cuestas!.
Camino a Deseiro |
Camino a Deseiro |
Saliendo de este pueblín el Camino nos acerca hacia la
nacional, pero tiene la mala idea de desviarse apenas a doscientos metros de la carretera,
donde se ve un precioso bar, que no se si estará abierto. Dado que ya llevo
once kilómetros de etapa, decido probar suerte en el bar, que ya es hora.
Bar en A Gandara |
Y tengo suerte, el bar está abierto t¡y descanso un poco en
él mientras me tomo una cioca.
Refrescado vuelvo al Camino ascendiendo hasta el poblado de
A Gandará y luego bajando hasta un lugar donde hay una perfecta vista del Pico
Sacro, muy unido a la jacobea leyenda de la traslatio. Es una enorme montaña
triangular que se recorta en el horizonte, muy cercana a donde estoy. Hay un
cartel que señala el camino para llegar hasta su cima, pero por mi parte, otro
día será que hoy quiero llegar a Santiago sin demora y sobre todo, sin subir
montes innecesarios.
El Pico Sacro |
El Camino sigue avanzando por cómodas carreterillas locales
con buenas vistas que hacen agradable el paseo hasta A Susana, el próximo
pueblo. Este es bastante grande y lo atraviesa la nacional, por lo que para
evitarla el Camino se mete en las callejuelas traseras del pueblo hasta salir
del mismo por un túnel que cruza bajo la carretera nacional.
Ocho Kilómetros a Santiago |
Ahora toca subir por carreterillas ya muy urbanas, con
abundancia de chalets que anuncian la cercanía de Santiago. Pasamos por el
primer m,ojón que veo que conserva su indicativo de distancia. Este marca 7,9
kilómetros hasta Santiago, lo que anima mucho.
Camino a Piñeiro |
Reconfortado por esta bonita cifra se llega a un barrio
llamado Dañoteira de Marrozos, donde se cruzan las vías del tren por un
puentecillo y se sube a una loma desde la que ya se ve todo el entorno urbano
que rodea Santiago y que parece al
alcance de la mano.
Ahora ya todo es caminar por carreterillas que transitan por
zonas más o menos urbaanizadas, mientras vemos los alrededores de Santiago cada
vez más cerca.
Camino a Piñeiro |
Pasamos así Vixoi y, tras pasar por la bonita ermita de
Santa Lucia, situada en el punto más bajo de la etapa, llegamos a Piñeiro,
donde comienza ya una zona de fuertes cuestas que nos va a acompañar casi hasta
Santiago.
Ermita de Santa Lucia |
Ermita de Santa Lucia |
A la salida de PIñeiro veo un cartel que anuncia un bar a 20
metros y allí me dirijo. Justo cuando llego está saliendo la pareja que llevo
viendo todos estos días. Noas saludamos y yo me quedo tomando un Aquarius y una
Coca antes de continuar, en dirección a un elevado viaducto que se ve de
frente.
La carretera es todo el rato de subida, y se hace mucho peor
cuando llega al viuaducto. Esta es una zona de obras y han hecho un desvío que
salva el talud del viaducto con una cuesta fortísima, de las que hay6 que
salvar a poquitos y parando mucho a contemplar el paisaje…
Subida al Viaducto |
FInal de la subida al Viaducto |
A estas alturas de la
etapa esto es una tortura, pero finalmente llego arriba y cruzo por un puente
sobre la autopista llegando a Angrois.
Santiago desde Angrois |
Este es un lugar especial. Aquí es donde hace unos años,
también en Semana Santa, un Alvia de Renfe se estrelló por exceso de velocidad
en la curva de Angrois, provocando muchos muertos.
El lugar es perfectamente reconocible por las imágenes de
televisión que vimos en aquellos días, y
da un respeto enorme.
Curva de Angrois |
Cruzo las vías por un puente elevado, viendo la curva en la
que se salió el trén. La valla del puente está llena de flores y otros recuerdo
conmemorativos a las víctimas, lo que sobrecoge bastante el ánimo.
Recuerdos en la Curva de Angrois |
Tras cruzar el puente llego a la plaza de Angrois, doncde
acabó estampado uno de los vagones, tras trepar en el accidente un talud de
unos seis o siete metros. Impresionante.
V
Plaza de Angrois |
Tras rezar una pequeña oración por las víctimas, continúo
subiendo por la empinada calle del Camiño real de Angrois, que termina en una
plaza donde hay un bonito crucero al pie de una carretera y un mojón que indica
que nos quedan solo dos kilómetros y
medio hasta la catedral.
Curva de Angrois |
Se cruza la carretera y se comienza a bajar por una calle
peatonal embaldosada desde la que se tienen las primeras y preciosas vistas de
las torres de la Catedral, tan cercanas que casi pueden tocsarse.
Primera vista de la Catedral |
Llegamndo a Santiago |
Es un tramo precioso de bajada que termina ya en las
primeras calles de Santiago, concretamente cruzando el Puente del Sar, que
marca el punto más bajo de la cuesta y a partir del cual se comienza a subir
muy fuertemente por la Calle del Sar, que se convierte un poco más allá en la
de Castrón Douro.
Ponte do Sar |
Subida hacia Santiago |
Con estas fuertes rampas me planto de inmediato en la Porta
de Mazarelos, preciosa puerta muy estrecha por la que entro al casco viejo de
Santiago.
Porta de Mazarelos |
Yo solo queda callejear un poco y entro en la plaza del
Obradoiro por la Rua Vilar y la plaza de Platerias. La peregrinación está
cumplida. He llegado a la una y media de la tarde.
Me hago las fotos de rigor y voy a recoger mi Compostela
antes de registrarme en mi hotel habitual, el Rua Vilar, donde descanso un buen rato antes de salir a presentar mis
respetos al Apostol en su casa y dar una vuelta por la ciudad, que no está
excesivamente llena de turisteo, lo que hace el paseo muy agradable.
Plaza del Obradoiro |
Luego vuelvo a la habitación donde hago tiempo antes de ir a
misa de siete y media en la catedral.
Poca gente en la misa, que dura media hora larga y en la que
como es costumbre no me citan cuando dan la lista de los que han llegado hoy a
Santiago. Nada de “uno de Madrid desde Orense…” Yo no se por qué siempre me
ignoran. Siempre me consuelo pensando que me citarán al día siguiente, pero lo
dudo mucho, y además, me importa un bledo.
Plaza del Obradoiro |
Tras la misa me voy a cenar a un restaurante llamado “Los
caracoles”, que conozco y me gusta. Ceno una nécora y una merluza al albariño,
que está muy rica.
Tras la cena me tomo un helado de chocolate con naranja en
un local que conozco y después me voy ya al hotel a descansar.
Me siento rarísimo. Mañana tengo que seguir andando. No es
lo normal cuando uno llega a Santiago, pero estoy seguro de que en cuanto me
ponga en marcha todo volverá a ser igual y las piernas pedirán kilómetros que
devorar.
Felicidades, Antonio. Ahora a disfrutar de la nueva experiencia Finis Terrae. Y el que no te mencionen en la Misa de Peregrinos es porque te tienen envidia y con tantos Caminos completados, deberían haberte regalado ya un trozo del Codex Calixtinus. Este país es muy ingrato.
ResponderEliminarEnhorabuena Antonio otro Camino terminado y ahora una excursión al fin del mundo.
ResponderEliminarEsa entrada a Santiago tiene mejor pinta que la,que he hecho yo
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