lunes, 10 de abril de 2017

Dia 4 – Ponte Ulla – Santiago. Veinticinco kilómetros hasta la cuarta entrada a Santiago, que es quizá la más bonita.


Sensaciones rarísimas las de hoy. Lo normal al llegar a Santiago es la sensación de peregrinación cumplida, la de haber terminado y prepararte para el descanso.
No es así esta vez, son embargo. Este año la peregrinación termina aquí, calro, pues todas las peregrinaciones terminan en Santiago; pero voy a seguir andando.
Mañana no tendré mi habitual día de descanso en Santiago sino que cogeré de nuevo la mochila y saldré buscando el mar, buscando el final de la tierra.
Hotel O Cruceiro de Ulla
Así que hoy estoy descansando y tomándome con calma la tarde tras una etapa corta pero bastante dura.
Este trozo del Camino Sanabrés que he hecho este año ha sido bastante duro en general. Es un Camino por la Galicia más ondulada, con continuas subidas y bajadas bastante fuertes, que ponen de continua a prueba las piernas y la paciencia del sufrido peregrino. Son etapas de las de aguantar. Sin apenas ningún monumento o hito memorable que recordar y solo la sucesión de preciosos paisajes, bosques, montes y pueblitos que se van atravesando. Un Camino para convencidos como yo.
Y sin embargo, como contaré luego, es un Camino que tiene probablemente la entrada más bonita y con toda seguridad la entrada más difícil a Santiago. Pero ya hablaremos de ello a su debido tiempo. Vayamos ahora al principio.
  La etapa ha empezado a las ocho y veinte en Ponte Ulla, donde he dormido como un bendito, y si los coches que paraban en la gasolinera que hay al lado de la pensión han hecho ruido, ni me he enterado.
Salida de Ponte Ulla
La mañana es fresca y despejada e invita a caminar. Y mas vale, porque en esta etapa el principio es muy duro. Si ayer terminamos la etapa con una fortísima bajada hasta la hoya que forma el rio Ulla, hoy tova salir subiendo por la otra ladera.
Es un primer tramo de cuatro kilómetros y medio en continua subida hasta un pueblo llamado Outeiro, que sirve para poner las piernas más que a tono.
Salida de Ponte Ulla
Se comienza subiendo por la carretera nacional durante un kilómetro largo. Las carreteras son aburridas, pero tienen la ventaja de que su pendiente suele ser bastante tolerable y constante, con lo cual se suben bien a ritmo.
Camino a Outiro
Voy subiendo a ritmo y pronto veo a mi altura y ya bastante lejos el alto viaducto que pasé ayer y el pueblo de Ponte Ulla.  Tras este primer tramo, una señal nos indica que tenemos que abandonar la cómoda carretera y tomar un sendero de tierra que tras pasar por un pequeño túnel comienza a picar fuertemente hacia arriba, ganándole a la carretera altura a cambio de pendiente.
Camino a Outeiro
Esta subida ya es mucho más dura y con lo poco que llevamos recorrido pica un montón en las piernas. A cambio, las vistas son m,ucho más agradecidas, ya qu7e tras pasar por una pequeña zona de chalets diseminados, entramos en un preccioso bosque bastante despejado que da sombra y deja ver el precioso terreno que nos rodea. Además, como suele suceder en las subidas, tras un primer tramo muy fuerte, la pendiente da una tregua y se hace más soportable, con lo que se avanza mucho más cómodo.
Camino a Outeiro
 Por supuesto voy completamente solo. En la etapa de hoy solo voy a ver a la pareja que llevo viendo todos los días, y a sido cuando yo entraba en un bar del que ellos salían, ya muy cerca de Santiago.
Camino a Outeiro

Camino a Outeiro
Tras tres kilómetros por esta delicia de senda, conectamos con una carretera que de inmediato nos lleva a Outeiro, pequeño poblado diseminado en la cima del monte en el que destacan dos cosas. La primera es un bonito y moderno albergue de la Xunta, que se encuentra cerrado, pero que desde fuera tiene una pinta estupenda.
Albergue de Outeiro
La segunda es una preciosa capilla llamada del Santiaguiño, de 1676. Está situada en una parcela de césped dominando el paisaje y puede verse, ya que aunque no hay nadie, la puerta está abierta y puedes ver el interior a través de una reja. Tiene un Santiago Matamoros en un lateral y un San Roque en el otro. Es muy bonita y anima a seguir ahora por lo alto de los montes.
Capilla de Santiaguiño. Outeiro
Viene ahora un tramo largo y muy agradable en el que vamos subiendo y bajando montecillos, siempre con muy buenas vistas y adivinando al fondo las urbanizaciones que rodean Santiago. Son cuatro kilómetros distendidos aunque exigentes  que nos van acercando a Santiago.
Camino a Rubial

Camino a Rubial
Llegamos así a un pueblin en subida y muy diseminado llamado Rubial, que es importante porque segñun la leyenda, aquí se pararon a descansar los bueyes que llevaban el cuerpo de Santiago antes de continuar y pararse definitivamente donde hoy está la catedral.
Cruceiro de Rubial
Una placa y un bonito crucero conmemoran el hecho. Yo también pararía como los bueyes, pero no hay un solo bar, así que me limito a parar un momento al pie del cruceiro para quitarme el jersey y ponerme el gorro, que ya es verano en el Camino y hace un calor que no es normal para esta época.
Aquí pararon los bueyes...
Sigue una recta infinita que primero baja fuerte y luego se eleva al cielo como la Macarena para volver a bajar en este interminable juego rompepiernas hasta un puente que salva un pequeño arroyo tras el cial ¡Sorpresa!, se vuelve a subir como si no hubiera mañana pòr el pequeño pueblo de Deseiro de Arriba. Lo de Arriba está bien puesto. ¡Que pechá de cuestas!.
Camino a Deseiro

Camino a Deseiro
Saliendo de este pueblín el Camino nos acerca hacia la nacional, pero tiene la mala idea de desviarse  apenas a doscientos metros de la carretera, donde se ve un precioso bar, que no se si estará abierto. Dado que ya llevo once kilómetros de etapa, decido probar suerte en el bar, que ya es hora.
Bar en A Gandara
Y tengo suerte, el bar está abierto t¡y descanso un poco en él mientras me tomo una cioca.
Refrescado vuelvo al Camino ascendiendo hasta el poblado de A Gandará y luego bajando hasta un lugar donde hay una perfecta vista del Pico Sacro, muy unido a la jacobea leyenda de la traslatio. Es una enorme montaña triangular que se recorta en el horizonte, muy cercana a donde estoy. Hay un cartel que señala el camino para llegar hasta su cima, pero por mi parte, otro día será que hoy quiero llegar a Santiago sin demora y sobre todo, sin subir montes innecesarios. 
El Pico Sacro
El Camino sigue avanzando por cómodas carreterillas locales con buenas vistas que hacen agradable el paseo hasta A Susana, el próximo pueblo. Este es bastante grande y lo atraviesa la nacional, por lo que para evitarla el Camino se mete en las callejuelas traseras del pueblo hasta salir del mismo por un túnel que cruza bajo la carretera nacional.
Ocho Kilómetros a Santiago
Ahora toca subir por carreterillas ya muy urbanas, con abundancia de chalets que anuncian la cercanía de Santiago. Pasamos por el primer m,ojón que veo que conserva su indicativo de distancia. Este marca 7,9 kilómetros hasta Santiago, lo que anima mucho.
Camino a Piñeiro
Reconfortado por esta bonita cifra se llega a un barrio llamado Dañoteira de Marrozos, donde se cruzan las vías del tren por un puentecillo y se sube a una loma desde la que ya se ve todo el entorno urbano que  rodea Santiago y que parece al alcance de la mano.
Ahora ya todo es caminar por carreterillas que transitan por zonas más o menos urbaanizadas, mientras vemos los alrededores de Santiago cada vez más cerca.
Camino a Piñeiro
Pasamos así Vixoi y, tras pasar por la bonita ermita de Santa Lucia, situada en el punto más bajo de la etapa, llegamos a Piñeiro, donde comienza ya una zona de fuertes cuestas que nos va a acompañar casi hasta Santiago.
Ermita de Santa Lucia

Ermita de Santa Lucia
A la salida de PIñeiro veo un cartel que anuncia un bar a 20 metros y allí me dirijo. Justo cuando llego está saliendo la pareja que llevo viendo todos estos días. Noas saludamos y yo me quedo tomando un Aquarius y una Coca antes de continuar, en dirección a un elevado viaducto que se ve de frente.
La carretera es todo el rato de subida, y se hace mucho peor cuando llega al viuaducto. Esta es una zona de obras y han hecho un desvío que salva el talud del viaducto con una cuesta fortísima, de las que hay6 que salvar a poquitos y parando mucho a contemplar el paisaje…
Subida al Viaducto

FInal de la subida al Viaducto
A estas alturas de  la etapa esto es una tortura, pero finalmente llego arriba y cruzo por un puente sobre la autopista llegando a Angrois.
Santiago desde Angrois
Este es un lugar especial. Aquí es donde hace unos años, también en Semana Santa, un Alvia de Renfe se estrelló por exceso de velocidad en la curva de Angrois, provocando muchos muertos.
El lugar es perfectamente reconocible por las imágenes de televisión  que vimos en aquellos días, y da un respeto enorme.
Curva de Angrois
Cruzo las vías por un puente elevado, viendo la curva en la que se salió el trén. La valla del puente está llena de flores y otros recuerdo conmemorativos a las víctimas, lo que sobrecoge bastante el ánimo.
Recuerdos en la Curva de Angrois
Tras cruzar el puente llego a la plaza de Angrois, doncde acabó estampado uno de los vagones, tras trepar en el accidente un talud de unos seis o siete metros. Impresionante.
V
Plaza de Angrois
Tras rezar una pequeña oración por las víctimas, continúo subiendo por la empinada calle del Camiño real de Angrois, que termina en una plaza donde hay un bonito crucero al pie de una carretera y un mojón que indica que nos  quedan solo dos kilómetros y medio hasta la catedral.
Curva de Angrois
Se cruza la carretera y se comienza a bajar por una calle peatonal embaldosada desde la que se tienen las primeras y preciosas vistas de las torres de la Catedral, tan cercanas que casi pueden tocsarse.
Primera vista de la Catedral

Llegamndo a Santiago
Es un tramo precioso de bajada que termina ya en las primeras calles de Santiago, concretamente cruzando el Puente del Sar, que marca el punto más bajo de la cuesta y a partir del cual se comienza a subir muy fuertemente por la Calle del Sar, que se convierte un poco más allá en la de Castrón Douro.

Ponte do Sar

Subida hacia Santiago
Con estas fuertes rampas me planto de inmediato en la Porta de Mazarelos, preciosa puerta muy estrecha por la que entro al casco viejo de Santiago.
Porta de Mazarelos
Yo solo queda callejear un poco y entro en la plaza del Obradoiro por la Rua Vilar y la plaza de Platerias. La peregrinación está cumplida. He llegado a la una y media de la tarde.
Me hago las fotos de rigor y voy a recoger mi Compostela antes de registrarme en mi hotel habitual, el Rua Vilar, donde descanso un  buen rato antes de salir a presentar mis respetos al Apostol en su casa y dar una vuelta por la ciudad, que no está excesivamente llena de turisteo, lo que hace el paseo muy agradable.
Plaza del Obradoiro
Luego vuelvo a la habitación donde hago tiempo antes de ir a misa de siete y media en la catedral.
Poca gente en la misa, que dura media hora larga y en la que como es costumbre no me citan cuando dan la lista de los que han llegado hoy a Santiago. Nada de “uno de Madrid desde Orense…” Yo no se por qué siempre me ignoran. Siempre me consuelo pensando que me citarán al día siguiente, pero lo dudo mucho, y además, me importa un bledo.
Plaza del Obradoiro
Tras la misa me voy a cenar a un restaurante llamado “Los caracoles”, que conozco y me gusta. Ceno una nécora y una merluza al albariño, que está muy rica.
Tras la cena me tomo un helado de chocolate con naranja en un local que conozco y después me voy ya al hotel a descansar.

Me siento rarísimo. Mañana tengo que seguir andando. No es lo normal cuando uno llega a Santiago, pero estoy seguro de que en cuanto me ponga en marcha todo volverá a ser igual y las piernas pedirán kilómetros que devorar.

3 comentarios:

  1. Felicidades, Antonio. Ahora a disfrutar de la nueva experiencia Finis Terrae. Y el que no te mencionen en la Misa de Peregrinos es porque te tienen envidia y con tantos Caminos completados, deberían haberte regalado ya un trozo del Codex Calixtinus. Este país es muy ingrato.

    ResponderEliminar
  2. Enhorabuena Antonio otro Camino terminado y ahora una excursión al fin del mundo.

    ResponderEliminar
  3. Esa entrada a Santiago tiene mejor pinta que la,que he hecho yo

    ResponderEliminar