Una etapa larga e incómoda, pero muy bonita. Galicia es
ondulada, y mucho. Eso en coche casi no lo notas, pero cuando vas a pie es una
auténtica tortura. Todo el rato estás subiendo o bajando, nunca en llano.
Y la etapa de hoy es especial en este sentido. Una sucesión
de montes que te van subiendo y bajando a vallecillos diminutos que apenas has
pisado en bajada, abandonas ya subiendo. Y además es una etapa larga,
veintinueve kilómetros.
Palas de Rei |
Mucha gente la parte en dos, una primera parte hasta Melide
de quince kilómetros y una segunda de catorce hasta Arzua. Pero la verdad, son
dos etapas ridículas y es mejor apretar el paso y hacer todo este recorrido de
una vez.
No hay tampoco grandes monumentos que visitar, pero si un
montón de pequeños lugares preciosos y una sucesión de caminos por bosques que
hacen que sea una etapa bonita y amena.
Hoy salgo pronto de la Pensión Pardellas. He dormido bien y
tenía la pensión solo para mi, ya que era el único huésped. Así que ni un ruido
en toda la noche.
Palas de Rei |
Aún es de noche cuando a las ocho comienzo a cruzar Palas de
Rei, donde no hay nadie por las calles, salvo algunas personas esperando un
autobús y llego a una plaza a la salida de la ciudad donde hay una bonita
escultira de dos peregrinos danzantes que nos despiden alborozados.
Los peregrinos danzantes |
La mañana es completamente despejada y muy fría, así que
llevo cuatro capas de ropa, los guantes y el pañuelo de cuello, con lo cual voy
perfectamente. A lo largo del día me tendré que ir pelando como una cebolla y
llegaré a Arzua solo con la camiseta (y tentado de quitármela, pues hace casi
veinte grados). Es increíble el tiempo que me está haciendo. Ni una sola gota
de lluvia en todo el camino y no hay previsión de que la haya mañana. Cielos
despejados y sin viento y en general un tiempo más de primavera que de
invierno. En los informativods de la tele dicen que este año Galicia ha sido la
región que mejor tiempo ha tenido en España. Está claro que el apóstol protege
a sus peregrinos.
Salida de Palas |
A sus pocos peregrinos,
porque hoy tampoco es que haya visto mucha gente por el Camino. Los mismos de
siempre con el añadido de un par de grupos a caballo que son mucho más
agradables y civilizados que los bicigrinos; aunque debo decir que los
bicigrinos de invierno son mucho mejores que los de verano. Son más respetuosos
y considerados, probablemente porque al estar el Camino mucho más vacío no
tienen que estar todo el rato evitando peregrinos a pie y no se estresan tanto.
Camino a San Xulian |
Camino a San Xulian |
Se sale de Palas por una carretera una de cuyas curvas se
evita metiéndose por un bonito paseo por el monte, antes de volver al asfalto y
ascender un poco para abandonar definitivamente la carretera y adentrarse por
bonitos caminos de bosque hasta llegar al primer pueblo de la jornada, San
Xulian do Camiño, que tiene una bonita iglesia románica con su cementerio
adosado, que por supuesto está cerrada. Es una iglesia preciosa, a la que
curiosamente se llega por el ábside, que destaca mucho en el conjunto.
San Xulian do Camiño |
Saliendo del pueblo el Camino continua por carreterillas
forestales y pasando por una serie de bosques muy agradables. Todo el suelo
está alfombrado de hojas que amortiguan los pasos como si fuese una moqueta
vegetal. Hay que andar con cuidado de no pisar piedras ocultas, pero de todos
modos es una sensación muy agradable.
Camino a Casanova |
Paso así por Pallota y Ponte Campaña hasta llegar a
Casanova, en el kilómetro seis de etapa,
donde un bonito crucero preside la entrada a la localidad.
Camino a Casanova |
Caminoa Casanova |
Sigo por estos senderos hasta pasar Porto de Bois y
finalmente el camoino desemboca en una carreterilla que por una zona de chalets
llega hasta O Coto, la primera aldea de la provincia de la Coruña. Ya he
cruzado todo Lugo, desde O Cebreiro hasta aquí y ahora entro en la ultima
provincia del Camino.
Camino a O Coto |
En O Coto hay un bar muy bien puesto con una agradable
terraza donde me paro a descansar un rato y sellar la credencial. Se está ya de
miedo en la terraza, así que aprovecho para guardar los guantes, el pañuelo de
cuello y la chaqueta térmica y sigo solo con jersey . Es un día espectacular,
sin una nube y que invita a andar.
Bar en O Coto |
Tras el bar de O Coto, llego de inmediato a Leboreiro, un
pueblo que tiene varias cosas bonitas que ver.
Camino a Leboreiro |
La primera es un crucero a su entrada, situado en una plaza
en la que también han puesto en la pared de una casa una gran flecha amarilla
hecha con conchas.
Leboreiro |
Leboreiro |
Cruzando el pueblo llegas a la iglesia de Santa Maria, una
preciosa iglesia Románica frente a la cual hay un enorme cabazo, una especie de
cesto para guardar maíz típico de la zona.
Leboreiro |
Leboreiro |
A la salida del pueblo se cruza un arroyo por un precioso
puente románico, apuntado y muy pequeño, que es una delicia de ver.
Puente de Leboreiro |
Puente de Leboreiro |
Un pueblo completito, en el que uno pierde un rato viendo
todo lo que tiene que ofrecer.
Y a partir de aquí, la cosa empeora bastante. Nos acercamos
al Polígono Industrial de Melide. Se acaban los bosques y durante un par largo
de kilómetros vamos a cruzar un polígono por un camino recto como una vela.
Menos mal que el polígono debe ser un fracaso, pues apenas hay fábricas o naves
y eso permite que se tengan buenas vistas. En todo caso, el cruce de un
polígono siempre es aburrido.
Polígono de Melide |
Me adelanta un grupo de peregrinos a caballo que van a
galope. Les oigo llegar desde lejos y me aparto. Son cuatro y van encantados y cómodos por el Camino. Más que yo.
Peregrinos a Caballo |
Al final del Polígono el Camino comienza a bajar por un
bonito sendero boscoso que me lleva hasta el cruce del Rio Furelos en San Xoan
de Furelos.
Camino a Melide |
Camino a Melide |
Este es el pueblo anterior a Melide, a apenas un kilometro
de distancia y tiene un precioso puente apuntado que aparece de repente tras
una curva del camino.
Puente de San Xoan de Furelos |
Nada más cruzar el puente hay un bar en el que me paro a
descansar junto a otros tres peregrinos que ya están allí. Cuando estoy sentado
pasa un nuevo grupo de peregrinos a caballo, esta vez más numeroso, que van
cabalgando airosos por las calles de piedra del pueblo. Es como una imagen de
otros tiempos. En la edad media ellos serían los señores y nosotros, los
peregrinos a pie los vasallos que debemos dejarles paso. Y creo que algo de eso
queda en el inconsciente. Una persona a caballo siempre tiene un aire
distinguido y de autoridad que impone. Me gustan los peregrinos a caballo,
aunque estoy seguro que sus dificultades logísticas deben ser importantes, pues
no debe ser fácil prever las etapas pensando en el alojamiento de los animales;
aparte de que al final de cada etapa tienes que preocuparte de cuidar, limpiar
y dar de comer a tu compañero, además de atender a tus propias necesidades. No debe ser fácil una peregrinación a caballo.
Cruzo el pequeño pueblo de San Xoan y comienzo a ascender la
penosa y descarnada cuesta que da acceso a Melide.
Entrada a Melide |
Adelanto a una Coreana que
va muy despacio y muy cargada. Ya la he visto varios días y va siempre al mismo ritmo cansino y lento. Pero eso si, nunca la
he visto parada.
Melide |
He parado en San Xoan para evitar parar en Melide. Es un
pueblo demasiado grande, con toda clase de bares y servicios, pero que prefiero
cruzar a toda prisa. Solo paro un momento a sellar en la Pulpería Ezequiel y
cruzo el pueblo para atacar la calle en subida que me saca de Melide por su
cementerio.
Salida de Melide |
Ya está hecha más de la mitad de la etapa, pero me queda la
parte más dura. Las subidas y bajadas hasta aquí no han sido nada comparadas con las que me
esperan. Entre Melide y Arzua median catorce kilómetros en los que hay que
subir (y bajar) cuatro cuestas importantes. Así que es una parte de la etapa
que hay que tomar con calma y sin el ansia de llegar a la meta. El primer año
que hice esta etapa, con Paloma, Concha y Luis, llegué a Arzua reventado y
medio acabado. Ahora ya la he pasado cuatro veces más y la conozco, asi que no
me preocupa.
Salida de Melide |
A la salida de Melide se llega a la precios iglesia de Santa
Maria de Melide, que tiene unos maravillosos frescos en su ábside, equiparables
con los de Vilar de Donas. Hoy está cerrada, con lo que me tengo que contentar
con verla por fuera.
Iglesia de Santa Maria de Melide |
El Camino continúa subiendo un poco y luego bajando
fuertemente por un precioso sendero boscoso hasta el rio Catasól, cuyo paso es
probablemente uno de los lugares más fotografiados del Camino.
Se trata de un precioso paso de losas de piedra sobre una
pequeña poza que forma el rio en una pradera verde y cubierta de árboles que es
una delicia.
Paso del rio Catasol |
Normalmente hay aquí verdaderas colas (sin exagerar) para
hacerse una foto en el paso. Hoy tengo toda la pradera para mi solo, así que me
demoro un poco y finalmente me hago una foto sobre el paso que hasta ahora no
me había hecho por no esperar la cola.
Paso del rio Catasol |
Y tras pasar el rio comienza la primera subida. Esta es una
especie de aperitivo. El Camino se empina hacia arriba y sube por un precioso
sendero hasta llegar a Parabispo, primer pueblo del concejo de Arzua y siempre
en suave subida, llegar a Boente ya a solo ocho kilómetros de Arzua.
Camino a Boente |
Boente es un pueblo al que llegas subiendo y del que sales
bajando. Justo cuando comienza la bajada te encuentras la carretera a la que
llegas por una plaza en la que puedes ver enfrente su iglesia, enmarcada por
una bonita fuente y un crucero. Es una de esas bonitas estampas que te deja el
Camino.
Boente |
Sello en la iglesia de Boente y salgo en bajada hacia la
siguiente cuesta. Una carreterilla llega hasta un arroyo a cuyo pie hay una
zona recreativa que ahora solo aprovechan unas vacas que están pastando.
Iglesia de Boente |
Tras cruzar
el arroyo comienza la peor de las cuestas de esta segunda parte de la jornada.
Camino a Castañeda |
Camino a Castañeda |
Es un camino que sube un monte por una
pista forestal durante cerca de medio kilómetro, con una rampa final terrible
que llega hasta un paso elevado de una carretera. Subida de las de a ritmo, de las
que recuerdan los grandes puertos, aunque sea mucho mas corta.
Camino a Castañeda |
Cuesta de Castañeda |
Terminada la parte dura de la subida el Camino continúa
subiendo ahora por carretera hasta alcanzar el pueblo de Castaañeda, famoso
porque aquñi estaban los hornos de cal donde los peregrinos depositaban las
piedras que traían desde Triacastela como ofrenda para las obras de la Catedral
de Santiago. El por qué habían colocado los hornos a más de cuarenta kilómetros
de la Catedral es algo que se me escapa y que me hace pensar que quizá esto
tenga más de leyenda que de realidad.
Castañeda |
Desde Castañeda se vuelve a bajar fuertemente por una
carretera con un paisaje precioso de los montes cercanos hasta llegar de nuevo
a un área recreativa en el lugar en donde se cruza el Rio Castañeda y se
comienza a subir al monte siguiente.
Camino a Ribadixo |
Si la anterior era una subida dura, esta
es desesperante. Tiene más de ochocientos metros de largo y aunque no tiene
mucha pendiente, es continua y además la primera parte es recta como una vela,
con lo que vas viendo con desesperación todo lo que te queda. No hay que olvidar
que a estas alturas ya llevas veintitantos kilómetros en las piernas y las
fuerzas empiezan a estar justitas, sobre todo porque la meta ya se ve cercana.
Camino a Ribadixo |
Así que la subida se hace eterna y aburrida. En la parte final
el terreno se empina aun más y finalmente, cuando corono, me paro a ver lo que
he hecho. Justo enfrente, y a la misma altura que ahora estoy, está Castañeda.
Así que he subido y bajado para nada. Si todos los peregrinos pusiésemos un
euro podrían construir un puente desde aquí a Castañeda, que nos ahorraría
muchos esfuerzos.
Camino a Ribadixo |
Vale, ya estoy divagando. Es el final de etapa, que me pilla
cansado. Pero lo del puente….
Bajo de nuevo. Aquí no hay un tramo recto para descansar
las piernas. Ahora ya bajo con mñas alegría que los últimos días. Las uñas ya
casi no duelen y las piernas ya están hechas al Camino. Así que en un pis-pas
me planto en Ribadixo, el último pueblo antes de Arzua, donde hay un albergue muy
bonito situado al pie de un remanso del rio que es cruzado por un precioso
puente.
Albergue de Ribadixo |
En verano este punto está siempre lleno de peregrinos
bañándose en el rio o remojándose los pies.Hoy no se ve a nadie.
Bueno si, hay un guiri que me adelantó en la bajada y que me
pregunta si esto es Arzúa. Aunque siento decepcionarle le digo que no y que aún
le quedan tres desesperantes kilómetros para llegar. Así que pone cara de guiri
decepcionado y continúa, adelantándome a buen ritmo. Yo me río para mis
adentros. Voy a llegar a Arzua antes que él, pero él no lo sabe.
Cuesta de Ribadixo |
La subida desde Ribadixo a Arzua es una de las cuestas más
fuertes del día. Afortunadamente no es muy larga y a estas alturas ya el piloto
automático te hace subir lo que sea. Así que en breve plazo me planto al pie de
una carretera principal, al final de la parte más dura de la cuesta. Allí el
Camino se desvía para evitar cruzar la carretera, dando un desvío de unos
trescientos metros. Yo, como me lo conozco, simplemente cruzo la carretera y
sigo subiendo un trecho hasta empalmar de nuevo con el camino. El guiri ha
seguido el camino y las flechas y ahora va muy detrás mio. Pero esto no ha
acabado. Quedan casi tres kilómetros de pesadísima y desesperante entrada en
Arzua por una carretera que sigue subiendo al menos durante un kilómetro antes
de nivelarse y comenzar a entrar al centro de este larguísimo pueblo, que ocupa
los dos lados de la carretera. Pero esto ya está hecho.
Entrada a Arzua |
Con calma sigo adelante
y finalmente llego al centro, donde está mi pensión de la jornada “La casona de
Nene”; una autodenominada Pension Boutique, que ocupa un edificio restaurado muy
cerca del centro y que está francamente bien. Cuando llego llamo a la puerto,
pero no responde nadie, Así que llamo por teléfono y en menos de un minuto
aparece un chaval joven y muy simpático que me abre la puerta y me da una buena
habitación, completa,mente nueva y muy agradable., con todo lo necesario. Una
buena pensión. Además , le pregunto donde puedo comprar agua y se ofrece a
traérmela él mismo. Y me trae no solo agua, sino además una coca cola. Todo
gratis. Un muy buen detalle que agradezco.
La Casona de Nene |
He llegado a las tres pasadas, así que entre que deshago la
mochila, me aseo y descanso un poco, ya son las cinco.
Salgo a dar una vuelta. Empieza a refrescar, pero aún se
está agradable. Paro en un bar a escribir y luego me voy un rato a la
habitación hasta que bajo a cenar a las ocho al restaurante del mismo dueño de
la pensión, que también se llama La casona de Nene, pero que está a unos cien metros
de la pensión, justo enfrente del
albergue municipal de Arzua.
Ceno muy bien, revuelto con zamburiñas y secreto ibérico. Y
ya me recojo. Hace bastante frío en Arzua, pero la habitación está calentita y
se está muy bien aquí.
Mañana quiero levantarme pronto. Tengo cuarenta kilómetros
hasta Santiago y quiero salir cuando aún sea de noche, para adelantar Camino.
Es una etapa larga, pero fácil, pues no hay excesivos desniveles, y además la
cercanía de la meta da alas a los ya cansados pies.
Asñi que mañana veré ya el Apostol si Dios quiere y daré por
cumplida esta peregrinación de Invierno; de un Invierno tan peculiar que casi
parece verano.
Tu actuación ante el guiri me recordaba al malvado Pierre Nodoyuna, el de los Autos Locos, con su inefable perro Patán. Bueno, parece que tu ardid no fue muy largo.
ResponderEliminarY otro tema interesante es la adicción a las zamburiñas. Sospecho que las buscas en cualquier menú. ¿Cómo sobrevives sin ellas cuando no estás en Galicia?
Mucha fuerza para la súperetapa de hoy hasta Compostela.
Algún día nos tienes que contar como es la cara de un guiri decepcionado. Poco a poco se acaba este Camino, animo para el etapon de mañana, bueno hoy.
ResponderEliminarQue suerte que el buen tiempo te acompaña!! Y te cuento que la panda no deja de comentar los homenajes gastronómicos de todas las noches. Buen camino!
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