jueves, 18 de agosto de 2016

Dia 3 – Elizondo – Olaiz . 49 kilómetros. Una etapa para recordar.

¡ Menudo etapón!. Por todo. Por los paisajes impresionantes del Puerto de Belate, por el tiempo nublado y lluvioso que ha realzado esos paisajes, por los preciosos pueblos del valle del Baztán y del de Ulzama y finalmente por su longitud.
El Gps dice que me he hecho cuarenta y nueve kilómetros, y mis pies lo confirman. Es con mucho la etapa más larga que me he hecho nunca. En las guías su longitud es de cuarenta y dos kilómetros, pero entre que el Gps siempre marca algo más y que me he dado alguna vuelta inesperada por algún pueblo, pues eso, cuarenta y nueve.
He estado once horas y media en la carretera, y la verdad es que no he parado mucho, pues no he encontrado casi bares ni sitios abiertos, así que he ido rellenando la botella de agua en fuentes en los pueblos que pasaba y con eso y los embutidos que compré ayer he pasado muy bien la etapa.
Elizondo
El tiempo ha ayudado. Muy nuboso y con casi continua llovizna hasta pasar el puerto de Belate y soleado e incluso caluroso luego, ya en el valle de Ulzama.
La razón por la que he hecho una etapa tan larga es que mañana me quedan solo trece kilómetros para llegar a Pamplona. Así puedo coger el tren que me llevará a la una de la tarde hasta Sarria, para empezar pasado mañana el último tramo del Camino Francés.
Y la verdad es que he llegado bastante cansado y ya con el piloto automático, pero sin ninguna mala sensación en las piernas. Creo que la noche de recuperación me hará estar de nuevo en forma mañana para llegar a Pamplona.
Elizondo
Previendo lo que iba a ser la etapa, me he despertado a las seis de la mañana y a las siete he salido ya a las calles de Elizondo. El Camino pasa justo a la puerta del hotel, por lo que, simplemente con girar a la izquierda, ya estoy en él.
Salida de Elizondo
El tiempo es raro. Aunque aún no hay claridad total se ve un cielo muy cubierto y cae una pequeña llovizna, que sin embargo no es suficiente para tener que ponerse la capa de lluvia.
Camino a Lekaroz
Así que arranco bordeando el rio Baztán hasta salir pronto de Elizondo por un camino de tierra que avanza hacia el cercano pueblo de Lekaroz. Llevo delante a un peregrino al que vi ayer cenando en mi hotel y a un señor mayor del pueblo con paraguas que va dando un paseo. Anda de miedo y no le puedo coger ni a tiros. Y eso que enseguida el camino comienza a subir hasta llegar a una carretera que nos acerca a Lekaroz.
Camino a Lekaroz
 Allí hay un enorme instituto de enseñanza, que supongo dará servicio a todo el valle, pues es gigantesco, y una preciosa y enorme iglesia muy cercana al instituto.
Camino a Lekaroz
Desde la iglesia el camino sigue llano por carretera hacia un pueblo que se ve cercano y que se llama Irurita.  En este tramo me adelanta también una señora que marcha a muy buen ritmo.
Iglesia de Lekaroz
A Irurita se llega subiendo una cuesta bastante fuerte. Es un pueblo muy bonito, como todos los del Baztán.
Camino a Irurita

Camino a Irurita
 No es solo el maravilloso paisaje en el que se enclavan, sino sobre todo los enormes caserones de piedra, preciosos, muy cuidados y casi todos con escudos señoriales de categoría. Por dar una idea de la clase, mi guía dice que tenemos que salir del pueblo “junto al palacio de los Gastón y los Casatorre”. Toma ya.
Irurita
Así que saludo a los Gastón y a los Casatorre y salgo del pueblo por una carretera que tiene unas vistas preciosas del valle y del pueblo.
Salida de Irurita
Al cabo de un ratillo abandono la carretera por un camino de tierra a la derecha que es una pesadilla. Bueno, es precioso, pues avanza por un bosque cerrado y hermoso, pero tiene una pendiente terrible, sobre todo al principio que obligs a emplearse a fondo. Se trata de un atajo que va salvando las curvas de la carretera, cambiando distancia por pendiente. Pero aquí se han pasado. Deberían poner un teleférico…
Camino a Zigaurre
Camino a Zigaurre
La subida dura quinientos durísimos metros hasta llegar a un barrio que se llama Barrio de Zigaurre de Ziga. Son cuatro bonitas casas y una preciosa ermita que dominan el valle que ya empezamos a ver abajo.
Ermita de Zigaurre
Los paisajes son espectaculares. Montes verdes, caseríos y animales dispersos en los prados en este final del Valle que es aquí ya muy estrecho pues nos acercamos a su salida por el Puerto de Belate.
Camino a Ziga
Camino a Ziga
Avanzo un ratillo por la carretera antes de volver a salir por un atajo muy trabajoso que nos devuelve al asfalto un poco más arriba, justo a la entrada del segundo pueblo de la jornada, que es similar a los anteriores y se llama Ziga.
Camino a Ziga
Se ve muy bien desde la carretera, pues se encuentra al otro lado de un pequeño barranco. Tiene una iglesia enorme y está en un alto. Así que me ciego por llegar a la iglesia y no me doy cuenta de que el Camino se desvía antes de entrar en el pueblo.
Llegando a Ziga
Ziga
Así que llego hasta la iglesia, la veo por fuera y cuando me pongo a buscar la salida, no la encuentro. Doy un par de vueltas antes de preguntar a un barrendero, que me encamina por el camino por el que he venido. 
Iglesia de Ziga
Casi a la salida pregunto de nuevo en una de las tres casas rurales que tiene el pueblo y ya me indican bien la dirección. Es un camino lateral, que se coge justo en la primera casa del pueblo y que como es normal, sale ascendiendo, ahora más suavemente, hasta llegar a una carretera que nos lleva en suave ascenso hacia Berroeta.
Camino a Berroeta
La distancia a Berroeta es de tres kilómetros que se hacen siempre en ligera subida por carretera, con preciosas vistas a los lados. 
Caminoa Berroeta
A la derecha tengo un pueblo llamado Aniz, que se ve al otro lado del ya muy estrecho valle. 
Aniz
De frente tengo las montañas que tendré que subir en breve y a la izquierda la ladera del monte que voy subiendo. Es un tramo muy agradable que termina al llegar a Berroeta. 
Camino a Berroeta
Ya hemos subido casi doscientos metros, pero a la salida de Berroeta los voy a perder de golpe. Y es que hay que pasar al otro lado del valle. La carretera salva el hueco con un enorme viaducto, pero el camino, para evitar ir por la misma, baja hasta el fondo del valle y de inmediato comienza a subir por el otro lado.
Berroeta
Así que a la salida de Berroeta toca bajar. Ya llevo diez kilómetros de etapa, todos subiendo, y bajar un poco hasta gusta.
Salida de Berroeta
 Es una bajada muy fuerte protegida con una barandilla de madera, que termina en un puente que cruza un regato y a partir del cual se empieza a subir fuertemente por un camino de tierra bordeado completamente de árboles que impiden ver el paisaje. 
Salida de Berroeta
 Hay algunos árboles caidos y atravesados en el camino, que obligan a agacharse para pasar por debsjo. Eso si, voy oyendo el tráfico que pasa por el altísimo viaducto cada vez más cercano, con lo que voy teniendo idea de la altura que voy ganando.
Camino a Almandoz
De repente, un claro me permite ver que ya he superado la altura del viaducto y sigo subiendo fuertemente hacia un pueblo que se ve ya relativamente cercano.
Camino a Almandoz
Camino a Almandoz

Tras tanta subida llego por fin a Almandoz. Es un pueblo en cuesta ubicado a media subida de la montaña, tan bonito y cuidado como todos los demás de la zona y que tiene una preciosa y gran iglesia, a cuyos pies paro para descansar un rato y comer y beber algo. 
Almandoz

Son ya trece kilómetros de etapa y va siendo hora. Me tomo un poco de lomo y una naranja y descanso unos minutos antes de continuar, por supuesto subiendo. Viene ahora la parte más dura de la subida. Estamos a cuatrocientos metros de altura y tenemos que subir hasta setecientos en tres kilómetros.
Iglesia de Almandoz
Salgo de Almandoz, que por cierto es el último pueblo del valle del Baztán, por carretera que sube muy fuertemente dejando preciosas vistas de la zona por la que venido. Al poco se cambia la carretera por un camino de cemento que gana altura a más ritmo.
Almandoz desde la subida
Al cabo de un rato, se cambia el cemento por un camino de tierra ancho y cómodo que empieza a subir por un bosque precioso. Es una de las zonas más bonitas de la etapa. Es un bosque mágico, el tipo de bosque que uno se imagina al pensar en brujas o hadas. 
Camino a Venta San Blas

Todo verde, con el suelo cubierto de hojas rojizas, árboles bastante separados que permiten tener perspectiva y algunos ejemplares muy viejos, nudosos y cubiertos de musgo. Una preciosidad.
Camino a Venmta San Blas
Pero todo puede mejorarse. Al cabo de un rato, se abandona el ancho sendero que traigo y se ataca una fuerte rampa que termina en medio del bosque. 
Camino a Venta San Blas



Camino a Venta San Blas
Ya no hay camino. Voy andando por la hierba y la hojarasca guiándome por las flechas pintadas en los árboles. Además he entrado en una zona de neblina y cae una suave llovizna que los çarboles apenas dejan llegar al suelo. La impresión de bosque mágico se realza. En cualquier momento espero ver salir un trasgo, un duende o un basajaun de detrás de alguno de los árboles. Es una auténtica pasada.
Camino a Venta San Blas
Voy ascendiendo zigzagueando por el monte. Paso al lado de un par de bordas de pastores medio derruidas, pero que en este ambiente son preciosas.
El final de la subida tiene mucha pendiente y al fondo se adivina ya la pared de la Venta de San Blás, que es donde termina este tramo. Estoy deseando llegar y sentarme a tomar algo, pero como de costumbre, lo que me llevo es una decepción. La venta está cerrada.
Casmino a Venta San Blas
Me siento en una mesa de piedra y descanso un poco mientras me rehidrato y disfruto de la vista. Sigo entre neblina, con lo que no puedo ver el paisaje hacia el valle. Pero el bosque donde estoy merece de todos modos mucho la pena. La mesa está en una amplia explanada al lado de la venta, que está situada al pie de la carretera que asciende el puerto.
Camino al Puerto de Belate

Antiguamente era un lugar estratégico del Camino, ya que  aquí se situaba una ermita y un hospital de peregrinos. Pero eso era antes. Hoy ni te abren para darte agua.
Camino al Puerto de Belate
En la curva de la carretera hay una fuente y justo por detrás suyo sale una senda de tierra que continúa ganando pendiente por el bosque. De nuevo vuelve el bosque mágico. Voy ganando altura zigzagueando entre las hayas guiado por las flechas pintadas en sus troncos. Paso alguna borda semiderruida y la sensación entre la niebla y la leve lluvia que lo único que hace es refrescar el ambiente, es la de encontrarte casi en otro planeta.
Camino al Puerto de Belate
Este último tramo hasta la cima del puerto, de unos tres kilómetros, es algo más suave que el anterior, con lo que se disfruta más . Hay zonas donde la senda avanza muy estrecha y pegada a la fuerte pendiente del lado derecho. Hay que tener cuidado, pues el piso está muy húmedo y un resbalón podría ser un problema.
Camino al Puerto de Belate
Poco a poco empieza a adivinarse la cercanía de la cima. Se nota más luz y comienzan a verse claros entre los árboles. Y así, finalmente salgo de los últimos árboles a la cima, despoblada y amplia, que se encuentra cubierta por una fina neblina.
Camino al Puerto de Belate


Llegada a la cima de Belate

Y allí, parado justo en la cima, está el Diablo, señor del valle del Baztán, para despedirme de sus dominios.
Es un enorme macho cabrío que se encuentra solo en la cima del monte contemplando el otro lado de la ladera. Tiene una cornamenta respetable y la verdad, su visión impresiona en este lugar. Es una estampa magnífica.
El diablo guarda sus dominios
Aunque no sea en realidad el Diablo, a mi me impone. Se encuentra en medio del camino y cuando me oye se da la vuelta y se me queda mirando. No hay otra cabra por las cercanías (ni para el caso otro peregrino). Así que estamos los dos solos y él no parece tener intención de apartarse.
Así que echándole valor, hgago lo que hay que hacer: me aparto yo.
Subo un poco por la colina alejándome del camino para evitarle y en cuanto me ve apartarme, él comienza a avanzar a paso lento por el Camino, dejándome bien claro quien es el que manda.
Me sobrepasa con una mirada despectiva y continúa hacia el bosque del que acabo de salir. El diablo vuelve a sus dominios…
Y yo vuelvo al Camino. Este es ahora una senda estrecha que llanea por la cima de la cordillera en terreno muy despejado, ya sin árboles. 
Cima de Belate
Está delimitada cada pocos metros por enormes losas de piedra, lo que le da un aspecto muy céltico.  Es una parte preciosa del camino que forma parte de una antigua calzada romana.
Cima de Belate
Tras cerca de un kilómetro de llanear por la cima, llego a una amplia pradera donde hay una ermita reconstruida y unos carteles que indican que este es el lugar donde abandono el valle del Baztán para entrar en el de Ulzama. Es un paisaje desolado y misterioso con la neblina que aún hay y me acerco a ver la ermita, que obviamente está cerrada.
Ermita en la cima de Belate
Aquí arriba sopla un aire fresco, así que comienzo a descender al valle del Ulzama teniendo ya a la vista unos metros más abajo el antiguo Monasterio- Hospital de Belate, hoy restaurado parcialmente y al que llego tras una fuerte bajada por unos senderos muy incómodos, llenos de piedras sueltas que hacen que se tenga que ir muy despacio.
Comienzo de la bajada al valle de Ulzama
A medida que bajo salgo de la neblina, que está asentada en la cima y comienzo a ver mejor los preciosos paisajes de pradera de montaña que me rodean. En la zona donde está el Monasterio aún no hay árboles, pero el bosque espeso comienza muy cerca.
Paro un poco a ver el monasterio, que está compuesto de dos sencillos edificios de piedra sin nada en el interior.  
Monasterio de Belate

Llevo ya más de veinticinco kilómetros según el Gps y los últimos quince han sido de fuerte subida, así que me merezco un pequeño descanso. Pequeño porque en cuanto paro refresca, así que me pongo en marcha de nuevo.
Monasterio de Belate
Pienso que ya se ha acabado la subida del día, y estoy feliz de ello. Por eso, resulta un palo comprobar que el Camino empieza a subir de nuevo fuertemente tras pasar el Monasterio de Belate. Y es que tras Belate, hay que subir otro collado aún más alto, que me lleva hasta los novecientos y pico metros de altitud.
Camino a Lantz
Es una subida dura al principio, por un denso bosque de pinos, que se suaviza cuando alcanzo una senda forestal que avanza por la cima y en la que hay varios operarios cortando árboles. Se ve que esta es una zona que están explotando actualmente, ya que me cruzo con varios vehículos y veo muchos montones de árboles recién cortados que están a la espera de ser recogidos.
Camino a Lantz
El inconveniente es que con tanto tránsito el camino está completamente embarrado y se hace complicado transitar por él.
Camino a Lantz
Este trozo del Camino se me hace muy pesado. Todo el rato es igual, en línea recta por la senda y subiendo ligeramente. Además comienzo a estar cansado y con ganas de parar a descansar en algún sitio que tenga mesas, sillas y una caja registradora.
Camino a Lantz
Tras unos tres kilómetros por este pesado (y sin embargo bonito) camino, empiezo a entrar en zona más despejada de árboles y comienzo a bajar, ligeramente al principio y con más fuerza más adelante.
Camino a Lantz
Estoy ya bajando al valle de Ulzama. Aquí el tiempo está completamente despejado y es incluso caluroso, así que me pongo mi gorro y paro a beber agua para evitar problemas. Estoy algo cansado, pero sin mayores problemas tras los treinta y algo kilómetros que llevo ya encima.
Camino a Lantz
La bajada acaba en el primer pueblo del Valle de Ulzama, que se llama Lantz. Allí lo mejor que hay es una posada con bar, donde pido una coca y agua. 
Lantz

Me dicen que agua fría no tienen, pero que la de la fuente del pueblo es fría y muy buena, así que me acabo la coca y voy a la fuente, donde bebo a voluntad y relleno mi botella. Es cierto que el agua está muy buena y muy fría, lo que se agradece.
Posada de Lantz
Lanz no es un pueblo tan bonito como los que había en el Valle del Baztán. Tiene algunas bonitas casas, pero no es ese conjunto armónico, señorial y redondo que se veía hasta en el más pequeño pueblo del Baztán. En todo caso, la realidad es que estoy ya mal acostumbrado. El pueblo no es feo, como casi todos los de Navarra.
Desde Lantz me quedan unos quince kilómetros según la guía para llegar a Olaiz, mi destino de hoy. Dado que llevo ya casi treinta y cinco, pues queda un rato largo. Son cerca de las tres cuando salgo de Lanz y cojo una carreterilla comarcal sin tráfico que me acerca al siguiente pueblo, Olagüe, que se encuentra a casi cinco kilómetros. 
El paisaje ha cambiado completamente. Ya no hay bosques y vamos atravesando compos de labor y praderas delimitadas por cercados. El ambiente es bastante caluroso y se nota mucho al caminar
Camino a Olague
Además el camino también ha cambiado. Prácticamente desaparecen las flechas y las indicaciones, tan bien mantenidas en el valle del Baztán y que aquí brillan por su ausencia. Especialmente a partir de Olagüe la señalización es mala o inexistente, por lo que tengo que ir fiándome de mi guía, que gracias a Dios es muy buena y muy exacta.
Camino a Olague
Por sendas a través de prados y tras algo más de una hora que culmina en un interminable tramo recto por una carretera de asfalto recalentado, hago mi entrada en Olagüe, un pueblo también bastante anodino donde paro en la fuente a recargar y luego, justo a su salida, en un bar muy modernillo que hay para tomar una coca y sellar la credencial, que hasta ahora no lo había hecho.
Olague
El calor ya es fuerte y no apetece salir del bar, pero no hay más remedio, así que salgo de Olagüe por una carretera que me permite recorrer, recta como una vela, los dos kilómetros que hay hasta el siguiente pueblo, Leazkue. 
Camino a Leazkue

Este es un pueblo más pequeño y situado en un alto. Lo atravieso en un momento y justo en su cima tomo un camino lateral de cemento que comienza a bajar hacia el siguiente pueblo de este rosario de localidades que jalonan la carretera de Pamplona a Francia, cuyo trazado vamos más oi menos siguiendo.
Camino a Leazkue
El camino de cemento se convierte pronto en uno de tierra que avanza, bajando suavemente entre tierras de labor y pequeñas manchas arboladas. Falta señalización en este tramo y me tengo que fiar de la guía e incluso de Google Maps para llegar a Etulain, otro pueblo pequeñínb y sin nada que se cruza para seguir por el mismo tipo de terreno hacia Burutain.
Camino a Burutain
Por aquí las señales son ya inexistentes. Hay que tener imaginación para seguir el Camino, y también tener clara la dirección general que lleva. La carretera nacional, que llevo cerca, es siempre una buena ayuda y en más de un momento estoy tentado de salir a ella y continuar por allí hasta el hotel.
Pero mal que bien atravieso todos los campos de labor existentes y llego a La entrada de Burutain, pueblo al que no se llega a entrar, pues el Camino se desvía por carretera entre chalets hacia el siguiente pueblin, Ostiz.
Camino a Ostiz
Como veis este tramo es un desesperante rosario de pequeños pueblines separados entre si por unos dos kilómetros. Ninguno tiene el menos servicio y todos están a pocos cientos de metros de la carretera nacional.
A Ostiz se entra también, tras atravesar los habituales y recalentados compos de labor, por un tramo interminable de carretera, que pone a prueba la paciencia.
Pero más se va a poner a la salida de Ostiz.
Salida de Ostiz

Para salir el Camino llega prácticamente hasta el río y luego se interna por un sendero enano, sin señalizar ni mantener, que va colgado entre el río y los muros de las casas colindantes. Es el peor tramo de Camino que yo he recorrido nunca. Menos mal que dura menos de un kilómetro. La maleza está muy cerrada, lo que hace difícil avanzar, hay verjas ue cierran el camino y que tienes que saltar o rodear, incluso tengo que pegar un salto para salvar un regato que baja al río. En otras zonas  el sendero ni siquiera existe. Tienes que imaginártelo y seguir siempre lo más pegado posible al rio.
Este tramo de pesadilla termina paralelo a la vderja de un picadero desastrado, donde se ven dos caballos sueltos y nada más. 
Picadero camino a Eneriz

Pasado el picadero, por fin termina este tramo horrible y tuerzo a la derecha cruzando el río po¡r un puente, para subir al último de los pueblecitos antes de Olaiz; que se llama Eneriz.
La subida a Eneriz es bastante dura, pero no muy larga. Mas que un pueblo, Eneriz es una sucesión de chalets residenciales situada en una media ladera de un monte que se sitúa a la derecha de la Nacional.
Entrada a Eneriz
A la salida el Camino mantiene la altura  y la distancia a la carretera, por lo que voy por un muy agradable camino a media ladera del monte, con estupendas vistas. 
Camino a Olaiz

Atravesando prados y bosquecillos por este camino, recorro los dos kilómetros y medio que hay entre Eneriz y Olaiz y de repente, en una curva de la senda, aparecen frente a mi las casas de Olaiz. ¡Por fin!.
Camino a Olaiz
La verdad es que el tramo desde Olaiz se me ha hecho eterno y estoy bastante cansado, aunque las piernas responde aun bien.
Camino a Olaiz
Camino a Olaiz

Camino a Olaiz
Lavadero en Olaiz

Olaiz está a media ladera del monte, con lo que ahora me toca bajar hasta la carretera, donde está mi hotel, el Hotel Ibaiondo.
Vista desde Olaiz
Es un kilómetro de bajada suave y fácil, ya con la meta en la mirada, que hago en un santiamén, llegando al hotel a eso de las seis y media, tras once horas y media de etapa. Ya está bien…
Llegada al Hotel
El hotel es un caserón vasco rehabilitado que está bastante bien. Mi habitación es pequeña, pero con todo lo necesario, y me tumbo a descansar directamente un rato antes de asearme y deshacer la mochila. Estoy más cansado que la media, pero sin problemas.
Hotel Ibaiondo.


A las nueve bajo a cenar. La ventaja de este hotel es que, como está en medio de la carretera, sin nada alrededor, no hay nada que hacer. Así que solo descanso y ceno.
Tomo unos guisantes con jamón y un entrecotte y me voy directo a la habitación a dormir.
Ha sido una jornada muy larga y muy cansada. Para compensar, mañana tengo solo trece kilómetros hasta Pamplona, donde tomaré un tren para ir hasta Sarria y comenzar desde allí la última etapa de la peregrinación hasta Santiago.

TRIVIAL DEL CAMINO.
Cristina y Luis acertaron la pregunta de la batalla que tuvo lugar en Amaiur y que significó el fin de la independencia del Reino de Navarra. España lo anexionó y se acabó su historia.
Para hoy una pregunta del Valle del Baztán, que acabo de atravesar.
-       El rio que atraviesa el Baztán se llama Rio Baztán solo en Baztán…. ¿Cómo se llama en el resto de su recorrido hasta el mar.
 Buenas tardes… y buen Camino

4 comentarios:

  1. Ni es extraño que no tengas ganas de escribir, después de ese etapón solo descansar, de todas firmas las fotos indican una etapa espectacular.
    Buen viaje hasta Sarria.

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  2. Las fotos muy bonitas pero no te puedes mandar esas etapas así de largas!!! Nos alegramos que hayas llegado bien y cuídate!!!! Abrazo y buen camino!!!

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  3. Que fotos tan bonitas. Tendré que ir a conocer las tierras de mis ancestros!!!!
    Descansa y no te des esas palizas,que el Camino seguirá allí al año que viene.

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