Larga y cansada jornada hasta Arzua. Esta siempre es una de
las etapas más cansadas del Camino. Es una etapa larga, pero no de las que más,
solo tiene 29 kilómetros. Una etapa con cuestas, pero tampoco de las que más.
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Palas de Rei
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Lo que pasa es que toda la dificultad del día está
concentrada en los últimos ocho kilómetros, que son un continuo rompepiernas de
subidas y bajadas y que los dos últimos kilómetros entrando en Arzua son una
autentica pesadilla interminable de asfalto que parece no acabar nunca. Arzua
es una ciudad que e aleja según avanzas hacia ella. Ves las casas allí, a tiro
de piedra, y no llegas nunca. Es una tortura digna de la mitología griega: Es
la que le pondrán en el infoerno a los peregrinos pecadores; que los hay. La
Tortura del Peregrino; intentar llegar a Arzua por la larga recta sin
conseguirlo nunca.
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Palas de Rei |
Pero yo he llegado, así que no debo ser pecador en exceso. Y
estoy en un hotelito al que ya vine en Diciembre llamado La casona de Nene, que
tiene hasta una pequeña piscina, que no voy a aprovechar por falta de bañador y
pudor natural a báñarme en pelotas, pero tenerla la tiene; y justo a la salida
de mi habitación, que da justo a una terraza con magníficas hamacas. Una
gozada. Eso si, no tiene aire acondicionado y la habitación es calurosa, así
que me he ido a escribir a un bar de la plaza que se está de miedo.
Un excelente día para caminar. Muy cubierto, lo que quita el
sol, y con temperatura fresquita, que ayuda a caminar.
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Palas de Rei
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He salido a las ocho de la mañana de Palas, ya entre una
masa de peregrinos que llenaba las calles. Bajo por la calle principal y en
poco tiempo cruzo la nacional y llego al monumento de los peregrinos danzantes,
donde está el peregrino en silla de ruedas que vi ayer. Está con su grupo
parado en la estatua, así que sin querer sale en mi foto.
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Salida de Palas
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Continúo por un camino forestal que hace una extraña curva
para evitar ir por la carretera, lo que sería más corto. A cambio es bastante
más bonito, lo que se agradece. La luz a estas horas es perfecta para ir por el
bosque. El aire está claro y limpio y es una delicia andar.
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Salida de Palas
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Un poco más por carretera y bajo hasta un arroyo tras el que
se sube a San Xulián, que tiene un precioso crucero y una bonita iglesia
románica del siglo XIcon su cementerio adosado que tiene la curiosidad de que
se llega a ella por el ábside, en vez de por la entrada principal, como suele
ser usual.
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Camino a Casanova
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Desde allí se baja por una bonita corredoira de las muchas
que vamos a ver en la etapa de hoy hasta Ponte Campaña, donde un bar
estratégicamente situado agrupa a los peregrinos que acaban de cruzar un
pequeño arroyo.
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Camino a Casanova
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Han tenido además la excelente idea de poner una enorme
concha de dos metros y pico de alto ante la que todos los grupos se hacen
fotos.
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Camino a Casanova
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Camino a Casanova
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Camino a Casanova
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Yo continúo por la subida que viene tras el puente. Es durita
y nos lleva hasta Casanova, pueblo del que se salva un bonito crucero que hay a
la entrada de la localidad.
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Casanova
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Ya llevo seis kilómetros y ni me he enterado. El terreno en
esta primera parte de la etapa es fácil, y las continuas referencias de pueblos
te hacen perder la noción de la distancia recorrida.
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Camino a Leboreiro
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El Camino sigue por bosques y corredoiras muy agradecidas
hasta llegar a una carrretera en una zona de chalets, por la que en ligera
subida llego a O Coto. He dejado sin enterarme la provincia de Lugo y he
entrado en La Coruña. Ningún cartel lo indica y no hay manera de saberlo.
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Camino a Leboreiro
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Camino a Leboreiro |
En O Coto paro en un
bar con una excelente terraza donde se está de miedo viendo como pasan los
pobres peregrinos, cansados y doloridos… Que se jodan, que ellos se lo han
buscado.
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O Coto
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Tras descansar un poco me uno a los jodidos y bajo por el
mismotipo de caminos preciosos que son los que dominan la etapa de hoy, hasta
Leboreiro.
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Leboreiro
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Llego a la Iglesia de Santa María, junto a la que hay un
enorme cabazo que llama mucho la atención, y me encuentro que está abierta. Es
la primera vez que la veo abierta en todas las veces que he pasado por aquí;
así que entro sin dudarlo.
Es una iglesia preciosa, tanto por fuera, donde tiene un
pórtico impresionante, como por dentro. Muy pequeña, tiene un arco que reduce
la altura del ábside y le da un aspecto muy peculiar. Tiene además unas
pinturas murales románicas bien conservadas que llaman mucho la atención.
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Iglesia de Leboreiro
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Iglesia de Leboreiro
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Iglesia de Leboreiro |
A la salida me encuentro con que llegan en ese momento mi
amigo Fernando y su hijo Rodrigo. Volvemos a ver la iglesia juntos y, mientras
ellos sellan, yo sigo cruzando el precioso puente románico de Leboreiro, justo
a la salida del pueblo, y subiendo ya hacia el feo polígono de Melide.
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Puente Romano de Leboreiro
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Es un polígono largo y pesado, pero por lo menos llano, que
cuesta atravesar por un andadero que nos han puesto ex profeso a los
peregrinos. Cuando estoy llegando casi a su final, me alcanzan Fernando y
Rodrigo y ya hacemos juntos los últimos cuatro kilómetros hasta Melide.
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Camino a Melide
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Es un paseo muy agradable. Bajamos primero la cuesta que
desde el polígono lleva al precioso puente de San Xoan de Furelos. Allí unos
chicos nos hacen unas fotos con nuestras cámaras (que como se puede apreciar, se ven bastante lejos). Cruzamos el puente y vemos la
casa rural restaurada que tiene allí puesta la Xunta y la iglesia, que no tiene
nada de particular.
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Puente de San Xoan de Furelos
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Un kilómetro más de cuesta nos lleva hasta el centro de
Melide, donde ellos se quedan en Casa Ezequiel a comer pulpo y yo sigo Camino ,
pues mis experiencias con el pulpo de Melide y la última parte de esta etapa
son nefasta.
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Casa Ezequiel
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Yo soy de la teoría de que es mejor andar sin comer. Ya
comeré cuando llegue. Prefiero ir ligero y con el estómago vacio.
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Melide
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Salida de Melide |
Así que atravieso Melide, subo la pesada cuesta del
cementerio y bajo hasta la preciosa
iglesia de Santa María de Melide, situada a la vera del camino, como a un
kilómetro del centro de la localidad. Hoy está abierta, así que puedo admirar
las dos joyas que contiene; los frescos románicos del ábside, que son una
maravilla, y la reja medieval, que es una de las más antiguas de Galicia.
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Santa María de Melide
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Santa María de Melide
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Santa María de Melide |
Sigo después bajando hacia el rio Catasól, que tiene un paso
de piedras que es de lo más fotografiado del Camino. Pero hoy no lo voy a ver.
Justo antes de llegar hay una alternativa de dos kilómetros y medio que lo
evita y va por otra zona. Como no conozco ese camino, y tiene solo doscientos
metros más que el principal según indica un cartel situado en la desviación,
me desvió y sigo el Camino nuevo.
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Camino a Boente
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Está muy bien. Es una subida ligera por una senda de bosque
en la que no hay nadie y que se disfruta
mucho. No sabría decir que alternativa es mejor, pero esta tienen la soledad y
además creo que la cuesta es más suave que la que hay en el otro lado.
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Camino a Boente
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Camino a Boente |
Tras dos kilómetros por esta senda me uno de nuevo al camino
principal, justo donde hay un puestecillo de venta ambulante de frutas y
refrescos, que está abarrotado de peregrinos. Ya no hay tanta gente en el
Camino, pues muchos se quedan en Melide, pero sigue habiendo lo suficiente como
para ir siempre arropado y para que en todos los bares haya gente.
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Camino a Boente
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A estas alturas de la
etapa los kilómetros pasan solos, así que en menos de lo que se tarda en
contarlo me planto en Boente, a veinte kilómetros y medio de la salida, lugar
donde empiezan las verdaderas dificultades de la etapa.
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Boente
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A su entrada hay un bar, llamado del Alemán, que tiene una
terracita muy agradable y repleta, donde me tomo un aquaru¡ius y una coca para
coger fuerzas. Hablo aquí con Paloma y continúo descendiendo hasta la bonita
iglesia de Boente, que tiene dos Santiagos y un Sanroque de una factura como
naif, que a mi me gustan mucho. Son distinto a lo que ves en el resto del
Camino.
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Boente
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Iglesia de Boente |
Una fuerte bajada desde Boente, seguida de un tramo llano cortito donde hay dos músicos tocando la gaita que animan el caminar, me lleva a la primera de las
tres cuestas fuertes que tiene esta etapa. Es la que sube a Castañeda desde un
merendero situado a la vera de un riachuelo que por aquí cruza.
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Camino a Arzua
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Camino a Arzua
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Es una subida como de un kilómetro que se va haciendo más
inclinada a medida que subes y que termina con un durísimo repecho de unos
ciento cincuenta metros que me deja exhausto al pie de una carretera, donde hay
una pareja con un dálmata que jalean a los pobres peregrinos que subimos
echando el bofe en cada paso.
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Camino a Arzua
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Ya estoy arriba, pero el Camino sigue subiendo, ahora más
suave y por carretera hasta desviarse de nuevo a la altura de Castañeda y bajar
por otra preciosa senda a otro merendero
a la vera de un río donde empieza la segunda cuesta fuerte de la jornada.
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Camino a Arzua |
Esta
es de pendiente casi constante, pero muy larga y además, con la peculiaridad de
que la vas viendo casi entera hasta su final, lo cual desmoraliza mucho. Es una
subida a ritmo que hago poco a poco y que me deja en un alto en el que , tras
apenas llanear unos metros, se comienza a bajar hacia Ribadixo, ya a solo tres
kilómetros del final de etapa.
Es una bajada muy fuerte por carretera, que machaca las ya
deterioradas piernas más que las subidas, aunque no cansa tanto. Da envidia ver
a los muchos que pasan sin mochila o con mochilitas de día, pero el llevar toda la carga a la espalda es
decisión mía, así que a aguantarse.
Hay un bar a media bajada, pero yo ya paso. Quiero acabar
cuanto antes.
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Albergue de Ribadixo
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Albergue de Ribadixo |
Peor es la llegada al precioso albergue de Ribadixo, situado
en un recodo de un riachuelo que se cruza por un precioso puente y en el que
hay multitud de peregrinos bañándose o refrescándose los pies. Dan ganas de
tirarse desde el puente al arroyo a refrescarse.
Y desde aquí quedan los tres peores kilómetros de la etapa.
Es la llegada a Arzua, que comienza por una tremenda aunque corta cuesta desde
Ribadixo, tras la cual emplamamos con una carretera que va subiendo hasta la
altura donde está este maldito pueblo.
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Entrada a Arzua
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Son dos kilómetros de subida que se hacen eternos. El dia ya
ha abierto y el sol pega de lleno. Vamos por una carretera que al poco empieza
a tener ya aceras, lo que te da la impresión de que ya estás llegando. Falso.
Arzúa no llega nunca. Andas y andas y andas y no pareces acercarte.
Ya finalmente cruzo el cartel de entrada al pueblo, y aún me
queda casi un kilómetro para llegar a su centro.
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Entrada a Arzua
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Solo empieza uno a relajarse cuando llega a las primeras
casas de la calle principal y empieza a ver un bar y un albergue en cada
portal. Ahora si. Esto ya está hecho.
Llego muy cansado a La casona de Nene, mi alojamiento de hoy
y me dan una bonita habitación que da al patio y la piscina del local. Perfecto.
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Arzua
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He llagado a las dos y media, con más de seis horas y media
de etapa. Buen ritmo.
Descanso, me ducho, descanso más , y luego salgo a escribir
y comer un bocadillo dde tortilla francesa a un bar del pueblo, que tiene entre
los que elegir. Y todos está llenos de peregrinos.
Hablo con Fernando y me dice que, como ya sospechaba, están
cansados y no quieren hacer los dos kilómetros que hay desde su hotel hasta el
pueblo. Normal. La etapa de hoy es muy dura y no apetece ahora moverse más de
lo necesario. Así que nos despedimos. Ha sido un placer compartir con ellos
este trozo del Camino.
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Casa Nene. Arzua
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Ceno en el Restaurante del Hotel, que no está en el mismo
edificio, sino en la calle principal de salida de rzúa, que por cierto está
toda en obras. Tomo zamburiñas, de las más ricas que he tomado nunca. Enormes
como vieiras y sabrosísimas. Una delicia. Despues un excelente lomo de bacalao
y tarta de piña. De diez.
Y ya me voy al hotel. Hay un concierto en la plaza del
pueblo, pero yo paso. Mañana me quiero levantar pronto para los últimos
cuarenta kilómetros, que van a ser duros.
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