Dia variado, con frío, niebla ,sol y una tristeza inmensa al
pasar por un precioso bosque que hay en la etapa. O mejor, que había, porque
ahora se ha quemado y solo quedan los restos, aún humeantes en algunos sitios.
Una pena.
Pousada de Portomarin |
Ahora hace una tarde espléndida en Palas y estoy sentado
escribiendo en una terraza a las cuatro de la tarde, tras haber hecho ya todos
mis deberes peregrinos: hacer la mochila- andar-beber-andar más-beber más- preguntarme
porque leches no estoy en la playa en vez de pateando España- andar aún más - llegar-
beberme litro y medio de agua- ducharme- descansar-lavar la ropa y colgarla.
Rutina diaria de lo más agradable. Este es el mejor momento
de la jornada; cuando ya has acabado y solo tienes que descansar para volver a
repetir la misma secuencia mañana temprano.
Portomarin |
Muchos peregrinos hoy, igual que ayer. Más cansados todos,
pero con la misma rutina de salir a toda leche e ir quedándose tirados en los
cientos de barres que jalonan el Camino. Así uno sale en multitud y llega casi
solo al destino, manteniendo un ritmo constante. El mío es de unos 4,5 kms
hora, incluyendo paradas, lo que no está mal para un semianciano.
Portomarin |
Pocas dificultades en la jornada, que ha sido muy llevadera,
con una primera parte con el cielo cubierto y niebla en algunos tramos y un
final soleado aunque no excesivamente caluroso. Un buén día para caminar.
He salido de Portomarín a las ocho menos diez, tras una
buena noche de sueño y descansado.
Poca gente por las calles, pero a medida que avanzo por el
pueblo se van sumando efectivos, que
salen de todos los albergues y pensiones que jalonan las calles.
Portomarin |
Familias, grupos, parejas de toda combinación de sexos…
incluso uno que va en bici y lleva a su perro cómodamente sentado en un troley
que lleva con él.
Llego al final del pueblo y veo a una familia haciéndose una
foto en el enorme letrero que anuncia el pueblo. Se ha puesto cada uno en una
letra e incluso dos niños se han subido encima de ellas.
Bajo la cuesta que da salida al pueblo. Aquí ya se ve mucha
gente cruzando el puente sobre el pantano, cosa que hago yo en un momento para
atacar la primera dificultad del día. Siempre hay una cuesta al principio. Debe
ser una iniciativa de los amigos del Camino para que las piernas se despierten.
Salida de Portomarin |
En esta ocasión la cuesta es el Monte San Antonio, que no es
excesivamente dura, y que se hace por un bonito tramo arbolado, ganando
rápidamente altura sobre el pantano y sobre el monte donde se alza Portomarín,
que pronto se deja de ver.
Camino a Gonzar |
En este tramo me pasa todo el mundo. Llevan ritmo de inicio,
pero sé que a la mayoría ya me los cobraré más adelante, cuando el esfuerzo excesivo
les pase factura. En el primer bar pasaré de nuevo a la mitad por lo menos… o
al menos eso pienso para consolarme de mi paso de tortuga
Camino a Gonzar |
Así con calma llego al alto, tras el que viene una zona
llana donde hay una cruz peregrina, llena de piedras, recuerdos, ropa, fotos,
botas, cintas, papeles varios y toda clase de aditamentos peregrinos que le dan
más aspecto de basurero que de otra cosa. No me gustan estos “altares” peregrinos. Son
todos burda copia de la Cruz de Ferro, y nunca llegan ni de lejos a su altura y
su significado.
Camino a Gonzar |
Poco después llegamos a una carretera a la altura de fábrica de ladrillos. Aquí, los dos
últoimosaños que pasé habían hecho un desvió bastante tonto que te hacía dar un
rodeo enorme por detrás de la fábrica para evitar andar por el arcén de la
carretera. Este año lo han quitado, y el Camino sigue su andadura lógica por un
andadero pegado al muy ancho arcén , que no tiene peligro alguno.
Camino a Gonzar |
Un par de aburridos
kilómetros por este arcén y cruzamos la carretera a la altura de una nave de
fertilizantes para continuar por una senda paralela a la carretera pero algo
alejada de ella, que es más agradable.
Camino a Gonzar |
En la senda recuerdo de otras veces que había un bosquecillo
de pinos muy agradable, que la primera vez que vine con Luis, Concha y Paloma
pasamos con niebla y que me pareció un lugar mágico. La siguiente vez que la
pasé ya era con sol, y a pesar de ello era un bosque precioso.
Y digo era, porque ahora la mitad se ha quemado. Ha debido
haber un incendio muy reciente, pues aún se ven algunos tocones de árboles que
humean y un retén de vigilancia por la
zona.
El Bosque quemado |
Se ha quemado la primera mitad del bosque, justo hasta un
claro donde se ve perfectamente que hicieron un cortafuegos para evitar que la
cosa fuese a más. Es una pena ver la zona y recordar cómo era. Y el contraste
con la zona que no se ha quemado es impresionante.
El Bosque quemado |
Todos pasamos en
silencio por la zona, que huele fuertemente a madera quemada ; y solo se oyen
de nuevo conversaciones cuando entramos en la zona que ha sobrevivido.
El Bosque quemado |
Una pena, porque esto
tardará mucho tiempo en regenerarse.
El bosque sin quemar |
Tras este tramo llegamos a Gonzar, tras salir de nuevo a la carretera
y hacer un tramo por ella. Allí está el primer bar de la jornada, con una enorme
terraza , pero que está de bote en bote.
Camino a Gonzar |
Hay cola para sellar la credencial, cola para ir al cuarto
de baño y cola para pedir. Cola para todo.
Yo consigo una silla
y me siento a descansar un poco, pues ya estamos en el kilómetro ocho y es
hora.
Bar de Gonzar |
Descanso un poco y tras ver la cruz y la iglesia de Gonzar,
que es lo único que tiene este caserío, sigo por la senda paralela a la
carretera hasta llegar en un kilómetro más a Castromaior, donde está la segunda
dificultad de la jornada, la cuesta de Castromaior, que te sube con una fuerte
pendiente hasta la zona donde hay un primitivo castro que merece la pena y al
que pocos peregrinos se desvían, pues está justo al final de la cuesta y las
fuerzas llegan muy justas.
Camino a Castromaior |
Iglesia de Castromaior |
Yo hoy tampoco lo visito, pues a esta altura hay
niebla y no se va a ver demasiado. Además ya lo conozco bién y prefiero continuar.
Tras llegar al castro la senda es llana y ancha. Tiene una
arena amarilla, como de albero, y con la niebla escasa da unos reflejos que
hacen que toda la atmósfera parezca amarillenta. Es un tramo muy bonito que nos
lleva hasta Hospital de Cruz, un pequeño pueblo donde paro en un bar a tomar
una botella de agua, pues voy con sed.
Camino a Ventas de Narón |
Camino a Ventas de Narón |
Camino a Ventas de Narón |
Tras Hospital da
Cruz, la larga senda de peregrinos nos dirigimos en una subida ligera de algo
más de un kilómetro hasta Ventas de Narón, donde hay dos bares bien puestos y
sobre todo una preciosa capillita. En ella hay un señor sellando las
credenciales. Yo ya me lo conozco de la otra vez que pasé. Es ciego, y tienes
que guiarle la mano hasta donde quieres que te ponga el sello, porque sino te
lo puede poner en la mano, en la frente o encima de otros sellos.
Ventas de Narón |
El chico que va delante mio no se da cuenta y se encuentra
con el sello en una página que ya tenía llena, encima de otros dos….
Descanso un rato en el bar más cercano a la capilla y
continúo subiendo ahora la última parte de la sierra de Ligonde, que es la
última dificultad “seria” del día.
Camino a Ligonde |
Camino a Ligonde |
Es una subidilla ligera y fácil, por el arcén de una
carretera que disfruta de muy buenas vistas y que en breve nos lleva a la cima,
desde la que comienza el descenso, siempre por un andadero pegado a la
carretera, que nos lleva (y digo nos porque hay gente para aburrir) a pasar
primero Previsa y llegar luego al Cruceiro de Ligonde; uno de los más antiguos
de Galicia y que está situado en un claro al lado de la carretera, a apenas
trescientos metros del pueblo de Ligonde.
Crucero de Ligonde |
Es este un pueblo gallego típico: casas-granja de una
planta, y calles llenas de mierda de vaca. Pero tiene dos cosas muy
importantes.
Un edificio de piedra es el antiguo hospital de peregrinos
de Ligonde. No dice mucho, pues parace muy restaurado.
Hospital de Peregrinos de Ligonde |
El otro punto importante
es un enorme descampado donde una cruz marca que allí estaba el cementerio de peregrinos de Ligonde
(no dice mucho a favor del Hospital el que el cementerio sea enorme…).
Cementerio de Ligonde |
Este era
por lo visto un punto de paso importante del Camino, tras el cual se hace una
pequeña bajadita por una senda pedregosa y estrecha para atajar la carretera y
comenzar luego a subir por la carretera hacia Airexe, donde en su parte alta
está el Albergue de Ligonde y un bar estratégicamente situado en el que hago
una nueva parada. Ya estoy solo a siete fáciles kilómetros hasta Palas, así que
descanso un rato largo antes de continuar.
Camino a Airexe |
Bar de Airexe |
Una bajada y una incómoda subida me llevan a la aldeas de
Portos, tras la cual está el desvío a Vilar de Donas, un precioso monasterio
que solo tiene el inconveniente de que visitarlo supone hacer cinco kilómetros
más. Yo ya lo conozco, así que prefiero continuar, pues ya tengo ganas de
ducha.
Camino a Lestedo |
Desde Ventas de Narón el terreno es todo de toboganes, así
que continúo en la misma tónica ded subidas y bajadas pasando por A Mamurria
hasta llegar a Brea, donde se vuelve a unir el camino de los que fueron a Vilar
de Donas, y donde el Camino de separa de la carretera para avanzar
definitivamente hacia Palas, ya a solo tres kilómetros de distancia.
Camino a Lestedo |
Iglesia de Os Valos |
A brea |
Estos tres kilómetros son bonitos y cómodos, por una senda
de tierra flanqueada de árboles y muy cómoda. Aquí la gente recupera las
fuerzas ante la cercanía de la meta y me pasan vario a toda marcha; incluso una
niña de unos diez años me pasa corriendo como una posesa.
Camino a Palas |
Llego al área recreativa que da entrada a Palas. Es un
parque enorme que se cruza por una senda ya muy civilizada, con luces a los
lados y todo y llego a la entrada de Palas alrededor de las dos de la tarde.
Camino a Palas |
Mi hotel, Casa Benilde está situado justo en el centro de
este pequeño pueblo. Es un hotel familiar muy agradable. Cuando entro me
reconocen y saludan lo que siempre es de agradecer.
El señor que me toma los datos me comenta que nacimos el
mismo día, pero de años distintos. El es cuatro años más joven que yo.
Llegada a Palas |
Me dan una buena habitación donde me ducho y aseo antes de
colgar la ropa lavada en el patio que tienen al efecto (hoy no tengo que montar
un tendedero en la habitación).
A las cuatro salgo a comer algo (pimientos del padrón y
rabas) mientras descanso y escribo en esta soleada tarde.
En la mesa que tengo al lado está sentado un señor que está
haciendo el Camino en una silla de ruedas de las que se propulsan con unos
pedales para manos. No le he visto por el camino, pero tiene un mérito enorme
lo que hace. Está con unas chicas
jóvenes que ha debido conocer por el camino y comenta que él no tiene sensación
de dolor en las piernas, lo que es un problema si se hace una herida o algo.
Hotel Casa Benilde |
También comenta que en su albergue hay como treinta chinos.
No me extraña. Hay un grupo organizado grande haciendo el Camino y yo he visto
hoy a muchos en la etapa. El del Hotel me ha comentado que hoy hay unos mil
peregrinos en Palas, que es un pueblo de otros mil habitantes. O sea, que es
obvio que este pueblo vive del camino, y cada dos puertas, una es un hostal,
albergue o pensión.
Desde donde estoy se ve perfectamente la columna de humo de otro incendio que hay en las cercanías. Pasa un camión de bomberos un par de veces, supongo que llevando agua a la zona. Otra zona de bosque que se habrá perdido...
Desde donde estoy se ve perfectamente la columna de humo de otro incendio que hay en las cercanías. Pasa un camión de bomberos un par de veces, supongo que llevando agua a la zona. Otra zona de bosque que se habrá perdido...
A las siete quedo con
Fernando Cortiñas y nos tomamos una coca cola antes de cenar. Han tenido una
buena etapa y su herida en la pierna va mejorando.
Cenamos con su hijo a las ocho en un restaurante al lado de
los hoteles de ambos que tiene una terracita muy agradable y ya nos vamos a
dormir.
La etapa de mañana es larga y engañosa. Una primera parte fácil
hasta Melide da paso a una segunda muy complicada, con tres subidas muy fuertes
y pesadas que hay que sortear. Además la entrada a Arzúa es pesadísima, así que
habrá que tomarla con calma.
Otra etapa más y otro plato de pimientos de Padrón, algún día nos tendrás que contar si realmente te ha picado algún pimiento de verdad.
ResponderEliminarEspero que tengas mejor la picadura del brazo.
Buen Camino