viernes, 18 de agosto de 2017

Dia 0 - Madrid- Saint Jean Pied de Port. Una llegada lluviosa

De Madrid a Zaragoza; de Zaragoza a Pamplona; de Pamplona a Saint Jean…
Un largo recorrido para iniciar este camino, que si no me equivoco es el decimoséptimo desde que en 2.010 me enganché a esta aventura peculiar, física, espiritual, religiosa y maravillosa que es el Camino.
Pamplona

Y todo el día después de que Barcelona haya sido sacudida por un cobarde ataque terrorista que nos ha conmovido a todos.
El tren en el que voy tiene precisamente destino Barcelona, aunque yo lo abandonaré en Zaragoza para empalmar con el que me lleve a Pamplona. Allí cogeré un autobús para ir a Saint Jean, desde donde mañana comenzaré la aventura; que esta vez parto en dos. Voy a ir primero hasta Pamplona, donde cogeré un autobús a Saint Jean Pied de Port. Camino “partio”, pero Camino que cumple con las dos premisas que quería esta vez: pasar de nuevo los pirineos y ver de nuevo a las Virgenes de Biakorri y Roncesvalles y llegar a Santiago a presentar mis respetos al Apostol..
Solo tengo una semana, por lo que tendré que doblar una etapa al final y hacer los cuarenta kilómetros de Arzua a Santiago del tirón.
Pamplona

Comienzo este camino tras el maravilloso viaje a Grecia con Paloma. Durante diecinueve días hemos recorrido toda la Grecia continental a nuestro aire; en un viaje que como todos los que hago con Paloma, ha sido perfecto. Atenas, Naupli, Olimpia, Delfos, Meteora, Salónica, Sounio y tantos otros sitios están aún muy vivos en  la memoria.
Tengo aún el sabor de la sal del Egeo, del exquisito queso Feta y de las berenjenas fritas; he preparado las piernas subiendo a Delfos, a Acrocorinto y a Mistra y he recargado casi a tope las pilas para el nuevo curso. Solo me falta rematar con estos siete días de caminata solitaria; que ya se han convertido en una deseada costumbre.
He preparado este Casmino a toda prisa, pues me decidí a venir en el último momento; pero lo he preparado con el cariño de siempre.  Casi nada nuevo en la mochila; el equipo está completo hace tiempo y ya casi no tardo nada en hacer la mochila. Así que tras volver anteayer de Grecia, hoy ya estoy camino de Saint Jean, con la misma ilusión y ganas de siempre.
He visto varios capítulos de una serie nueva de documentales que stán poniendo en la tele y que se llama Buen Camino, que me han servido para meterme en ambiente. ES una serie bien hecha, basada en testimonios de peregrinos y centrada en la zona de Galicia, pero con escapadas a otros puntos y otros Caminos. Está muy bien y los personajes escogidos son muy representativos, por su tipología y motivaciones, de lo que el Camino representa. Me dan mucha envidia los que comentan que han hecho el Camino completo. Es cierto que siete días apenas da tiempo para aclimatarte al Camino y superar los primeros momentos de dureza física; pero si no hay más tiempo, no lo hay; y buenos son por lo menos estos siete días.
Pamplona

Camino que por lo visto sigue marcando records. Creo que este año van de nuevo más peregrinos que nunca en año no Santo; y es que esto engancha y el que lo prueba repite. Así que espero encontrar mucha gente en el Camino. Muchos españoles, que los guiris en esta época del año se quedan en casa por el calor, y mucha juventud, que esta no es época de pre o post jubilados como yo.
Monumento al encierro

El tren, que ha salido a las siete y media,  va bastante lleno. Chema se ha ofrecido voluntario para traerme a la estación de Atocha; pues dice que así aprovecha para luego ponerse a estudiar. Le agradezco de corazón el esfuerzo; que me ahorra un madrugón mayor y un taxi.
El tiempo no se sabe muy bien como será. Está algo revuelto por el norte, tras un verano de un calor pavoroso que nosotros hemos “disfrutado” en Grecia. Claro que allí teníamos playas y piscinas a gogo para superarlo y aquí solo cabe esperar la ducha del final de la etapa… Pero ya veremos como se da, que cada Camino es distinto y nunca haces dos veces el mismo.
Plaza del Castillo

El viaje hasta Zaragoza es rápido. En hora y veinte minutos estoy ya dando vueltas por la desangelada y  liosa estación de Zaragoza. Es una especie de bunker enorme y recto, en el que para acceder a las vías tienes que coger unos diminutos pasillos que te bajan al subsuelo de la estación, donde están los accesos. No es nada evidente y los ocho o diez con mochila que venimos desde Madrid damos vueltas hasta orientarnos. Finalmente pasamos un nuevo control de acceso y el Alvia que viene de Barcelona y nos tiene que llevar hasta Pamplona llega puntual. Puntual y lleno. Tan lleno que hay varias personas en mi vagón que tienen billetes repetidos con otros y tienen que esperar de pie hasta que pase el revisor a deshacer el entuerto.
Yo tengo suerte y mi sitio va vacío. La casualidad (o el algoritmo de asignación de asientos de Renfe, hace que me toque al lado del mismo señor que ha venido a mi vera desde Madrid. También es un peregrino o senderista, más joven que yo, pero con el pelo completamente blanco, lo que anima bastante.
El tren sale de Zaragoza a paso de tortuga, mientras el revisor juega al Tetris con la gente y los va colocando finalmente a todos en algún asiento. 
El cielo está muy despejado todo el viaje y parece hacer calor.
A las once y media y sin incidentes llegamos a Pamplona. Ahora toca esperar tres horitas hasta que salga el autobús para Saint Jean, así que para ir haciendo piernas subo andando hasta el casco viejo. 

Calle Estafeta
El camino hasta allí es muy bonito, cruzando un precioso puente y entrando por una puerta majestuosa que atraviesa la muralla. Me acerco despacio por la calle mayor hasta la plaza del ayuntamiento y justo cuando llego dan las doce. Toda la plaza está llena de gente parada y callada, haciendo un círculo en torno al ayuntamiento. Se está justo haciendo un minuto de silencio por las víctimas de los atentados de ayer en Barcelona. Es bastante impresionante. Los ediles municipales están en las escalinatas del ayuntamiento y hay cámaras de televisión y sobre todo, mucha gente en silencio. Es un minuto largo y emotivo que termina con un aplauso colectivo.
Minuto de silencio en la plaza del Ayuntamiento de Pamplona

Me acerco luego a comprar un poco de jamon y lomo a  la misma tienda donde lo compramos en abril, cuando estuvimos aquí y completo las compras para mañana con una botella de agua, un hermoso y colorado tomate y una naranja. Ya estoy preparado para la etapa.
Ciudadela de Pamplona

Tambien me compro un bocadillo de jamón que me como mientras recorro lka calle estafetas y la plaza del castillo, que están repletas de gente. Mucho turismo y mucho peregrino por todos sitios.
Llegada la hora me acerco a la estación de autobuses de Pamplona, que está situada al lado de la ciudadela, en un subterraneo. El autobús parte a su hora, las dos y media, con una veintena de peregrinos.
Estación de Autobuses de Pamplona

EL viaje dura hora y media y es precioso. Me pongo en la primera fila, al lado contrario del conductor y voy viendo todo el camino que tendré que recorrer en los tres próximos días.
Y es que el autobús sigue prácticamente el mismo recorrido que el Camino, pasando por Larrasoaña, Zubiri, el alto de Erro, Roncesvalles y bajando luego a Valcarlos antes de llegar a Saint Jean. Precioso camino, pero complicado para un autobús. Hay cantidad de curvas cerradísimas que el conductor tiene que tomar casi parado y rozando los precipicios de los lados. Varias veces tenemos que pararnos hasta que dejen de pasar coches por el otro lado para poder continuar. Además, al acercarnos a Roncesvaslles el tiempo empeora mucho. Está completamente cubierto, con lluvia y niebla, aunque no muy densa. No son condiciones ideales para andar ni para conducir, pero espero que mejoren mañana.
Saint Jean Pied de Port

Pasado Valcarlos entramos ya en Francia y desaparece la niebla, aunque no la llovizna suave.
En Saint Jean no llueve cuando llegamos y me encuentro el pueblo abarrotado de turistas; o sea, como siempre. Está muy cubierto y desapacible, pero no hace frio.
Lo primero que hago es entrar por la Porte D’Espagne y acercarme a la bonita iglesia a rezar un podo por el éxito de este Camino. la iglesia es preciosa, y llama siempre la atención el rincón lleno de altas velas de peticiones que deja la gente.
Iglesia de Saint Jean Pied de Port

Me acerco a la oficina de información del peregrino, pues se me ha antojado tener una credencial francesa, que no tengo ninguna. La consigo sin problemas y de paso me informo de que la ruta napoleón está abierta y que mañana prometen mejor tiempo. Veremos.
Iglesia de Saint Jean Pied de Port

Después me acerco a mi hotel habitual, el Ramuntxo, donde me dan una habitación amplia, mejor que la de la última vez.
Descanso un poco y salgo a dar una vuelta por el pueblo. Sigue lloviznando y está bastante oscuro, por lo que me siento en un bar a escribir un rato.
Saint Jean Pied de Port

Cuando dejo el bar para seguir andando, comienza a llover más fuerte, así que me voy a la habitación y me quedo hastra que escampa. En este hotel se ven las cadenas francesas y las vascas, pero las españolas no han creído conveniente ponerlas, asñi que veo la ETB en el canal que tienen en Español estos paletos.
Saint Jean Pied de Port

Ceno en un restaurante al lado del hotel un plato combinado con entrecot de buey, patatas, ensalada y pisto por 18 euros, lo que para este pueblo está muy bien.

Y ya me voy a la habitación a descansar. Mañana quiero salir pronto y espero quie el tiempo haya mejorado, pues si no es así va a ser una etapa de aupa.

Saint Jean Pied de Port


1 comentario: