martes, 6 de agosto de 2013

Dia 5- Pola de Allande - Berducedo. 18 kilómetros con un Puerto de primera

Me temo que hoy la crónica no va a salir a tiempo,porque aquí no parece haber  cobertura de Vodadone, y de Movistar solo hay en la parte mas alta del pueblo y poca.
Así que la escribiré hoy y la mandaré si encuntro coberrtura en algún sitio y si no mañana en cuanto pueda.
Hoy es una de las etapas reinas derl Camino Primitivo. Lo que en el tour es el Alpe d'huez, aquí lo es el Puerto del Palo, que está justo a las salida de Pola y que tiene un desnivel de seiscientos metros en ocho kilómetros.
Así que me he preparado una etapa corta hasta Berducedo, un pueblo en mitad del monte donde hay un albergue con habitaciones.
Ayer llamé a confirmar la reserva y me dijeron que no se me ocurriese llegar antes de la una y media, que no estarían abiertos, así que me lo tomo con mas calma que ayer y me despierto a las siete, con las primeras luces de un dia cubierto y fresco.
Desayuno en el hotel y a las ocho estoy en marcha. Hace un dia perfecto para marchar. Avisan lluvia para hoy, pero de momento no tiene pinta.
Comienzo a buen ritmo saliendo de Pola por una carretera en suave subida ( a estas alturas ya todo parece suave ). Nos alejamos del pueblo como un kilómetro antes de tomar un desvío a la izquierda que nos baja por el bosque hasta un arroyo a partir del cual comenzamos a subir. Al final de una primera rampa muy fuerte me encuentro a la pareja de ingleses a los que adelanté ayer al llegar a Pola. Están sentados descansando. Un poco pronto me parece. Además, el terreno es llano, así que sigo adelante.
Los tres primeros kilómetros de la subida al puerto no son muy duros. Alternan fuertes pero cortos repechos con largos tramos de falso llano. Vamos todo el rato pegados a un arroyo que baja encajonado entre las paredes de la montaña.
El Camino es precioso. Bosque cerrado y húmedo lleno de helechos y vegetación. Ni un ruido salvo el del arroyo y el de los pájaros.
Al cabo de casi tres kilómetros llegamos al desvio que lleva al albergue de Peñaseita, que es el mas cercano a Pola y que está solo en medio del monte. Ideal para el del letrero en la cabaña de ayer.
Al cabo de un poco cruzamos el arroyo por un puente de madera y comenzamos a subir, también suavemente, por el otro lado de la ladera.
Esto no es normal. Apenas hemos subido 100 metros en cuatro kilómetros, cuando esto se ponga en cuesta lo va a hacer de verdad.
A los cinco kilómetros llegamos a un pequeño caserío llamado La Reigada. A partir de aquí es cuando la cosa se pone mas seria. En un primer fuerte repecho adelanto a una chica que va subiendo muy despacio. Me dice que tiene una infección en el pie y que va con antibióticos y medio sedada. Seguimos juntos un poco, pero pronto se queda atrás. Las cuestas van siendo cada vez mas empinadas, pero voy despacio y las subo bien, aunque parando a menudo a coger aliento y a mirar el paisaje, que va siendo cada vez mas espectacular a medida que ganamos altura.
Pasamos mas arroyos que bajan de la montaña por preciosos puentes de madera que suavizan la dureza de la subida.
Un último tramo muy duro nos deja en una carretera que va subiendo. el monte. Ahora ya estamos a 915 metros de altura y se ve la cima, todavía doscientos metros mas arriba.
El paisaje cambia a partir de aquí. Ya no hay árboles, sino vegetación baja. Cruzamos la carretera y cogemos un sendero que sube casi derecho hasta la cima con una pendiente muy dura. Es la parte mas difícil de la subida y tengo que ir parando cada pocos metros. Aprovecho para admirar el paisaje, que desde esta altura es espectacular.
Con paciencia y bastante despacio hago este último kilómetro y medio. Se está  metiendo un poco de niebla, pero no molesta para caminar.
Por fin llego a la cima. La carretera pasa por allí y me hago una foto en en cartel que dice: Puerto del Palo. 1.146 metros. Estoy cansado, pero encantado de haber coronado el puerto mas alto del Camino Primitivo. He tardado dos horas y media en subir el puerto. No está mal.
Hay niebla justo a ras del alto, pelado y descarnado,por lo que no se ve mucho el paisaje.
Veo el Camino por donde llega la ruta de Hospitales. Hoy no debe haber sido un buen día para hacerla, con esta niebla. Desde luego no viene nadie por allí, pero es que no viene nadie por ningún lado.
No hace temperatura para estar aquí mucho rato, por lo que empiezo a bajar. La primera parte de la bajada es infernal. Un sendero estrecho lleno de piedras sueltas y bastante empinado donde, aparte de lo incómodo de la bajada, es fácil caerse. Bajo con mucho cuidado hasta llegar otra vez a la carretera y allí descanso un poco y llamo a Paloma. La costa desde aquí vuelve a ser de cine. La niebla se ha quedado en el alto y se ven hasta el horizonte montañas son mucha vegetación que van descendiendo suavemente de altura.
A partir de este punto la bajada se suaviza mucho. Voy a buen ritmo. A estas alturas del Camino las piernas ya están acostumbradas al esfuerzo y se recuperan mucho antes.
Tras la bajada viene una pequeña cuesta arriba y pronto llego a un caserío muy curioso, Montefurado. Es un conjunto de unas diez casas bajas de piedra y tejado de pizarra e incluso una pequeña capilla que está casi abandonado (solo vive una persona aquí). Lo curioso es que casi todas las casas están en bastante bien estado. Incluso hay gallinas corriendo por las calles. La impresión es la de un pueblo en el que los habitantes acabasen de ser abducidos.
El sendero sigue por la parte alta del monte, con pendientes empinadas a ambos lados y unas vistas de desfiladeros entre montañas preciosas.
Llega un momento en que el sendero acaba en una valla de piedra cerrada por dos puertas. Un mojón señalizador indica justo una de ellas, pero está cerrada a cal y canto. Como la última vez que salté una puerta en el campo me hice un corte en la mano y hoy no está Concha para chuparme la sangre, busco un paso entre las piedras de la cerca y pronto encuentro un lugar donde peregrinos anteriores han puesto unas piedras que permiten salvar la valla con comodidad.
Sigo avanzando completamente solo. A pesar de que en todos sitios me digan que los albergues están llenos ( cosa que comprobare personalmente hoy mismo), yo no veo a casi gente por el Camino. Por lo que he podido averiguar hoy, creo que es que salgo a una hora intermedia. Demasiado tarde para los que van a albergues públicos y demasiado temprano para los que han hecho reservas en albergues privados o hoteles.
El caso es que sigo cruzando el monte solo hasta llegar a una nueva puerta en el campo. Esta es mejor. Está cerrada, pero en un lateral tiene una gatera de esa que se ponen muy estrechas para que puedan pasar las personas pero no los animales. El caso es que es tan estrecha que no deja pasar con la mochila. Así que toca quitarse la mochila, pasarla primero y luego pasar tu. Muy cómodo.
Un rato mas por el monte y volvemos a llegar a la carretera, que de inmediato se abandona para coger otro sendero, muy embarrado en algunos tramos, que termina con una fuerte subida. Las fuertes subidas en senderos mas o menos llanos  indican que estas llegando a un pueblo o a una carretera. Esta vez la subida termina en un cementerio, lo que es una novedad.
Nada mas pasar el cementerio hay una iglesia bastante grande y una capillita enfrente. Es un sitio muy bonito que de inmediato da paso a un pueblo pequeño completamente en cuesta que sin embargo es el pueblo más importante de la etapa, ya que según mi guia, es el único que tiene bar. Ya estamos en el kilómetro catorce, a solo cuatro del destino, así que es hora de hacer una parada.
Pero el pueblo, que se llama Lago, parece, como Montefurado, un pueblo fantasma. Casas cerradas y ni un alma. Llego a la carretera, donde termina el pueblo y maldigo a mi guía. Sin razón, porque cincuenta metros mas arriba en la carretera está el bar, con una magnífica terraza cubierta en la que hay dos parejas sentadas. Una es la que me llevó encontrando en todos los finales de etapa y la otra es una pareja mayor que se están atizando un bocadillo de chorizo de campeonato.
Pido un coca y una botella de agua y me siento con ellos en la terraza. Comentamos lo duro del puerto y lo que queda. Los mayores quieren parar en Berducedo en el mismo albergue que yo. Los otros dicen que quieren llegar a Grandas de Salime, que es donde terminaré la etapa mañana y que está a 25 kilómetros. Me parece una burrada, pero puede hacerse.
Estos se marchan enseguida y me quedo con los mayores. Termino antes que ellos, que siguen con sus bocatas, y me pongo en marcha.
Los cuatro últimos kilómetros son fáciles. Tras una subida llegamos a un prado que da acceso a un bosque de pinos de reforestación por el que avanzamos hasta llegar a una carretera sin arcén y con bastante circulación por la que tenemos que andar un peligroso kilómetro hasta desviarnos a un camino de tierra que ya nos mete en Berducedo, final de etapa.
Este último tramo lo hago despacio, porque en el albergue me han dicho que no llegue antes de la una y media. Paso por delante del albergue público, del único bar y de la única tienda del pueblo y preguntando llego por fin a la una y media en punto al albergue, que está algo apartado, al lado de la iglesia y que ocupa una casa de tres pisos. El de abajo es el albergue, el de enmedio la vivienda de los dueños y la zona común y el de arriba las habitaciones.
Llamo y sale una señora que a toda prisa me lleva a una habitación, me pide el carnet de identidad y  me dice que luego arreglaremos los papeles porque está comiendo. Pues vale.
Con la búsqueda del hostal se me ha olvidado comprar agua, así que simplemente me cambio de calzado y vuelvo al pueblo a comprar agua. De paso me siento en el bar y me tomo un par de cocas tranquilamente. Mientras estoy subiendo al bar me he cruzado con la pareja que quería dormir en el mismo albergue que yo. Les indico donde está y sigo. Cuándo ya estoy sentado en la terraza del bar les veo volver. Me dicen que el albergue está todo reservado desde ayer, así que se van al albergue público. Deben encontrar las dos últimas camas, porque no vuelven. El que si vuelve es un chino que ha hecho el mismo recorrido después de ellos y que ahora enfila la carretera rumbo al próximo pueblo con albergue, que está a cuatro kilómetros y medio y en el que tampoco tiene garantía de tener sitio. Así que lo de los albergues llenos es cierto. Son las dos y en Berducedo no quedan plazas.
Esto es malo para mi, porque cuando reservé la habitación me dijeron que no alquilaban individuales. Así que reservé una doble con la condición de que si no estaban llenos, pagaría como doble, pero que si venía alguien a última hora pidiendo cama, tendría que compartir la habitación y pagaría la mitad. Me parece justo, porque no es cuestión de que, habiendo cama, alguien que llega tarde se quede sin ella.
Vuelvo al albergue con mi agua y me aseo. La habitación está muy bien. Es abuardillada, grande y tiene hasta un sofá donde sentarse. Es una habitación de hotel rural.
Me ducho y estoy lavando la ropa cuando llaman a la puerta. Es la dueña que me dice que hay un alemán que necesita habitación. Le digo que conforme y doy paso al alemán, al que conozco porque estuvo en mi hotel un par de veces. Pero iba con su mujer. ¿Se la habrá cargado?. Pues no. El alemán, en cuanto ve la situación le aclara a la señora que quiere una habitación doble. Así que me he librado por ahora.
Tras hacer mis tareas subo otra vez al bar. Hace fresco, asi que por primera vez me pongo el forro polar. Mientras estoy allí se juntan varios peregrinos que no han encontrado cama y que van a coger un autobús para ir al siguiente pueblo. Al poco empieza a chispear, así que me vuelvo al albergue. Al llegar tengo una sorpresita. La dueña me dice que ha perdido mi carne de identidad, que no sabe donde lo ha puesto. Está la pobre toda apurada, así que le digo que no se preocupe, que lo busque y que yo estoy en mi habitación esperando.
Una hora después el preocupado soy yo. El carnet no aparece. Me dice que ha buscado en todos sitios, ha preguntado a todos lois huéspedes y nada. Ha llamado a su marido, que esta trabajando, para que venga a ayudarla, porque ella está cada vez mas nerviosa y no da pie con bola.
Al cabo de media hora, justo antes de que aparezca el marido, aparece el carnet. Se lo había dejado según me cuenta en una balda en el cuarto de lavado. Lo que no se es para que lo había llevado allí. Pero bueno, problema solucionado. Además, por el susto me cobra solo la mitad de la habitación y me dice que salvo caso de urgencia no me va a meter a nadie en la habitación. Pues eso que salgo ganando.
Termino de escribir esta crónica en la habitación antes de subir a cenar al bar, que es el único sitio donde es posible.
Ha sido una etapa mejor de lo previsto. Estoy muy contento de lo bien que se me ha dado el puerto y de los maravillosos paisajes. Esta parte de Asturias, ya cerca de Galicia, es una pasada y merece las pena.
Mañana tengo una etapa de veinte kilómetros en plan montaña rusa: subida al principio, una bajada fuerte y larga hasta la presa de Grandas y seis kilómetros finales de subida hasta Gran das de Salime. A ver que tal se da.
Trivial del Camino.
Hoy toca pregunta de la ciudad de Santiago.
Ayer hubo varios acertantes,entre ellos mi tía Carmina, que lleva casi pleno y va en cabeza.
Esta es la pregunta de hoy:
Según la tradición, cuando el peregrino llega a Santiago debe cumplir tres tradiciones  en tres sitios diferentes dentro de la Catedral ( aparte de ir a misa y confesar).
¿Cuales son estas tradiciones y cual de ellas es imposible cumplir ahora?.
Es buena, ¿no?.
Saliendo de Pola
Comienzo del Puerto
Subida al Puerto
Subida al Puerto
El camino, casi desde arriba del puerto
Puerto del Palo
Bajada del Puerto
Montefurado
Camino a Lago
Capilla en Lago
Camino a Berducedo
Camino a Lago

6 comentarios:

  1. Antonio que sorpresa nos tenías reservada compartiendo habitación con un peregrino/ peregrina!!! Eso se llama matrimonios modernos!!! Que paisajes tan bonitos. Propongo que la próxima excursión de la panda sea por esa zona de Asturias.
    A ver si las tradiciones son:
    -Entrar por la Puerta Santa. Pero que solo puede hacerse en caso se ser Año Santo, ya que esta puerta (situada en la Plaza de la Quintana) tan solo está abierta en aquellos años en los que el día 25 de julio coincide en domingo.

    - Visita al Santo dos Croques. Ya en el interior, es tradición dar tres pequeños golpes con la cabeza en la imagen del Maestro Mateo

    - Visitar la cripta con los restos del Apóstol.

    Y por supuesto el añorado abrazo al apóstol !!!

    Espero seguir en carrera!!! Y suerte con la montaña rusa de mañana!!!

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  2. Juanitooooo ¿donde estás? que Cristina te está adelantando todo el rato , ¿que te pasa ? te veo flojo , animo Juan , pero tengo que decirte que tienes poco que hacer la argentina se ha picado y va a por ti.
    Mendes veo en las fotos que te estás quedando en los huesos , si sigues así no se lo que me voy a encontrar cuando llegue. Casiiiiii compartes la habitación con una alemana .
    besos
    Paloma

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  3. Esto no es serio. Ayer dice el Peregrino que estaba desconectado y no podía publicar, con lo que me confío, hablo con su esposa que muy amablemente se interesa por los ancianos que tengo cerca, no miro por la noche y resulta que la Cristina ya responde antes de medianoche. ¡Juego limpio, por favor!

    Por cierto, si gana el trivial la Tía Carmina, puede invitarnos a comer para celebrarlo. Total, somos pocos participantes.

    Y ya que no tengo nada para responder por la voraz del Cono Sur, comentaré que a mí Concha nunca me ha chupado la sangre (¿qué se siente, Antonio?), que el suspense de con quién dormía el Peregrino tenía su punto y sobre todo el que te rebaje la asturiana a la mitad el alojamiento es muy sospechoso. Igual la rapaza se escondía el DNI bajo el refajo y el pobre Peregrino tenía que jugar a buscarlo. Este albergue es pintoresco, insisto.

    El tercero en discordia (¿hay medalla de bronce, jefe?)

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  4. Pues tanto Cristina como mi tía han acertado dos: la visita a la cripta y el abrazo al santo. Pero falta la mas importante y NO es los cabezazos al santo dos croques. Esa es una tradición deCompostela , pero no Jacobea.

    La tercera tradición es milenaria y ha dejado su huella en el Pórtico de la Gloria, y es justo la que no se puede hacer desde hace tres años por culpa de talibanes restauradores.

    Si alguien la acierta antesde esta noche puntúa doble.

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  5. ¡Ajá! ¡Es mi oportunidad! ¿Acaso tocar el pie izquierdo de la estatua central de Santiago para significar que has llegado a tu destino? Eso dice el tío Google. Igual llego antes que Cristina. La Tía Carmina sin embargo ha debido llamar a Antonio hace un rato.

    El del bronce

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  6. Juan tengo que ser generosa y no responder para que todos ganemos y la tía Carmina nos lleve a cenar como premio!!!

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