viernes, 2 de agosto de 2013

Dia 1 - Oviedo - Grado. 28 kilómetros muy largos.

Dia durísimo para ser el primero. He tardado siete horas en completar  la etapa y he llegado reventado a Grado.
Este Camino no tiene nada que ver con los otros que he hecho hasta ahora, si hay que medirlo por esta etapa. Es mucho mas duro. Continuas subidas y bajadas muy fuertes que te machacan las piernas. Para rematar el día ha sido muy caluroso y húmedo casi hasta el final, cuando gracias a Dios se ha nublado un poco. He bebido dos litros de líquidos durante el Camino, y eso que yo no suelo beber mucho.
En fin, una señora etapa, y eso que es la primera y por lo que conozco, no es de las mas difíciles.
El día no ha empezado como estaba previsto. Me he despertado descansado y a punto a las siete. El Cachopo de anoche fue debidamente digerido y me encuentro perfectamente.
Lo malo es que cuando estoy arreglando las cosas me doy cuenta de que el cable de carga del teléfono está mal colocado y no le queda casi batería. No quiero andar sin teléfono, así que lo enchufo bien y decido hacer tiempo hasta que se cargue. Hago los ejercicios de estiramiento, veo la tele y a las ocho bajo a desayunar en el hotel. Desayuno largo y tendido. Como fiambre, queso y fruta, y leo tranquilamente el periódico.
Total, que con todo me pongo en marcha a las nueve con el teléfono ya casi cargado.
Desde el hotel voy a la Catedral, que está apenas a doscientos metros. Quiero empezar justo desde el azulejo que marca el inició del Camino primitivo, que está justo a la puerta de la Catedral. A estas horas la Catedral ya está abierta, así que entro a pedirle al Salvador una buena peregrinación, por si se le ha olvidado desde ayer.
Comienzo entonces la etapa callejeando  para salir de Oviedo. El Camino está perfectamente marcado con conchas metálicas en el suelo. Es curioso que aquí en Asturias las conchas señalizadoras están colocadas al revés que en el resto de los Caminos. Normalmente son los rayos de la vieira los que marcan la dirección a seguir; pues aquí es al revés. Es la parte mas estrecha la que marca la dirección. Esto lleva a confusión al principio, pero te acostumbras enseguida. Ya veremos que pasa cuando entremos en Galicia y cambie el sentido de las conchas.
La salida de Oviedo es mas larga que un día sin pan. Cruzo la ciudad de un extremo a otro durante casi una hora. Cuando por fin llego al final, el paisaje verde y montañoso se extiende por todas partes. El Camino comienza a subir hasta llegar al primer pueblito de la jornada, San Lázaro de Paniceres, en el kilómetro cinco. No son mas que tres casas y un bonito hórreo. Los pueblos y el paisaje de aquí recuerdan mucho a Galicia. Sin embargo aquí los hórreos son mucho mas grandes y cuadrados, muy diferentes de los gallegos, largos y estrechos.
El Camino comienza ahora a internarse por pequeños caminos hormigonados, que van todo el rato alternando subidas y bajadas entre árboles. Es un terreno precioso, pero extremadamente cansado para las piernas, que comienzan a resentirse.
Voy completamente solo. En toda la etapa me he cruzado tan solo con tres parejas. Un par de señoras a la salida de Oviedo, una pareja joven con la que me he cruzado varias veces cuando ellos o yo parábamos y otra pareja joven a la que he visto sentada en un bar casi al final de la etapa. Supongo que lo tardío de mi salida ha hecho que no me cruce con mas gente, pero de todos modos no creo que aquí haya multitudes camineras.
Un par de kilómetros mas tarde llego a una pequeña capillita. Es la Capilla de Nuestra Señora del Carmen, situada en lo alto de un montículo. Está cerrada, pero puede verse su interior por la reja que tiene la puerta. Además, en la pared del porche tiene un sello para ponerse uno mismo. Sello y aprovecho para descansar un poco a la sombra del porche. Además saco mi gorra, porque el calor ya es agobiante y el sol pega muy fuerte.
El Camino es ahora de tierra, estrecho y cerrado entre arboles. Lo que no cambia es que sigue alternando subidas y bajadas sin ningún tramo recto que permita descansar las piernas. 
En una de esas bajadas llegamos a un bonito lavadero, situado en un pequeño claro por donde baja un arroyo.
Por estos preciosos caminos paso dos pueblines mas : Lloriana y la Bolguina. Ya estoy en el kilómetro ocho y empiezo a buscar un bar sin el menor éxito. Aquí solo hay vacas, muchas vacas rubias o blancas y negras por todos lados.
Una fuerte bajada por un camino muy empedrado, que hay que bajar en zig-zag, me deja en una carretera que comienza a ascender de nuevo. Llego así al Puente Gallegos, un puente medieval sobre el río Nora. Aquí da comienzo la subida mas fuerte del día, al Alto del Escamplero. Son solo doscientos metros de desnivel ( un aperitivo para lo que me espera los próximos días ) , pero se hace eterno.
Al principio se sube cómodamente por la carretera, con un desnivel aceptable. Pero a mitad de la subida el Camino se desvía para bajar al cauce del río. Es un Camino precioso, muy estrecho y completamente verde.  Se oye en río al fondo y multitud de pájaros en los árboles. Pero, obviamente, todo lo que se baja hay que volver a subirlo. Y la subida es de aupa. Una fortísima pendiente nos devuelve a una barriada que conecta con la carretera que dejamos antes. Es como un kilómetro de fuerte subida. En este tramo me cruzo con una pareja joven que van echando el bofe y parando a menudo. Yo prefiero ir despacio pero sin parar. Me imagino a Paloma en este tramo, acelerando como siempre que ve una subida y sacándome cinco minutos en el alto.
Estoy deseando llegar al alto,porque mi guía dice que allí hay un bar. Resoplando llego por fin al alto. Hay un bar. Cerrado a cal y canto. Mi gozo en un pozo.
En este alto hubo un hoapital de peregrinos, pero ahora solo hay un bar cerrado y una parada de autobús a resguardo del sol donde me siento y  me dedico a beber agua y a comerme una naranja que compré ayer en Oviedo. Al cabo de un poco pasa la parejita y continúan tras comentar lo duro de la subida.
Lo bueno es que ya estoy en el kilómetro doce y, según la guía ya es todo cuesta abajo.
Y una leche. El terreno tiende a bajar, pero sigue siendo a base de ir ganando y perdiendo altura poco a poco en subidas y bajadas sucesivas. En total, en los dieciséis kilómetros de etapa que quedan solo vamos a perder ciento cincuenta metros de altitud. Solo van a ser rectos los tres últimos kilómetros hasta Grado.
Un poco más adelante de la parada de autobús hay un desvío a un albergue y un poco mas allá llegamos a una carretera que inmediatamente se desvía a una senda a la izquierda que llega hasta un depósito de agua en el que hay escrita una poesía. Ahora toca bajar y bajar fuerte por un camino muy empedrado que es tan duro qué hay que bajarlo en zig-zag. Los músculos de las piernas se resienten mucho especialmente los de los muslos que soportan mucho más peso del habitual.
El camino desemboca en una carretera en la que hay un poco más adelante una nueva capillita que destaca mas que la anterior porque está en un prado despejado. Aquí está descansando la pareja que me adelantó en el Alto.
Nada más pasar la capilla nos desviamos de nuevo por una bajada que lleva a un curioso valle que parece mas Castellano que Asturiano. Es bastante árido y está lleno de piedras que sobresalen del suelo. Por lo menos es llano.
El valle termina con un desvio a un camino de tierra mas estrecho donde hay un grupo de vacas todas tumbadas juntas al lado de un abrevadero que está al lado del único árbol grande de la zona. A partir de aquí el camino mejora mucho y avanza por una zona arbolada que nos lleva hasta el pueblo de Picarín para bajar luego hasta un arroyo, cuya ribera arbolada seguimos durante un rato. A la derecha del Camino empieza a elevarse un alto acantilado en el que incluso hay una cantera.
El camino termina con una subida a una carretera en la que no hay ninguna indicación de hacia donde seguir. Mi guía dice, aunque no está muy claro, que siga a la derecha, donde la carretera inicia una fuerte subida. Mientras estoy dudando llega la pareja con la que llevo cruzándome todo el día. Ellos también dudan y parecen inclinarse por seguir a la derecha, donde se ven unas casas no muy lejos.
Yo prefiero seguir mí instinto y mi guía y  comienzo a subir por la derecha. La subida es fuerte y tras un buwn trecho no se ve ninguna señal indicativa. Empiezo a pensar que me he equivocado, pero decido seguir hasta el alto a ver si veo algo. Y acierto. Un poco mas de subida y veo unas casas y un cartel que indica que entramos en Premoño, el siguiente pueblo por el que tenemos que pasar. ¡Menos mal !. Una equivocación de dos kilómetros, que en coche no es nada, significa una hora de camino entre ida y vuelta.
Tranquilo ya, me paro a descansar en una nueva capillita cerrada y con porche como las anteriores que he pasado. Esta era la capilla de un antiguo hospital de peregrinos que fue destruido. Mientras estoy en la capilla pasa la pareja. Finalmente han decidido también subir y han acertado.
Me bebo mis últimas reservas de agua. Esto es malo. Es la una, hace un calor del diablo, llevo diecisiete kilómetros y me quedan once. Si no encuentro agua pronto estoy en un problema.
Pero como siempre, el Camino provee lo que necesitas cuando lo necesitas. Doscientos metros de subida desde la santa capilla y aparece otro lugar santo y bendito: un bar abierto.
Me meto dentro y me tomo mi primera coca del día. Compro agua suficiente y continúo subiendo. Un poco mas y nos desviamos comenzando a bajar por un agradable camino arbolado hasta alcanzar una carretera que nos lleva a un caserío donde una señal de carreteras marca cinco kilómetros a Grado. Pero eso es por carretera, por el Camino son bastantes mas.
Tras el caserío viene una larga recta de asfalto de mas de un kilómetro que se hace interminable, ya que no tiene una sola sombra y avanza entre cultivos bajos. Bueno, por lo menos es llana...
Tras la recta viene una pequeña subida ( que a estas alturas parece el Everest ) que nos lleva hasta el siguiente pueblo, Paladín, ya en el kilómetro diecinueve de etapa.
Un poco mas adelante dejamos la carretera y cogemos una senda que nos lleva a orillas del río Nalón,. Es uno de los trozos mas bonitos de la etapa. El río es muy ancho y caudaloso, y ocupa casi todo el ancho de un valle cerrado por altos montes a ambos lados que se va cerrando hacia un desfiladero tras el que supongo se encuentra ya Grado.
La senda es muy estrecha y la cercanía del río y la multitud de árboles refrescan algo el ambiente. A pesar del ya muy acusado cansancio, el paseo es muy agradable.
La senda termina con una subida hasta una peligrosa carretera sin arcén y con algo de tráfico que en un corto trecho nos lleva hasta las afueras de Peñaflor, el último pueblo antes de Grado, en el kilómetro veintitrés de etapa.
Justo antes de cruzar el bonito puente medieval que da acceso al pueblo hay un merendero  con una terraza muy agradable donde está comiendo a mantel puesto la pareja de todo el día. También hay otra pareja joven a los que no he visto hasta ahora. El día se ha cubierto un poco y en la terraza se está ahora muy a gusto sin el sol machacándote el coco.
Yo no estoy para comer. Prefiero tomar una coca rápida, una botella de agua y terminar de una ve la etapa. Parar mucho rato es un error. Luego los músculos se resienten y no hay quien arranque.
A pesar de parar solo diez minutos, la arrancada es dolorosa.Cruzo renqueante el puente y entro en Peñaflor. Es un pueblo bonito, al pie del acantilado que cierra el valle y tiene bonitas casas con balcones y tejados volados muy singulares, así como algunos hermosos hórreos asturianos.
Se sale de Peñaflor por un túnel debajo de las vías del tren y se entra así en un fértil valle, llano y cultivado al fondo del cual se ve ya , ¡por fin ! Grado.
Estos últimos tres kilómetros los hago muy cansado y con el piloto automático. Tras una media hora alcanzo las primeras casas de Grado. Ahora solo queda buscar el hotel, que está al otro lado del pueblo. Grado es grande, y por supuesto me pierdo callejeando. Finalmente, preguntando, consigo dar con el Hotel Autobar.
Son las cuatro de la tarde, llevo siete horas andando y estoy muy cansado, así que cojo la llave, una botella de agua de litro y medio y subo directo a la habitación. El hotel es muy discretito. Tiene un bar en la planta baja que hace de recepción y dos plantas pequeñas de habitaciones. Mi cuarto es pequeño, pero está limpio y tiene todo lo necesario. Solo le falta aire acondicionado, que con el calor que hace se agradecería.
Me quito las botas a cámara lenta. No me puedo ni mover. Me duelen todos los músculos, especialmente los de los muslos, no acostumbrados a tantas bajadas. Los pies están bien, sin ampollas ni rozaduras. Eso es bueno.
Lo peor es que me ha salido una rozadura en la ingle que escuece como un demonio.
Me doy una ducha de primera,  lavo la ropa ( que con la humedad no se va a secar ni en broma ), me echo vaselina en la rozadura y me lleno los pies de cremas. Cumplidos los deberes me tumbo a descansar hasta las seis.
A esa hora salgo a dar una vuelta por el centro del pueblo. Andar despacio es una forma muy buena de recuperar los músculos, que poco a poco van volviendo a responder.
El centro de Grado es bonito, con algunas casas indianas de categoría y un par de plazas muy agradables llenas de terrazitas.
Compró gasas para la rozadura en una farmacia y me siento en una terraza a escribir un poco. Pido una ración de queso cabrales y me traen un cuarto de queso que me Zampo en un santiamén. Está buenísimo y hay que recuperar fuerzas.
Después vuelvo despacio al hotel. Compro una naranja y agua para mañana y ceno en el bar del hotel a las ocho y media. Tomo una ensalada y una tortilla de jamón de york. Ya he tomado plato fuerte con el cabrales y no quiero repetir la experiencia del cachopo de ayer.
A las nueve y media subo a la habitación, que ahora está mas fresquita y me dedicó a escribir. Veo en la tele como las chicas de waterpolo ganan una medalla y me duermo lo antes posible para estar fresco para mañana.
Ha sido un día muy duro. Es la etapa más difícil de todos los caminos que he hecho, por la dureza y por el calor. Y es solo el aperitivo de lo que me espera.
La etapa de mañana es en apariencia mas fácil. Son "solo" veinte kilómetros y sólo parece tener una subida fuerte al principio. Pero esta zona es de continuas subidas y bajadas y supongo que el terreno será como el de hoy.
Pero dejemos a cada día su afán y su sorpresa. Mañana Dios dirá.
TRIVIAL DEL CAMINO.
La insaciable voracidad del amigo snorre por toda clase de juegos y apuestas le hizo ayer contestar el primero ( y correctamente ) la pregunta.
La de hoy es esta:
¿Como se llama el pueblo del que se dice que "desde aquí todos los Caminos a Santiago se convierten en uno solo" ?.
Fácil, ¿no?
Oviedo. Comienzo del Camino Primitivo

A la salida de Oviedo.


Horreo asturiano en San Lazaro

Casa con poespoesía pintadas.

Llegando a Peñaflor

Habitación del hotel
Plaza en Grado
Ayuntamiento de Grado
Puente de Peñaflor
Tramo del Camino
Capilla
Senda junto al rio.
Tramo del Camino

3 comentarios:

  1. Querido Peregrino: el género literario hiperrealista que utilizas nos hace sufrir a tus lectores aunque confieso que leo tumbado en el sofá gracias a estos pequeños ordenadores (creedme que sufro con el Peregrino). Pero cuenta con nuestra solidaridad en estas etapas rompepiernas y encima con calor. Espero que en la de hoy refresque y encuentres tu cocacola a tiempo.

    Lo que detecto en tu dieta es que no hay término medio, pues pasas del cachopo a la tortilla a la francesa. ¿Cómo recuperas las calorías de la paliza de hoy? ¿Sólo con una ración de Cabrales?

    P.D.: Luego dirán de mis crónicas nórdicas, pero las lectoras aquí se informan de las lesiones del Peregrino en todas las partes de su cuerpo sin omitir detalle.
    Y no digo la respuesta al Trivial de hoy para que otros seguidores o seguidoras ganen el premio, que hay que compartir.

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  2. Gracias Juan por tu generosidad. Aquí viajando con la Dulcinea Anasagasti hemos barajado varios posibles y creemos que es Puente de la Reina, ojalá acertemos ya que como también participa la esposa del caminante creemos que el premio será mayor!!!!
    Muy buenas las crónicas Antonio porque me permite hacer el camino visualmente contigo, porque personalmente ya sabes que sólo un milagro permitirá que lo haga!!!
    Forza!!!! Y besos especiales de Paloma para ti

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  3. ¡ Correcto !. Es Puente la Reina, donde se juntan los cuatro caminos que vienen de Francia. Minipunto para Cristina. Y sin google. No como otros..
    Voy a tener que poner preguntas mas difíciles.

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