domingo, 4 de agosto de 2013

Dia 3- Salas-Tineo. 21 kilómetros bien trabajados.

Etapa con dos partes muy distintas. Un inicio durísimo que luego se ha ido suavizando. Paisajes de ensueño entre bosques y arroyos. Pocos pueblos dignos de tal nombre (o sea, con bar) y algo mas de gente que ayer (en total he visto a seis peregrinos, todos en pareja).
He dormido muy bien, sin un ruido,  y me he despertado a las siete, con las primeras luces. Me he arreglado despacio y a las ocho ya estaba saliendo del hotel. El día es perfecto. Ni una sola nube y una temperatura algo fresquita que invita a caminar.
Es Domingo y no hay nadie por las calles a estas horas. No me apetece desayunar, así que paso por debajo del arco de la torre y enfilo la salida del pueblo. Las últimas casas dejan pronto paso a un camino de tierra en ligera subida que va por una zona arbolada pegada al río. Es una zona muy agradable. Pero lo bueno no dura mucho. El Camino empieza a empinarse a medida que comienza a ascender el monte a cuyos pies está asentado Trineo. Mirando hacia arriba se ve un altísimo viaducto por el que pasa una carretera a la que tenemos que llegar.
La subida dura cinco kilómetros hasta el primer pueblo y es muy dura, con algunas rampas muy fuertes que alternan con zonas más llevaderas aunque siempre picando hacia arriba. Los tres primeros kilómetros discurren por el bosque. Pronto deja de oírse el rumor del río, que queda ya muy abajo. La vegetación es muy cerrada en los lados del camino y de vez en cuando oigo ruidos de animales que huyen a mi paso, pero no veo ninguno.
Como suele suceder, las últimas rampas antes de llegar al final son las mas duras, pero despacio y con paciencia llego a la carretera; por la que se sigue subiendo, pero más cómodamente, durante un kilómetro. Aún queda otro  kilómetro de subida que es el que mas me asusta, ya que según dice mi guía:
"Es un terraplén con una pendiente infernal, y que evidentemente no realizó a pie quien lo diseñó".
Eso, en una guía que a pendientes de consideración les llama "falsos llanos" es como para asustar.
Pues al final no es para tanto. Ese último kilometro es duro, pero no mas que los anteriores. Lo peor es que ya estamos en terreno abierto, sin árboles que protejan del sol y se suda bastante.
Llego por fin a las tres casas que, en el alto mismo, forman el pueblo de Porciles. Ahora estamos en una meseta por la que vamos a transitar el resto de la etapa sin grandes desniveles, pero con continuas subidas y bajadas.
El Camino ahora es llano y agradable. En apenas dos kilómetros llegó a Bodenaya, otro pueblito pequeño que tiene un albergue de peregrinos. A la puerta está sentado el hospitalero. Me saluda y le pregunto si me puede sellar la credencial. Charlamos un rato y me dice que están llenando todos los días. No lo entiendo. ¿Donde están todos esos peregrinos?. Me dice que hay muchos que salen muy temprano. Esta mañana dice que ya había gente pasando a las seis. La gente está loca. A mi me gusta salir temprano, pero cuando ya hay sol. Los que han pasado a las seis han tenido que salir de Salas completamente de noche. No tiene sentido. Pero que cada uno haga lo que quiera...
Sigo Camino por una senda cercana a una carretera que en un kilómetro y medio me deja en el único pueblo importante del día: La Espina.
En este pueblo hay un desvío del Camino que permite empalmar con el Camino del Norte. Es un pueblo bastante grande. Muy alargado, como los típicos pueblos del Camino Francés. Me siento en la terraza de un bar a descansar y tomar algo.  Llevo ya casi nueve kilómetros y me quedan once, así que estoy casi a mitad de la etapa.
Cuando me levanto para continuar, un par de abuelos que están sentados allí me preguntan que hasta donde voy. Me dicen que me quedan solo once kilómetros llanos y fáciles. Mienten como bellacos y lo se, pero les agradezco la información y continúo.
Nada mas salir de La Espina compruebo que los ancianos mentían. El Camino comienza de nuevo a subir hasta un monte cercano que evidentemente tenemos que coronar. Las vistas ahora son preciosas. Se ve un amplio valle al fondo del cual aparecen ya las altas montañas que tendremos que cruzar en los próximos días.
El Camino sube hasta un barrio desde el que se ve La Espina bastante abajo  y que tiene una pequeña capillita con un curioso reloj de sol en la pared.
A partir de aquí el Camino sube un poco mas y luego va por la ladera de un monte. A ratos vamos justo por el borde del bosque viendo las interminables filas de montes que se suceden hasta el horizonte y a ratos nos internamos mas en el bosque, con continuas subidas y bajadas que a estas alturas apenas se notan.
Este sendero termina a  tres kilómetros, ya en el kilómetro trece de la etapa, en el pueblo de El Pedregal.
Justo a la entrada del pueblo, donde el Camino desemboca en la carretera, se pasa por una casa en la que los dueños han puesto trabajo y dinero para agradar al peregrino. Tienen un en enorme boj en el que han recortado en las ramas las palabra "Hola"'. En el suelo, cruzando el camino de hormigón han pintado una ancha franja amarilla en la que pone "Camino de Santiago". Los dueños, que están sentados a la puerta de la casa, me saludan y les digo lo bonito que les ha quedado todo. Me contestan que todos los que pasan se lo dicen.
El Pedregal es un pueblo largo que tenemos que cruzar por el arcén de la nacional 634, que tiene algo de tráfico. Es uno de los pocos tramos en los que hay que ir por una nacional, cosa que es mas habitual en el Camino Francés. Tras salir del pueblo, nos desviamos a la derecha por un camino hormigonado en el que hay un crucero, cosa muy poco habitual en esta zona. En el crucero adelanto a una pareja joven que está descansando y con la que me iré cruzando el resto de la etapa.
De inmediato el Camino empieza a subir de nuevo y en la subida me adelanta la pareja de antes. A partir de ahora y hasta el final de la etapa ya no queda ningún pueblo, y vamos todo el rato por un buen camino de tierra, a ratos entre los árboles, a ratos descendiendo a arroyuelos que hay que saltar, y a ratos viendo campos de labor. Es un tramo francamente bonito y muy agradecido.
En un momento dado me adelanta un ciclista que me sorprende. Es el primero que veo por el Camino. En los finales de etapa he visto a varios, inconfundibles con sus colores chillones más propios del tour que del Camino, pero deben ir casi todo el rato por carretera, porque en las sendas no se les ve.
Pasamos algunos tramos bastante embarrados que hay que sortear con cuidado. En una de estas piso mal y se me tuerce el tobillo. Afortunadamente las botas sujetan bien y no pasa nada. Para mi esta es la razón principal de llevar botas de caña media y no zapatillas. Las botas te sujetan el tobillo y evitan que un simple mal paso se convierta en un problema serio que puede mandarte para casa.
A las doce llamo a Paloma mientras sigo andando, y un poco más adelante, cuando quedan cinco kilómetros para el final, me paro en una zona boscosa, a la sombra de un arbol , a descansar y comerme un tomate, un poco de chorizo y una naranja. Aprovecho para llamar y confirmar la reserva de la habitación. Me extraña que el señor me diga que le vuelva a llamar cuando llegue a Tineo para llevarme a la pensión. Tengo la dirección y seguro que sabré orientarme. No pienso llamarle ( y por supuesto será un error).
Los últimos kilómetros son rápidos, deseando ya llegar. En un área de descanso a las afueras de un pueblo al que no llegamos a entrar adelanto a otra pareja joven que está allí descansando. Buen Camino y hasta luego, Lucas, que yo lo que quiero es ducha.
Trineo no se ve hasta que no estas encima. Literalmente encima. La senda que traemos termina en unas grandes instalaciones deportivas que están a las afueras de Tineo. Hay también allí una pequeña capilla similar a todas las que me he encontrado hasta ahora. Abajo nuestro puede verse el pueblo.
Desde la Capilla hasta el centro de Tineo hay todavía un kilómetro que ser hace por un precioso paseo colgado en la montaña y llamado paseo de los Frailes.
El paseo va bajando suavemente a media ladera de la montaña. Abajo se ve Trineo, que es un pueblo pequeño, pero que tiene varias urbanizaciones de chalets adosados a las afueras. Está colgado a media ladera del monte y de frente tiene las altas montañas que unen Asturias con Galicia. Es una preciosidad ser paseo y supongo que este es un pueblo muy popular para segundas viviendas o vacaciones.
Bajando llegamos a la calle principal, que sigue siendo una empinada cuesta abajo. Delante mio va una pareja de peregrinos que le han preguntado una dirección a un abuelete que les acompaña. Yo les pregunto a dos señoras mayores y también insisten en acompañarme hasta la Plaza del Ayuntamiento, al final de la cuesta y que es donde arranca la calle de la Pensión.
Cuando estoy a punto de llegar me cruzó con la pareja que venía con el abuelete y que ahora bajan la calle con un señor, que al ver mi obvia pinta de peregrino en busca de ducha me pregunta:
- ¿Tu no serás Antonio?.
Resulta que es el dueño de la Pensión. La razón de su insistencia en que le llamase es que la dirección que tiene en Internet es la de su bar. La pensión está en otro sitio. Así que por cabezón me toca deshacer un poco del camino andado.
La pensión Tineo es una pensión con nueve habitaciones. Me dan una doble de uso individual que da a la fachada. Buena cama, buen cuarto de baño con bañera, tele y una enorme ventana. ¿Que mas se puede pedir?. Agua fría, se puede pedir agua fría que obviamente no hay. Así que tomo posesión de mis aposentos y bajo a un bar a comprar agua.
Tras la ducha, el lavado de ropa, etc. me quedo descansando un rato y viendo la tele.
A las tres y media salgo a dar una vuelta por el pueblo. Aparte de la plaza del ayuntamiento todo lo demás está en cuesta y no me apetece subir mas cuestas. Además, al ser Domingo está todo cerrado, así que tomo una coca y un bocadillo en una terraza agradable de la Plaza del Ayuntamiento y me vuelvo a la habitación a descansar hasta que a las siete y media vuelvo a salir para cenar.
Ceno en el hotel bueno de aquí, que se llama Palacio de  Meras y que al ser un hotel spa es bastante carillo como hotel. Como restaurante no está mal de precio ni de calidad. Tomo pulpo braseado y entrecot y me retiro a la habitación a las nueve y media.
En el hotel estaba cenando también una pareja de alemanes mayores que estaban también en el hotel de Grado. Están durmiendo en este hotel, se ve que son gente de posibles.
Mañana tengo la etapa mas larga. Treinta y dos kilómetros hasta Pola de Allande, ya al pie de las montañas.
Quiero salir pronto para ganar tiempo, así que me he puesto el despertador a las seis.
La etapa de hoy ha sido bonita y, aunque muy dura al principio, ha tenido unos paisajes maravillosos. Este Camino es imbatible en cuanto a paisajes, pero eso como es natural lo pagas con una dureza mucho mayor que otros Caminos.
Veremos mañana.
TRIVIAL DEL CAMINO
Me lo estoy pasando muy bien con el trivial, así que de verdad, gracias por la participación. El pensar en las preguntas me entretiene durante el Camino.
Hoy ha acertado Cristina pregunta y media y Juan media.
Y la pregunta para hoy es la siguiente:
Muchos dudan de que en Compostela los restos que están enterrados sean los del Apóstol Santiago ( herejes que arderán en el infierno). La verdad es que da igual, porque cualquiera que haya llegado a Santiago sabe que aunque los huesos del Santo no estuviesen allí, su espíritu si lo esta. Lo han llevado los millones de peregrinos que a través de los siglos han llegado aquí con inmensa fe y sacrificio. 
Pero, si los huesos no fuesen los de Santiago, ¿Como se llamaba el herético Obispo gallego que podría estar allí en lugar del Apóstol?.
Y como es fácil, una pregunta asturiana.
¿Como se llama el símbolo que aparece en la bandera de Asturias, y donde está guardado el original?.
Iglesia y Palacio de Salas
Salida de Salas
En la subida a Porciles
Capilla a la salida de La Espina
Vistas desde el Camino
Apoyo al peregrino
Vistas de las montañas
Camino a Tineo
Paseo de los Frailes, Tineo
A la entrada de Tineo
PPension Tineo
Ayuntamiento de Tineo
Vista desde Tineo

4 comentarios:

  1. He detectado un "lapsus linguae" en el Peregrino que os quiero comentar. En vista del calor que padece a ratos, insiste en escribir "Trineo" como fin de etapa, y es que inconscientemente está preparándose para hacer el Camino de San Olav en Noruega este próximo invierno. ¿Aceptarán Brandy y Mauri ser sus perros heroicos para acompañarle en la aventura? ¿Paloma está entrenando con esquís de travesía? El Peregrino era un consumado esquiador de joven.

    En cuanto al Trivial, Antonio nos fuerza a buscar con denuedo, y hoy me adelanto a Cristina para hablar de Prisciliano el obispo hereje. Era gallego y su vida (la Wikipedia le dedica un buen pedazo) tiene tela. Entre el final del Imperio Romano que se cascaban bien y la que se traían los católicos para combatirse entre ellos, la verdad es que el pobre Prisciliano (el asceta) tuvo mal final en Tréveris (Trier para los alemanes).

    Total, que el Peregrino nos desasna muy bien en todo lo relativo al Camino. Y me río de los que no siguen sus crónicas, porque a su vuelta va a caer un examen de septiembre que te cagas...

    Porriano, el que no tiene categoría ni de hereje

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  2. Juan como siempre el primero , yo os tengo que decir que me se todas las respuestas pero no contesto porque no está permitido participar a los familiares, la verdad es que es una pena porque estoy segura que acertaría todas las preguntas.
    Veo en el peregrino una enorme tristeza al encontrar solo parejitas por el camino y no bellas teutónicas solas para poder se su guía y compañía, otra vez será , tienes que buscar otra ruta donde las mujeres peregrinen solas .
    Paloma

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  3. Siento lo del trineo, pero no es una fijacición nórdica. Es el corrector de ortografía de este maldito cacharro, que no sabe de geografía astur (y yo no se quitarlo).

    En cuanto al segundo comentario de un tal anónimo fácilmente detectable ya que al final firma, al peregrino no le hacen falta teutónicas. Le basta con su vasca, y lo que pasa es que me gustaría que estuviese aquí, y me dan envidia las parejas que veo.
    Pues eso.

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  4. Está visto que hoy Cristina no interviene en el concurso, todo sea por agasajar a su esposo italiano (Felicidades, Agostino). Así que respondo a la segunda pregunta del Peregrino antes de que llegue la crónica de hoy (que ha debido ser buena paliza).

    El escudo de Asturias si no yerro es la cruz prerrománica que se halla en la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo y que hace unos años me parece que robaron junto a otras piezas del tesoro. Todo esto de memoria y sin Google, que hay que responder ciertas preguntas de nuestra propia cosecha.

    Por lo demás, está claro que "No es bueno que el Peregrino esté solo" y la vasca debería partir al menos para encontrarse en Lugo en plena muralla con él. ¡Cómo suspira el Peregrino por Dulcinea de Anasagasti! Los lectores estamos conmovidos.

    Porritierni

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