sábado, 28 de marzo de 2015

Dia 1-Leon - Villar de Mazarife. 23 kms. El finál de la meseta

El principio de nuestro Camino es el final de la meseta. Una etapa no muy larga,mezcla de terreno urbano y solitario páramo y que parece ideal para ir preparando las piernas.
Lo peor de estos Caminos cortos de una semana es que el cuerpo tarda alrededor de cuatro días en acostumbrarse al ritmo de Camino. Durante esos tres o cuatro días todos los músculoisprotestan y se quejan , hasta que por fin se dan cuenta de que no les va a servir de nada y entonces es cuando empiezas a andar más a gusto y sin dolores.
Pero,claro, si sólo vas a estar en el Camino una semana, para cuando quieres acostumbrarte ya tienes que volver.
Pero bueno, es lo que hay y más vale esto que nada.
Nos levantamos a las ocho y media. Tarde, muy tarde para estándares peregrinos.  Hemos dormido muy bien en el NH tras ver la preciosa procesión , aunque a partir de las seis comienzan a oírse algunos ruidos del mercado de futas y verduras que hay en la plaza , las sábanas se nos pegan.
No tenemos prisa. La etapa es corta y en el destino no hay nada que hacer; así que no hay porqué apresurarse.
A las nueve y media salimos del hotel buscando un sitio para tomar un café. No hay mucha gente por las calles  y el día esta completamente despejado y con una temperatura estupenda para andar, algo fresquita pero no desagradable.
Pasamos por delante de la Catedral y entramos en un bar a en la plaza de San Isidoro a desayunar. Café para los dos y churros para Paloma. La parada es corta y en breve llegamos al parador de San Marcos, donde nos hacemos algunas fotos con la preciosa estatua del cansado peregrino que está en su puerta.
Aquí empieza de verdad nuestro Camino, pues a partir de aquí comienza el terreno nuevo para Paloma. Yo ya hice este tramo hace tres años, así que sin dudar mucho a pesar de la falta de flechas en las cercanías del Parador cruzamos el precioso puente medieval sobre el Bernesga y nos encaminamos a la salida de León.
Apostamos a ver si el primer  peregrino que nos diga ¡BuenCamino! será hombre o mujer. Y resulta ser ciclista y varón. Nos dice que espera estar el viernes en Santiago y sigue su ruta. La apuesta la gana Paloma.
Avqnzamos como un kilómetro por una avenida pagada a las vías del tren y que tiene unas curiosas y en mi opinión bastante feas farolas rojas muy modernas.
No voy cómodo. Me parece  que con esto de que el tiempo prometía ser lluvioso hasta hace poco, he llenado demasiado la mochila con ropa de invierno y pesa demasiado. Con comida y todo está en unos trece kilos, lo que es un poco demasiado. Cada kilo de mas se nota un montón en las piernas. Además, como si fuésemos novatos, se nos ha olvidado calentar antes de empezar, así que las piernas protestan de mas.
Por supuesto Paloma va mucho mejor que yo, que soy un agonías, y me saca un trecho en la Avenida de las farolas.
Esta termina en una pequeña plazita donde Paloma me espera junto a un bonito crucero que está situado justo al lado de una pasarela sobre las vías de tren. Pasados apenas unos minutos, cuando cruzamos la pasarela, Paloma me pregunta donde está el crucero que dice la guía que está antes de la pasarela. ¡Menudo despiste! . Me ha estado esperando en su mismísima base y no se ha dado ni cuenta...
Cruzamos las vías junto al ciclista que nos saludó antes. Si sigue a este paso llegara a Santiago el Viernes pero de dentro de dos meses..
La pasarela sobre las vías marca el final de León, aunque no se nota, pues el otro lado sigue siendo tan urbano como la ciudad misma. Es el pueblo de Trobajo del Camino, que está unido a León y que cruzamos por una muy transitada calle en cuesta arriba.
En mitad del pueblo hay una pequeña ermita encajonada entre casas de pisos que entramos a ver, pues está abierta. Es más bonita por fuera que por dentro, pero tiene una preciosa imagen de Santiago en su versión Matamoros, que hace que la visita merezca la pena. No hay mas que ver, así que seguimos cruzando Trobajo.
Un poco más adelante el Camino abandona la calle que hemos traído hasta entonces y sube fuertemente por un lateral hasta una colina en cuya cima hay varias bodegas excavadas en la tierra que parecen totalmente un poblado hobbit. Incluso tienen chimeneas que salen de la tierra. Incluso hay una taberna llamada La Tierra Media, para hacerlo todo más real.
Desde la cima de la colina miramos atrás y vemos un precioso panorama de León en la distancia. Es un punto precioso de esos que te recuerdan que de vez en cuando es bueno mirar para atrás, pues la vista puede ser mejor que la que tienes delante...
Y esta vez es verdad, ya que la vista que tenemos delante es un feo y medio vacio polígono industrial donde , para que no te pierdas, han pintado una flecha amarilla en cada farola.
Lo cruzamos lo más rápido que podemos y desembocamos en la carretera general que lleva hasta el pueblo de La Virgen del Camino, otro pueblo residencial de León extendido a lo largo de la carretera,ero que guarda una joya.
Justo al final del pueblo, antes de salir, está el enorme y moderno monasterio de La Virgen del Camino, que da nombre y fama al pueblo.
El monasterio fue fundado en 1.502 , aunque el actual es del año 1.961, diseñado por el arquitecto catalán Subirats y del que lo que más destaca son las enormes esculturas de hierro de la Virgen y los doce Apóstoles que decoran la fachada. Son muy bonitas y originales.
Entramos en el interior, es muy moderno, aunque tiene un retablo de altar barroco muy bonito, presidido por una imagen de la Virgen muy parecida a la que vimos ayer en la procesión.
Sellamos las credenciales y el cura que lo hace nos explica que ambas imagenes son iguales, aunque la de León es más antigua.
El día está avanzando y el calor empieza a ser fuerte, por lo que nos quitamos los jerseys y ya continuamos todo el resto de la etapa en manga corta.
El santuario marca el final de la parte urbana de la etapa. A partir de aquí ya comenzamps a salir a campo abierto y a sendas mucho más agradables que las que hemos traído hasta ahora.
El camino sigue enfrente del santuario y pasa por una bonita pequeña laguna artificial donde hay una pequeña estatua de un peregrino. Un poco más adelante llegamos al punto donde el Camino se divide en dos. Desde aquí hay dos opciones que se unen treinta kilómetros mas lejos, en Hospital de Órbigo. El Camino original sigue los treinta kilómetros pegado a la carretera por un andadero poco apetecible. Nosotros preferimos desviarnos por la izquierda hacia Villa r de Mazarife, pues la senda por allí es mucho mas solitaria y va por caminos de tierra que cruzan el final de la meseta en un entorno mucho más agradable que el de la carretera.
El desvío es muy confuso, ya que los hosteleros de los pueblos que hay en ambas opciones compiten entre sí para atraer peregrinos y borran las flechas de los rivales o pintan otras intentando confundirte.
Nosotros tenemos bastante claro por donde hay, pero en el cruce hay varios peregrinos dudamdo que hacer. Seguimps por un camino de tierra que, tras pasar por encima de dos autopistas por unas rotondas elevadas y por debajo de otrea carretera por un túnel, nos lleva hasta la entrada del pueblo de Fresno del Camino, pueblo en el que no llega a entrar el Camino y en el que tampoco paramos, pues el único bar que hay en el borde de la carreterilla por la que vamos está cerrado.
Así que seguimos, ahora subiendo levemente hasta llegar a un pequeño pueblo llamado Oncina de la Valdoncina. El pueblo es más pequeño que su precioso nombre y no tiene un bar, aunque a su salida hay un pequeño y agradable parquecito con unas mesas de madera donde paramos a descansar y a comer algo, pues ya estamos en la mitad de la etapa y hay hambre.
Nos preparamos dos estupendos bocatas de queso y fiambre con las provisiones que compramos ayer en León y completamos la comida con una naranja y frutos secos, que dan energía.
Estamos allí como un cuatro de hora antes de continuar Camino, ahora subiendo por un sendero de tierra que nos lleva a una despejada y amplísima meseta en la que la visibilidad es de kilómetros de distancia. La vegetación es de matorral bajo con alguno árboles esparcidos. Es un páramo precioso enmarcado en la distancia por lejanas montañas nevadas. Una zona muy bonita y agradable para caminar.
Avanzamos así seis kilómetros por el páramo antes de llegar al siguiente pueblo de la jornada, Chozas de  Abajo. Es un pueblo pequeño y rural, pero que tiene un agradable bar con un porche en el que se está de miedo.
Nos pasamos allí un rato descansando y tomando un par de Cocas. No hay prisa. Estamos tan solo a cuatro kilómetros del final de la etapa y son las dos y media. No hemos hecho mal ritmo a pesar de ser el primer día.
Junto a nosotros hay una pareja joven también descansando. La verdad es que hemos visto muy pocos peregrinos en la jornada. Y casi todos extranjeros. Esta es época de guiris. Ya pueden esperar un relativo buen tiempo y sin embargo no hay demasiada gente aún en los Caminos, así que muchos alemanes sobre todo lo hacen ahora.
Salimos de Chozas para hacer los últimos kilómetros por una carreterilla sin apenas tráfico y llana como la palma de la mano.
Ahora curiosamente vamos tres parejas de peregrinos seguidas: la pareja que estaba a nuestro lado en el bar,nosotros una una pareja en la que él debe pesar como unos ciento cincuenta kilos. Es enorme y muy grueso, pero aquí va avanzando como un campeón.
No tardamos mucho en cubrir la distancia hasta Villar de Mazarife y a las tres y cuarto entramos en el pueblo, que es ya nuestro destino del día.
A la entrada hay un bonito mosaico que representa a un grupo de peregrinos medievales junto a la iglesia del pueblo.
En Villar no hay ningún hotel y tan solo tres albergues. Nosotros vamos al Albergue Tío Pepe, que tiene una habitación con baño que hemos reservado.
Es un albergue pequeñito pero muy agradable. Tiene 6 habitaciones con literas y nuestra habitación, que es pequeña y tiene dos camas que prácticamente la ocupan de pared a pared. Está mas que bien para lo que necesitamos.
Nos duchamos y aseamos y descansamos un rato antes de bajar al agradable patio del albergue a sentarnos al sol y tomar algo.
Después vamos a comprar provisiones para mañana y damos un paseo por el pueblo, que se ve en un momento. Lo más bonito lo tenemos justo a la puerta del albergue, en la plaza de la cerrada iglesia, donde hay una preciosa imagen de un peregrino anciano y sentado con aspecto pensarivo. Es mas grande que el natural y me parece una de las más bonitas del Camino.
A las siete y media cenamos un menú peregrino en el albergue. Sopa de cocido para los dos y luego filete para Paloma y albóndigas para mi. Muy bueno todo. Enfrente nuestro está cenando una pareja de alemanes que, aprovechando este primer día de sol, se han quemado completamente. Están rojos los dos como gambas, pero no parece dolerles mucho.
Como somos los únicos españoles del comedor, las dos camareras nos atienden especialmente bien y charlan con nosotros un poco.
Terminada la cena subimos a la habitación y nos quedamos ya aquí.
Mañana tenemos la etapa mas larga de esta peregrinación. Son treinta y un kilómetros muy variados y entretenidos que estoy seguro se nos harán cortos.
TRIVIAL DEL CAMINO,
Luis ha contestado perfectamente a las preguntas de ayer.
Para hoy se me ocurre una pregunta un tanto complicada.
- En que punto del Camino se habla de Gibraltar y porqué.
Una pista. Ese punto es muy importante para el Camino en Francia, que es el país en el que se encuentra.

1 comentario:

  1. Isabel Anasagast Lozano29 de marzo de 2015, 16:19

    Cerca de la localidad vasco francesa de Ostabat confluyen tres importantes caminos franceses en el denominado "paraje de Gibraltar".

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