domingo, 22 de junio de 2014

Dia 4- Akerreta - Pamplona. 17 kms. Fin de trayecto.

¡Que corta peregrinación!. Solo cuatro dias no dan más que para calentar las piernas, que justo ahora es cuando empiezan a estar en orden de combate. Pero bueno, que le vamos a hacer, no había mas tiempo y lo que ha tenido de corta, lo ha tenido de intensa.
Ya volvemos en tren a Madrid tras la última y corta etapa desde Akerreta a Pamplona. Para finalizar ha sido una bonita etapa, menos cansada que las anteriores, y con un tiempo algo menos caluroso.
Personalmente creo que el calor ha sido lo peor de estos días. Ha sido excesivo. Nunca me imaginé pasar los pirineos agobiado de calor y cenar en una terraza en pleno monasterio de Roncesvalles. Hemos perdido y bebido más  líquidos de los que creía posibles y estamos morenos como si llevásemos un mes en la playa.
Anoche la previsión es que el tiempo iba a cambiar. Cuando nos fuimos a la cama después de cenar, comenzó una tremenda tormenta, con multitud de rayos y truenos. Llovio mucho y pensamos que para hoy tendríamos agua para llegar a Pamplona.
Pero esta mañana el día se ha levantado mas calmado. Tan solo está ligeramente cubierto, pero no parece haber amenaza de lluvia y la temperatura sigue siendo calurosa. Al menos el cieno cubierto proporciona sombra que alivia el calor.
Hoy nos levantamos algo mas tarde, pues la etapa es corta. Desayunamos en el hotel y a las nueve menos cuarto salimos al Camino. El principio es una preciosidad. Vamos por nun sendero muy estrecho entre árboles que poco a poco nos va acercando a la ribera del Río Arga, que ya vamos a seguir hasta Pamplona. Nada mas salir del hotel hemos adelantado a un peregrino que venía de Larrasoaña, pero ahora vamos completamente solos, disfrutando del paisaje y de lo agradable  del paseo. A medida que nos acercamos a la orilla hay algunos tramos bastante embarrados, fruto de las lluvias de anoche, pero no molestan demasiado y se anda bien. 
Tras unos dos kilómetros llegamos justo al borde del río. Allí hay un hombre sentado en un tronco, que parece talmente Papa Noel vestido de peregrino. Cuando pasamos nos llama y nos da una tarjeta que tiene, con un dibujo alusivo al Camino. Es bonita y le dejamos algo de dinero a cambio. Entonces se le desata la lengua y empieza a contarnos lo que va a ser el Camino desde ese punto. Insiste especialmente en que paremos en un sitio llamado El Horno de Irotz, que hay mas adelante. Debe tener comisión, o le darán consumiciones gratis por la publicidad. La verdad es que el tío es simpático. Uno de esos personajes muy peculiares que puedes encontrarte en el Camino.
A partir de ese punto vamos a ir casi todo el tiempo pegados a la orilla del río, lo cual tiene la evidente ventaja de que apenas hay cuestas, lo que tras estos tres últimos días es una bendición. Un kilómetro más pegados a la orilla del río y llegamos a Zuriain, un pequeño pueblo donde cruzamos el río por un bonito puente de piedra. Justo al otro lado hay un bonito bar pegado al río, en el que varios peregrinos están tranquilamente desayunando. Para nosotros es demasiado pronto aún, así que seguimos cruzando el pequeño pueblecito.
El Camino sale ahora a la carretera nacional que va desde Pamplona a Roncesvalles. Seguimos por su arcén un breve trecho e inmediatamente nos desviamos a la derecha y cogemos una carreterilla mucho menos transitada que atraviesa de nuevo el Arga antes de dirigirse a Irotz, en el kilómetro cinco de etapa.
Allí. esta el famoso Horno de Irotz, en el que paramos a tomar algo. Es un bar agradable con una terraza donde se está muy bien. Tienen unas tortillas con muy buena pinta, pero nosotros nos pedimos solo unas cocas y nos sentamos en unas mesas corridas donde también están dos peregrinas sudafricanas y un matrimonio catalán con el que charlamos. Ellos han empezado en Roncesvalles y van a hacer todo el Camino hasta Santiago. Me dan envidia, la verdad.
Tras descansar un poco seguimos cruzando las pocas casas que tiene Irotz y llegamos por una pista pegada al río hasta el puente de Iturgaiz, de origen románico. Allí hay que decidir entre dos Caminos, que al principio discurren casi paralelos.
El primero es el oficial. Algo mas corto, se aleja del río subiendo un monte y pasa por Trinidad de Arre y Villana antes de llegar a Burlada, a las puertas de Pamplona, donde se junta con la segunda opción. Es una opción muy urbana, ya que desde Trinidad hasta Pamplona todos los pueblos están prácticamente unidos. Y eso no nos gusta demasiado.
El segundo es un camino fluvial pegado al río que no atraviesa ningún pueblo. Es algo más largo, pero va siempre por la parte baja y está excelentemente acondicionado. Recorre algo más de doce kilómetros hasta juntarse con el otro en Burlada y entrar en Pamplona.
Nosotros elegimos el Camino fluvial, sabiendo que si no nos gusta, aún podemos cambiarnos al otro en una par de kilómetros donde por última vez se juntan ambas opciones.
Creo que acertamos con el Camino fluvial. Es un parque muy agradable y perfectamente acondicionado que utilizan mucho los Pamploneses. Desde el principio hay zonas de descanso con mesas, barbacoas de obra, aseos y todo lo que se puede tener en un parque. A medida que se acerca a Pamplona, además, las instalaciones son mejores.
Avanzamos un par de kilómetros y allí las dos sendas se juntan por última vez nada mas cruzar un puente sobre la carretera que lleva a Zabaldika.
Nosotros decidimos seguir la senda fluvial, ya que nos está gustando bastante y resulta muy cómoda. Unos peregrinos guiris que hay allí, cuando nos ven desviarnos al Camino fluvial nos hacen señas indicándonos el oficial, que sube por un senda bastante empinada. Les tranquilizo por señas indicándoles que sabemos lo que hacemos y continuamos.
Vamos todo el rato siguiendo el curso del río. Hay bastante gente paseando o en bici. En el río se ven de vez en cuando pescadores y en general el ambiente es muy agradable  para caminar. Eso si, no hay un solo peregrino. Por ello, algunas personas que nos cruzamos nos saludan y nos desean Buen Camino, lo que se agradece.
En tres kilómetros nos acercamos a Huarte, pueblo al que no légamos a entrar, ya que se bordea siempre pegados al río. Aquí el parque está aún mejor acondicionado, con instalaciones deportivas, agradables zonas de césped e incluso alguna instalación de la universidad.
Pasado Huarte el parque se va acercando ya a Pamplona. A falta de unos cuatro kilómetros hay un molino restaurado, donde hay buena agradable terracita en la que nos sentamos a descansar y tomar un aperitivo, esta vez incluso con patatas y aceitunas, que al estar tan cerca de  la ciudad ya nois sentimos perfectos domingueros.
Hacemos los últimos tramos del paseo rápidamente hasta llegar a Burlada, donde empalmamos con el otro ramal, que viene por una calle que cruza el pueblo, que es más un barrio moderno de Pamplona que otra cosa.
Unos quinientos metros más adelante, tras pasar por unas calles de dudoso aspecto y habitantes, llegamos al Puente de La Magdalena, que marca la entrada en Pamplona.
Es un puente gótico apuntado y muy bonito, con un crucero a cada lado y francamente elegante.
Para mi gusto la entrada en Pamploina es la más bonita de todas las entradas quien el Camino hace a una gran ciudad.
Tras cruzar el Puente de la Magdalena nos encontramos de frente con las imponentes murallas de la ciudad. El Camino avanza por en foso de las murallas de una manera espectacular hasta ascender y entrar en la ciudad por el Portal de Francia, una preciosa puerta del signo XVI que se conserva intacta. Tiene un puente levadizo, también original, y da acceso, por un sistema de doble puerta, a la ciudad por la bonita calle del Carmen.
Ya estamos en Pamplona. Ya hemos terminado oficialmente, desde el momento en que sellamos nuestras credenciales en el primer albergue que encontramos.
Bajamos la Calle del Carmen y llegamos a la Catedral. Hay muchísima gente y el suelo está alfombrado de flores y hierbas. Hoy es el día del Corpus y en estos momentos la procesión recorre la ciudad.
Paloma y yo visitamos la bonita catedral y luego vamos al Hotel Maisonnave, donde recuperamos el cargador de movil que olvidamos el primer día. En el camino al hotel nos cruzamos con la procesión, que vuelve ya a la catedral y tenemos que esperar a que pase para continuar. Finalmente llegamos al hotel , recuperamos el cargador  y aprovechamos para dejar allí las mochilas y nos vamos a la Calle de la Estafeta a comer unos pinchos, tras lo que nos sentamos tranquilamente en un bar de la Plaza del Castillo a comer más y hacer tiempo. Hemos llegado a Pamplona a la una y el tren no sale hasta las tres y media.
Pamplona está en este Domingo de Corpus hasta la bola. Además, la cercanía de los Sanfermines ayuda y ya se ven muchos guiris con ganas de juerga.
A eso de las tres menos cuarto volvemos al hotel a recoger las mochilas y pedimos un taxi que nos lleva hasta la estación. El tren sale puntual y así teremiba nuestra mini- peregrinación.
Pocos días, pero muy duros e intensos, que borran de la cabeza todas las preocupaciones de la vida cotidiana que ahora hay que retomar. Pero esto es así; lo que hace tan especiales a estos días de Camino es que son escasos, diferentes y únicos. Y para ello es necesario pasar el resto de días rutinarios de la vida diaria. Días que también hay que aprender a disfrutar.
Dentro de algo mas de un mes estaré de nuevo en marcha, si Dios quiere. Esta vez solo, para hacer mi peregrinación de verano, este año por el Camino del Norte desde Asturias a Santiago. Me apetece, pero se que voy a echar de menos a Paloma. Es una excelente compañera de peregrinación y cada vez disfrutó más del Camino con ella.
Ya estamos haciendo planes para hacer el Camino completo cuando la edad, el gordo de Navidad o la Lotería Primitiva nos jubilen; y la verdad es que Paloma  tiene excelentes ideas prácticas sobre las etapas y el equipamiento que hay que tener en cuenta.....

1 comentario:

  1. Se acabo el mini camino, otra nueva experiencia, tu tienes suerte ya que mientras preparas el siguiente se ha pasado el mes y empiezas de nuevo, a Paloma le queda algo más pero también se pasa rápido. Cuando empieces el del Norte nos lo comunicais que nosotros estamos barajando varias posibilidades para el año que viene y una de ellas en Gijón - Santiago y leyendo tus etapas nos vamos haciendo una idea.

    Un abrazol de nuestra parte y Buen Camino

    ResponderEliminar