jueves, 19 de junio de 2014

Dia 1 - Ostabat - Saint Jean Pied de Port. 23 kms. El Camino Frances empieza en Francia'.

J¡ Que día tan maravilloso y cansado para empezar!. Hemos llegado a Saint Jean reventados pero felices. Una durísima etapa, y eso que era solo el prologo para calentar piernas de cara al paso de los Pirineos que haremos mañana.
Los primeros días siempre son difíciles. Las piernas no están aún acostumbradas al esfuerzo y protestan con dolores y cansancio.
Yo creo que sólo a partir del cuarto día de andar de manera continuada el cuerpo empieza a responder adecuadamente al esfuerzo. Pero como esta vez sólo tenemos cuatro dias , pues nos tenemos que conformar con solo una etapa de aclimatación.
Es una etapa de prepirineo, veintitrés kms de subidas y bajadas por suaves colinas con paisajes maravillosos. Una gozada agotadora.
Nos hemos levantado en Pamplona a las seis y veinte. Anoche reservamos un  taxi que nos viene a recoger puntual a las ocho de la mañana. Es un buen taxi,nuevo , limpio y cómodo. Y el conductor es un chaval joven llamado David muy simpático, con el que vamos hablando los cien kilómetros que dura el recorrido a Ostabat. Lo de coger un taxi, aunque caro, ha sido casi obligado, pues con el poco tiempo que tenemos no podemos permitirnos perder casi un día entero para coger la combinación de trenes y autobuses que nos hubiese podido dejar en Ostabat.
El viaje dura dos horas y es muy bonito. Prácticamente hacemos a la inversa y en coche el recorrido que vamos a caminar. Salimos de Pamplona y pasamos Zubiri,Akerreta, Larrasoaña,Burguete y Roncesvalles. Llegamos al alto de Ibañeta y cruzamos la frontera por Valcarlos para cruzar Saint Jean Pied de Port y llegar finalmente a Ostabat.
David conduce despacio y con cuidado por estas peligrosas carreteras de montaña y nos va indicandolas cosas a ver. Nos cruzamos con muchos peregrinos que están ya haciendo su jornada y que nos ponen los dientes largos. Pero en breve nos va a tocar a nosotros, así que no importa.
Llegamos a Ostabat justo a las diez y nos despedimos de David en la puerta de la iglesia. Ostabat es un pueblo muy pequeño y su iglesia no tiene nada de particular. Centros hay un grupo de franceses que estánleyendo en voz alta una descripción de la misma.
Nosotros partimos en busca de una panadería,que encontramos, pero cerrada. Al lado hay un restaurante en el que la dueña nos dice muy amable que tenemos una panadería abierta en Larceveau, a apenas cuatro kilómetros. También aprovechamos su amabilidad para obtener el primer sello de esta peregrinación.
Y ya oficializado el inicio del Camino, nos ponemos en marcha definitivamente a eso de las diez y veinte.
La salida de Ostabat nos dirige ala carretera nacional por la que hemos venido, pero a apenas cien metros de la salida del pueblo y antes de llegar a ella, un sendero se desvía a la derecha, dirigiéndose hacia un bosquecillo cercano.
Estamos en Francia, y aquí no hay flechas amarillas. En España esta desviación estaría probablemente señalada con diez o doce flechas en el asfalto, un mojón jacobeo, otro de la junta y varias flechas mas en señales de tráfico y árboles. Aquí hay simplemente un diminuto cartel de no mas de diez centímetros y una señalización roja y blanca que indica el sendero GR- 65, que es la senda de gran recorrido que nos llevará a Saint Jean. Esta señalización, que es la que nos va a acompañar en Francia es suficiente, pero exige estar muy atento. De tanto en tanto se complementa con unos carteles algo mas grandes que indican el próximo pueblo y la distancia (en tiempo estimado,no en kms) hasta Saint Jean. Con todo esto no hemos tenido problemas de orientación y solo un par de veces hemos dudado.
Tomamos la senda con decisión. El día está completamente despejado y ya es muy caluroso. Promete que a eso de las dos no habrá quien lo soporte, pero bueno. Nosotros lo tendremos que soportar, pues con esta hora de salida la previsión es terminar entre cuatro y cinco de la tarde.
Vamos solos. Todos los que vayan por aquí han salido mucho antes, y no veremos gente hasta muy avanzada la etapa, cuando alcancemos a los más rezagados.
El sendero es muy cómodo uva avanzando por suaves colinas en las que se ven muchas vacas blondas y donde hay granjas dispersas por todos lados. Alternamos zonas arboladas y pequeños bosquecillos con tramos despejados donde el sol pega en serio. Esto parece más Agosto en Sevilla que Junio en los Pirineos. Así que apenas con dos kilómetros en las piernas paramos para quitarnos las perneras de los pantalones y ponernos los gorros para combatir el calor.
Esta vez vamos los dos juntos. No es que yo haya cogido velocidad, es que Paloma ha decidido esperarme. Tras tres kilómetros de sendero salimos finalmente a la general, por cuyo estrecho arcén hacemos el último kilómetro hasta Larceveau, donde, tal como nos indicó la señora de Ostabat, encontramos la panadería donde adquirimos media barra y más agua,que va a hacer falta hoy.
Nada mas salir de la panadería el Camino vuelve a alejarse de la carretera y sube a media ladera de un monte que va paralelo a la misma, pero a unos diez metros de altura. La vista es muy bonita. Ya vamos acercándonos a los Pirineos y poco a poco el terreno se va ondulando.
Todo está verde y en los valles y montículos se ven caseríos blancos y grupos de animales pastando o descansando. Llegamos a UtzqS@aitz , donde tan solo hay un antiguo molino que ha sido restaurado por la asociación de amigos del Camino de esta zona. No se puede ver nada así que continuamos  bordeando la carretera y subiendo y bajando suaves montículos hasta que finalmente el sendero se une a la carretera justo al comienzo de una muy fuerte subida que nos lleva hasta la Cruz de Galzetaburu. Es esta un crucero similar a los gallegos y situado justo en lo alto de la subida. No se muy bien que hace allí,pero ya me enteraré.
Estamos ya en el km 9 y, la verdad, nos encontramos mas cansados de lo habitual. El terreno es duro, pero sobretodo es el calor el que nos está pasando factura. Hace un calor bestial, mas del que nunca hemos tenido en la dura meseta palentina o leonesa. Por lo menos es un calor bastante seco, pero la verdad es que agota.
Pero a pesar del calor hay que seguir. Vamos racionando el agua, porque esto es Francia y aquí no hay como en España un bar cada poco tiempo. En realidad no hay nada ni nadie. No se ve gente en las casas, que están todas cerradas ni en los campos. Solo se ven muchas vacas rubias y algún que otro caballo. No se donde está la gente. Supongo que pegados al aire acondicionado que tengan mas a mano. El calor me hace tener visiones y se me ocurre una idea genial. Voy a inventar un aire acondicionado portátil para días como estos. Podría ser una burbuja de plástico en la que te metes y un generador le va dando aire fresquito. Si consigo que pese menos de  cinco kilos puede ser un éxito. Vale, estoy desvariando, pero así me divierto.
Tras la cruz abandonamos la carretera principal y nos internamos por una carreterilla que bordea el pueblo de Gamarthe sin entrar en él.
Los pueblos aquí son bonitos y muy uniformes en su aspecto. Esta es una zona completamente vasca y se nota en todo. Las casa son típicos caserios vascos, el paisaje es también muy similar e incluso los nombres de las gentes , que vemos en las cruces de los cementerios, son vascos: etchebarria , goizueta.....Lo único que no tienen de vascos son los bares. No hay ni uno, y eso que agradecería hasta una Herriko Taberna...
Seguimos subiendo y bajando montecillos. En un desvío de uno de ellos vemos como a un kilómetro de distancia un pueblo donde hay una preciosa iglesia y un castillo típico francés de categoría y muy bien cuidado. El pueblo es Lacarre y el Castillo es el castillo de Harispe. No vamos hacia allí, así que nos contentamos con verlos en la distancia.
A la una y media paramos a comer en un lado de la ruta. Tenemos chorizo, lomo y queso que compramos ayer en Pamplona y que acompqñamps con el pan que hemos comprado en Larceveau. De postre una naranja. Delicioso. Las comidas mas sencillas parecen banquetes en el Camino.
Reconfortados por la comida y con algo mas de fuerzas continuamos, siempre por el mismo tipo de terreno hasta llegar a un cruce donde hay una enorme cruz metalica con un Cristo como de iglesia, coloreado y todo. Es bonita, pero pega poco en un cruce de caminos. A mi me gustan mas en la carretera las cruces de piedra. Al lado del cruce hay un enorme edificio con cuatro torres con tejado cónico en cada una de las esquinas. Es el hospital de Aphat, antigua institución de la orden de Malta y que hoy adorna uno de los lados del Camino.
Estamos en el kilómetro 16, por lo que aún nos quedan unos siete hasta destino. En breve llegamos a Saint Jean le Vieux, un pueblo grande que nos recibe no sólo con uno, sino con dos bares situados en su plaza. Elegimos el que tiene mas sombra y nos sentampos muy cansados. El terreno se va endureciendo a medida que nos acercamos a los Pirineos y cada cuesta es mas dura que la anterior. Hay varios grupos de peregrinos sentados en los bares. Son casi los primeros que vemos en el día. Hasta ahora solo habíamos visto de vez en cuando a una mujer que iba unos cien metros por delante nuestro y a la que perdimos cuando paramos a comer.
Tomamos un par de cocas ynsellamos la credencial. Como sello yo las dos credenciales me doy cuenta de que Paloma de ha traído una usada de caminos anteriores. No pasaría nada si tuviese mas sitio, pero resulta que este que estoy poniendo es el sello que la completa. No es problema porque en Saint Jean Pied de Port podemos conseguir una nueva.
Cuando vamos a seguir ya se nos acercan unas peregrinas que estaban allí y nos preguntan si somos españoles, porque es la primera vez que oyen hablar español en el Camino. Nos dicen que ellas terminan pasado mañana en Roncesvalles y que el año que viene harán el tramo español.
Después viene una señora que sale de una peluquería y nos dice que alguien ha olvidado esta mañana un móvil y que si lo podemos llevar al albergue de Saint Jean.  Como nosotros no vamos al albergue, el teléfono lo cogen unas señoras que pasan por allí y lo llevan ellas.
Y con todas estas pequeñas peripecias salimos ya del pueblo para hacer los cuatro kilómetros que nos quedan hasta nuestro destino, y que se hacen larguísimos.
En dos kilómetros llegamos a un pueblo llamado La Madelaine que tiene una curiosa iglesia. Por fuera es muy bonita, con un cementerio adosado lleno de Ansoteguis, Etxebastes y Zabalburus, pero por dentro es bastante fea, con un techo policromado en color azul que espanta.
Dos kilómetros mas de aguantar el calor y llegamos al pie de una terrible y empinadísima cuesta que hacemos como podemos. Lo único bueno que tiene es que es la última. Al llegar arriba vemos que ya estamos a los pies de las fortificaciones de la ciudadela de Saint Jean Pied de Port y frente a la bonita Port de Saint Jacques, por donde se accedo al casco antiguo del pueblo. Cruzamos victoriosos la puerta de Santiago y comenzamos a bajar por la preciosa calle principal de Saint Jean. Es una calle peatonal y empedrada, con bastante cuesta, que al menos ahora es hacia abajo. Ahora no nos fijamos mucho, queremos ir directos al hotel que, con gran habilidad por mi parte, he reservado en esta misma calle, para no tener que andar más.
Antes de llegar al hotel paramos en la oficina de acogida al peregrino, donde una amable funcionaria le facilita una credencial nueva a Paloma, mientras yo me bebo casi un litro de agua de una botella que tienen allí a nuestra disposición , junto a termos de café y refrescos. Todo un detalle. También nos informan de que para mañana se prevé buen tiempo, por lo que no hay ningún problema en seguir la ruta Napoleón para cruzar hasta Roncesvalles. Perfecto.
A apenas cien metros de la oficina se encuentra nuestro hotel, pero antes de llegar hacemos una última parada para comprar dos botellas de litro y medio de agua helada, que estrenamos antes incluso de llegar al hotel. La verdad es e estamos reventados cuando llegamos al Hotel Ramuntxo, donde nos dan la llave de la habitación 10 y la buena nueva de que está en el segundo piso sin ascensor.
Pero la verdad, merece la pena. Nos dan una habitación con un balcón que tiene unas vistas a los pirineos que quitan el hipo. Estamos casi pegados a las murallas que rodean el casco viejo de Saint Jean y pasadas estas se ve entero el valle donde se encuentra la parte mas moderna del pueblo.
La habitación no es muy grande, pero el baño está muy bien y el balcón vale por si solo el precio de os habitación.
Mas que tumbarnos nos arrojamos a la cama tras quitarnos las botas. Estamos muy cansados. Son las cuatro de la tarde y hemos tardado por tanto casi 6 horas para hacer 23 kilómetros.
Descansamos un buen rato en la cama antes de ducharnos y arreglarnos un poco. En la tele se ve la ETB donde dicen algo de que en España ha habido una coronación o algo así, pero yo no me entero muy bien. Es la ventaja de estar en este mundo liminal que es el Camino.
Ya un poco recuperados salimos a ver el pueblo, que nos apetece mucho. Ahora ya nos fijamos mejor que al llegar. Y vemos que Saint Jean es un pueblo precioso. La calle principal en la que estamos tiene un aspecto medieval sorprendente. Muchas de las casa tienen en su puerta jambas de piedra en las que están labradas inscripciones que indican el año de la construcción. Abundan las del siglo XVIII e incluso hay alguna del XVII. Todas las casas tienen una construcción muy uniformes, blancas, de un máximo de dos pisos y con una arquitectura muy tradicional vasca. La calle esta impoluta y en sus laterales hay multitud de tiendas, restaurantes e incluso alguna galería de arte.
Al final de la calle, que no es muy larga y tiene una inclinada pendiente ahora descendente hay una nueva puerta medieval
, la Porte d'Espagne, que da paso a un puente precioso de piedra sobre el río. En cierto modo el río y el puente me recuerdan a Venecia, por el estilo de nas casas que lo bordean.
Junto a la puerta y pegasda a ella está la Iglesia de Santa Eulalia, una preciosidad de iglesia del siglo XIII de tres altas naves en piedra y estilo románico que entramos a ver. Tiene la peculiaridad de que en vez de tener una entreplanta como tienen muchas iglesisas , esta tiene dos, lo que es una idea de su altura.
Tras ver la iglesia cruzamos el puente y avanzamos por la Rue D'Espagne, por la que saldremos mañana. Luego bajamos a la amplia plaza del ayuntamiento y volvemos al casco viejo. Subimos a las murallas que rodean parcialmente la ciudad y las recorremos llegando de nuevo por ellas a la Porte Saint Jacques, por donde entramos en la ciudad cuando llegamos del Camino.
Luegfo hacemos la fuerte subida hasta la ciudadela de Saint Jacques, un fuerte defensivo con aspecto de ser del siglo XVIII y que ahora es una escuela. Desde allí hay excelentes vistas de todo Saint Jacques y de trozos los pirineos, que se ven muy cercanos. Un mapa nos indica el nombre de cada monte, y podemos distinguir la zona donde está Roncesvalles, nuestro destino de mañana.
Bajamos de nuevo y nos dirigimos a la plaza del Ayuntamiento, donde nos sentsmos en una agradable terraza a tomar un refresco. Se está ahora de miedo en la terraza, tras todo el calor que hemos pasado durante el día.
Saín Jean está repleto de peregrinos. Los hay por rodas partes. La mayoría son franceses pero también se oye hablar inglés y español de vez en cuando. Desde la. terraza los vemos a todos pasear arriba y abajo.
A las suerte Paloma se va a misa y yo me quedo en la terraza escribiendo.
La misa es muy bonita, con bendición de peregrinos y todo. Hay gente de muchos países: Canadá, México, Japón, Usa.... Paloma es por lo visto la única española presente.
Ya en las ocho, hora peregrina de cenar, así que nos volvemos al hotel y cenamos en la terraza de este, justo debajo de nuestro balcón. La cena es muy buena. Paloma toma una excelente tarrina de foie y un delicioso entrecot de buey y de postre queso. Yo me decido por una ensalada de queso de cabra templado muy correcta, trucha con almendras que está existía y una impresionante tarta fina de almendras de postre. Durante toda la cena el perrillomdemlamdueña se está paseando por las cuatro mesas que están ocupadas para ver si le cae algo. Esto, que en España sería impensable, aquí les parece de lo mas normal. Y es que la consideración de los animales domésticos es aquí mucho mas elevada.
Comentamos que nos ha encantado Saint Jean. Es un pueblo precioso y muy cuidado que merece de verdad la pena visitar. Ademas, como todos los pueblos de Francia tiene un aspecto impoluto y señorial. Como decía mi amigo Javier Artucha, la ventaja que tiene Francia es que es un país que está terminado, no como España, que aún esta en obras. Pues aquí la impresión es exactamente esa.
Y ya nos vamos a dormir a eso de las diez. El día ha sido muy cansado y esperó que las piernas se recuperen lo suficiente para mañana. Nos toca la etapa r reina de todos los Caminos de Santiago, y eso asusta un poco, sobre todo cuando llegamos con tan pooco rodaje. Pero no hay que preocuparse demasiado. Durante mil años millones de peregrinos nos han abierto Camino, y si ellos pudieron, nosotros también.
PDT: Hoy no hay fotos. Como estamos en Francia no quiero  que el cargo de roaming arruine a la familia hasta dentro de tres generaciones.

3 comentarios:

  1. Me preocupan las alucinaciones del Peregrino por causa de la calor reinante en la Francia. Que llegue a suspirar por una Herriko Taberna dice mucho de los grados y le soleil soportados. De todos modos, si va Anasagasti a por una coca cola, los batasunos se cuadran.
    Por otro lado, es tierno ver que os habéis reconciliado y que camináis juntos por las campiñas del norte del antiguo Reino de Navarra. ¿Va a haber preguntas o no da tiempo?
    Un abrazo y Buen Camino, que tiene muy buena pinta.

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  2. Lo bueno es que ya sabemos que regalarle a Antonio en su próximo cumpleaños: un gorro con ventilador incorporado!! Y ya vemos como se extraña el terruño cdo uno esta fuera, aunque sea un bar con una buena tortilla y croquetas!! Si al final a la selección española les ha pasado lo mismo: extrañan y quisieron volverse pronto!! Besos a los dos y ánimos que este camino parece duro! Desde aquí toda mi admiración por vuestras piernas!!!

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  3. Ya lo conseguimos, tontos,pero no tanto, el problema era que desde Apple no se puede, desde Windows sin problemas.
    Antonio, estas dos primeras crónicas en tu línea, cuando volvamos al camino y coincida con etapas que ya hayas hecho, en vez de guias del camino llevaremos tu blog.
    Os envidiamos y os deseamos que tengáis un buen Camino.

    Ultreia Peregrinos

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