Un buen primer día. No muy largo, no muy cansado, sin mucha
lluvia y todo el rato paseando al borde de un mar muy picado y alborotado que
era una delicia contemplar. Han sido seis horas de paseo por la costa por
caminos muy bien acondicionados, casi todo el rato por pasarelas de madera
pegadas a la playa que hacían el andar fácil y cómodo.
El tiempo no ha acompañado tanto. Toda la mañana ha estado
lloviznando, no muy fuerte, pero lo justo para tener que llevar todo el rato el
incómodo poncho de lluvia encima. Luego por la tarde ha mejorado y ahora estoy
en Vila do Conde paseando en mangas de camisa como si tal cosa.
He ido sin ver casi a nadie todo el rato. El día no invitaba
a pasear y solo al acercarme a algún pueblo veía algunas personas haciendo
deporte o paseando perros. Eso si, peregrinos no he visto a ninguno.
Y es que este Camino de la costa para salir de Oporto no es
el más habitual. El Camino normal sale de Oporto alejándose de la costa y se
adentra por la vía mas recta hacia Barcelos, donde terminaré mañana. Pero es un
camino peligroso, casi todo el rato por carreteras concurridas y por ello las
guias recomiendan esta variante, mas larga, pero mucho más tranquila y con unos
paisajes mucho mejores. Este Camino que he cogido sale de Oporto y va pegado a
la costa hasta Vila do Conde, donde voy a dormir hoy, y desde allí se adentra
hacia Barcelos. Cuando digo pegado a la costa es completamente literal. No creo
que en los veinticuatro kilómetros me haya alejado del mar más de cien metros.
Una delicia, vamos.
He dormido muy bien en Oporto y me he despertado a las seis
y media. El primer día siempre tarda uno algo más en arrancar y ordenar las
cosas en la mochila, así que no he salido del hotel hasta las siete y media. El
día está cubierto y llueve ligeramente, aunque no es incómodo. La temperatura
es algo fresquita, buena para caminar.
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Hotell Moov |
Para salir de Oporto por el camino de la costa lo que se
recomienda es ir hasta Matosinhos, a las afueras de Oporto, evitando nueve
largos kilómetros de callejeo urbano. Así que bajo a la cercana Plaza da
Batalha y cojo un taxi que me lleva por el moderno centro de Oporto hasta una carretera
de circunvalación bastante atascada que en una media hora me lleva al pie de un
estilizado puente que cruza la ancha desembocadura de un rio, justo ya llegando
al océano. Es un estuario grande, con un puerto dentro, por lo que el puente es
móvil y su parte central puede abrirse si va a pasar algún barco.
Subo por unas escaleras de caracol hasta el puente y
comienzo la etapa y la peregrinación cruzándolo a las ocho y cuarto. Hay
bastante tráfico, tanto de peatones como de vehículos. Al llegar al otro lado
bajo por unas escaleras y me dirijo directo al mar por una avenida que me lleva
hasta un bonito fuerte defensivo ya cerca de la playa. Antes de llegar al
fuerte empieza a llover con ganas y
tengo que ponerme la parafernalia de lluvia , que a partir de ahora llevare
gran parte de la etapa.
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Puente de Matosinhos |
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Fuerte en la Playa |
Nada más pasar el puente se llega ya a un paseo marítimo muy
ancho y pegado a una playa grande y cuidada. Se ve que esta es zona de
vacaciones. Los edificios y la cantidad de plazas de aparcamiento y
chiringuitos que se ven por la zona dan idea de lo concurrido que tiene que
estar esto en verano. Ahora no hay casi nadie. El día no invita y tan solo
algunas personas están paseando a sus perros con cara de mala leche, como
queriendo que el chucho termine de una vez de dar carreritas y puedan volver a
casa cuanto antes. Voy andando por el
paseo al lado del mar, que está muy picado. Hay unas olas enormes que rompen
con fuerza en la playa y en las muchas zonas rocosas que se ven. Es un
espectáculo precioso que me va a acompañar todo el día.
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Paseo Marítimo en Matosinhos |
Justo después de la ermita la costa gira a la derecha y el
Camino sigue por una pasarela de madera que va recorriendo el borde da la
playa. Esta pasarela me va a acompañar hasta Vila do Conde, es decir, prácticamente
veinte kilómetros a lo largo de la costa. Es un trabajo magnífico y además está
muy bien mantenida y conservada. Nada más empezar la pasarela aparece la primera
flecha amarilla que nos marca el camino. Como este no es el camino oficial no
hay muchas flechas; pero las que hay son suficientes y además en esta etapa es
imposible perderse. Basta con ir pegado a la playa y no hay error posible.
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La primera Flecha |
Bordeando la playa se llega a una enorme central de
producción de gas que esta al otro lado de una carretera. Es gigantesca y tiene
algo más de kilómetro y medio de largo. Sus enormes chimeneas e instalaciones
industriales contrastan con la playa y el mar enfurecido que se ve al otro lado.
Voy todo el rato por la pasarela de madera, caminando cómodamente
a pasar de la lluvia, que en ningún momento llega a ser demasiado molesta. Por
supuesto en la playa no hay nadie, solo multitud de gaviotas que campan a sus
anchas. Hay muchas zonas de rocas donde las olas rompen con fuerza, elevando
chorros de espuma que se alzan mucho metros.
Las playas se van sucediendo. Tras pasar la playa de Leça de
Palmeira, se llega a la Playa Paraiso y la playa de Boa Nova. Tras pasar la
fábrica de gas , se llega a una zona algo más urbana en la que abundan los
chalets de veraneo, ahora vacios.
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Pasarela de Madera |
Una zona de veraneo en invierno es algo bastante triste.
Todo está cerrado y los nunerosísimos bares y restaurantes están casi todos en
obras para adaptarlos a la temporada que ya está a piuntom de empezar. Hay
muchos bares de playa, muy grandes y muy bien puestos, que dan idea de lo
popular que tiene que ser esta ahora solitaria zona de playas.
Tras esta zona de chalets y cruzando un enorme parking se
llega a una nueva playa, la Playa Memoria. En ella hay un obelisco enorme que
conmemora el lu¡gar donde en el siglo XIX desembarcaron unos liberales para
acabar con el gobierno absolutista. El obelisco es gigantesco y está colocado al lado de la
playa. El paseo d madera pasa justo por delante, con lo que lo puedo ver
perfectamente. Hay además un cartel que explica el motivo del Obelisco.
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El obelisco |
En realidad hay muchos carteles explicativos a lo largo del
paseo de madera, que van explicando a los paseantes y peregrinos (más bien al
peregrino, porque estoy mas solo que la una), los lugares por donde pasamos y la flora y
fauna (escasas) que podemos encontrar.
Según mi guía desde aquí deberíamos ver ya el final de la
etapa, que está aún a 18 kilómetros, pero el día está tan cubierto que apenas
llego a ver el siguiente pueblo, que está a cuatro kilómetros.
Y lo sé porque ahora en este cuidado paseo, han puesto
indicadores que te dicen cuanto llevas y cuanto te queda hasta el siguiente
tramo. Como ya he dicho, un ejemplo de paseo playero cuidado.
Pasado el obelisco empieza una zona más salvaje. Tras la
playa se extiende ahora una zona muy amplia de marismas y zonas de inundación,
con muy escasa vegetación y que son imposibles de transitar si no es por la célebre
pasarela. Es una zona muy bonita, aunque tiene un ciero aire a los suburbios de
Mordor, por lo desolada y gris que aparece en el día de hoy.
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La pasarela |
Un rato mas por las marismas y llego a un sitio que se llama
Casa do Mar. Allí hay una reproducción de una casa antigua de pescadores, que
no es mas que cuatro paredes de piedra mal cuidadas, sin nada que ver.
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Casa do mar |
Pero a su lado hay algo más interesante. Se trata de la
reproducción de unas cubetas romanas para salar pescado. Sucede que aquí tenían
los romanos una factoría de salazones, y han reproducido como era. Se trata de
una especie de hoyos cubiertos de piedra, que por lo visto los romanos llenaban
de salmuera y allí echaban el pescado para que se salara. Resultan curiosas y
les saco algunas fotos.
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Cubas romanas para salazón |
Tras este paréntesis histórico llego a un pequeño poblado de
pescadores, que por no tener, no tiene ni puerto. Es un puñado de casas pegadas
a la playa que tienen delante, varadas en la ar3ena, las barcas de pesca, todas
bastante antiguas y destartaladas. Es un lugar muy curioso y bonito, como de
otro tiempo. Los pescadores están arreglando aperos y trabajando en las barcas,
ya que hoy, con este tiempo, se hace imposible salir.
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Poblado de pescadores |
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Poblado de pescadores |
A medio camino hay un bonito puente porticado de madera que cruza un arroyuelo (o un desague, no lo tengo muy claro) que baja hasta la playa. Debe ser un desegue, porque en la desembocadura hay cientos de gaviotas poniéndose moradas. No quiero ni pensar lo que se están comiendo. Bichos asquerosos y carroñeros…
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Puente de madera |
Continuo por la playa, que cada vez es más salvaje y
deshabitada y llego así, subiendo unas escaleras a un montecillo llamado Castro
San Paio. Hay aquí un poblado celta del que no quedan ni restos, Solo unas
piedras que hacen la forma de una cabaña redonda y que yo creo que ha colocado
aquí el partonato de turismo para que piquemos los turistas. También hay una
explanada con una pequeña y bonita capilla (cerrada, of course) y un crucero.
Lo mejor son las vistas que se tienen desde el montecillo de todo el camino que
llevo recorrido y el que queda por recorrer.
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Subida al Castro San Paio |
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Ermita en castro San paio |
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Crucero en Castro San Paio |
Un kilómetro mas y llego a un pueblo de pescadores llamado
Vila Cha. Es un pueblo grande en el que temporalmente dejo la pasarela de
madera para callejear por las empedradas e incómodas calles del pueblo. Tampoco
hay casi nadie por el mismo y eso si, se ven barcas de pesca en la playa y
gente en pequeños almacenes arreglando redes. Hoy no parece dñia para salir a
pescar, aunque en el mar se pueden ver algunos barcos grandecitos, eso si.
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Vila Cha |
Ya llevo 14 kilómetros y estoy algo cansado , así que paro
en un café llamado Tony a tomar un par de cocas y descansar un poco. Tampoco
hay nadie en el café y lo tengo todo para mi solo.
Descansado ya continúo cruzando el pueblo, que es bastante
grande y con algunas pequeñas casas muy peculiares, parecidas a la Casa do Mar,
que vi antes, pero algo mas grandes y mejor acondicionadas. Se ve que es el
tipo de casa típico de aquí para los pescadores. Ha dejado de llover y hasta se
ve un tímido sol, así que me quito el chubasquero y así ando más cómodo un buen
rato.,
Tras salir de Vila Cha se retoma de nuevo la pasarela de
madera, esta vez en una playa llamada Playa Mindelo. Esta es una playa
preciosa, con altas dunas que la separan de la zona de marismas.
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Playa de Mindelo |
Debe ser una
buena zona para hacer surf porque hay carteles que avisan a los surfistas de
que tengan cuidado, Hoy no hace falta. No hay ni uno, y eso que las olas que
llegan a la playa son espectaculares. Altas y de las que se ven en las películas
de surfistas que comienzan a romper por un lado y van rompiendo ordenadamente
formando tubos. La verdad es que el mar está hoy espectacular.
Avanzo por la pasarela y en un momento determinado bajo a la
plays para andar un rato cerca del mar. Pero subo enseguida porque caminar por
la arena es muy cansado y además las olas llegan casi hasta el límite de las
dunas, amenazando con mojarme.
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Playa de Mindelo |
Así que
retomo mi querida pasarela hasta llegar a un promontorio donde hay una zona de
descanso. A lo largo de la pasarela hay varias de estas zonas. Son unas plataforma de madera en la que han
puesto unas bancadas también de madera y suelen estar en sitios con bonitas
vistas hacia el mar. Esta es preciosa, esta elevada y se tiene una magnífica
vista de toda la zona, del mar, las dunas, la playa y las marismas. Ahora si se
comienza a ver Vila do Conde e incluso el pueblo turístico que está a
continuación, que es Povoa do Varzim.
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Descansando en la plataforma |
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Vila do Conde desde la plataforma |
En la plataforma me quedo un rato y aprovecho para comer
algo del lomo, el chorizo y el queso que me he traido de Madrid. Saben a gloria
aquí sentado en un banco a apenas cincuenta metros de un mar que parece querer
llegar hasta donde estoy para probar mis viandas.
Desde aquí ya se encara el final de la etapa. En poco tiempo
termino la zona de marismas y llego a un pueblo llamado Arvore. Estoy ya muy
cerca del estuario del Rio Ave, en cuya otra orilla se encuentra mi destino,
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Desvio desde la playa en Arvore |
Vila do Conde. Arvore es un pueblo de vacaciones, con bloques de apartamentos
ahora vacios que cruzo rápidamente. En un momento dado el paseo de madera se
acaba y comienzo a alejarme de la playa, pues para llegar hasta Vila do Conde
hay que adentrarse bordando el estuario hasta llegar a un puente que permite
cruzar el rio Ave.
Callejeo así un rato siguiendo mi guía y las flechas , ahora
más abundantes, que me van guiando hasta llegar a una ancha avenida en cuyo
final ya se ve cada vez más cercana la silueta de Vila do Conde.
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Arvore |
Finalmente llego al puente, ancho y con mucho tráfico, que
cruza el rio. Pasado este se ven un enorme convento, el de Santa Clara, que domina
toda la ciudad y un acueducto del principios del siglo XVIII, que construyeron
precisamente para llevar agua al convento. Vila do Conde está celebrando su 500
aniversario y toda la ciudad esta repleta de banderolas que lo anuncian.
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Puente de Vila do Conde |
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Puente y Convento de Santa Clara |
Cruzado el puente ya voy al cercano hotel, que se llama
Brazao. Paso por delante de un bonito mercado municipal y de una espléndida
iglesia con aspecto de castillo. En esta zona de piratería, todas las iglesias
principales de los pueblos tienen un carácter defensivo y están almenadas.
Paro en la oficina de turismo a sellar y cien metros más adelante
llego por fin al hotel Brazao. El aspecto exterior es bastante deplorable. Parece
viejo y descuidado. Pero todo cambia al entrar. Las habitaciones parecen recién
restauradas y son cómodas y funcionales. Un buen baño, televisión, e incluso un
balconcito que da a la calle principal. Está muy bien.
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Hotel Brazao |
He llegado a las dos y diez, así que he tardado 6 horas. Bastante
despacio parea lo que es normal, pero es que el paseo por la playa merecía
disfrutarse.
Descanso un rato en la habitación. No he pasado un mal día.
Los pies y las piernas los tengo bien y no me ha salido una sola ampollas. Se
ve que las botas nuevas están bien elegidas y las he andado lo suficiente (unos
cincuenta kilómetros) antes de empezar. Esto es clave, “romper” las botas antes
de empezar a hacer etapas largas, para que estén perfectamente adaptadas a tu
pie. Además les he cambiado las plantillas por unas especiales que me han hecho
en Prim a medida y que me ayudan muchísimo con mi problema de pies planos. Asi
que perfecto..
Una larga ducha caliente me deja como nuevo. Hago la colada
con mi lavadora portátil que recordareis de caminos anteriores y a eso de las
cuatro salgo a dar una vuelta por el pueblo.
Y me sorprende. Es un pueblo precioso. Está situado justo en
la desembocadura del rio Ave y es un pueblo grande, con una parte antigua
bonita y una zona más moderna y vacacional pegada al mar.
Voy primero a ver la iglesia, que como he dicho parece una
fortaleza. Por dentro es muy bonita. Un poco recargada como todas las
portuguesas, pero me gusta. Tiene tres naves y es muy grande y alta. Muchas
capillitas laterales y muchas estatuas. Está toda adornada con palmas de cara
al Domingo de Ramos. Paso a la sacristía para que me sellen la credencial y
luego me dedico a callejear por el pueblo.
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Iglesia de Vila do Conde |
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Iglesia de Vila do Conde |
Me acerco hasta la playa y la zona
moderna y voy bordeando el mar hasta llegar a un fuerte precioso y de aire
colonial que está justo en la desembocadura del rio, junto a una capilla llamada
de la Virgen de Guia. Es un paseo bonito y que ayuda a recuperar las piernas
tras el esfuerzo. El truco esta en andar despacio para que los músculos se
recuperen.
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Fuierte de Vila do Conde |
Luego vuelvo hacia la zona vieja callejeando por dentro y me
acerco de nuevo a la zona del puente para ver el rio y la desembocadura. Hay
muchas plazas amplias y bien cuidadas y una reproducción de una carabela
antigua en el puerto. La verdad, es un pueblo sorprendente y precioso.
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Desembocadura del rio Ave y capilla de la Virgen de Guia |
A eso de las seis vuelvo a la habitación a escribir un rato y
después salgo a cenar a las siete y media. Voy a un restaurante de pescado que
he visto antes y tomo una ensalada y un bacalao a la plancha. Bien, pero sin
mas historias.
Al salir del restaurante está jarreando, así que me apresuro
a volver al hotel lo antes posible a terminar la crónica y descansar.
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Vila do conde |
Ha sido un buen primer día de peregrinación. Muy particular,
pues no es normal andar todo el rato pegado al mar ni tampoco ir tan solo como
he ido hoy. Ni un solo peregrino y muy pocos viandantes a lo largo de toda la
ruta. Por no haber, no había gente ni en el café que he parado.
El paisaje precioso, y el día ideal, con ese mar revuelto
que impone e impresiona. El mar es siempre un escenario que a los que vivimos
en el interior nos sobrecoge. Creo que todos tenemos una mezcla de atracción y
respeto por el mar. Nos recuerda nuestra pequeñez y con su fuerza ductil nos
enseña que siempre consigue más la constancia flexible y la paciencia que la
pura fuerza bruta. El mar puede estar calmado en un momento y convertirse en
una fuerza devastadora un instante después. En días como hoy, de pura furia, es
completamente sobrecogedor y asusta y atrae a la vez. Daba miedo ver los barcos
en medio de esas aguas grises salpicadas de espuma que se confundían con el
también gris cielo. Daba respeto ver la fuerza con que las olas golpeaban una y
otra vez las rocas, sabedoras de que, a la larga, serán ellas las que venzan. Vamos,
que me encanta el mar, que es lo único que le falta a Madrid.
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Vila do Conde |
En cuanto al tiempo, ha llovido algo, pero lo justo para
refrescar y no molestar. Al ir al lado de la playa ha sido todo llano, por lo
que el esfuerzo ha sido reducido. Y para el final una ciudad bonita y llena de
vida. Así que muy bien todo.
Lo único malo ha sido el sorteo de la Champions. Barça –
Atleti y Madrid- Wolsburgo (o sea, el equivalente al Alcoyano en Alemania).
Florentinio sigue siendo un genio. A saber que ha hecho con las bolas, ya las
debe poner con temperatura distinta, peso distinto y hasta de diferentes colores
y pesos atómicos para que no le falle el sorteo. En fin, lo siento por el Barça…
Mañana tengo etapa larga, treinta kilómetros hasta Barcelos,
así que voy a ver si me duermo pronto.
TRIVIAL DEL CAMINO
Solo Isabel ha acertado la pregunta de ayer. En efecto, es
el Monte Santiaguiño, a las afueras de Padrón, donde se supone que Santiago dio
su primera prédica en tierras españolas.
Iria Flavia, es donde los discípulos desembarcaron el cuerpo
del Apostol (y su separada cabeza) al volver a España. El hecho se conmemora
con la piedra donde amarraron su barca, llamada el Pedrón y que está en la
Iglesia de Padrón.
Para hoy otra pregunta curiosa sobre este precioso Camino
Portugués.
En todos los Caminos hay abundancia de las conocidñisimas
flechas amarillas que guian al pergrino. Pero en este Camino es muy habitual
encontrar también junta a las amarillas otras flechas que marcan justo la
dirección contraria.
-
¿De que color son esas flechas y hacia donde nos
guían?.
Fácil y bonita la pregunta de hoy.
En Alicante tenemos plata, pero nos faltan museos, teatros, etc.
ResponderEliminarLas flechas son azules y marcan el camino a Fátima
Hola, Antonio: me llama la atención la falta de peregrinos. ¿Qué les pasa a los portugueses? Igual se fueron por la otra ruta interior que mencionaste. En cualquier caso, la crónica costera muy bonita. Bon caminho, Mendes!
ResponderEliminarHola antonio. Muy bonita la crónica. Efectivamente las flechas azules es portugal señalan el camino de Fátima, me imagino que el color azul celeste hará refetencia al manto de la Virgen. Dice pedro que sí, que Florentino ha puesto bolas imantadas y le ha dado un anillo para coger las buenas, al que las saca.
ResponderEliminar¡Qué tengas un estupendo camino mañana!
Hola antonio. Muy bonita la crónica. Efectivamente las flechas azules es portugal señalan el camino de Fátima, me imagino que el color azul celeste hará refetencia al manto de la Virgen. Dice pedro que sí, que Florentino ha puesto bolas imantadas y le ha dado un anillo para coger las buenas, al que las saca.
ResponderEliminar¡Qué tengas un estupendo camino mañana!
Antonio, Antonio. . . , vamos a llevarnos bien.¡ ¿Que mas quisiera Alemania que emparejarse con el Alcoyano?! Con su moral y todo. . .
ResponderEliminarDisfruta tu merecido Camino. Te seguimos como siempre con ilusión y así adormececemos un poco la morriña.
¡Buen Camino peregrino!
Se me olvidaba, en la pregunta coincido con mi señor esposo, y de la playa no te preocupes, sabes que, cuando quieras en Alicante teneis un huequecito.
ResponderEliminarYo como no he acertado me mosqueo porque la Wikipedia es un engaño
ResponderEliminarLa de hoy a estas horas está ya más que acetada.Buen camino peregrino
Yo como no he acertado me mosqueo porque la Wikipedia es un engaño
ResponderEliminarLa de hoy a estas horas está ya más que acetada.Buen camino peregrino